30 septiembre 2022

Anécdotas, reverencias, mandobles de sables y reuniones de la RAE en el homenaje a Javier Marías

David Gallardo - infolibre.es - 30/09/2022

Los amigos del escritor Javier Marías se han reunido en la noche de este viernes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para conmemorar su vida, su recuerdo y sus libros. Un emotivo encuentro que ha comenzado con la lectura por parte de Javier Portugués de un fragmento de 'Tu rostro mañana' (2002), en el que se ha celebrado su obra y se ha manifestado el sentimiento de orfandad compartida tras su muerte.

En el acto, moderado por el periodista y escritor Antonio Lucas, han participado amigos con diferentes grados de cercanía e intimidad con el escritor desaparecido. Por orden alfabético, cada uno ha dispuesto de tres minutos (norma impuesta por Arturo Pérez-Reverte) para recordar alguna vivencia o anécdota, con la intención última de demostrar que uno no termina de irse mientras habite en la memoria de los que se quedan. Con la requerida solemnidad, pero también cierto tipo de alegría inherente a lo que es una celebración.

El propio Lucas, como maestro de ceremonias, le ha calificado como "uno de los grandes escritores europeos del último medio siglo, ciudadano atento a los trastornos del presente, amigo elegante, hombre generoso, un centro de alto rendimiento de la inteligencia". "El intelectual robusto que fue requiere de algo más que ocupar espacio en librerías y bibliotecas, requiere no ser traspapelado", ha agregado. Tras esta introducción, han ido pasando por orden alfabético por el atril del escenario Guillermo Altares, Pedro Álvarez de Miranda, Eduardo Calvo, Juan Díaz, Agustín Díaz Yanes, Jorge Fernández Díaz, Jesús García Calero, Alexis Grohmann, Montserrat Iglesias, Manuel Jabois, José Carlos Llop, Mercedes López-Ballesteros, María Lynch, Eduardo Mendoza, Santiago Muñoz Machado, Julia Navarro o Arturo Pérez-Reverte.

Vivencias personales, recuerdos y detalles curiosos como los desvelados por Pedro Álvarez de Miranda, filólogo y miembro de la Real Academia Española, que ha recordado su larga amistad desde la infancia por asistir al mismo colegio, y ha comentado que Marías asistía "muy asiduamente" a la comisión de la RAE "casi todos los jueves", donde era además "muy activo". Y ha proseguido: "Le gustaba mucho debatir sobre el significado de las palabras. En esas reuniones se estudian propuestas que envía la gente o de los académicos y él proponía muchas. Hay palabras en el diccionario que han entrado de su mano. Como chilena, sombrero y piscinazo por su afición al fútbol. También moñas, endiñar, sieso, papirotazo o patanesco, que le gustaba mucho. O digresivo, un adjetivo culto. En esas reuniones era tenaz y correoso, pero era un placer debatir con él. El placer que siempre produce el encuentro con la inteligencia".

El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, le ha recordado como alguien "creativo, atento y crítico con las decisiones que se adoptaban" en las reuniones de la Academia. "Solía molestarle que se incorporaran al diccionario palabras que se ponían de moda porque pensaba que eran efímeras", ha destacado, enumerando palabras que le parecían cursis: "empatizar, socializar o interactuar". Y ha agregado más palabras que están en el diccionario gracias a su empeño: "Agonías, en el sentido de palabra ansiosa; cargar, en el sentido de recibir un castigo; chupasangre o endiñar".

Su gran amigo y compañero de paseos, Arturo Pérez-Reverte, ha destacado la "entrañable ingenuidad" y la "inocencia infantil" de Javier, de quien ha dicho que "siempre fue hasta el final un niño que jugaba". "En nuestras conversaciones, hablábamos muy poco de literatura y mucho de tebeos, películas, John Ford, John Wayne. Un día comentando 'Río bravo' le pregunté si le gustaría tener la pistola de John Wayne, y vi tal ilusión en sus ojos, aunque por supuesto hizo un gesto burlón, que le regalé una reproducción muy bonita. Y vi su cara, cómo lo tocaba. El sueño de un niño. Así que decidí cada año regalarle un arma. reproducciones, modelos inutilizados", ha desvelado. Y aún ha proseguido: "Una vez le llevé una pistola Luger a la RAE. Aquel día, en la Sala de Pastas, le estaba explicando cómo funcionaba rodeados de un montón de venerables académicos y Javier apuntaba sobre todo a Francisco Rico. Yo he visto a Javier apuntar con una pistola a Francisco Rico. Verlo jugar era un encanto. Yo le he visto jugar y he jugado con él. Estoy orgulloso de haber jugado a ser niño con Javier Marías".

Otro de sus grandes amigos era el cineasta Agustín Díaz Yanes, que le conoció a principios de los años setenta en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid. "Estaba claro que iba a ser un escritor de importancia. Lo que nadie pensaba es que iba a ser rey del Reino de Redonda y gracias a su benevolencia íbamos a formar parte de su Corte", ha destacado, para luego relatar una divertida visita a casa de Arturo Pérez-Reverte en la que no faltaron amenazantes y elegantes mandobles de sables por parte de Javier: "Cuando intento acostumbrarme a su ausencia le recuerdo empuñando ese sable en casa de Arturo".

Montserrat Iglesias, gestora cultural, le visitó muchas veces en su casa de la Plaza de la Villa. "La primera vez cuando acaba de mudarse, por lo que la vi llenarse de libros, soldaditos de plomo, pitilleras, pastilleros, todo conservado muy lejos de la mirada muerta del coleccionista. Todo muy vivo", ha contado, para luego añadir divertida: "Recuerdo cuando apareció sobre una de sus mesas un enorme machete o sable que le había regalado su querido Pérez-Reverte. No sé si sería el de los mandobles que ha mencionado Agustín".

Aunque no estaba previsto que hablara, Eduardo Mendoza ha tomado la palabra y ha confesado que ha estado recientemente releyendo parte de las cartas que se intercambiaba con Javier "con la emoción que dan las cosas triviales cuando adquieren una dimensión inesperadamente trascendental y dramática". "A título de ejemplo de las cosas de las que hablábamos, cito de memoria un párrafo de una carta que decía: "Qquerido Eduardo, me parece que el otro día fui de una crueldad rayana en el sadismo con los comentarios que te hice sobre el Barça. Para hacerme perdonar, te mando un vídeo de la película 'Los ases buscan la paz', que es un biopic de Kubala". Este era el tipo de persona que era Javier, culto. inteligente, interesante, instruido, exigente. Lo de 'Los ases buscan la paz' es una de esas tonterías que había olvidado, y al releerla se me puso un nudo en la garganta. Los escritores cuando mueren viven en sus escritos, pero los amigos cuando mueren dejan un vacío irreparable", ha compartido.

