19 diciembre 1975

Encarnizados combates en La Güera


Pueblo, 19 de diciembre de 1975

El personal civil español que permanecía en La Güera, prestando servicios en el puerto y en la empresa de harinas de pescado de esta localidad, evacuada hаce casi dos meses por las tropas españolas, se ha visto obligado a abandonar la ciudad, ante la violencia de los combates que tienen lugar en ella. Desde hace una semana, según declaran los testigos presenciales llegados ayer a El Aaiún, el ejército mauritano se esfuerza por controlar la localidad costera saharaui, en cuyo interior ofrecen desesperada resistencia doscientos guerrilleros del Frente Polisario.

Desde el mar, donde intervienen cañoneras y “vedettes” de la Marina, y desde tierra con piezas de grueso calibre, los mauritanos están llevando a cabo en los últimos días un bombardeo sistemático de la ciudad, mientras unidades del ejército y tropas auxiliares han conseguido ocupar la totalidad del istmo que une La Güera con el continente, encerrando a los polisarios y a la población civil en una estrecha franja de terreno, con el mar a las espaldas. Los guerrilleros, armados con material ligero diverso, sin ningún tipo de armamento pesado y con escasas posibilidades de recibir refuerzos, ya que se encuentran cercados, defienden la ciudad casa por casa, en inferioridad total de medios humanos y materiales. Según la narración de los testigos españoles, el número de bajas por ambas partes está siendo muy elevado. 

No es cierto, como aseguraba la agencia de noticias marroquí MAP que Argelia haya desembarcado hombres y material en la zona. Por el contrario, a los polisarios les empieza a escasear la munición. “No están dispuestos a rendirse”, asegura uno de los españoles llegados de La Güera, “aunque, militarmente hablando, la eficacia de sus medios es mínima. Eso sí: redaños les sobran”. Según estos testimonios. los рolisarios no podrán mantenerse en esta situación durante mucho tiempo, y el ejército mauritano parece resuelto a arrasar la ciudad hasta conseguir acallar el último foco de resistencia.

Lo que está sucediendo en La Güera prueba, aparte de la decisión de los guerrilleros saharauis de pelear hasta el fin, la escasa potencia del ejército mauritano, que. según los informes recibidos, no supera los dos mil hombres. Desde hace una semana, un puñado de guerrilleros resueltos a vender cara su piel están dando trabajo a la mayor parte de los efectivos militares mauritanos, que sólo van a conseguir hacerse con la ciudad tras haberla reducido a escombros con los bombardeos, en el curso de una lucha cruenta que está diezmando las no muy nutridas filas de su ejército. Los observadores opinan que la misma situación se producirá cuando Mauritania pretenda conquistar Auserd, al nordeste de La Güera, donde también los guerrilleros se aprestan a la defensa. Por otra parte, los mauritanos han sufrido también un serio descalabro en la zona fronteriza de Inal, algunos kilómetros al sur de Tichia. 

“Sin embargo”, me decía ayer Bartolomé Peláez, un veterano del Sahara, “los polisarios no están llevando a cabo la lucha de forma adecuada. Persisten en defender las ciudades por aquello del valor simbólico, dejándose encerrar en ellas, donde los cazarán uno por uno tras rociarlos con la artillería. Lógicamente, deberían abandonar las ciudades y combatir desde el desierto, donde nadie puede atraparles. También es absurdo gastar munición en matar hombres. En un territorio como el Sahara, donde las distancias son muy grandes, y muy vulnerables por tanto, las líneas de comunicación, deberían dedicarse a atacar convoyes y destruir y capturar vehículos. Es la única zona en que, con sus medios, podrían mantener una guerra de guerrillas eficaz. Si continúan defendiendo ciudades será muy hermoso y heroico, pero los van a hacer papilla”.

La situación en La Güera hace pensar a los observadores que, en el caso teórico de que fuese Mauritania la que, según los acuerdos de Madrid, lograse tomar Villa Cisneros a mediados del mes próximo, las fuerzas ocupantes serían desembarcadas por mar. Porque si las fuerzas armadas mauritanas deben subir hacia el norte por tierra, у en todas partes van a invertir el mismo tiempo para destruir los focos de resistencia del Polisario, llegado el día 15 sólo habría dos opciones para las tropas españolas que se encuentran replegadas en Villa Cisneros: abandonar la ciudad a los saharianos —es decir, al Polisario— y esperar a los marroquíes, o aguardar, con mucha paciencia, la llegada del ejército mauritano.

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