23 febrero 2023

¿Puede un español escribir una novela de la Revolución Mexicana?

Jovany Hurtado García - eluniversal.com.mx - 23/02/2023

¿Cómo leer 'Revolución'? El español se encontrará frente a una guerra de traiciones e intrigas políticas y el mexicano pensará: "¿Cómo un español escribe de nuestra Revolución?". Y quizá la pregunta tenga mayor sentido en un tiempo donde la visión maniquea de las autoridades ha desterrado el pasado, presentándolo lleno de odios y heridas abiertas. Esto no es así, los siglos han demostrado que la herida de la Conquista ha sido cicatrizada por el lenguaje y que la marca dejada es la memoria de lo sucedido: la unidad de dos culturas que han formado la América Latina que hoy conocemos. La novela de Arturo Pérez-Reverte aparece en un tiempo donde se necesitan fortalecer los lazos entre México y España, y la mejor manera para lograrlo es mediante la cultura.

En 'Revolución' (Alfaguara, 2022) el autor deja al descubierto que ha estudiado la historia de México. Leyó la novela de la Revolución Mexicana y tiene conocimiento del lenguaje utilizado por la sociedad mexicana de principios del siglo XX: “Es la mera verdá. Hasta los pobres se cansan de dar sudor, sangre y mais pa conseguir tan poco. En eso no cambian las cosas, ¿que no?... O llegas arriba y robas, o te quedas abajo y te roban.”

Reverte se permite mirar a la Revolución desde la distancia, y para ello se aproxima desde uno de los grupos revolucionarios, el villismo, con un ingeniero español, Martín Garret Ortiz. ¿Hay un guiño a la historia? ¿Martín representa el mestizaje? ¿Martín Garret es Martín Cortés, el hijo del conquistador? El minero permite ver el tránsito de la Revolución y lo hace desde adentro: en los estados de la república, el pueblo cerrado a la realidad nacional, al igual que Agustín Yáñez lo hizo en 'Al filo del agua' (1947), pero Reverte traspasa la frontera de la novela de la Revolución: transita a la ciudad, espacio donde llegan los grupos triunfantes y se desencadena una etapa sangrienta después del asesinato de Francisco I. Madero. 

La novela se abre a la historia y a su tránsito por el territorio de México. Narra la batalla, el choque de las balas contra los cuerpos de la milicia, la pugna entre grupos, “cuando villistas y carrancistas se fusilaban casi a quemarropa en el borde mismo del canal de riego, entre rugir de disparos, relincho de caballos y gritos de hombres que mataban y morían”. La novela es un pasado más lejano a la misma Revolución. En varios momentos Martín Garret aparece para dialogar con ese tiempo incómodo y poco entendido. El gachupín recuerda a la Conquista: “Aquí no nos gustan los españoles. Nos fregaron hace tres siglos y lo siguen haciendo”. O: “Ah, qué bueno. Porque yo, aquí donde me ve, soy malinchista. De Tlaxcala, como dije. De ahí eran los indios que lucharon al lado de los españoles contra Moctezuma, que los tenía oprimidos…”. 

El autor conoce bien lo que fue el proceso histórico, por ello presenta la asimilación del pasado, pensando que la Revolución sirvió para que los del norte supieran que existían los del sur. Esas miradas que eran ajenas encontraron el punto de confluencia en los problemas comunes que compartían. Pérez-Reverte demuestra que un español puede escribir de la Revolución Mexicana de la misma manera como un mexicano lo puede hacer de la Guerra Civil española. Al asimilar a la otra nación nos encontramos con ese pasado en común donde se localizan las respuestas al presente.

'Revolución' se teje en los conflictos generados por las pasiones y ambiciones que desata el poder, describe de manera muy cuidadosa la personalidad de Francisco Villa y Madero, se deja al descubierto la constante rotación en los personajes que llegaron al poder: Madero traicionado por Huerta, Villa y Zapata por Carranza, Carranza por Álvaro Obregón. Si algo añade Reverte a la novela escrita sobre el proceso armado es la descripción precisa que hace de lo que sucede en el campo de batalla: “Casi con sobresalto, recordó a Genovevo Garza. Lo había visto por última vez durante la carga, pues cabalgaba cerca uno del otro, perdiéndolo en la polvareda final, cuando villistas y carrancistas se fusilaban casi a quemarropa en el borde mismo del canal de riego, entre rugir de disparos, relinchos de caballos y gritos de hombres que mataban y morían”.

En la estructura que Reverte crea aparecen tres mujeres: Maclovia Ángeles –la soldadera, quien juega un papel fundamental en el desarrollo del conflicto armado, no solo alimenta a la tropa, también agarra la pistola y pelea contra el enemigo, carga con la familia y sigue a su marido-; Diana Palmer –la periodista norteamericana viene a describir lo que sucede al otro lado de la frontera, se entera de las conspiraciones y retrata a los personajes, como Villa o Madero, en el extranjero-; y Yunuen Laredo –mujer aristócrata que representa aquella vida del Porfiriato. Su presencia bosqueja la manera en que esa clase social supo navegar en la tempestad para mantener sus privilegios-. Las tres mujeres tienen un vínculo con Martín Garret, forman parte del proceso, y se involucran en él desde las posibilidades que les permite su personalidad misma.