Todos los que han ido pasando por el escenario han rendido un sentido y sincero homenaje a uno de los mejores escritores contemporáneos, que, a lo largo de más de cincuenta años como narrador, columnista, traductor, editor y miembro de la Real Academia Española, consiguió aunar el favor y el entusiasmo de la crítica con el cariño y la admiración de innumerables lectores en todo el mundo. Javier Marías falleció a primera hora de la tarde del pasado 11 de septiembre en Madrid por complicaciones en una afección pulmonar que le mantuvo ingresado y en coma durante más de un mes. Entre algunas de sus obras más conocidas se encuentran 'Mañana en la batalla piensa en mí', 'Todas las almas', 'Negra espalda del tiempo' o 'Corazón tan blanco', publicada en 1992 y con la que cosechó un gran éxito. Nacido en el madrileño barrio de Chamberí en 1951, fue autor de un total de 16 novelas con las que ha recogido multitud de premios. Está considerado uno de los escritores españoles más importantes de las últimas décadas, candidato al Nobel y miembro de la Real Academia de la Lengua, en la que ocupaba desde 2008 el sillón R.

https://www.infolibre.es/cultura/libros/sables-mandobles-reuniones-rae-homenaje-javier-marias_1_1329821.html

29 septiembre 2022

Arturo Pérez-Reverte y otros escritores y artistas ya venden NFT en el nuevo "marketplace" de Telefónica

Arturo Pérez-Reverte y otros escritores y artistas ya venden NFT en el nuevo 'marketplace' de Telefónica

Alberto R. Aguiar - businessinsider.es - 29/09/2022

Telefónica está trabajando en un marketplace de tokens no fungibles (NFT). Lo ha anunciado en el Metaverse Day que ha celebrado este jueves, en el que también ha presentado sus alianzas con diversas firmas tecnológicas para impulsar sus capacidades en el desarrollo de experiencias digitales en realidades virtuales o aumentada. Lo singular de este "marketplace" es el nombre de algunos autores que participarán en él. 

Uno de los primeros en ser confirmados es nada más y nada menos que Arturo Pérez-Reverte, renombrado autor de novelas y excorresponsal de guerra. Pérez-Reverte dirige desde hace años la web Zenda, especializada en literatura. De hecho, Telefónica ha alcanzado un acuerdo con Zenda para que además del propio Pérez-Reverte sean otros tantos los autores que cuelguen manuscritos digitales originales en el marketplace de NFT. Dicho mercado es una prueba que ya está en producción, confirmó Chema Alonso, CDO de Telefónica, en una comparecencia ante los medios horas antes del evento. El NFT de Pérez-Reverte se ha creado además desde el ordenador del escritor, avanzó el propio Alonso. Se trata de un manuscrito de un breve cuento no editado titulado 'La noche de los aceros'. Un fragmento del cuento, que se puede adquirir, es el siguiente: "En aquel Madrid nocturno y peligroso, si salías con naipe de más o menos podía tocarte una revisión rápida de tus pecados, si daba espacio a pedir confesión, que no siempre era el caso. Ni a santiguarse daba tiempo, a veces".

Pero el suyo no será el único token disponible a la venta en el nuevo proyecto de la teleco. También estarán alojados creaciones "en exclusiva" de diversos artistas y creadores. "Gracias al apoyo de Fundación Telefónica y a su estrecha colaboración con diversas organizaciones sociales, los usuarios podrán encontrar inicialmente una colección de NFT creados por Javier Mariscal en colaboración con la Fundación World Vision para recaudar fondos y ayudar a las personas afectadas por la guerra en Ucrania", explica la propia compañía en un comunicado. En la plataforma también hay otras colecciones auspiciadas por fundaciones como la Fundación Isabel Gemio o la fundación Gomaespuma. Además, otros artistas como el rapero Chojín está ofreciendo un NFT que registra un lienzo con letras de las populares canciones del artista. Los usuarios que adquieran ese NFT recibirán una copia del lienzo en casa. La teleco avanza que la mayoría de los NFT no superarán los 100 euros de precio —si bien el cuento de Pérez-Reverte ya supera por poco esa cifra en el momento en el que se escriben estas líneas—. Las transacciones se podrán realizar con el token Matic, y solo podrán adquirir estos activos digitales los usuarios que conecten su "wallet" MetaMask.

https://www.businessinsider.es/arturo-perez-reverte-crea-nft-nuevo-mercado-telefonica-1132593

Reunión de trabajo de la Fundéu

fundeu.es - 29/09/2022

S. M. la reina ha presidido este jueves 29 de septiembre la reunión de trabajo de la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) en la Real Academia Española. En la sesión se han abordado diversas cuestiones lingüísticas detectadas en los medios de comunicación, relacionadas con la actualidad más inmediata, desde el lenguaje bélico empleado en las informaciones sobre la guerra en Ucrania hasta el argot juvenil fomentado por el consumo de contenido digital de ida y vuelta entre España y América.

Han participado en el encuentro con su majestad el presidente de la FundéuRAE y director de la RAE, Santiago Muñoz Machado; la vicepresidenta de la fundación y presidenta de la Agencia EFE, Gabriela Cañas; los vocales —la académica y escritora Carme Riera; la académica y escritora Soledad Puértolas; el académico y escritor José María Merino; el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el periodista y escritor Álex Grijelmo—; así como la directora de la FundéuRAE, Olivia Piquero, y los miembros del equipo técnico de la fundación. Asimismo, ha asistido como invitado a la sesión el académico y escritor Arturo Pérez-Reverte.

El lenguaje bélico ha sido uno de los temas centrales de la sesión. Su uso en los medios de comunicación y las cuestiones lingüísticas planteadas a raíz de la guerra en Ucrania han sido objeto de debate. Se ha analizado el tratamiento de la toponimia y su contexto político, que ha llevado a algunos medios a plantearse la preferencia de la denominación ucraniana de territorios. También se ha conversado sobre la manipulación de la información a través del uso de eufemismos y las implicaciones positivas o negativas del uso de metáforas bélicas en otros ámbitos, como en el lenguaje deportivo o el médico. 

Otro de los asuntos de interés lingüístico planteado en la sesión de trabajo ha sido el lenguaje juvenil, concretamente el impacto que tienen en él redes sociales como Twitch o TikTok. Se han identificado en él nuevos flujos de intercambio léxico entre Latinoamérica y España debido al contenido que los jóvenes de uno y otro lado del Atlántico consumen a través de Internet de la mano de streamers y creadores digitales. Términos como stalkear (‘espiar o cotillear a alguien, sobre todo en redes sociales’), bugear o buguear (dicho de un dispositivo, ‘funcionar con problemas de conexión’), hanguear (‘disfrutar, pasarlo bien’) o hostear (‘ser el anfitrión de un evento’) se han puesto sobre la mesa, como también la expresión dejar en leído.  

