Pueblo, 7 de julio de 1975
[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]
Ayer vi a un procurador en Cortes saharaui recorrer las calles de El Aaiún, acompañado por un grupo de otros compatriotas, apaleando a todos los sospechosos de pertenecer al Frente Polisario. Ayer vi cabezas rotas, sangre, escuché las sirenas que rasgaban el cielo de El Aaiún, fotografié a hombres que estaban siendo literalmente linchados por otros que les golpeaban con gruesas estacas, a seguidores del PUNS que entraban en las casas del Polisario, entre los gritos de las mujeres enlutadas y el llanto de los niños. Ayer fui testigo de una despiadada caza del hombre y vi cómo se abría irremediablemente la caja de Pandora del Sahara.
Ha estallado la guerra entre el PUNS y el Polisario. El balance, hasta el momento de redactar esta crónica, es de 154 detenidos, un elevado número de heridos y la creación de un foso insalvable que divide en el odio a la población saharaui.
Todo comenzó a primera hora de ayer, cuando varios comandos del Frente Polisario atacaron e incendiaron la oficina del Partido de Unión Nacional Saharaui del barrio de Colominas, la delegación de Smara, e intentaron hacer lo mismo en la sede central del partido en El Aaiún, junto al casino militar. En este último ataque, los asaltantes se acercaron por la parte trasera del edificio, pero el nerviosismo les hizo equivocarse, incendiando levemente la parte posterior de la vivienda de un comisario de policía. Desde la sede del PUNS se les hicieron varios disparos de pistola y los atacantes escaparon entre el dédalo de calles.
Simultáneamente, simpatizantes y activistas del Polisario se congregaban en Jata Rambla, Casas de Piedra y Colominas, y enarbolando pancartas y banderas bajaron al centro de la ciudad. Entre tanto el PUNS, que desde hace días esperaba la acción del Frente Popular, reunía apresuradamente a sus hombres, ya alertados, y armados con estacas —vimos también algunos fusiles— salió al encuentro de sus enemigos.
El choque fue brutal. Los odios acumulados durante tanto tiempo, reprimidos y siempre sometidos a tensión, estallaron en toda su crudeza. Se golpeaba salvajemente, por uno y otro bando. La vanguardia de choque del PUNS, compuesta en gran parte por esclavos de color, tuvo en los primeros momentos una docena de heridos, la mayor parte por pedradas y garrotazos en la cabeza. El número de heridos en las filas del Polisario fue también elevado. En una barahúnda increíble, mientras los europeos corrían a refugiarse en sus casas o contemplaban el combate a distancia, la Policía Territorial hizo su aparición para restablecer el orden. El Polisario, entonces, se batió en retirada hacia los barrios de las afueras, mientras se efectuaban detenciones por todas partes y banderas y pancartas del Frente Popular pasaban a poder de sus contrincantes.
Fue entonces cuando comenzó una caza del hombre que habría de prolongarse durante varias horas. Los detenidos y las banderas del frente afluían sin cesar al cuartel de la Territorial. Los hombres del PUNS, envalentonados y enardecidos, recorrían Jata Rambla, Colominas y Casas de Piedra, montados en coches que enarbolaban los colores del partido y deteniendo, en colaboración con la Policía, a todos los transeúntes saharauis sospechosos de pertenecer al Frente Polisario.
Yo fui en uno de esos coches, la cámara fótográfica pegada a la cara, rodeado de saharauis vociferantes, armados de piedras y estacas. He fotografiado escenas increibles. Mis excitados acompañantes detenían a todos los hombres jóvenes, moliéndoles a palos cuando se resistían a subir a los coches. No se hacían distinciones; era tal el paroxismo al que se había llegado que ayer, en El Aaiún, todo joven que pasease por la calle era clasificado automáticamente como Polisario. Se detenían coches, se entraba en las casas... He visto dar golpes que bastarían para matar a un hombre: en la cаbeza, en la espalda, en el estómago... Desde las casas, las mujeres del Polisario insultaban a los del PUNS y algunas fueron arrastradas hacia los coches y entregadas después a la Policía Territorial, que tuvo que intervenir en numerosas ocasiones para evitar auténticos linchamientos.
A la una de la tarde, el capitán Sandino, desde su coche de comando Gacela 0, ordenó a todas las unidades cortar radicalmente los excesos del PUNS. "Si encontráis a alguien dando leña, sea del PUNS o sea del "pans", me lo agarráis y al cuartel". Inmediatamente, a veces con energía, los soldados de la Territorial fueron devolviendo, por algunas horas, la calma a El Aaiún.
