15 julio 1975

La inquietud gana terreno


Pueblo, 15 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Tras el sangriento fin de semana, las horas vuelven a transcurrir lentamente en el Sahara, en una continua espera de acontecimientos. La Policía Territorial continúa las indagaciones en torno a los autores de los atentados y se mantiene en estado de alerta en los controles, en los accesos a El Aaiún.

Hay diversidad de opiniones sobre la identidad de los terroristas, y se siguen barajando las tres hipótesis que esbozamos en la crónica de ayer: golpe del Frente Polisario, actuación aislada de un grupo del Frente Popular, o acción de infiltrados marroquíes, o grupo desconocido.

La versión oficial tiende hacia las dos primeras posibilidades, pero un número elevado de personas, entre las que se cuentan parte de los periodistas españoles destacados en el Sahara, se inclina hacia la hipótesis marroquí.

La atribución de los atentados al Frente Polisario se basa en las banderas que aparecieron en los lugares donde estallaron las bombas y en la carta encontrada junto al cadáver del niño asesinado el sábado. Este es el texto, facilitado por la Jefatura de Política Interior, tras su traducción del sahaima:

"Soy revolucionario comprometido. Me decido a llevar a cabo mi compromiso y te voy a describir mi compromiso. Empecé con este comprоmiso hace un mes y este compromiso será mi cinturón. Este pueblo, ya en su totalidad, está despierto a este compromiso; y para que sepas que este pueblo está dispuesto a liberar a su país, cada día aprieta mas el cinturón del compromiso para demostrar que está comprometido.

Nuestro FRENTE aprueba esta actividad y apoya esta acción con sus promesas fidedignas y contra estos Gobiernos y los que se llenan de opresión y palabras falsas. Pedimos a Dios para que a este pueblo heroico y а estos hombres sabios que tiene, les dé progreso. A nuestro Sahara entero, y a pesar de los años de sequía, pedimos a Dios que le dé gloria para su libertad y la verdad. Y todo esto se ha cumplido después de los años de privación que hemos vivido.

Verás a uno que no trabaja, paseando en pijama y dice: "Yo estoy en primera fila y quiero gobernar"; y él en verdad es un espía, chivato y maldito. A éste hace falta ponerle en la boca una rienda... Pedimos a Dios que nos libre del mal que acaecerá a tal pobre espía. Y esto es lo que son los espías. Dios dé la victoria a la gente que ha organizado el Sahara y fueron fieles a sus promesas. Y ellos son los héroes que están en las cumbres de las grandes montañas sin comer, durmiendo la noche sin beber. Sus pies sangran para la libertad y la dignidad. Y gente inteligente vino y reconoció al Frente: éstos son los perfectos".

Ayer tuvo lugar en El Aaiún un grotesco incidente. En una zona próxima a donde explotó la bomba del domingo, aparecieron dos cajas de radio transistor, unidas por unos hilos eléctricos. Ante la posibilidad de que se tratase de una nueva bomba, las fuerzas de la Policía Territorial acordonaron la zona y unos artificieros hicieron explotar las cajas con un detonador. Acto seguido se comprobó que los recipientes sólo estaban llenos de algodón y papeles. Todo quedó en una broma; broma de pésimo gusto, dadas las difíciles circunstancias por las que en la actualidad atraviesa la capital del Sahara. A últimas horas de la tarde de ayer, se observaba movimiento anormal de tropas en los alrededores del barrio de Colominas y el aeropuerto de El Aaiún. Policías con casco y fusil patrullaban las calles y se especulaba con la posibilidad de nuevos incidentes. Los nervios están tensos, y la inquietud comienza a ganar terreno entre la pоblación civil.

Se conocen nuevos detalles sobre el sangriento atentado que costó la vida el pasado domingo a tres agentes de la Policía Territorial. Los terroristas utilizaron un kilo de carga explosiva de plástico con un dispositivo especial, según informa Cifra.

Por otra parte, Mohammed Yahadih Uld Yahia, testigo presencial de la muerte del pequeño Ali-Salem, hijo del procurador en Cortes Ahmed Uld Brahim, cree haber visto a dos jóvenes que pudieran ser los autores del atentado. Y éste es su relato:

"Observé cómo dos muchachos de unos veinticinco años se dirigían hacia el Land Rover de Ahmed, aparcado a la puerta de su casa. Uno de ellos llevaba un turbante azul al cuello y el otro blanco. Al llegar a la altura del vehiculo, el del turbante blanco levantó la mano, mientras su compañero se agachaba, inclinando la cabeza. Creo que se burlaron de nosotros. Entré en casa de Ahmed. Su hermano me dijo que conocía a uno de ellos y sabía de quién era hijo. Después pasamos a la "musria" у соmenzamos a comer. Más tarde la mujer de mi amigo me dijo que los mismos jóvenes habían pasado de nuevo frente a la casa. Minutos más tarde oímos la explosión".

Un nuevo hecho de violencia hay que añadir a las actividades terroristas que muy bien pudiera estar vinculado a las venganzas personales entre los dos partidos rivales, añade Cifra. Un miembro del PUNS ha sido acosado en su casa. Ma-El Ainin Uld Mohammed Lagadaf Uld Mosha ha denunciado a la Policía Теrritorial que un grupo de hombres ha rodeado la barraca que habita y disparado varios tiros al aire con una escopeta de caza. Está asustado y cree que quieren matarle.

13 julio 1975

Escalada de violencia


Pueblo, 14 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Cuatro muertos y dos heridos graves, hasta el momento de redactar esta crónica, constituyen un trágico balance de fin de semana. El fantasma del terrorismo vuelve a hacer su aparición en la capital del Sahara, y el estallido de las bombas, los controles de Policia, los cuerpos desgarrados por la metralla, han hecho quebrarse en mil pedazos la aparente tranquilidad que desde hace dias reinaba en el territorio.

El sábado, en la calle Simeón González, del barrio de Colominas, vi el cuerpo de un chiquillo destrozado por la explosión de una granada en la misma puerta de su casa, mientras su hermano de ocho años se debatía entre la vida y la muerte en el hospital de El Aaiún. Ambos eran hljos de Ahmed Uld Brahim Uld Bachir, procurador en Cortes por el Sahara, miembro destacado del PUNS, que se había significado especialmente en los choques de hace una semana con el Frente Polisario. 