Asimismo, han sido llevadas a la reunión de trabajo otras cuestiones lingüísticas de actualidad que diariamente consultan periodistas y profesionales de la comunicación a la FundéuRAE. Una de ellas es la creación de la expresión migrantes climáticos para definir a las personas que se desplazan por causas medioambientales. También se ha analizado la adaptación de extranjerismos que van ganando presencia en el discurso público como cancel culture o cultura de la cancelación o la traducción contenido gráfico como calco del inglés graphic content. 

La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), de cuyo patronato es presidenta de honor S. M. la reina, es una entidad sin ánimo de lucro promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE y cuyo principal objetivo es impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación.

https://www.fundeu.es/noticia/el-lenguaje-belico-y-el-lexico-juvenil-temas-centrales-de-la-reunion-de-trabajo-de-fundeurae-presidida-por-s-m-la-reina/

https://youtu.be/6XiXdyaWiCY

28 septiembre 2022

Revolución entre los libreros

María José Solano - zendalibros.com - 28/09/2022

Un año después de la inolvidable historia de amor, mar y guerra en la que Reverte nos marcaba las horas de frío bajo el mar de las batallas del Estrecho, los encuentros en la arena, los nuevos Ulises cansados y las eternas Nausícaas del Mediterráneo, aparece otra flamante historia, 'Revolución', que es “una novela”, como nos indica expresamente el subtítulo en la portada.

En el patio del restaurante mexicano donde el escritor se ha reunido con medio centenar de libreros, esa palabra tan sobada, “novela”, suena en boca del escritor a algo diferente: a thriller de cine, a héroes inolvidables, a mucha vida y muchas lecturas y sorpresas y códigos de amistad y mujeres singulares y paisajes desconocidos. Suena —claro— a inconfundible territorio revertiano.

El escritor cuenta que ha querido escribir una historia “en blanco y negro” con un lenguaje que ha sido para él una vez más, como ocurriera en 'La Reina del Sur' y en los Alatristes, uno de los retos del trabajo artesano de construcción de la novela, que le ha obligado a cabalgar en los acentos como en un campo de batallas. “Aunque ahora tengo la ventaja enorme de contar con la pericia del veterano que lleva treinta años en este oficio”, admite. “El lector, por supuesto, no tiene que notar nada de esto; para él la novela debe ser tan solo el lugar donde quiera permanecer hasta el final de la aventura”, afirma el escritor.

Los libreros escuchan atentos las palabras del escritor. De muchos hombros cuelga una elegante bolsa de tela beige de promoción editorial que abulta porque 'Revolución', que va en su interior, tiene una extensión de casi 500 páginas. Además, la bolsa presenta unas líneas extraídas de la novela que determinan con mucha precisión la sinopsis de esta nueva aventura: “Para él la revolución es el sentido personal de un extraño deber: La lealtad hacia hombres y mujeres a los que admiraba, en cuyas palabras, silencios y actitudes había conocido cosas que no olvidaría nunca, útiles para observar el mundo, la existencia y el posible, o inevitable, final de todo”.

“¿Cómo debería vender un librero esta novela?”. Reverte lanza la pregunta al aire. “Yo no lo sé”, se encoge de hombros. “No es, desde luego, una novela sobre la revolución mexicana; o no solo es eso. México y su revolución son la excusa; el paisaje para contar una historia universal: la del viaje a la madurez en la vida de un muchacho”.

Martín Garret, el protagonista, vive diez años fundamentales de su juventud en esta historia, y esos serán los días que nos contará Arturo Pérez-Reverte en Revolución. En esos años llenos de batallas, amigos, mujeres (“hay tres mujeres, pero de ninguna se enamora Martín; tan solo son la excusa para contar, desde el punto de vista narrativo, el sexo, la compañía, la soledad, el enamoramiento inocente, el dolor”, nos aclara el escritor) el joven ingeniero de minas abandona la inocencia de la juventud para adentrarse en su propia línea de sombra. Esta novela es, en definitiva, la historia de un ser humano descubriendo el mundo.

Mientras algunos libreros tratan de cazar la bandeja de tequilas y los últimos tacos, otros hojeamos con curiosidad el interior del libro, que desprende ese olor inconfundible a tinta y papel; el olor de la felicidad. No es casual, pienso, que la frase elegida para abrir la novela sea precisamente de Joseph Conrad, y desde luego, no es en absoluto coincidencia que ésta pertenezca, precisamente, a La flecha de oro, esa novela de aprendizaje en la que un joven Conrad enamorado todavía de las causas nobles y las mujeres hermosas que se recogen el pelo con un pasador en forma de flecha de oro, contase su historia de manera casi autobiográfica, valiéndose para ello de la carne literaria de un héroe sin nombre: “Te tuvimos siempre por un hombre al que había que dar por perdido”. En las novelas de Pérez-Reverte las citas son certeras como el enigma de la Esfinge.

Ni Jeosm ni yo hemos sido lo suficientemente hábiles como para catar durante la presentación una sola copa de vino, pero llevamos una promesa de aventura bajo el brazo firmada por el autor y una pequeña botella de tequila (detallazo editorial) en la bolsa. Pronto los libreros podrán compartir con toda una legión de lectores revertianos este singular viaje al corazón del héroe.

24 septiembre 2022

«Vivimos en un mundo peligroso, sin sentimientos. Si hubiera dioses, serían dioses injustos»

Entrevista de Virginia Drake - XL Semanal - 25/09/2022

Con su nueva novela, 'Revolución', Arturo Pérez-Reverte "vuelve" a México, pero esta vez a los tiempos de Pancho Villa. Nos propone una historia apasionante de lealtad, de aventuras, de vida y de muerte en medio de un país en llamas. El académico nos invita una vez más a «aprender cosas fascinantes» con solo abrir uno de sus libros.  

Se llama 'Revolución' la novela con la que Arturo Pérez-Reverte nos hace viajar en el tiempo al México convulso de Pancho Villa. Al más puro estilo Reverte, es una novela de aprendizaje a través de las balas, las mujeres, los paredones, la geometría de la guerra y los revolucionarios con causa pero sin futuro. En esta ocasión, la lealtad, el honor y las reglas tienen acento mexicano y se escriben como suenan, o como sonaban a principios del siglo XX. Es una novela para ser leída en blanco y negro y oída en mexicano.

Parece que ha cogido carrerilla, publica libro por año.

No, no. Los libros se van acumulando, no los empiezas y los terminas en un año; van sedimentándose durante mucho tiempo, en el que reúnes material, tomas notas…

En este momento, ¿tiene varias novelas en sedimentación?

Sí, tengo algunas novelas que escribiré dentro de dos o tres años, si sigo vivo. A lo mejor luego no las escribo... o sí.

El caso de 'Revolución'…

Llevaba muchísimos años gestándose y en su escritura concreta he tardado año y medio.

Ha contado que de niño oía en su casa la historia de un ingeniero de minas que, como Martín Garret, el protagonista, se fue a México.