Arturo Pérez-Reverte regresa a un conflicto que marcó la historia de México, lo hace en un tiempo donde es urgente volver a entender ese pasado; lo realiza en un momento donde se vuelve indispensable retomar el diálogo entre España y México, y es con Revolución. Una novela que se tiende el puente que tanto se necesitaba.

¿Puede un español escribir una novela de la Revolución Mexicana? (eluniversal.com.mx)

15 febrero 2023

«La nariz aguileña funciona como notable portador de significado a lo largo de toda la historia de la literatura occidental»

Alexis Grohmann - theobjective.com - 15/02/2023

Por una especie de –me temo– deformación profesional, hace unos años, a raíz de un estudio sobre las novelas de Arturo Pérez-Reverte ('Las reglas del juego de Arturo Pérez-Reverte'), empecé a darle vueltas a la presencia de la nariz en la literatura y, en concreto, a la recurrente alusión a un tipo específico de nariz: la nariz aguileña. Vaya por delante que, sin duda –a no ser que se lleve a cabo un análisis psicoanalítico de mi persona (cosa que rehuiría de todos modos)–, se trata de un interés puramente desinteresado y, a ojos de muchos lectores, probablemente pueril y del todo inútil. Me apresuro a añadir que soy académico. A lo mejor esto ayuda a poner las cosas en su sitio. Pero, quién sabe, quizás a este artículo se le puede extraer alguna lección que nos permite ver más allá de nuestras narices.

Sea como fuere, el caso es que al estudiar las novelas de dicho autor, me di cuenta de que muchos de sus protagonistas, especialmente los de sus primeras novelas, lucen una nariz aguileña y otros, aunque no se especifica, uno se imagina que la tienen, como Falcó o Sidi en las novelas homónimas o el Teseo Lombardo de 'El italiano'. De ahí que empezara a preguntarme sobre el porqué de tal rasgo fisonómico. Me dio en la nariz que debajo de este tipo de nariz yacía un significado oculto. En resumidas cuentas, la respuesta a esta pregunta con la que di es la siguiente: la nariz aguileña revertiana funciona, al menos en los inicios de su trayectoria novelística, como una especie de clave o contraseña, como el símbolo visible de un selecto club de hombres, por así decir. Se trata de un tipo de héroe cansado inspirado en los mosqueteros de Alejandro Dumas a los que Pérez-Reverte rinde culto, las sombras fieles de unos héroes de limpio corazón que en otro tiempo fueron los mosqueteros y que en su ocaso se convierten en unos héroes cansados.

Los héroes cansados de Pérez-Reverte, como de los de Dumas al final de la saga, tienen el alma llena de ingratitudes y desengaños, pero también de buenos momentos, heroísmo y amistad; serán resignados pero valerosos, serenos, dignos y honrados hasta cierto punto o, por lo menos, fieles a unos principios o códigos o reglas del juego que rigen la vida a su entender. Mantendrán a lo largo de toda su vida la lealtad a sí mismos pese a todo lo que les depara la vida y nunca alcanzarán ninguna gloria. Y todos estos héroes lucen, como es el caso de d’Artagnan, una nariz aguileña. Todos estos héroes cansados, indiferentes o resignados han franqueado la línea de sombra y conocen la condición humana, especialmente la que cristaliza en la guerra. El resignado fatalismo de estos personajes es fruto de saber a lo que se van a enfrentar en la guerra o en la vida (la guerra en Pérez-Reverte funciona como la cristalización de la vida llevada a extremos dramáticos). Bajo la capa de la maraña de aventuras, misterios, intrigas y acción que compone sus obras late el motivo del sentido de la vida y la condición humana frente a situaciones límite.

Ahora bien, la nariz corva, encorvada, ganchuda o aguileña es un rasgo frecuente en la historia de la literatura. Ciñéndonos en primer lugar a posibles modelos revertianos, el héroe más famoso con esa nariz es probablemente Sherlock Holmes. El personaje toma esa nariz de su modelo y referente real, el cirujano y profesor de medicina de Arthur Conan Doyle en la Universidad de Edimburgo, el Dr. Joseph Bell, quien según su discípulo tenía ojos agudos, penetrantes, nariz aguileña y rasgos llamativos. En Holmes se basa, a su vez, entre muchos otros, el Guillermo de Baskerville de Umberto Eco, cuya mirada era también «aguda y penetrante; la nariz afilada y un poco aguileña», precisa Eco en 'El nombre de la rosa'.