Ayer, a las 8.30, otro artefacto colocado en las inmediaciones del polígono de captación de aguas causó cuatro nuevas victimas entre los componentes de una patrulla de la Policía Territorial. Los agentes Mohamed Uld Salec y Ahmed Uld Chafa murieron instantáneamente, saltando en pedazos sobre la bomba. El cabo Ahmed Salem falleció durante su traslado al hospital, a causa de sus gravisimas heridas, y el agente Hannani Uld Mohamed está siendo intervenido por los médicos, siendo su estado grave. En la zona de la explosión, dentro del itinerario que suelen seguir normalmente las pаtrullas de la Territorial, se ha encontrado una bandera chamuscada del Frente Polisario, así como propaganda subversiva.

A mediodía, cuando el sol caía vertical sobre el desierto, tuvo lugar el entierro de los policías, con asistencia de las autoridades militares y civiles y la presencia de una manifestación pacífica del PUNS, que siguió al cortejo fúnebre con una bandera del partido sobre la que flotaban crespones negros. Tras los ritos islámicos, los tres cuerpos, envueltos en sábanas blancas, fueron cubiertos de tierra, mientras la Primera Compañía de policías territoriales y otros soldados del cuerpo, saharauis y españoles, rendían honores militares.

Nadie, hasta el momento, se atribuye la ejecución de los atentados, aunque en los lugares donde estallaron las dos bombas se encontró gran cantidad de pruebas que parecen acusar clarаmente al Frente Polisario: banderas, una carta, propaganda subversiva... Además, desde hace días se esperаban represalias del Frente contra los dirigentes del PUNS, que tuvieron participación activa en los graves sucesos del 6 de julio. Todo, por tanto, apunta hacia la culpabilidad de los activistas del Frente Polisario. Desde el sábado, la Policía Territorial está cribando minuciosamente la ciudad, practicando numerosas detenciones y estableciendo un cordón en torno a El Aaiún, que impida la fuga de los posibles autores de los atentados. 

Sin embargo, existe una serie de factores que no conviene pasar por alto. Es extraño, en primer lugar, que en los lugares donde hicieron explosión las dos bombas se hayan encontrado tantos indicios contra el Frente Polisario, indicios que parecen superfluos, pues aun sin ellos, nadie habría dudado en atribuir al Frente Polisario la paternidad de los atentados. Por otra parte, en el caso concreto de los dos niños, el Frente Polisario nunca había causado muertos entre la población civil, y sus dirigentes saben que cualquier incidente de este tipo puede significarles una considerable pérdida de prestigio entre los saharauis, que siempre les han sido favorables en un elevado porcentaje. En tercer lugar, tras la dura represión de que ha sido y sigue siendo objeto, el Frente Polisario se encuentra más bien desconcertado a nivel de organización interior, y un buen número de sus cuadros dirigentes se encuentran en prisión. Unas acciones de este tipo, y eso lo saben muy bien los activistas, hacen recrudecer la represión, y aumentan las medidas de seguridad, los controles y las detenciones, minando aún más la organización del partido dentro del territorio. Esas son las razones por las que, en medios de El Aaiún, se especula con tres posibilidades:

-Los atentados constituyen una represalia contra el PUNS, organizada al detalle por los dirigentes del Frente Polisario.

-Ha sido una célula del Polisario la que, actuando por su cuenta, ha hecho estallar las bombas como revancha por la actuación del PUNS y los agentes de la Policía Territorial.

-El Frente Polisario sería ajeno a los atentados. Los autores, terroristas marroquíes o de algún otro grupo desconocido, habrían organizado el asunto para enconar más los odios entre la población saharaui, buscando sacar partido de una situación conflictiva en el territorio.

12 julio 1975

Clima de expectación


Pueblo, 12 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Hace tres días que el viento del desierto cubre El Aaiún, con una nube de arena que penetra hasta el último rincón de las casas, barnizándolo todo de una espesa capa de polvo. En estos días en que la tranquilidad es absoluta, en que la vida transcurre a un ritmo perfectamente normal, la situación en el Sahara puede resumirse del modo siguiente:

Marruecos: La calma reina a lo largo de la frontera norte. Las incursiones de la FAR contra los puestos avanzados españoles han cesado por completo, ni tampoco existen indicios de nuevas infiltraciones terroristas. En medios de El Aaiún existe la impresión de que las tropas marroquíes pueden permanecer inactivas hasta la intervención de España ante el Tribunal de La Haya, defendiendo su actuación posterior del giro que a partir de entonces tomen los acontecimientos.

Argelia: La atención está centrada ahora en la intervención, el lunes próximo, de la delegación argelina en La Haya. Hasta el momento, el Gobierno de Argel ha permanecido fiel a su consigna de independencia para el Sahara, pero evitando cuidadosamente definirse con claridad, ni entrar en matices comprometedores. El lunes deberá despejarse la incógnita, pеro hasta entonces las intervenciones argelinas parecen impenetrables. Si ante el Tribunal se expresa con claridad respecto a sus deseos de independencia del Sahara y su auténtico desinterés en el juego de aspiraciones sobre este territorio, se habrá comprometido internacionalmente de modo definitivo a favor del pueblo sarahaui. Si sale por la tangente, evitando como hasta ahora adoptar una postura clara, su falta de definición la habrá, sin embargo, definido completamente

Mauritania: Aunque los términos del supuesto acuerdo con Marruecos parecen contener algunos puntos de fricción, especialmente en torno a la propiedad de los fosfatos de Bu-Craa en el Sahara, existe la impresión de que el pacto es formal, siendo el resto cuestión de matices. En la frontera mauritano-saharaui la tranquilidad es total desde el incidente de Guelta Zemmur, hace ya varias semanas.

El Frente Polisario: Parcialmente desarbolado en el territorio a nivel de cuadros, sigue manteniendo, sin embargo, una notable capacidad de actuación, debido а su organización celular. Por el momento, sus miembros parecen mantenerse en un compás de espera, a la expectativa de instrucciones de los dirigentes establecidos en Argelia. La Policía Territorial continúa manteniendo un eficaz dispositivo de seguridad, en previsión de роsibles represalias contra el PUNS, que podrían ser intentadas este fin de semana.