Uno de mis bisabuelos dirigía las minas del conde de Romanones. En la carrera se hizo amigo de otro ingeniero que se marchó a trabajar a un consorcio de minas de plata en México y, desde allí, escribía cartas a mi bisabuelo en las que le contaba lo que pasaba.

Coincidió con la revolución de Pancho Villa y Emiliano Zapata.

Sí, aunque no le pasó todo lo que le pasa al protagonista, claro [sonríe]. Con frecuencia, en mi casa salía ese tema y yo, desde muy pequeño, tuve curiosidad y compré muchos libros sobre México puedo tener más de cincuenta y fui allí en varias ocasiones. Al final, año y medio de escritura, pero toda una vida de acumulación de material.

El gachupín español de su libro tiene mucho de usted.

Uno escribe con lo que lee, con lo que imagina y con lo que ha vivido. Mi biografía tiene una parte violenta de la que voy tomando material para mis novelas.

Yo lo imagino de joven reflexionando como Martín Garret.

Cuando fui a la guerra por primera vez descubrí que allí había reglas geométricas de vida y de muerte muy interesantes. Es cierto que le presto mi mirada en esa manera de descubrir el mundo a través de las mujeres, de la revolución, de la guerra, de la amistad y de la lealtad.

Lo reconozco en esa escena en la que a Martín lo van a fusilar y, cara al paredón, se preocupa por el cabezazo que se va a dar contra el muro, algo que vivió usted en Nicaragua.

Sí, esa escena es literal. Hay cosas que no se pueden inventar porque si no las has vivido no puedes imaginarlas [sonríe].

Ha dicho: «No tengo ideología, tengo biblioteca». ¿La ideología es para los que no tienen cultura? ¿Los está llamando "analfabetos"?

Evidentemente, esa es una frase que da que pensar, pero solo es una frase. Creo que es el analfabeto el que la toma contra él. Yo cuando escribo lo hago para personas que leen, a las que supongo inteligentes.

Oiga, no se meta conmigo, que solo estoy preguntando.

No, no, no me meto contigo. Si alguien no es lo suficientemente inteligente para captar de qué estamos hablando, que se dedique a leer a otro.

¡Hala! Volvamos al libro. Todo un académico de la lengua ha escrito una novela redactada como suena la jerga popular.

Para mí esa ha sido la parte más divertida. Los personajes hablan como lo hacían en 1913. Desde 'La Reina del Sur' me ha fascinado la extraordinaria creatividad lingüística del analfabeto mexicano porque su falta de cultura le da una osadía muy ingeniosa y riquísima de la que en España carecemos.

Sorprende que un académico de la lengua escriba sus expresiones como suenan, sin reglas ortográficas.

Sí, sí [sonríe], yo quería que el lector los oyera hablar. Y eso requiere un trabajo minucioso, lento, lo más perfecto posible. Habrá algún fallo, por supuesto, al fin y al cabo soy español.

Y consigue que los malos parezcan buenos, los buenos malos, y todos muy violentos: marca de la casa.

Pasa en todas mis novelas [ríe]. Precisamente porque empecé a moverme muy joven por ese mundo, descubrí que el bien y el mal son conceptos muy relativos. He visto a personas que por la mañana son héroes y por la tarde unos villanos asquerosos. Y esto no es teoría, lo he visto. Tú, que eres una señora elegante, educada y culta, podrías ser de pronto una mala bestia, como yo podría serlo también. Hay mil razones para generar odios, venganzas… Mi obsesión en la vida, como periodista, columnista y novelista, es intentar demostrar a mis lectores que el ser humano no es bueno o malo, sino las dos cosas a la vez.

¡Ni perdón ni piedad! Los seguidores de Pancho Villa no hacían prisioneros, los fusilaban si no se unían a su causa. Pienso en la escena en la que mandan al paredón a un corneta que no cumplió los 13 años. 

Se fusiló muchísimo, sí; la revolución mexicana fue una atrocidad.

Pero nos hace creer que actúan con códigos de honor. ¿La lealtad a Pancho Villa justifica esa barbarie?

Esa lealtad es muy mexicana. La figura de Pancho Villa la trabajé mucho porque me interesaba el personaje en sí mismo.

Emiliano Zapata, en su novela, está casi eliminado de la Revolución.

Sí, porque Zapata luchó en el sur y Villa en el norte, y yo tenía que elegir. La del sur era una guerra más clara, como ahora, de gente pobre; la del norte era más compleja, y por eso la elegí.

En 'Revolución' hay tres mujeres claves: una periodista americana con poca ética, que no cae nada bien; una bella mujer de clase alta, elegante y egoísta, que tampoco; y una revolucionaria poco agraciada y analfabeta, paradigma de la generosidad y la lealtad.

La periodista no me la invento, está basada en una mujer que cubría en Europa la Guerra Mundial, y no pretendo que caiga bien. La pija tiene unos ojos de cuarzo líquido muy bonitos, una mujer muy lista que solo aspira a que le vayan bien las cosas, se mueve por intereses. Por eso la interesante es la soldadera, porque es la mexicana mexicana, y que tampoco me la invento, porque de ella hay relatos, fotos, novelas, películas… Representan la sumisión al hombre, y si este muere se van con otro. Las tres mujeres tienen mucho peso. De las tres aprende el protagonista. Siempre he dicho que en el aprendizaje de un hombre las mujeres son fundamentales. Quien no accede al conocimiento que le brindan las mujeres se queda a medias. Nadie conoce la vida si no la ha visto a través de una mujer; sin mujeres habría sido incompleto.

¡Qué frase para alguien que algunos tildan de machista! [Risas].

Eso lo dicen las feministas, pero no las inteligentes. El que dice «Reverte es un machista» no ha leído ninguna novela mía, porque en todas las mujeres son personajes muy potentes. Hay un tipo de feminista elemental, analfabeta o primaria que dice esas cosas.

Hablando de frases, cito textual: «Las balas tienen ideas propias. Las disparan los hombres, pero las reparte Dios».

¡Jajaja! Esa frase es muy mexicana, refleja la resignación fatalista.

«Era un presente tan intenso que lo dispensaba del futuro». ¿Vivían la revolución de tal manera que, al final, les daba igual si tenía o no futuro su causa?

Exacto. Eso también lo he vivido yo. La situación es tan intensa que te da igual lo que vaya a pasar en el futuro: solo existe el presente. Están metidos en una burbuja en la que no existe el pasado ni el futuro, y esa es una sensación muy interesante.

Hay que estar muy trastornado para sentir satisfacción al matar.

Yo conozco gente a la que le gusta matar, sin duda. Pero es que matar forma parte de las reglas, y ellos las asumen. Lo que no podemos hacer es aplicar nuestros criterios morales a esas situaciones. Tus sentimientos o los míos no tienen nada que ver con los de un campesino analfabeto del año 1915. Yo no romantizo a los personajes, no los lavo, no los blanqueo. Son unos hijos de puta, pero unos hijos de puta interesantísimos, fascinantes.