Remontándonos a modelos de siglos anteriores, Drácula asimismo tenía nariz aguileña, como la tenían también dos de las tres vampiresas de la novela de Bram Stoker (rasgo que en el siglo XIX dio lugar a un debate sobre los presuntos rasgos judíos de la nariz de Drácula). Y al principio de 'Los tres mosqueteros', como dije arriba, d’Artagnan se dibuja como portador de una fina nariz ganchuda; y, a la vez, como actualización decimonónica de nuestro Don Quijote (dicho sea de paso, toda esta descripción inicial de d’Artagnan es un buen ejemplo de la fe de ese siglo en la ciencia de la fisionomía, la posibilidad de sacar conclusiones sobre la estructura interna y la naturaleza del hombre en virtud de la fisonomía o su apariencia; algo de esto late también en la novelística revertiana).

Pues, bien: resulta que el propio Don Quijote de Cervantes, que inspiró a Dumas y a tantos otros, tiene nariz aguileña, tal como se desprende de la descripción que hace de él el Caballero del Bosque en la Segunda Parte. Y quizás no esté de más recordar que en el autorretrato que el propio Cervantes lleva a cabo en su prólogo a las Novelas ejemplares nos habla de su «rostro aguileño» y «nariz corva». Tampoco hemos de descartar la admiración de Arturo Pérez-Reverte por la Antigüedad y los romanos en particular como posible influencia. Fueron éstos precisamente quienes dieron nombre a dicha nariz, la cual era, por cierto, más prevaleciente en Roma que en Grecia –los helenos la teníamos más recta, según todos los indicios; de ahí que el 'Diccionario de la lengua' defina la «nariz griega» como «nariz que ofrece un perfil continuo con la frente»–. Piénsese en las descripciones clásicas de las grandes figuras romanas, como las de Plutarco en sus 'Vidas paralelas', entre las que destaca la nariz aguileña de Marco Antonio.

Creo que este recorrido nos permite vislumbrar que la nariz aguileña funciona como notable portador de significado a lo largo de toda la historia de la literatura occidental. Este atributo se asociaba o se asocia todavía, por un lado, con la fuerza física y mental, con una personalidad dominante o imponente y ascendencia noble, además de con un ideal de belleza masculina en determinados siglos. Por otro lado, llegó a vincularse con la imagen estereotipada del judío astuto y avaro, asociación antisemítica que se consolidó durante el período nacionalsocialista alemán, especialmente a través de caricaturas. A todo esto contribuyó la investigación fisiognómica y frenológica del siglo XIX (la frenología era una teoría según la cual las facultades de un individuo se deducían mediante las protuberancias del cráneo). A muchos autores les fascinaba la posibilidad de poder sacar conclusiones sobre la estructura interna y la naturaleza del hombre en virtud de su apariencia. 

Así podemos ver que el significado de la nariz aguileña ha variado con el tiempo. Fue portadora de significados determinados supeditados a variaciones. Con todo, la idea de que el carácter (moral) de una persona pueda señalarse o revelarse mediante un rasgo facial no está muy alejada de la que transmiten refranes tales como «la cara es el espejo del alma», «hombre narigudo, hombre sesudo» u «hombre narigudo, ingenio agudo». Espero que con todo esto no se les haya hinchado las narices.

https://theobjective.com/cultura/2023-02-15/narices-literatura/

De la Concha rinde homenaje en la RAE a su "maestro Alarcos" y a "Angelín, el poeta"

Tino Pertierra - lne.es - 15/02/2023

Un sentido recuerdo al lingüista Emilio Alarcos ("mi maestro") y a Ángel González ("Angelín el poeta") llevó una emoción de tinte asturiano a la Real Academia Española (RAE) de la mano y la voz del escritor y académico Víctor García de la Concha durante la presentación de su libro 'Grandes páginas de la literatura española'. De la Concha (Villaviciosa, 1934), director honorario de la RAE, dialogó en el salón de actos con los escritores y también académicos Arturo Pérez-Reverte y Soledad Puértolas, presentados por el director de la institución, Santiago Muñoz Machado, quien resaltó la importancia del autor asturiano y recordó que fue "padre" de los Encuentros literarios de Verines. De la Concha tuvo en primer lugar un recuerdo emotivo para su fallecida esposa, Ana, quien le sugirió la idea de un libro que cierra sus páginas con dos autores muy "cercanos a mí, Carmen Martín Gaite y Javier Marías". 

Pérez Reverte contó que "aún le sigo llamando director" y destacó su "trabajo diplomático impagable" de "armonizar las diversas tendencias entre academias y conseguir una armonía entre ellas". Señaló que con tanta información circulando hoy es importante volver a las antiguas maneras "y tener una guía hecha por un sabio y contar con un canon para centrar la atención. La palabra antología es más necesaria que nunca".

Puértolas también subrayó la importancia de una antología que es "una muestra de lo que ha producido la literatura española a lo largo de los siglos, tocada con mano maestra y enfocando el interés de cada autor". La autora preguntó a De la Concha si España es un país de poetas más que de novelistas. Y él respondió: "La poesía es la palabra por excelencia, dotada de toda su capacidad". Sobre todo, a partir del siglo XVI. "Tres referencias a Antonio Machado –intervino Pérez Reverte–, ¿cuántos Quevedos hay?". De la Concha evitó dar una respuesta directa y destacó la importancia literaria de Machado, que "era un hombre poliédrico". Y se declaró un entusiasta de Dámaso Alonso con su lucha por ser "eficaz socialmente" con la poesía.