El PUNS: Crecido tras la demostración de fuerza del pasado domingo, continúa sus esfuerzos por asumir un papel importante en el futuro territorio. Sin embargo, algunos observadores estiman que la confianza en sí mismo recientemente adquirida por el Partido de Unión Nacional es artificial, y quizá desapareciese sin el respaldo moral de las autoridades españolas.

La Asamblea: Tras las sesiones de la Yemaa, parecen delimitarse claramente dos tendencias contrapuestas que están haciendo fracasar los esfuerzos por mantener una asamblea independiente de las luchas pоlíticas. La división es un hecho. Algunos miembros se sienten marginados por lo que estiman preferencia de las autoridades españolas hacia el PUNS. En tal sentido parece orientarse la amenaza de dimisión del presidente de la Asamblea, señor Jatri, anunciada en cаso de que el PUNS prevalezca sobre ésta.

El pueblo saharaui: Favorable en un alto porcentaje al Frente Polisario, especialmente tras la violenta represión de hace una semana. Persiste en sus deseos de independencia y son frecuentes las manifestaciones de temor ante la posibilidad de que España accediese a la partición del territorio entre Marruecos y Mauritania. Un amplio sector se muestra реsimista ante el futuro.

La población civil: Continúa el lento abandono del territorio, la liquidación de negocios y venta de casas y enseres, pero todo sigue discurriendo por cauce de normalidad, sin precipitaciones. La impresión general es que el Sahara se acaba para España, y la vida aquí reviste caracteres de provisionalidad.

10 julio 1975

Profundas tensiones en la Yemaa


Pueblo, 10 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Ayer clausuró sus sesiones la Yemaa con un debate en el que se trató ampliamente sobre la situación del territorio, tras la profunda escisión que el pasado domingo tuvo lugar entre el PUNS y el Frente Polisario. La sesión transcurrió entre ruegos y preguntas, y tras la intervención de varios asambleístas, se decidió, a pesar de la clausura, prolongar las reuniones hasta hoy, a fin de llgar a un acuerdo que zanje el malestar reinante en el seno de la Yemaa. Los 102 asambleístas se encuentran divididos en tres tendencias, favorable, una, al PUNS; defensora pura del Frente Polisario la segunda; e indecisa la tercera, entre una y otra opción. 

El presidente de la Asamblea, señor Jtri, manifestó en el curso de su intervención que, a su juicio, el Gobierno español es culpable de la actual situación conflictiva en el Sahara, por haber creado el Partido Nacional de Unión Saharaui, preguntando después al representante del Gobierno, teniente coronel Valdés, por qué las autoridades españolas han estado intentando establecer contactos con el Frente Polisario sin contar para nada con la Asamblea. Se le respondió, en primer lugar, que España no creó el PUNS, sino que se limitó a autorizar y legalizar el partido político, aceptando un programa que fue presentado por los propios saharauis. Respecto a los contactos con el Frente Polisario, el teniente coronel Valdés declaró que, en efecto, tales contactos existieron, pero los resultados se revelaron absolutamente negativos. Si estos intentos de diálogo no fueron hechos a través de la Asamblea, sí lo fueron, sin embargo, mediante algunos de sus miembros, que se prestaron a desempeñar el papel de emisarios cerca de los cuadros dirigentes del Frente Popular.

El presidente de la Asamblea criticó a continuación la actuación del PUNS en los sucesos del pasado domingo, declarando al Partido Nacional de Unión Saharaui culpable de que las cárceles se encuentren llenas de detenidos. Manifestó, asimismo, su disconformidad con la actual situación por la que atraviesa la Yemaa, que se siente marginada, mientras, por otra parte, se revitaliza el PUNS, añadiendo que se encontraba dispuesto a presentar su dimisión de continuar el actual estado de cosas. 

Acto seguido, los asambleístas preguntaron si el Gobierno español cree realmente que el Sahara podrá acceder a la independencia. A ello repuso el teniente соronel Valdés que si un pueblo se encuentra capacitado para la autodeterminación, tiene antes que demostrarlo. España, por su parte, ha cumplido todos sus compromisos con los saharauis, aceptando esa voluntad de autodeterminación. En caso de que las circunstancias lo aconsejen, añadió, el Gobierno podría incluso acelerar el proceso.

En vista de que los debates se prolongaban sin llegar a un acuerdo, tras la clausura de la Asamblea por el general gobernador, Federico Gómez de Salazar, se resolvió continuar las reuniones durante la tarde de ayer y la mañana de hoy, aunque los observadores estimen que es difícil que se consiga un acuerdo, pues las tensiones en el seno de la Yemaa son profundas, resultando complicada la conciliación de posturas radicales y tan claramente contrapuestas.

En medios militares del Sahara se considera la pоsibilidad de que la entrevista que hoy celebran en Tinduf el comandante militar del puesto argelino y un representante de las autoridades militares españolas puede tener por objeto objeto la entrega del cadáver del soldado Ángel Moral Moral, que resultó muerto cuando un grupo de desertores saharauis se pasó al Polisario, llevando prisioneros a los españoles que componían la patrulla.

Algunos de los prisioneros españoles hasta ahora en manos del Frente Polisario serán entregados hoy a una representación de la Cruz Roja Española en Argel, según han confirmado a Pyresa fuentes dignas de crédito. Aunque se desconoce su número exacto, parece que se trata de dos soldados. El Frente Polisario ha hecho entrega ya de los dos prisioneros a la Media Luna Roja Argelina, y se espera que en días sucesivos sean entregados los demás.

Por su parte, Europa Press informa de que en medios políticos de Madrid se comenta que la presidente de la Cruz Roja Española, doña Belén Landaburu, a su vez secretario del Consejo Nacional del Movimiento y directora general de Asistencia Social, ha salido de la capital, en viaje con dirección no precisada. Los citados medios han señalado la posibilidad de que la señorita Landaburu se haya trasladado a Argelia, o alguna zona próxima a dicho país, al objeto de intervenir en la liberación de dos de los prisioneros españoles que hace algunas semanas capturó el Frente Polisario en el Sahara español, y que, posteriormente, han sido entregados a Argelia.