Los revolucionarios que describe, salvajes, por cierto, saben morir con honor. Describe que a uno, pegado al paredón, no se le cae al suelo la ceniza del puro que fuma.

Esa asunción de la muerte es muy mexicana y esa escena de la ceniza también la he visto, es un caso real. Fui testigo de un tipo al que no le tembló el pulso hasta el final. Hay cosas del ser humano que me admiran, y la dignidad ante la adversidad siempre me ha conmovido.

¿Ha visto muchos fusilamientos?

Sí. Yo he visto a un tío al que fusilaban en pijama y no se arrugaba ni suplicaba por su vida, daba por sentado que esas eran las reglas. En mi vida y en mi literatura las reglas son importantes.

¿También las injustas o innecesarias?

Vamos a ver. Vivimos en un mundo peligroso, sin sentimientos. Si hubiera dioses, serían dioses injustos que maltratarían a los hombres. Frente a eso hay dos formas de reaccionar: protestar porque son injustas o aceptar que esas son las reglas. A mí los que asumen las reglas me encantan.

El ingeniero español, al que yo le veo muchas cosas suyas, dice que él se une a la revolución pero que no es revolucionario, pese a que terminó formando parte del Estado Mayor de Pancho Villa. ¿Me lo explica?

Martín tiene mi propia mirada. Él no quiere cambiar el mundo, él ve que la revolución es una escuela: «Aquí aprendo cosas. Observando a esta gente aprendo cosas sobre la vida y sobre mí mismo». Es el aprendizaje lo que lo lleva a la revolución y, cuando ya ha aprendido, se va. Regresa a la vida normal, pero con otra mirada.

Aprender matando y jugándose la vida…

Es que esta es la clave de la novela: el aprendizaje. Él no cree en la Revolución, no está ahí por ideales, él está ahí porque siente que está aprendiendo cosas fascinantes. Para mí este es el eje de la novela. Y para mí es muy importante usar a un tipo que tiene una carrera técnica. No quería un tipo de mucha literatura, que hubiera leído a Homero o a los románticos, yo quería una cabeza técnica, racional.

El ingeniero pone su ciencia al servicio de la violencia, ¡qué paradoja!

Eso siempre ha sido así y, además, la violencia hace que la ciencia progrese porque todas las guerras son adelantos científicos enormes. Tristemente, la historia de la humanidad es esa.

Y utiliza a un español, pese a que los mexicanos desconfiaban de ellos: «Los españoles nos fregaron durante tres siglos, solo sirven para ahorcarlos».

Pancho Villa odiaba a los españoles y, si podía, los mataba. Pero aquellos revolucionarios distinguían entre el español de España (Martín) y el de allí. Poco a poco van aceptando que él no es un español de los convencionales.

¿En México va a chirriar su novela?

No, les va a interesar la mirada de un extranjero sobre su revolución, y todo el material mexicano que he manejado lo conocen de sobra.

Cada vez que uno de sus personajes quiere justificar la corrupción o una salvajada dice: «Es que esto es México».

[Ríe]. Porque esa mezcla de crueldad, de ternura y de violencia es puramente mexicana. México es un lugar fascinante; si yo fuera mexicano tendría miles de novelas para escribir. Conozco muy bien toda América y es muy interesante, pero México me fascina por su relación con Estados Unidos, por su historia, por lo español… Cuando conoces México llegas no a justificar pero sí a comprender las causas de la corrupción y la violencia. La Revolución Mexicana es una sucesión de ocasiones tristemente perdidas. Tú vas ahora a México y dices: ¿aquí ha habido una revolución? ¿Para qué? Tantos muertos, tanto sufrimiento, tanta gente buena, tanto heroísmo, tanta barbarie, tanto fusilamiento, tanto paredón… ¿Para qué? ¿Para estar como están? Fue una hermosa causa fagocitada por los de siempre. Como ocurrió en Nicaragua, una revolución que yo viví, ¿para que ahora Daniel Ortega esté haciendo de aquello su finca y su feudo? Esto es muy frecuente en América.

Tanta barbaridad, ¿para nada?

Sí, pero hay algo que estamos olvidando y que es importante tener en cuenta, y es que ha pasado un siglo de todo aquello. Ahora hay cosas que nos horrorizan porque nos parecen contrarias a todo lo que somos, pero entonces no éramos así. En las guerras españolas del siglo XIX, en las guerras de liberales y carlistas, en la guerra turco-griega, en la Primera Guerra Mundial… matar al enemigo era absolutamente cotidiano. No lo justifico, pero a nadie le sorprendía que los turcos fusilaran a quinientos armenios o que ahorcaran a cincuenta mil. Qué horror, sí, pero en aquel tiempo la vida no se valoraba igual que hoy, nuestra mentalidad no es la misma. En mis novelas siempre intento llevarme al lector a que mire desde allí: ven conmigo, sumérgete en este mundo, vívelo, huélelo, siéntelo y entiéndelo. No justifícalo, entiéndelo.

Hoy en México asesinan a dos periodistas al mes, aunque quizá el problema tenga que ver más con el narcotráfico.

El narco ha anidado en el país de la violencia, y ahora les parece algo tan natural que a nadie le sorprende. Pero antes de ser narcoestado también asesinaban, y en Juárez matan a mujeres. México hay que entenderlo y conocerlo porque es un país violento y lo ha sido siempre, no hay que irse al narco. El campesino también se cargaba al vecino o al policía… Lo de México es terrible: es un país maravilloso que está siendo destruido por los propios mexicanos.

El presidente de México, al que, por cierto, usted llamó "imbécil"…

[Interrumpe]. Con todos los motivos.

—...exigió el perdón público al Rey de España y al Papa por lo que considera que fue un genocidio durante la conquista de América.

Y a mí también me hizo el honor de poner una foto grande mía mientras pedía mi rectificación, pero yo no rectifiqué nada.

Sin embargo, el papa Francisco lo ha hecho hasta en tres ocasiones.

Bueno… este Papa es muy así.

¿Muy cómo?

Es jesuita, tiene una escuela sinuosa y él tiene sus motivos.

A lo mejor acabamos teniendo tres sumos pontífices vivos.

Pues es posible, no lo descartes. Pero es un tema que no me interesa. Y no estamos aquí para hablar del papa, sino de mi libro. No es asunto mío, quien lo compre que lo maneje. Yo ni lo compro ni lo manejo.

Pero estamos hablando de México… y de reparaciones.

Lo de las reparaciones entra dentro de una tendencia, sobre todo de los últimos veinte años, demagógica y populista que recurre a lemas fáciles para gente fácil de manejar. Pero, bueno, hay quien compra ese discurso y yo mantengo el mío fuera de eso.

Termino con una frase amable. Umberto Eco ha dicho: «Me gusta Reverte porque me recuerda a Dumas y a Salgari». ¿Se ha inflado como un globo?