Pérez Reverte quiso saber más sobre el criterio de selección, y el autor recordó que "he sido profesor toda la vida, tuve maestros excelentes como Emilio Alarcos en Oviedo". De él aprendió a buscar en la palabra la raíz de la creación y de una actitud ante la vida y el hombre y la sociedad. Y ante la propia palabra poética, "que era lo que a Alarcos le preocupaba. Siempre me interesó mucho la fuerza de la palabra, que puede condenar y salvar. Es la teoría básica de mi maestro Alarcos, un hombre eminente en el profesorado español". Un anhelo inalcanzable: "Si tuviera capacidad de creación poética... Pero la fuerza creadora la tiene quien la tiene, puedes conocer la técnica pero esa fuerza la tenéis los que sois escritores". Santa Teresa es otro nombre clave en el libro: "Una escritora monumental".

Volvió Asturias con Ángel González: "Angelín el poeta, así lo llamaban en Oviedo, de una familia de clase media, sus padres lo habían pasado mal durante la guerra, era un gran escritor". Leyó el poema "Camposanto en Colliure", sobre una peregrinación de escritores españoles "rojos" para visitar la tumba de Antonio Machado (de nuevo). "Aquí paz y después gloria...". González era "un maravilloso escritor que tuvo una vida muy dura y agitada. Nos dejó una colección magnífica de poemas". "El lector que sabe buscar", como definió Soledad Puértolas a García de la Concha, señaló que la gran obra de González "sirvió de base para una poesía muy comprometida".

De la Concha, gran defensor de la palabra que "se enriquece aquí y en Hispanoamérica con el fin de extraerle todo el jugo", alzó la voz para criticar ese "disparate absoluto" de que el latín desaparezca de los planes de estudio. "Es un empobrecimiento seguro", afirmó.

https://www.lne.es/sociedad/2023/02/15/concha-rinde-homenaje-rae-maestro-82981785.html

Vídeo completo: https://www.youtube.com/watch?v=a4YtiGCKbnk

12 febrero 2023

Pérez-Reverte y la revolución mexicana

Guillermo Rothschuh Villanueva - confidencial.digital - 12/02/2023

En esos giros repentinos a los que ya nos tiene acostumbrado, Arturo Pérez-Reverte decidió escribir una obra de 460 páginas para volcar su imaginación sobre uno de los episodios histórico-políticos más sobresalientes del siglo pasado en tierra americana: la revolución mexicana. Como apunta Carlos Fuentes en su monumental ensayo 'La gran novela latinoamericana' (Alfaguara, México, 2011), la novela mexicana del siglo veinte estuvo dominada por el acontecimiento más trascendente ocurrido en tierra de los mexicas: la revolución social, política y cultural de 1910-1920. Cuando nadie lo esperaba, Pérez-Reverte vuelve a fabular sobre la ruptura política enraizada en esa vasta geografía. Un fogonazo que alumbró el camino de otros pueblos para sacudirse el oprobio.

La incursión del cartaginés rememora el entusiasmo provocado en los confines del mundo por un puñado de revolucionarios decididos a poner fin al predominio del conservadurismo —el llamado Porfiriato— enquistado en el poder durante tres décadas consecutivas. Sacudirse del yugo de Porfirio Díaz se había convertido en obsesión. La suya es una recreación literaria que aviva el fuego de la pasión. 'Revolución' (Alfaguara, México, octubre, 2022), así a secas, sin ningún ornamento literario, nombra Pérez-Reverte al evento histórico que ganó la mente y el corazón de los mexicanos. Tenía como finalidad eliminar una dictadura que pervirtió —a través del gamonalismo exacerbado— el tejido social, político, económico y cultural de la sociedad mexicana.

Con esa tendencia de partir de hechos concretos que rozan su incumbencia, el personaje central de su disquisición histórica —el ingeniero en minas Martín Garret Ortiz— fue creado a partir de reminiscencias evocadas por su abuelo, quien hablaba en casa de un español metido en los entretelones de la epopeya mexicana. El recuerdo invita al novelista a fantasear a su gusto. Es consciente de sus límites. Sus elucubraciones deben resultar creíbles. El joven Garret Ortiz entra de soslayo en uno de los capítulos más celebrados hasta ahora, en la vida de los mexicanos. No ingresa bajo convencimiento ideológico. La circunstancia que lo induce a unirse a los rebeldes fue fortuita. No tenía ni la más mínima idea en lo que se estaba implicando. ¿Curiosidad? ¿Espíritu aventurero?