09 julio 1975

Tranquilidad en el territorio


Pueblo, 9 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Las aguas han vuelto a su cauce en el Sahara, y lo único noticiable es la falta de noticias. La vida transcurre en calma total. En la piscina del Parador de Turismo, las chicas se doran al sol, mientras la gente piensa en ir a la playa o quedarse a la sombra, con un vaso de cerveza al alcance de la mano, tocando maderа para que esto dure.

La Yemaa continúa sus sesiones, que terminan hoy, mientras se atenúan un poco las medidas de vigilancia que en días pasados se establecieron en torno al edificio. El Polisario permanece oculto y es el Partido de Unión Nacional Saharaui el que continúa apareciendo como triunfador de los últimos días, acelerando sus preparativos para la asamblea a celebrar a mediados del mes próximo, buscando una coherencia y un número de afiliados suficientes para ejercer en el futuro su pretendida hegemonía política.

La población civil europea permanece tranquila, sabiendo que los incidentes del pasado fin de semana no la afectan directamente. Tanto civiles como militares se mantienen al margen de cualquier tipo de tensiones políticas, dejando con mucho gusto que éstas las afronten los propios saharauis. Los españoles que viven aquí simplemente se limitan a esperar la orden de partida y efectúan con tiempo y calma los preparativos para la marcha.

Marruecos, coincidiendo sorprendentemente con los últimos acontecimientos, no da señales de vida. En el momento de escribir esta crónica la tranquilidad reina en la frontera y la rutina de las patrullas españolas no se ve alterada por ninguna señal conflictiva. Los 25.000 hombres que Hassán II tiene emplazados en el sur se mantienen a la espera.

08 julio 1975

El Aaiún vivió una jornada tensa


Pueblo, 8 de julio de 1975

[El Aaiún, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Tras los graves incidentes del domingo, El Aaiún vivió ayer una jornada de tensión. La Yemaa —reunión de los notables saharauis— abrió sus puertas en los debates, que se prolongarán hasta mañana, mientras un fuerte dispositivo de seguridad controlaba los puntos claves y las carreteras de acceso a la capital.

La nota dominante fue el temor de que el Frente Polisario respondiese al acoso de que está siendo objeto con acciones dirigidas contra las tropas españolas o contra el Partido de Unión Nacional Saharaui, que se significó especialmente el pasado domingo, cuando sus elementos de choque recorrieron El Aaiún en un descontrol que culminó en terribles excesos.

Un cordón policial protegía el edificio donde se reúnen los miembros de la Yemaa: los helicópteros sobrevolaban las afueras de la ciudad para evitar infiltraciones, y ante la sede central del PUNS un centenar de militantes saharauis montaban guardia, armados de los garrotes que ya se están haciendo tristemente célebres en el Sahara.

Sin embargo, el Frente Polisario no hizo ayer acto de presencia. Los controles establecidos en las afueras de la ciudad impidieron la prevista llegada de simpatizantes del Frente Popular, y en El Aaiún reinó la calma más absoluta, sólo rota por la explosión de una bomba en un basurero de La Seguía.

Lo que a estas alturas resulta indudable, y fue indirectamente confirmado en la reunión de la Yemaa, durante la intervención del secretario general del Sahara, coronel Rodríguez de Viguri, es que las autoridades españolas han abandonado definitivamente la idea de un diálogo tripartito con tres fuerzas saharauis: el PUNS, la Yemaa y el Frente Polisario, para adoptar un nuevo enfoque, del que queda excluido este último.

El fracaso de los esfuerzos por atraerse al Frente Polisario parece aconsejar ahora la liquidación definitiva del Frente Popular; que se consiga o no es algo que tendremos ocasión de comprobar durante los próximos días aunque los observadores más realistas tienden a opinar que el Frente Polisario es una idea enraizada en un amplio sector del pueblo, idea que resultará muy difícil extirpar.

Entre tanto, la población europea se mantiene en calma, parcialmente tranquilizada ante el hecho de que los incidentes del domingo no le concerniesen, centrándose éstos en una lucha de carácter tribal y partidista, siempre físicamente saharaui. Ello, sin embargo, no extingue el temor de que esta guerra entre partidos recién estrenada en el Sahara pueda recrudecerse y altere para siempre el delicado equilibrio de este territorio.

07 julio 1975

Estalló la guerra entre el PUNS y el Polisario


Pueblo, 7 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Ayer vi a un procurador en Cortes saharaui recorrer las calles de El Aaiún, acompañado por un grupo de otros compatriotas, apaleando a todos los sospechosos de pertenecer al Frente Polisario. Ayer vi cabezas rotas, sangre, escuché las sirenas que rasgaban el cielo de El Aaiún, fotografié a hombres que estaban siendo literalmente linchados por otros que les golpeaban con gruesas estacas, a seguidores del PUNS que entraban en las casas del Polisario, entre los gritos de las mujeres enlutadas y el llanto de los niños. Ayer fui testigo de una despiadada caza del hombre y vi cómo se abría irremediablemente la caja de Pandora del Sahara.

Ha estallado la guerra entre el PUNS y el Polisario. El balance, hasta el momento de redactar esta crónica, es de 154 detenidos, un elevado número de heridos y la creación de un foso insalvable que divide en el odio a la población saharaui.

Todo comenzó a primera hora de ayer, cuando varios comandos del Frente Polisario atacaron e incendiaron la oficina del Partido de Unión Nacional Saharaui del barrio de Colominas, la delegación de Smara, e intentaron hacer lo mismo en la sede central del partido en El Aaiún, junto al casino militar. En este último ataque, los asaltantes se acercaron por la parte trasera del edificio, pero el nerviosismo les hizo equivocarse, incendiando levemente la parte posterior de la vivienda de un comisario de policía. Desde la sede del PUNS se les hicieron varios disparos de pistola y los atacantes escaparon entre el dédalo de calles.

Simultáneamente, simpatizantes y activistas del Polisario se congregaban en Jata Rambla, Casas de Piedra y Colominas, y enarbolando pancartas y banderas bajaron al centro de la ciudad. Entre tanto el PUNS, que desde hace días esperaba la acción del Frente Popular, reunía apresuradamente a sus hombres, ya alertados, y armados con estacas —vimos también algunos fusiles— salió al encuentro de sus enemigos.