Le agradecí mucho esa frase, viniendo de un maestro.

https://sevilla.abc.es/xlsemanal/personajes/arturo-perez-reverte-nuevo-libro-revolucion-mexico-novela.html

"Si fuera un joven autor haría guiones de series o videojuegos"

Efe - 24/09/2022

El periodista, escritor y académico Arturo Pérez-Reverte ha confesado este sábado en la cuarta jornada de Blacklladolid que si él fuera un joven autor escribiría guiones de series de televisión o videojuegos, que "son los nuevos mecanismos narrativos para contar historias". Pérez-Reverte ha cerrado esa cuarta jornada del foro de novela negra de Valladolid, que acoge el castillo de Fuensaldaña, junto con una charla con el escritor y periodista argentino Jorge Fernández Díaz, en la que, según ha detallado la organización del Blacklladolid en un comunicado, han compartido historias reales e imaginarias. "Si yo fuera un joven escritor escribiría guiones para videojuegos o para series de televisión. Y no lo digo como algo peyorativo, porque lo que importa es la historia que estamos contando. Los escritores utilizamos unas herramientas para hacerlo. Dentro de 30 años los chavales no van a leer novelas de papel. Los videojuegos y las series de televisión son los nuevos mecanismos narrativos para contar esas historias", ha planteado Pérez-Reverte.

Fernández Díaz ha considerado, por su parte, que "está naciendo una novela policíaca latinoamericana y en ella el estado es el asesino. Nunca se había tenido que exiliar un autor por escribir una novela policíaca. Eso le ha pasado ya a Sergio Ramírez en Nicaragua", ha alertado. Con la novela policíaca como centro de la conversación, para Pérez-Reverte "cuando tienes una edad y has leído todo lo que puedes leer hay muy pocos libros que te llamen la atención. Hay novelas que te aburren porque ya has leído mucho. La novela policíaca todavía me produce ese escalofrío, esa necesidad de llegar al final".

Esta segunda edición de Blacklladolid se celebra del 21 al 25 de septiembre en formato de conversaciones, con la participación, entre otros autores, de Arturo Pérez-Reverte, María Oruña, Jorge Fernández Díaz, Santiago Posteguillo, Eloy Moreno, Blue Jeans y Ferrán Centelles.

https://www.20minutos.es/noticia/5063360/0/perez-reverte-fuera-joven-autor-haria-guiones-series-videojuegos/

23 septiembre 2022

"De tanto mirar a las mujeres, sobre todo de joven, descubrí su superioridad"


Entrevista de Ana Trasobares - esquire.com - 23/09/2022

Muchos conocimos a Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) en el telediario cuando cubría como corresponsal de guerra conflictos armados en Chipre, Líbano, Malvinas, Golfo Pérsico, Angola, Bosnia. Otros le redescubrimos después a través de sus novelas: 'La tabla de Flandes', 'La Reina del Sur', 'Territorio comanche', 'Las aventuras del Capitán Alatriste', 'El pintor de batallas'. Y los más jóvenes saben de él por las redes sociales, donde el académico de la RAE habla de literatura y también de lo que él considera que es una estupidez. En todas sus vertientes hay un denominador común: entender la naturaleza del ser humano, y si es en situaciones extremas mejor, “pues es ahí donde uno realmente da la cara”, dice.

Hoy somos nosotros los que queremos entender al hombre que hay detrás de sus palabras, ese que tiene un buen batallón de amigos y también un regimiento de gente que no le traga. “Yo soy un buen tipo, de verdad. Otra cosa es que la vida o las circunstancias den otra imagen de mí. De hecho hay gente que venía detestándome y que, tras sentarnos a charlar, al final nos hemos hecho amigos”.

Lo que dice lo dice en nuestra casa, en los platós de Hearst España. Le hemos invitado para que nos cuente de qué va su nueva novela, 'Revolución' (Ed. Alfaguara), que sale a la venta el próximo 4 de octubre, y nos hable de paso de su vida hasta donde nos deje preguntar. Llega por su cuenta, puntual, para posar delante de la cámara. No ha querido estilismo ni retoques. Tampoco le hacen falta. Él siempre ha sido un dandi, hasta con el chaleco antibalas y esas gafas de pasta con las que retransmitía sus crónicas bélicas. En la distancia corta se me hace pequeño, aunque enseguida evidencia su grandeza a base de amabilidad, una educación extrema y reflexiones para subrayar. Aquí el Pérez-Reverte que pocas veces nos han contado.

Emiliano Zapata, Francisco Villa, Porfirio Díaz. Vuelve usted con 'Revolución' a la novela histórica con grandes dosis de aventura. ¿Es el género que más le estimula como escritor/lector?

La aventura unida a la historia tiene una ventaja: lo hace más divertido para el escritor, y supongo que también para el lector. Por lo menos a mí me pasa. Agarrar la historia, utilizar un marco real y falsificarlo con una intervención semiclandestina, manipulando e introduciendo personajes imaginarios en un espacio real, resulta muy agradable. Es como jugar.

¿Puedo decir que la palabra que le define es "jugador"?

Absolutamente, sí. Soy un jugador, que no ludópata, desde niño. Hay un aspecto de la literatura y de la vida al que siempre he sido fiel, y es al juego. Me gusta mucho jugar. Escribir es como jugar a disfrazarse de pirata, bandolero, gladiador… Igual que cuando uno es pequeño. Para mí la diversión, el placer y el jugar es un motivo tan poderoso como cualquier otro para escribir una novela, si no más.

Entonces eso del dolor creativo no va con usted, ¿no?

No, yo soy un escritor feliz. No tengo angustias creativas. Tengo historias que contar y las cuento.

¿Y tiene tantas como para publicar una nueva casi todos los años? Algunos se maravillan con su nivel de producción.

Soy prolífico porque soy disciplinado. Para mí la escritura es un trabajo, no es un arte. A mí no me llegan las musas. Por la mañana me levanto a las ocho y trabajo ocho horas, aunque no tenga ganas. Pero reconozco que me hace inmensamente feliz. Durante el año que más o menos tardo en escribir una novela me documento, leo, viajo, como y observo todo ese mundo que voy a retratar. Y cuando termino busco otra historia que llene el vacío de ese punto final.

México, primer tercio del siglo XX. Estalla la revolución y aquello es un caos de sangre y traiciones. ¿Por qué viaja con su nuevo libro hasta allí?

Se lo debía por varias razones. Una es que mantengo una relación muy estrecha con el país 'La Reina del Sur' es una novela muy importante para mí y otra muy íntima y familiar es que esta novela arranca en mi infancia. Uno de mis bisabuelos paternos, ingeniero de minas que dirigía unas explotaciones primero en Linares y luego en La Unión y en Cartagena, tenía un amigo, compañero en la Escuela de Minas, que fue a trabajar a México en esa época. Desde allí le escribía cartas a mi bisabuelo contándole que habían llegado Pancho Villa y Zapata, y todo lo que allí veía. Esas cartas siempre estuvieron en casa, mi abuela me hablaba mucho de aquello, y se quedó en mi cabeza. Muchas novelas te acompañan durante los años. Solo hay que esperar el momento adecuado para escribirlas.