Uno de los aspectos más sensibles de su relato no emerge de una decisión reflexionada. ¡No! Garret Ortiz entra de sopetón en un momento crucial de la refriega revolucionaria: el asalto al banco de Cholula. Atraído por los balazos sale en búsqueda de información. Es el inicio. Expone el pellejo sin aspirar a ninguna recompensa. No tenía la más mínima información de lo que era una revolución. Podría afirmar que entró un poco por curiosidad y también coaccionado. Su experiencia en explosivos sirvió de carta de presentación. Una vez conocido su oficio, fue invitado a unirse a la causa. Era más que necesario. Tal vez este sea el aspecto más inusitado: la incorporación de un hombre en las filas guerrilleras, sin tener el más mínimo interés de involucrarse en la contienda.

Los ortodoxos resentirán que Pérez-Reverte haya creado un personaje que a riesgo de su vida participa en una revolución, sin otras credenciales que la de ser funcionario de la mina española La Norteña. Un joven de veinticuatro años aterriza en medio de la convulsión histórica sin tener claro el horizonte. Para los intereses de los armados, Garret Ortiz resultaba providencial. El novelista no muestra el mínimo interés por dotarlo de los atributos que definen a un revolucionario en todas sus letras. Evita construir el perfil de un militante hecho a la medida en los hornos de la factoría revolucionaria. Con el tiempo Garret Ortiz se percata de que participa en un hecho histórico de consecuencias múltiples para los mexicanos. Una sacudida amarga, embebida en sangre.

En el estruendo de los combates y la decisión inapelable de los revolucionarios de continuar adelante comienza a germinar la idea del triunfo revolucionario. La admiración de Garret Ortiz por las tropas insurgentes tiende a crecer y expandirse. Más allá de algunas expresiones negativas, cae seducido por el ejemplo que emana de sus filas. La mayoría de los miembros de la guerrilla participa sin otro motivo que disponer en el futuro de un pedazo de tierra. Una finca, unas vaquitas y algunos caballos. ¿Cómo no admirar a quienes portaban como divisa respetar la vida de sus adversarios? Agredir a las mujeres suponía la pena de muerte, códigos inflexibles a los que ajustaban su conducta los guerrilleros. Garret Ortiz comprueba que actúan con disciplina y convicción.

La cercanía con el mayor Genovevo Garza y demás guerrilleros bajo su mando catalizaron la conciencia de Garret Ortiz. La amistad surgida al fragor de la guerra y la forma como actuaban las mujeres fue una lección contagiosa. Un imán para sentirse atraído por las filas revolucionarias. Aprendió a admirarlos. A sentir aprecio por quienes acompañaban a sus hombres, junto a sus hijos, en una lucha sin cuartel. Maclovia Ángeles, la mujer de Genovevo, era expresión cabal del grupo de mujeres que, asidas a sus hombres, participan en lo más áspero de los combates. La amistad, más que la política o la ideología, cimenta la relación entre Garret Ortiz y Genovevo Garza. Entre ellos surge una corriente de camaradería, sellada por el aprecio y mutua admiración.

Minería y hacienda fueron eslabones mancomunados para que se diera la expoliación de la riqueza mexicana, dos instituciones que drenaron sus recursos y la causa por la que sucumbieron millones de personas. El involucramiento de Garret Ortiz en la toma de Ciudad Juárez le permitió conocer al presidente Francisco I. Madero y a su hermano Raúl. Los dueños de la compañía minera deseaban aprovechar esta relación para continuar recibiendo prebendas del nuevo gobierno. No se había apagado el humo de las metrallas cuando los empresarios ya habían decidido apostar a favor del relevo gubernamental. Una prueba contundente de que las crisis constituyen verdaderas antesalas para que los negociantes de toda la vida puedan seguir sacando ventaja.

Francisco I. Madero acrisola su prestigio en la honradez, en una causa político-militar que arrastra a millones de personas, convencidas como estaban de la urgencia de salir de Porfirio Díaz. Pérez-Reverte exalta el liderazgo del general Francisco Villa. El Centauro del Norte sigue siendo objeto de veneración entre buena parte de los mexicanos. Su figura se agranda en el tiempo, igual que la de Emiliano Zapata. Son artífices militares de una revolución que sedujo a millones. Una clarinada en las tinieblas. Solo la claque conservadora los vituperaba, llenaba de lodo y podredumbre. Sus asesinatos fueron fraguados en los aposentos de una clase política deseosa de mantener sus privilegios. Saldaron sus cuentas mandándoles al matadero. El castigo estipulado por su osadía.

Percibimos el trepidar de las bombas, la angustia de los heridos y la resolución de los combatientes. El compromiso de los alzados burla fronteras. Entraron como tromba en el torbellino de la revolución. El tableteo de las ametralladoras martirizaba los oídos. Las conspiraciones y rivalidades anidaban en cada esquina. Las dudas de Madero, sus flaquezas recurrentes y probada honradez no congeniaban para nada con el ánimo de quienes se sumaron a la revolución únicamente para disfrutar del almíbar del poder. No lo hicieron para redistribuir la tierra entre el campesinado, menos para abatir la injusticia. Victoriano Huerta, matrero y corrupto, enarboló las banderas de la ignominia y la traición embustera. Continúa ocupando un lugar destacado entre los usurpadores.