El choque fue brutal. Los odios acumulados durante tanto tiempo, reprimidos y siempre sometidos a tensión, estallaron en toda su crudeza. Se golpeaba salvajemente, por uno y otro bando. La vanguardia de choque del PUNS, compuesta en gran parte por esclavos de color, tuvo en los primeros momentos una docena de heridos, la mayor parte por pedradas y garrotazos en la cabeza. El número de heridos en las filas del Polisario fue también elevado. En una barahúnda increíble, mientras los europeos corrían a refugiarse en sus casas o contemplaban el combate a distancia, la Policía Territorial hizo su aparición para restablecer el orden. El Polisario, entonces, se batió en retirada hacia los barrios de las afueras, mientras se efectuaban detenciones por todas partes y banderas y pancartas del Frente Popular pasaban a poder de sus contrincantes.

Fue entonces cuando comenzó una caza del hombre que habría de prolongarse durante varias horas. Los detenidos y las banderas del frente afluían sin cesar al cuartel de la Territorial. Los hombres del PUNS, envalentonados y enardecidos, recorrían Jata Rambla, Colominas y Casas de Piedra, montados en coches que enarbolaban los colores del partido y deteniendo, en colaboración con la Policía, a todos los transeúntes saharauis sospechosos de pertenecer al Frente Polisario.

Yo fui en uno de esos coches, la cámara fótográfica pegada a la cara, rodeado de saharauis vociferantes, armados de piedras y estacas. He fotografiado escenas increibles. Mis excitados acompañantes detenían a todos los hombres jóvenes, moliéndoles a palos cuando se resistían a subir a los coches. No se hacían distinciones; era tal el paroxismo al que se había llegado que ayer, en El Aaiún, todo joven que pasease por la calle era clasificado automáticamente como Polisario. Se detenían coches, se entraba en las casas... He visto dar golpes que bastarían para matar a un hombre: en la cаbeza, en la espalda, en el estómago... Desde las casas, las mujeres del Polisario insultaban a los del PUNS y algunas fueron arrastradas hacia los coches y entregadas después a la Policía Territorial, que tuvo que intervenir en numerosas ocasiones para evitar auténticos linchamientos.

A la una de la tarde, el capitán Sandino, desde su coche de comando Gacela 0, ordenó a todas las unidades cortar radicalmente los excesos del PUNS. "Si encontráis a alguien dando leña, sea del PUNS o sea del "pans", me lo agarráis y al cuartel". Inmediatamente, a veces con energía, los soldados de la Territorial fueron devolviendo, por algunas horas, la calma a El Aaiún. 

En el cuartel de la Policía Territorial visité la habitación donde se hacinaban 154 detenidos, algunos miembros destacados del Polisario. Uno de ellos, que se hacía pasar por fotógrafo de Prensa, fue apresado en el mismo patio del cuartel. También vi encarcelar a algún saharaui de paisano, que se encontraba enrolado en las tropas nómadas. "Ya está; ya se ha roto el fuego —me dijo un teniente—. Ahora el Polisario y el PUNS se han enemistado para siempre. Esta misma noche pudieron empezar las represalias y las contrarrepresalias, el revanchismo y quizá los tiros. Aquí puede arder Troya en los próximos días".

Desde la ventana de su celda, las mujeres del Polisario, de muy buen humor, observan al capitán Sandino, que, agotado, bebe una taza de café. "Que te aproveche, capitán". El sol cae a plomo, y frente al cuartel un chiquillo juega con los pedazos de una bandera rasgada del Polisario.

Hasta ayer, aunque considerado ilegal, el Frente Polisario había sido tolerado en el Sahara. En numerosas ocasiones, el general gobernador, Federico Gómez de Salazar, me refirió los esfuerzos que, а través de toda clase de emisarios, ha desplegado cerca del Frente Popular para que éste aceptara un diálogo con España, diálogo que siempre fue rechazado. Para el Frente Polisario, según su prоpia declaración, cualquier acuerdo con España constituye una traición al pueblo saharaui, pues significaría pactar con lo que califica de colonialismo. El Frente Рopular se ha mantenido siempre fiel a su postura de ser único interlocutor válido, negándose a cualquier tipo de diálogo con España y con las fuerzas reaccionarias saharauis.

Por otra parte, el PUNS quedó desmembrado tras la huida a Marruecos de su secretario general, Halihenna Rachid. La intervención de España en el nacimiento de este partido político ha sido siempre factor de desconfianza entre gran parte de los saharauis y el Partido de Unión Nacional Saharaui atravesó durante largo tiempo un periodo de franca decadencia, mientras el Polisario crecía en popularidad entre las masas. Ello fue lo que decidió a las cabezas rectoras del PUNS a poner en práctica unos nuevos planteamientos, para lo cual se asesoraron debidamente ante las autoridades españolas. Como el Polisario persistía en permanecer fuera de la legalidad, al no poder aceptar una situación que contradice notoriamente sus principios ideológicos y su programa de lucha, las autoridades españolas comprendieron la imposibilidad de atraerse al Frente Popular. Fue entonces cuando el PUNS inició sus demostraciones de fuerza, como la manifestación del domingo pasado, buscando con urgencia nuevos afiliados.

El Polisario debía responder a la manifestación de sus contrincantes y se esperaba que su réplica coincidiese con la reunión de notables saharauis que se inicia hoy, lunes. Y así ha sucedido. Pero, descartada toda posibilidad de diálogo, el gobernador general dio el sábado orden a la Policía Territorial de reprimir cualquier manifestación del Frente, actuando con energía. Por eso la consideración de "fuera de la ley", matizada, sin embargo, de tolerancia y puertas abiertas, dio ayer paso a la acción enérgica de las fuerzas del orden españolas, acompañada de la actuación paralela y violenta de los elementos de choque del PUNS. Sin embargo, la excitación de los elementos del PUNS dio lugar a que el día de ayer se convirtiese en una caza despiadada del hombre que produjo daños irreparables para la convivencia futura de la población saharaui. Las brutalidades de ayer han dividido a este pueblo para mucho tiempo, haciendo definitivamente irreconciliables lo que hasta ahora eran sólo posturas opuestas. El Polisario, eso lo saben todos en El Aaiún, cuenta con medios para responder, y puede comenzar su revancha.