En el cuartel de la Policía Territorial visité la habitación donde se hacinaban 154 detenidos, algunos miembros destacados del Polisario. Uno de ellos, que se hacía pasar por fotógrafo de Prensa, fue apresado en el mismo patio del cuartel. También vi encarcelar a algún saharaui de paisano, que se encontraba enrolado en las tropas nómadas. "Ya está; ya se ha roto el fuego —me dijo un teniente—. Ahora el Polisario y el PUNS se han enemistado para siempre. Esta misma noche pudieron empezar las represalias y las contrarrepresalias, el revanchismo y quizá los tiros. Aquí puede arder Troya en los próximos días".
Desde la ventana de su celda, las mujeres del Polisario, de muy buen humor, observan al capitán Sandino, que, agotado, bebe una taza de café. "Que te aproveche, capitán". El sol cae a plomo, y frente al cuartel un chiquillo juega con los pedazos de una bandera rasgada del Polisario.
Hasta ayer, aunque considerado ilegal, el Frente Polisario había sido tolerado en el Sahara. En numerosas ocasiones, el general gobernador, Federico Gómez de Salazar, me refirió los esfuerzos que, а través de toda clase de emisarios, ha desplegado cerca del Frente Popular para que éste aceptara un diálogo con España, diálogo que siempre fue rechazado. Para el Frente Polisario, según su prоpia declaración, cualquier acuerdo con España constituye una traición al pueblo saharaui, pues significaría pactar con lo que califica de colonialismo. El Frente Рopular se ha mantenido siempre fiel a su postura de ser único interlocutor válido, negándose a cualquier tipo de diálogo con España y con las fuerzas reaccionarias saharauis.
Por otra parte, el PUNS quedó desmembrado tras la huida a Marruecos de su secretario general, Halihenna Rachid. La intervención de España en el nacimiento de este partido político ha sido siempre factor de desconfianza entre gran parte de los saharauis y el Partido de Unión Nacional Saharaui atravesó durante largo tiempo un periodo de franca decadencia, mientras el Polisario crecía en popularidad entre las masas. Ello fue lo que decidió a las cabezas rectoras del PUNS a poner en práctica unos nuevos planteamientos, para lo cual se asesoraron debidamente ante las autoridades españolas. Como el Polisario persistía en permanecer fuera de la legalidad, al no poder aceptar una situación que contradice notoriamente sus principios ideológicos y su programa de lucha, las autoridades españolas comprendieron la imposibilidad de atraerse al Frente Popular. Fue entonces cuando el PUNS inició sus demostraciones de fuerza, como la manifestación del domingo pasado, buscando con urgencia nuevos afiliados.
El Polisario debía responder a la manifestación de sus contrincantes y se esperaba que su réplica coincidiese con la reunión de notables saharauis que se inicia hoy, lunes. Y así ha sucedido. Pero, descartada toda posibilidad de diálogo, el gobernador general dio el sábado orden a la Policía Territorial de reprimir cualquier manifestación del Frente, actuando con energía. Por eso la consideración de "fuera de la ley", matizada, sin embargo, de tolerancia y puertas abiertas, dio ayer paso a la acción enérgica de las fuerzas del orden españolas, acompañada de la actuación paralela y violenta de los elementos de choque del PUNS. Sin embargo, la excitación de los elementos del PUNS dio lugar a que el día de ayer se convirtiese en una caza despiadada del hombre que produjo daños irreparables para la convivencia futura de la población saharaui. Las brutalidades de ayer han dividido a este pueblo para mucho tiempo, haciendo definitivamente irreconciliables lo que hasta ahora eran sólo posturas opuestas. El Polisario, eso lo saben todos en El Aaiún, cuenta con medios para responder, y puede comenzar su revancha.
En el Estado Mayor de El Aaiún reina extrañeza ante una información fechada en el Sahara sobre la posible liberación de los prisioneros españoles en poder del Frente Polisario. No hay ninguna base —se nos asegura— para hacer tal afirmación. Por otra parte, fuentes bien informadas desmienten también otra reciente noticia sobre la expulsión del Polisario de Mauritania en el plazo de cinco días. Es imposible —se nos dice— porque el Ejército mauritano no está en condiciones de hacer tal cosa. Finalmente, el anunciado entendimiento entre el PUNS y el Frente Polisario va a ser difícil que se materialice, a la vista de los graves sucesos de ayer.
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