Como en los partos anteriores, el novelista español utiliza con gracia el habla mexicana. Deje y expresiones confieren sabor especial a la narración. Este mismo recurso usó en 'Sidi', 'Línea de fuego' y 'El italiano', técnica que da prestancia a su disertación. Para degustar cualquier plato uno debe recurrir a los ingredientes que usan los diversos pueblos para sazonarlos. Entre más apegado permanezca un relato a los giros idiomáticos de un conglomerado humano, gozará de mayor eficacia y solidez. El duro aprendizaje alecciona a Garret Ortiz: “Ya lo dicen ustedes los mexicanos. Cuanto te toca, ni aunque te quites; y cuando no te toca, ni aunque te pongas”. "No es así, mi chula". "Para qué les digo que no, si sí, mis cuates". Vayan haciéndose un campito para degustar 'Revolución'.

Para reafirmar las razones que guiaron a Garret Ortiz a involucrarse en esta gesta, el novelista creyó justo rematar con un diálogo. El último tanteo tampoco conduce a aclarar su involucramiento en las acciones militares. Con habitual desfachatez, Pancho Villa cuenta al español que en innumerables ocasiones preguntó a Genovevo: "Tú que lo tratas, ¿qué chingados busca ese gachupín?". Y él siempre se encogía de hombros… "Solo una vez que yo me acuerde dijo algo. Busca que lo truenen o comprender las cosas… Eso fue lo que me dijo mi compadre". Los mandos revolucionarios nunca lograron despejar los motivos por los cuales Martín Garret Ortiz se sumó a la reyerta. Esa duda persistente constituye uno de los logros más sobresalientes y reveladores de la condición humana.

https://www.confidencial.digital/opinion/perez-reverte-y-la-revolucion-mexicana/

06 febrero 2023

"Yo soy un novelista-cazador"

rtve.es - 06/02/2023

Arturo Pérez-Reverte, escritor y académico de la Real Academia Española, ha estado en el '24 horas' de RNE para explicar las claves del éxito de sus novelas y en qué se basa para escribirlas. El escritor cuenta que cuando está creando una novela la planifica con tiempo, la prepara, hace esquemas y diálogos y, posteriormente, ejecuta el plan trazado. Pérez-Reverte confiesa que "los libros se van escribiendo a través de un material que vas acumulando durante toda su vida". Además, se atreve a distinguir entre dos tipos de escritores: el novelista-recolector y el novelista-cazador. Él se define como cazador. Para finalizar, ha lanzado un órdago contra las personas que han cambiado su discurso "para adaptarse a las presiones y a las modas". El escritor asegura que sigue hablando igual que hace 30 años. 

Entrevista en audio:

Arturo Pérez-Reverte: "Yo soy un novelista-cazador" (rtve.es)

05 febrero 2023

Luis Ángel de la Viuda: "Las TV no debería darlas el Gobierno, que monte un canal quien quiera"

Daniel Ramírez - elespanol.com - 05/02/2023 (extracto)

Venimos a hacer lo que ya no se puede en casi ninguna parte. Un hombre menudo y redondo, chaqueta cruzada de lord inglés, va a contarnos cómo era dirigir un periódico cuando había censura. También, cuando algunos de sus redactores llevaban pistola y se emborrachaban mientras escribían sus crónicas. Era crudo. Contradictorio. En aquellos lugares oscuros florecían los mejores reportajes. ¿A costa de qué? Vamos a verlo. Hemos cerrado la puerta. Este es el Ministerio del Tiempo y tenemos permiso para adentrarnos en cualquiera de estas décadas: los treinta, los cuarenta, los cincuenta, los sesenta... Y así hasta hoy. Pero desde un punto de vista privilegiado. El del poder. El de un periodista que ha intimado con Adolfo Suárez, ha grabado los discursos de Franco, ha sido amigo de Juan Carlos I y ha fundado la televisión privada en España.

Creo que su paso por la dirección del diario 'Pueblo' merece un rato de conversación. Lo ha definido alguna vez como “un lugar muy oscuro”. Se habla de alcohol, putas, asesinos… Jesús F. Úbeda prepara un libro muy interesante que lleva por título 'Nido de piratas'.

Es muy difícil describir lo que fue 'Pueblo'. Era un periódico a imagen y semejanza de un personaje llamado Emilio Romero. Y Romero era un antiguo combatiente franquista que, a causa de esa condición, se creía con derecho a todo. Mire, cuando yo llegué, había un director adjunto y más de una decena de subdirectores. ¡Uno de ellos vivía en Colombia!

No le veo problema, fue todo un visionario: teletrabajaba desde Colombia.

Sí, sí [se parte de risa]. La mayoría de la gente no estaba siquiera en nómina. Intenté sanear todo aquello. Cuando me fui, llegaron a sacar las pistolas en una reunión. Hubo una revolución contra el director. Pusieron a Figueroa, que no había dirigido un diario nunca. Un disparate de Martín Villa, el ministro que me echó a mí.