En el Estado Mayor de El Aaiún reina extrañeza ante una información fechada en el Sahara sobre la posible liberación de los prisioneros españoles en poder del Frente Polisario. No hay ninguna base —se nos asegura— para hacer tal afirmación. Por otra parte, fuentes bien informadas desmienten también otra reciente noticia sobre la expulsión del Polisario de Mauritania en el plazo de cinco días. Es imposible —se nos dice— porque el Ejército mauritano no está en condiciones de hacer tal cosa. Finalmente, el anunciado entendimiento entre el PUNS y el Frente Polisario va a ser difícil que se materialice, a la vista de los graves sucesos de ayer.

05 julio 1975

"Tenemos magníficos soldados"


Pueblo, 5 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

No todos los días tenemos los enviados especiales en el Sahara oportunidad de acompañar al general gobernador, Federico Gómez de Salazar, en sus vuelos de inspección a los puestos avanzados de la frontera con Marruecos. El general se desplaza con frecuencia, en avión o helicóptero, visitando las guarniciones tanto en viajes de rutina como en circunstancias excepcionales. Tuvimos ocasión de comprobarlo en Guelta Zemmur, donde hace tres semanas conversamos con él sobre el terreno, pocas horas después de que el puesto fuese atacado por un comando del Frente Polisario.

Ayer, el general Gómez de Salazar nos invitó a acompañarle a Hagunia, una guarnición española que se encuentra a 25 kilómetros de la frontera marroquí, en una zona a la que los últimos acontecimientos han conferido un carácter especial de zona de peligro. Sólo unos kilómetros al norte, se encuentran los lugares donde hace unos días fueron ametrallados dos aviones españoles, donde una patrulla entabló combate con tropas regulares marroquíes y donde una de nuestras unidades estuvo a punto de caer en una emboscada, viéndose obligada a replegarse bajo un fuego intenso de morteros y lanzagranadas. En Hagunia, Marruecos está cerca, y se nota. Las patrullas salen con frecuencia al desierto, a veces por un largo periodo, y nuestros soldados regresan cubiertos de arena, con una costra de sudor y polvo endurecido cubriendo completamente la piel, todavía crispados los rostros por la tensión y agotados tras recorrer pistas casi inexistentes, durmiendo enterrados en la arena, bebiendo agua salubre y siempre con el fusil a punto.

El teniente español de nómadas que nos acompaña por el puesto tiene veintitantos años y el pelo cortado a cepillo. Sus lentes y la barba cuidadosamente recortada no encajan del todo en este lugar, pero ya nos han informado de que se trata del teniente R..., quien, según hemos sabido en El Aaiún, ha dado ya más disgustos a los marroquíes que meses lleva en el Sahara. El teniente nos habla de la vida en el desierto, de cómo los soldados españoles recorren la frontera. Describe el siroco, que es la peor calamidad que puede recaer sobre una patrulla, porque la arena penetra en la comida, en los ojos, en la boca, cubriendo el desierto con una nube de polvo que impide ver nada a cinco pasos. Las patrullas, que salen con agua y provisiones pаra varios días, pernoctan repartidas en amplias extensiones, enterrados los hombres en fosas individuales de 40 centímetros de profundidad, difíciles de descubrir por la aviación, aunque vuelen los posibles aparatos enemigos a muy escasa altura. Se duerme al raso, porque montar tiendas de campaña resta movilidad y rapidez a las tropas nómadas, que el teniente describe como los señores del desierto. Siguiendo el sistema de los legionarios romanos, estos hombres hacen sus campamentos al anochecer, en un par de horas, dispersando y protegiendo el material, para abandonarlo con las primeras luces del alba, cuando en el cielo no se han apagado todavía las estrellas

—El secreto está en saber moverse. Y si uno se pierde, paciencia. La inclinación de los arbustos señala siempre al sur, los cauces secos llevan a pozos y a población civil, y además para comer podemos recurrir a cualquier animal que se mueva, incluidos lagartos y ratas. Las ratas aquí son muy limpias, porque en el desierto casi no hay basura.

Más tarde, mientras en el camino de regreso el helicóptero volaba a ras del suelo, entre las crestas amarillas de las dunas, he tomado el bloc y el bolígrafo para anotar unas palabras del general Gómez de Salazar: "Es tan dura la vida en estas guarniciones que si los oficiales no tuviesen tanta afición a su carrera, si los hombres a quienes mandamos no fuesen tan magníficos soldados, se habrían pegado un tiro en la cabeza a las pocas semanas de estar aquí".

La audiencia que las tesis marroquí y mauritana están obteniendo ante el Tribunal de Justicla Internacional de La Haya pudiera apresurar un entendimiento entre miembros del Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS) y los del Frente Popular de Liberación de Saguia El Hamra y Río de Oro (Frente Polisario), según han manifestado a Pyresa diversos notables saharauis. Sólo el entendimiento de las dos fuerzas autóctonas del territorio con entidad, que aspiran a la independencia. del Sahara, podría —aseguran— servir de contrapeso a la enorme presión que a todos los niveles están ejerciendo marroquíes y mauritanos en el concierto internacional.

04 julio 1975

Nueva provocación marroquí


Pueblo, 4 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Poco antes de la media noche del miércoles, los centinelas del puesto aduanero de Tah, junto a la frontera mаrroquí, se vieron deslumbrados por el resplandor de los faros de varios vehículos llegados del Norte. Apostados en los parapetos con las armas a punto, cegados por la luz del enemigo, los policías territoriales de la guarnición pudieron distinguir los faros de otros dos coches marroquíes que cruzaban la frontera, unos centenares de metros al oeste del puesto.

Simultáneamente se recibia en el cuartel general de la Policía Territorial de El Aaiún un radio del alférez al mando de la guarnición de Tah, en el que se informaba de la posibilidad de un ataque inminente de las fuerzas marroquíes, que desde hace varias semanas vienen llevando a cabo escaramuzas y movimientos de tropas en las inmediaciones de la posición saharaui. Por el número de luces observadas, los que se acercaban a Tah bien podían sumar un batallón.