¿Por qué dice que 'Revolución' es en cierta medida una novela autobiográfica, si usted no vivió aquello?

Por la mirada que le presto a su protagonista, Martín Garret Ortiz, un joven ingeniero de minas español que recién llegado a México se encuentra con el estallido de la revolución. Yo nunca escribo novelas que tengan que ver directamente con mi biografía, a excepción de 'El pintor de batallas', pero sí utilizo mi biografía para escribir novelas, apoyo en ellas muchas cosas vividas. Cuando empecé a escribir esta novela necesitaba un hilo conductor y entonces me di cuenta de que podía hacer un paralelismo entre su vida y la mía. Cuando yo fui a la guerra por primera vez, junto al horror y la barbarie descubrí que también era una extraordinaria escuela de lucidez sobre la vida y el ser humano. En la guerra aprendí que mirando, observando, ves cosas que a lo mejor tardarías años o décadas en descubrir en una vida normal.

¿Qué otras cosas le enseñó la guerra?

La guerra me descubrió las reglas geométricas e implacables que rigen el universo y a los seres humanos, reglas crueles, sin sentimientos, que te dan esa lucidez al ver al ser humano hacer lo extremo, lo hermoso, lo siniestro. Eso es lo que mi personaje descubre a través de lo que yo he vivido. Mi biografía es una biografía compleja. No solo la llené con libros y películas. Viajé muy joven, estuve en lugares de mucha violencia y mi mirada se educó entre lo leído y lo vivido. Yo vi la guerra como Martín Garret la revolución.

Habla de lo leído. ¿Los libros le ayudaron para sobrevivir en medio de la batalla?

Claro, yo he leído mucho, y cuando estaba en las guerras proyectaba mis lecturas, las interpretaba: veía a los griegos, a los romanos, a Héctor, Aquiles, a Áyax, al Cid, a Conrad… Ver al ser humano en el mismo día siendo un héroe por la mañana y por la tarde un asesino es una lección de vida. Eso para un joven de 22 años que tenía yo entonces cuando empecé como corresponsal de guerra es un golpe psicológico no negativo, sino un "flash" positivo.

¿Cuántas veces ha pensado “de esta no salgo vivo”?

Muchas veces. ¿Cuántas? No sé, cien o ciento y pico. Yo era buen periodista. En el mundo en el que me movía (fue reportero de guerra desde 1973 a 1994) había que serlo para sobrevivir. Había trucos nobles para ejercer el oficio, pero lo que nunca me falló fue entender e interiorizar los códigos de mi interlocutor: observar, aprender y apelar con humildad: “Si me matas te comprendo, pero si no lo haces te estarás portando como un hombre de honor”. Todo ser humano quiere sentirse en algún momento caballeroso, digno, leal, noble… hasta los infames. Y no es hipocresía, ojo, porque si finges lo notan. El error del occidental es funcionar con sus propios códigos. Esto que aprendí en la guerra, y otras muchas cosas más, se las presto al personaje de 'Revolución'.

Comparta algún episodio extremo de su vida.

Una vez entré, por una serie de circunstancias, en una cantina mexicana, en el barrio de Tepito, un barrio muy peligroso de México D.F., y me dije: “Arturo, de aquí no vas a salir vivo. Si me largo, me van a seguir y me van a trincar en la calle”. Entonces miré y vi al que me parecía más peligroso y fui hacia él y le dije: “Disculpe, como soy español y no conozco las costumbres, quizá he hecho o dicho alguna cosa incorrecta. Le ruego que me disculpe, pero tengo mucho gusto en invitarle a usted y a todos sus compañeros a un tequila”. Fue decir eso y cambió absolutamente todo. Y al final me acompañaron, me invitaron, me contaron… Eso lo he hecho mucho. Y repito que no es hipocresía. Yo siempre procuro aprender de la gente que me rodea. Así soy.

En la guerra y en los conflictos los hombres siempre son los protagonistas, pero las mujeres también jugamos un papel importante, y usted lo refleja siempre en sus novelas.

Es que estoy convencido de que si el varón cambia con la guerra, con la vida, con la violencia, también cambia con las mujeres. Cuando un hombre se acerca a una mujer y la mira de verdad se queda fascinado y a veces aterrado. No hay nada más peligroso que una mujer herida o dispuesta a pelear por lo que cree u odia. Las mujeres son más valientes, más inteligentes, más decididas. Cuando toman una decisión, su consecuencia es asombrosamente coherente. Tengo una teoría: la mujer ha pasado tantos siglos callada y observando, mientras el hombre salía a cazar mamuts, a hacer la guerra o al fútbol, y ellas en casa pariendo hijos para la guerra, siendo motín del vencedor o moneda de cambio, que ha ido adquiriendo unos conocimientos sobre el hombre y la vida de los que el hombre carece. Lo llevan en su código genético. Yo he aprendido más de las mujeres que de los hombres. Y de tanto mirarlas, sobre todo cuando uno es joven, descubrí su superioridad intelectual y moral. No hay más que comparar a un niño y a una niña de la misma edad para darse cuenta. Por eso en mis novelas siempre hay mujeres fuertes, listas y valientes.

En 'Revolución' hay tres ejemplares magníficos. Sin hacer "spoiler", ¿quiénes son? 

Maclovia Ángeles, analfabeta, guerrillera que va con la revolución, una mula de carga, infeliz, que sigue a su hombre hasta que le matan y acaba con otro porque alguien tiene que protegerla; lúcida, con coraje y resignación, valiente, dura, útil. Luego está Yurem Laredo, con la astucia y los egoísmos e intereses de la clase alta. Para ella el mundo está a su servicio. La belleza unida al dinero crea este tipo de personaje. Y una tercera protagonista es la periodista americana Diana Palmer, inspirada en una mujer real, que viaja, lee, vive. Esa mujer no me la invento. En aquella época había varias mujeres que viajaban y trabajaban como periodistas, como Nellie Bly, que dio la vuelta al mundo, como muchas hicieron, como corresponsales en la Primera Guerra Mundial. Estas tres mujeres representan tres vías de acceso a la lucidez para el protagonista, Martín Garret.

Y usted, que dice haber aprendido tanto de las mujeres, ¿ha sabido conservar a lo largo de su vida a sus grandes amores?

A ese tipo de preguntas no contesto. Ni lo he hecho ni lo haré ["Off the record" sí responde, no sin antes recordarme que nunca en la vida se ha dejado fotografiar acompañado].

Hablemos entonces de lo que le gusta hacer cuando no trabaja.

Leer, navegar y escribir, por ese orden, es lo que más me gusta hacer en esta vida.

¿Y lo que más detesta?