¿Los periodistas iban a trabajar con pistola?

Algunos sí.

Como para discutir un titular.

Había un crítico de... bueno, no diré su nombre. Había un crítico que siempre, siempre llevaba pistola.

Pero, por contra, 'Pueblo' publicaba unos reportajes impresionantes. Y los corresponsales eran muy buenos. Era una gran prueba contra el maniqueísmo de hoy. Aquel diario, encuadrado en el sindicato vertical, se las apañaba para hacer un gran periodismo. De los diarios de entonces que he visto en la hemeroteca, me parece lo mejor.

Sí, 'Pueblo' era una gran contradicción. Se hacía un gran periodismo. Había un bar abajo donde los periodistas se emborrachaban, la gente conspiraba… La pelea entre los redactores para ocupar la portada era tremenda. Por ejemplo, cuando llegué, había una guerra a muerte entre José María García y Ors. Los dos querían la jefatura de Deportes. Nombré a un tercero para desactivar ese polvorín. Iba capeando como podía. Otra cosa buena de 'Pueblo': había más mujeres que en el resto de periódicos. Estaba Julia Navarro, hoy una gran escritora.

Como parece que la entrevista está yendo bien, me meto en terreno pantanoso: usted ha dirigido un montón de medios en una época totalmente distinta. ¿Teme que pueda saltar un 'Me Too' con los directores vivos españoles igual que pasó en Estados Unidos con el cine?

En España somos lo suficientemente idiotas como para que pueda pasar. Creo que no, pero no hay que descartarlo del todo. No lo digo porque haya material, sino porque alguien se lo inventará. No consentí tratos degradantes. Tengo tres hijas.

Volviendo a 'Pueblo': el periodismo parece florecer en esos lugares, en esos nidos de piratas, que dice Úbeda. La pregunta es: ¿a costa de qué? Usted dirá.

A costa de mantener un mundo invivible, injusto y caprichoso.

Detecto que le jode la mitificación de Emilio Romero.

Bueno, es que yo no lo tengo mitificado. Fue un gran periodista, un aceptable escritor y un mal dramaturgo. Una persona con la que no me gustaría haber trabajado. No me gusta ese tipo de gente. Se aprovechaba de las situaciones, llevaba a cabo unos juegos personales muy particulares para lograr lo que quería, su criterio se imponía por encima de todo… No es un tipo humano que me interese.

He hablado con Raúl del Pozo, que estuvo en 'Pueblo' y le manda la siguiente pregunta: “¿Fue 'Pueblo' la gran escuela de periodismo en España?”.

Admiro mucho a Raúl. Cuando yo era director, él estaba de corresponsal en Londres. Lo había mandado Emilio Romero. Le diría que 'Pueblo' fue un lugar donde se hizo gran periodismo, pero que yo no pondría de modelo.

Pedro J. fue el director que acabó con el alcohol en las redacciones. Lo prohibió al llegar a 'Diario 16'. Miguel Ángel Aguilar, hace poco, me dijo que eso fue un grave error, que acabó con el periodismo de verdad.

En eso estoy con Pedro J. Yo bebo alcohol, pero no bebo trabajando. No veo lo que dice Aguilar en absoluto.

Usted no quiso aceptar la dirección de 'Pueblo'. Lo hizo porque se lo pidió el entonces príncipe Juan Carlos. Usted encarnó una renovación en los diarios: llegaba una generación que no había combatido en la guerra, que veía el futuro de otra manera.

Sí, eso es exacto. Estaba trabajando en la comunicación del Banco de Bilbao. Me había convertido en un señorito. Ganaba un muy buen sueldo. Pero, cuando me lo pidió don Juan Carlos, no me pude negar.

Hábleme de Juan Carlos I. Se decía que usted era un hombre del rey. En aquel momento, serlo y haberlo sido era una buena etiqueta. ¿Qué le parecen las informaciones que hemos conocido en los últimos años? Hablo de la evasión fiscal.

El Rey hizo un papel tan importante que… No digo que se le pueda perdonar todo. Pero lo que ha hecho bien gana por 3-1 a lo que ha hecho mal.

Para cerrar el capítulo de 'Pueblo': le he pedido unas palabras para usted a Arturo Pérez-Reverte, que trabajó a sus órdenes allí. Me dice: “No olvido lo bien y duramente que me defendió ante el Gobierno Arias cuando las autoridades españolas decidieron expulsarme del Sáhara por contar lo que realmente ocurría después de la Marcha Verde y el comienzo de una guerra que pretendían tener oculta. Me telefoneó y me dijo: ‘Arturo, hemos luchado y hemos perdido, pero los vas a seguir jodiendo. Te vas de corresponsal a Argel’”.