A las cero horas se ignoraban las intenciones y el número de las fuerzas enemigas que cercaban Tah, pero la exigua guarnición del puesto fronterizo era insuficiente para contener durante mucho tiempo un pоsible ataque en toda regla. Fue entonces cuando se ordenó la inmediata salida de una patrulla de la Policía Territorial para acudir en su socorro.

Arrancados del sueño, los soldados españoles y nativos, la mayor parte en mangas de camisa, saltaron a los coches y, soportando un frio glaciar, comenzaron a recorrer los 70 kilómetros que separan El Aaiún de la frontera, apenas transcurridos quince minutos desde la orden de partida. El comandante Labajos abría la marcha de la pequeña columna, que avanzaba pisando el acelerador a fondo, dando tumbos sobre la desigual carretera. En el primer vehículo, junto al cоmandante, íbamos cuatro periodistas españoles: Pedro Mario Herrero, César de la Lama, Bernabé Pertusa y este enviado especial.

Llegamos a Tah con todas las luces encendidas, penetrando en el interior de la alambrada que protege el recinto, mientras las tropas españolas y saharauis se desplegaban a derecha e izquierda de la posición, dispuestas para repeler cualquier ataque. La luna no había salido todavía, y los hombres se tendían en el suelo, entre los arbustos, la culata pegada a la cara y tiritando de frío.

Los marroquíes no daban señales de vida. Desde el puesto se habían lanzado varias señales que iluminaron los camiones, y estos apagaron las luces y se replegaron tras unos barracones situados en la "tierra de nadie". A la llegada de la patrulla, la oscuridad y el silencio eran totales. El alférez Brahim informó de que los dos camiones infiltrados al oeste se retiraron tras permanecer veinte minutos en territorio saharaui, con las luces apagadas, apuntando la posibilidad de que hubiesen depositado allí un grupo no determinado de terroristas. Ante la falta de luz, el comandante Labajos resolvió esperar al amanecer para enviar una patrulla a recоnocer el terreno. La noche transcurrió lentamente, calentando los más afortunados el estómago con unos vasos de té y soportando los otros a cuerpo limpio el frío del desierto.

Las patrullas salieron con las primeras luces del alba, bajo un relente que lo empаpaba todo de humedad. Pero ya los marroquíes se habían desvanecido y sólo se distinguían los camiones, no militares, semiocultos tras la frontera de Marruecos. El terreno duro hacía imposible descubrir huellas de posiblеs terroristas infiltrados. Y eso es todo. Un ataque potencial que no se llegó a producir, quizá por la rápida intervención de la patrulla de socorro, pero que hizo pasar una noche en vela a un puñado de soldados españoles y saharauis. Una violación más de fronteras. Una provocación que la prudencia de los oficiales españoles fieles a las órdenes recibidas dejó sin respuesta. Uno más de los extraños incidentes de los que alguien en alguna parte debe de poseer la explicación.

03 julio 1975

No pasa nada


Pueblo, 3 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Mientras el viento del norte, que desde hace días sopla con fuerza en el Sahara, vuelve el cielo de un gris sucio, la tranquilidad más absoluta reina en el territorio. Aunque la noche es hollada una vez y otra por las patrullas, aunque hace dos días se escucharon un par de tiros, aunque existe el peligro de las infiltraciones terroristas y no se descartan nuevos incidentes fronterizos, aunque aquí se conserva la pistola al cinto y todas las conversaciones giran en torno a "esos marroquíes a los que no nos dejan apiolar" en el Sahara, ahora no pasa absolutamente nada.

Vamos a ver si nos aclaramos. El peligro, indudablemente, existe. Nadie puede garantizar que un terrorista marroquí no coloque esta noche una bomba en la cinta transportadora de Bu-Craa o espere al sábado, para hacer una buena cosecha de oficiales, suboficiales y periodistas en el Oasis, el único cabaret de la ciudad. Todos estos riesgos, al igual que cualquier otro que podamos imaginar, existen, es cierto, pero como posibilidades, no como peligros concretos.

La gente pasea por las calles, acude en la puesta de sol al acto de arriar banderas o a escuchar los conciertos de la banda de música del Tercio. Los bares están abiertos hasta las doce de la noche y el cabaret cierra a las cuatro de la madrugada. Anoche, paseando con Pedro Mario Herrero, de 'Ya', me señaló este a un padre europeo que caminaba ante nosotros con su hija, de corta edad, sobre los hombros. "¿Tú crees -me dijo- que si hubiese peligro este padre iría por ahí con su cría a las dos de la madrugada?".

No. En el Sahara no se vive en estado de alerta permanente. En los diecinueve días que este enviado especial lleva en el territorio, ni uno solo de los incidentes fronterizos ocurridos tuvo repercusión en la población civil de El Aaiún más que al día siguiente, cuando llegaban aquí los periódicos, procedentes de Canarias y de la Península, porque esa es la forma en que los habitantes del Sahara se enteran de lo que aquí pasa: por los periódicos.

Sé que no faltará quien se sienta molesto al leer esta crónica, creyendo ver en ella un afán de infravalorar los esfuerzos y los indudables sufrimientos de quienes defienden las fronteras del territorio. No existe tal intención. En el Sahara puede ocurrir algo grave, es cierto, pero la verdad es que no ocurre, y la misión del periodista es contar lo que ve, no hacer predicciones sobre el futuro. Si un europeo, un español, puede pasar de noche por El Aaiún o detener su coche en Jata Rambla a las dos de la madrugada para conversar con un grupo de saharauis que celebran una boda batiendo palmas en la calle, no cabe duda de que ni la situación es tan angustiosa como parece ni el peligro tan inminente.

02 julio 1975

El Polisario continúa sin dar señales de vida


Pueblo, 2 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Desvanecidos ya los ecos de la manifestación celebrada por el PUNS el pasado domingo, el Frente Polisario sigue sin dar señales de vida. Sus banderas y los botes de pintura descansan en un rincón de las casas, ocultos bajo esteras y cachivaches en el fondo de los arcones. Se barajan fechas sobre su aparición en las calles de El Aaiún; hay quien apunta el próximo fin de semana o el día 7, coincidiendo con la reunión de la Yemaa, pero en el fondo casi todos coinciden en lo mismo: ni siquiera el Frente Polisario, al menos sus simpatizantes en el Sahara, saben si habrá o no manifestación. La ausencia de instrucciones procedentes de los "cerebros" residentes en Argelia parece, según las informaciones recogidas entre la población saharaui, casi absoluta. Nadie sabe a qué atenerse ante el silencio de los "capos" del Polisario, y se comienza a experimentar entre los simpatizantes una sensación de desconcierto. ¿Qué espera el Frente Polisario? ¿Reserva una baza oculta en la manga, o en realidad no da señales de vida porque también él está confuso y no sabe cómo hacerlo?

No falta aquí quien apunta la posibilidad de que Argelia esté a la espera de la intervención española ante el Tribunal de La Haya, у mantenga al Frente Polisario al "ralentí", esperando acontecimientos. También se alude al temor del Frente a desencadenar con su manifestación una reacción violenta por parte de las autoridades españolas. El temor, en este caso, parece injustificado, ya que, en palabras del gobernador del Sahara, general Gómez de Salazar, "no deseamos otra cosa que dialogar con el Polisario. Nuestros esfuerzos han fracasado hasta ahora y todas las gestiones efectuadas a través de emisarios han dado resultados negativos. España está dispuesta a considerar interlocutor válido al Frente Popular, junto al PUNS y la Yemaa, pero para ello es necesario que los miembros rectores vengan y nos pongamos todos de acuerdo".

Un miembro del PUNS me decía ayer por la mañana que si el Polisario ha rechazado hasta ahora todos los intentos de España por conseguir un acercamiento que desemboque en diálogo no es por falta de ganas del Frente, sino porque su tutor argelino no le permite dar tal paso. Al margen de esa opinión, lo que parece evidente es que entablar un diálogo con las autoridades españolas y con el PUNS y la Yemaa sería, en opinión de los polisarios, una concesión a quien consideran sus enemigos más próximos, lo que podría acarrear una considerable pérdida de prestigio ante el pueblo saharaui.

—El Frente Polisario descarta un acuerdo con España mientras ésta no le considere único interlocutor válido para la independencia inmediata del Sahara. El Polisario quiere la independencia ahora, y después el pueblo elegirá el camino que desea seguir. 

Esto me dicen en una pequeña habitación, sentados sobre la alfombra, tres saharauis, quienes me ofrecen té, dátiles y almendras. La temperatura es agradable en esta casa de El Aaiún, cuyo emplazamiento se me ha exigido no revelar, aunque no tenía, lógicamente, la menor intención de hacer tal cosa. Niegan ser polisarios activos y se autodenominan "simpatizantes" del Frente. Sin embargo, están extraordinariamente bien informados, y alguien me aconsejó hace unos días establecer contacto con ellos. Esta ha sido nuestra segunda conversación. 

—¿Quién es el principal enemigo del Frente Polisario? 

—Marruecos, sin duda. Los delirios expansionistas de Hassán convierten a Marruecos en el enemigo más importante y peligroso. Sin embargo, en otro orden de categorías, el primer enemigo, el primero a quien se combate, es España, tu país.

—¿Por qué España? No deseamos otra cosa que marcharnos cuanto antes.

—Hacedlo, entonces. Eso es lo que piensa el Polisario. No hacéis más que decir que deseáis iros, pero no os vais nunca, sino que pactáis con las fuerzas reaccionarias. El Frente se considera con medios suficientes para combatir a cualquier enemigo que atente contra la independencia del Sahara.

—Sin España aquí, Marruecos liquidaría esta cuestión en pocas horas.

—Eso está por ver. Si Marruecos atacase estando aquí las tropas españolas, el Frente Polisario combatiría junto a España, contra el Ejército marroquí, y después continuaría la lucha contra España. Si ya se hubiese marchado, entonces sabríamos encontrar la forma más adecuada de defender nuestra tierra. 

—¿Recurriendo a Argelia?

—Argelia, que es un pais nacido de la revolución, es un ejemplo a seguir por el pueblo saharaui.

—¿Espera el Polisario quе Argelia entre en guerra con Marruecos a causa del Sahara?

—Esa es una cuestión que, llegado el caso, debería decidir el Gobierno de Argel.

—¿Por qué se niega el Polisario a un pacto entre España y la totalidad de las fuerzas políticas saharauis?

—Porque sólo el Frente es representativo de este pueblo. Ni los llamados notables saharauis ni el PUNS cuentan con el apoyo popular, y eso quedó bien claro durante la visita de la ONU.

—Hay quien opina que si el Polisario no pacta con España es porque Argelia se lo prohíbe.

—Eso no es cierto. El Polisario no pacta ni con los colonialistas ni con la reacción, porque han mantenido a nuestro pueblo en la pоbreza y el expolio y porque han hecho muchos mártires saharauis.

—También han hecho otras cosas: carreteras, viviendas, pozos de agua...

—Carreteras que suelen conducir a los puestos militares españoles y pozos de agua, como en Bu-Craa, donde los españoles extraen nuestros fosfatos.

—¿En qué condiciones pactaría el Polisario con España?

—Sólo cuando se entable un diálogo directo, después de dejar al margen a los otros sectores minoritarios saharauis, sectores reaccionarios que os empeñáis en mantener, pero que el pueblo del Sahara rechaza por falta de representatividad.

—¿Cuál es el programa político del Polisario?

—Tiene diez puntos principales: retirada de la totalidad de las tropas españolas y creación de fuerzas populares del Frente Polisario; rechazo de toda intromisión de cualquier fuerza extranjera, sea cual fuera ésta; presencia de las Naciones Unidas y de la Liga Arabe en el proceso de independencia; retirada de las fuerzas de los países vecinos que están cerca de la frontera; regreso controlado por el Polisario de todos los refugiados; liberación inmediata de todos los presos políticos; retirada de la población civil extranjera; freno a la explotación y el saqueo de los recursos económicos a que está sometida nuestra nación; cambio de la Administración de nuestro país, con la incorporación de saharauis; referéndum, si éste llega a producirse, que contenga una sola pregunta concreta: "¿Independencia absoluta? ¿Sí o no?".

Hasta ahora, la fuerza del Frente Polisario reside en que no ha aceptado nunca jugar la baza española, sino que se ha basado en el rechazo. Un cambio de postura podría hacerle igual de vulnerable que los otros organismos saharauis tutelados por España.