Arturo era uno de los grandes talentos jóvenes que había en 'Pueblo'. Me alegra que usted me lo recuerde, porque aquella anécdota se había diluido en mis recuerdos. ¡Fíjese! ¡Arturo, pese a lo que ya escribía, no estaba en nómina! Formaba parte, como casi todos, de lo que se llamaba “la pelagra”. Quiero darle las gracias a Arturo. Aprovecho para decirle que le quiero mucho. Mire, yo he querido a mucha gente. Y a éste lo quiero. Además, le leo.

02 febrero 2023

Villa Carmela y los espías italianos: Puente Mayorga estrena su propio paseo literario

8directo.com - 02/02/2023

San Roque ha estrenado hoy, jueves, su segundo paseo literario, tras el gran éxito obtenido por el que se desarrolla en Guadarranque y con Rosalinda Fox de protagonista. Se trata de “Historia de espías: Villa Carmela y 'El italiano'”, y se centra en las labores de espionaje que se llevaron a cabo desde dicho edificio municipal de Puente Mayorga, que hoy en día alberga un centro de terapia ocupacional que gestiona Asansull. Esta actividad es una iniciativa de la Red de Bibliotecas, que dirige la teniente de alcalde Mónica Córdoba, quien además es responsable del Área de la Bahía. Junto a ella participaron en este nuevo paseo literario el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, la edil Belén Jiménez, la presidenta de Asansull, María Luisa Escribano, y la directora del centro, Estela Ríos, así como integrantes de colectivos de la zona y socios del Club de Lectura y de la Asociación Amigos de la Biblioteca.

Esta actividad tiene su origen en un libro: 'El italiano', de Arturo Pérez-Reverte, que narra las operaciones de espionaje y sabotaje llevadas a cabo en la zona por militares de dicha nacionalidad durante la II Guerra Mundial, pero se completa con la rica historia de Villa Carmela, que fue también templo masónico y sufrió incluso un bombardeo. La idea es que de los asistentes de hoy parta el “boca a boca” que anime a más personas a sumarse a esta nueva actividad, aunque hay que señalar que ya están completos los cupos para las dos próximas citas. Se encarga de las explicaciones la escritora sanroqueña Mariángeles Chozas, quien también ha realizado la investigación previa junto al coordinador técnico de Bibliotecas, José Antonio Corral. Asimismo, se ha contado con la información aportada por el investigador Alfonso Escuadra, en especial en lo relativo a las vivencias de Conchita Peris del Corral, la esposa de “el italiano”, el ingeniero Antonio Ramognino.

El paseo literario se desarrolla por los jardines que rodean Villa Carmela, donde se han dispuesto tres grandes paneles informativos sobre la labor de espionaje que realizaron los italianos en la zona durante la II Guerra Mundial. Además, se han instalado otros dos paneles al final del recorrido con multitud de fotografías. En la cita de hoy se ha contado con la participación de dos actores que encarnaban a la pareja protagonista, así como de varios usuarios del centro ocupacional, que hicieron de figurantes en distintas escenas.

Una vez realizado el paseo literario, el alcalde entregó a María Luisa Escribano un detalle en el que se recuerda la colaboración de Asunsull en esta actividad. Felicitó Ruiz Boix al equipo de la Red de Bibliotecas por su trabajo e hizo un recorrido por sus recuerdos de infancia, cuando saltaba con sus amigos la valla de Villa Carmela para bañarse en la piscina. El primer edil también se refirió a los más de diez años de funcionamiento de este centro de estancia diurna para personas con discapacidad, y destacó la “calidad humana” del equipo que lo gestiona. También explicó que dentro de pocos días se pondrá la primera piedra de la nueva residencia de mayores de Puente Mayorga, que se ubicará en Huerta Carrasco, una inversión municipal de dos millones de euros para 30 personas usuarias.

En su intervención, Mónica Córdoba agradeció a Mariángeles Chozas su gran trabajo, porque no sólo ha utilizado el libro de Pérez-Reverte, sino también artículos de Escuadra y ha entrevistado a personas que habitaron la casa y también a vecinos de la zona. También mostró su agradecimiento a Nadia y David, los dos actores que han encarnado al matrimonio Ramognino, así como a los usuarios de Asansull que han participado como figurantes.

Por su parte, María Luisa Escribano destacó la “dedicación” del equipo que trabaja en Villa Carmela, y agradeció al Ayuntamiento de San Roque “porque creyó en nuestro proyecto”. Dijo que, después de los trabajos de adaptación que fueron necesarios para su puesta en marcha, se consiguió un centro “que es una maravilla”. Además de la Red Municipal de Bibliotecas, colaboran en esta actividad la Delegación de Obras y Servicios, que ha acondicionado la zona, así como la empresa municipal Multimedia, que se ha encargado de la cartelería, paneles, fotografías...

Las personas interesadas en reservar plaza para acudir a próximos paseos literarios, podrán hacerlo a través de la Biblioteca de San Roque, al teléfono 956 780 106, extensión 2112. Hay que apuntar que, en todo caso, se siguen celebrando los paseos “El tiempo entre costuras”, sobre la espía británica Rosalinda Fox.

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