La estupidez humana, incluida la propia, porque yo también soy estúpido muy a menudo. Cuando era joven pensaba que era la maldad lo que más asco me daba, pero ahora sé que es la estupidez. Es más peligroso un estúpido que un malvado. Juntas a un malo y a mil tontos y tienes 1.001 malvados.

¿Por eso le gusta dar caña a sus "haters"?

Ni me gusta ni me entretiene provocar a mis "haters". Para mí las redes sociales tienen tres funciones: son un medio de comunicación muy potente con mis lectores [en Twitter tiene 2,4 millones de seguidores]; dos, me permite observar los procesos y aprender lo que no sé o lo que creía saber, pero nunca debato. Yo planteo un tema y me retiro. Alguna vez he entrado al trapo, pero pocas; y tres, son una válvula de desahogo ante la estupidez, la violencia o mi propio mal humor. Si algo me amarga, una patada al hormiguero me alivia.

Cuando se mira al espejo, ¿qué ve?

A un tipo de 70 años que envejece, obvio. Pero el hecho no me acompleja. Es más, yo siempre digo de mí mismo que soy un viejo. Claro que fui joven, como todos. Y a los jóvenes ya les tocará ser viejos, si tienen suerte. Yo he tenido suerte porque lo puedo contar. Otros amigos míos no lo han contado.

De niño, ¿a qué jugaba?

A emular la película o el libro que había visto o leído el día anterior. Veía una película de piratas y era un pirata; leía una historia sobre exploradores en el Ártico y era explorador; veía 'Ben-Hur' y jugaba con mis amigos a gladiadores; leía 'Los tres mosqueteros' y era espadachín. Mis juegos siempre estuvieron condicionados por la lectura o el cine. Yo no conocí la televisión hasta los 12 años. Y no era de jugar al fútbol, ni a las canicas ni al escondite. Era de jugar a juegos que requerían imaginación. Y como yo tenía imaginación, en torno a mí se juntaban los amigos que se dejaban seducir por mis historias y compartíamos aventuras. Tuve una infancia muy feliz en ese sentido. Incluso cuando hoy navego, porque el mar es mi otra vida, para mí también es un juego. Hay días malos, temporales, navegaciones complejas, nocturnas… pero me lo planteo como un juego porque estoy desempeñando un papel, el de marino. En esos momentos soy marino. Hoy sigo jugando, a mis 70 años. El día que pierda la capacidad de jugar se habrá acabado todo para mí.

¿Jugaba con su padre? ¿Cómo era? ¿Cómo le recuerda?

“Era un hombre honrado y un caballero”, es lo que se dijo de mi padre en su entierro. Se lo escuché decir a uno de sus muchos amigos que nos acompañaron ese día, justo en el momento en que estaban bajando el féretro al foso de la tumba familiar. Me pareció un epitafio extraordinario... Mi padre era un hombre tranquilo, elegante, silencioso, que trabajaba en una empresa de petróleos. Me gustaba mucho su forma de ser. Físicamente me parezco a él, y más con los años. Y en carácter también, aunque era menos nómada que yo.

Como académico de la RAE, ¿cuál es su palabra favorita?

Mi palabra favorita del diccionario es "ultramarinos". Tiene historia, tiene mar, tiene latín, tiene aroma, tiene mi infancia… Si uno bucea en ella da para leer, para viajar, para mirar, para recordar… Es una palabra fascinante. Aún recuerdo de niño una tienda cuyo nombre era Ultramarinos y Coloniales. Si cierro los ojos incluso puedo olerla.

Última pregunta: siendo usted uno de los escritores más vendidos de este país, ¿en qué invierte lo que gana?

No voy a hablar de dinero. Si lo hiciera, mi padre se levantaría de su tumba. En mi casa nunca se ha hablado de dinero. Estaba prohibido y mantengo esa buena costumbre. Solo diré que mi primer sueldo fue de 28.000 pesetas en el diario 'Pueblo'. Como era soltero y entonces tenía una vida disoluta, seguro que me lo gasté en una buena juerga con amigos y amigas.

https://www.esquire.com/es/actualidad/libros/a41334798/arturo-perez-reverte-fotos-entrevista-libro-nuevo-revolucion/

18 septiembre 2022

"Os políticos têm pouca formação intelectual"

Entrevista de Carlos Maria Bobone - observador.pt - 18/09/2022

O novo romance de Arturo Pérez-Reverte, 'Na Linha da Frente' (publicado pela Asa), trata de um tema tão estudado quanto desconhecido. A guerra dentro da guerra civil de Espanha: as batalhas, as aventuras dos soldados, que nos parecem transportar para outros tempos, em que a literatura de aventuras inflamava os corações dos jovens e em que os enredos não tinham ainda caído em desgraça entre os literatos. Quisemos saber porque é que Reverte se aventurou neste território minado, que domina grande parte do debate histórico-político em Espanha, e porque é que permanece fiel a um género de romance que nos deu Dumas ou Júlio Verne, mas que parece hoje quase condenado ao ostracismo.

Porquê outro romance sobre a guerra de Espanha? Já temos os de Bernanos, Foxá, Javier Cercas…

Bom, primeiro porque, entre os vários livros que se escreveram sobre a guerra de Espanha, nenhum falava propriamente de batalhas. Falam de ideologias. Depois, a maior parte dos livros estão escritos a partir de um lado ou de outro. Ou apoiavam um lado, ora contavam a história de outro dependendo da época, na altura do franquismo eram todos nacionalistas, agora são todos republicanos mas nenhum livro abarcava de uma maneira global todos os intervenientes numa ação de guerra. Eu queria um livro que não tocasse na política, apenas na condição humana perante a guerra. Esse livro ainda não se tinha escrito. Este é um romance de pessoas, não ideias. As ideias fazem parte do fundo, mas não são o centro. Eu estive em muitas guerras como repórter, fiz várias guerras civis, e garanto que poucas vezes vi lutar por ideias. Vi lutar por coisas imediatas: sobrevivência, ódio, rancor, solidariedade… Estes aspetos humanos da guerra são os que queria destacar. E há uma coisa que me interessa. Quando vemos as coisas de fora, é fácil traçar linhas. Ucrânia: Putin é o mau, ucranianos são os bons. Guerra Civil Espanhola: República era boa, Franco é o mau. É fácil. Mas quando nos aproximamos do ser humano, a coisa é muito mais complexa. O ser humano tanto é herói como besta, é bom e mau, é complexo. Então, quando nos aproximamos das personagens, a linha que separa o bem do mal é muito mais difusa.

Mas se é o humano, o imediato, aquilo por que as pessoas lutam, então porque é que é o político que tem a capacidade de agregar desta maneira?

Porque não é o político que luta. O político maneja ideias, bandeiras, conceitos, hinos nacionais, trompetas, retórica, demagogia, que é o que leva o pobre desgraçado a lutar. Este romance é sobre os pobres desgraçados que lutam. Dou-lhe um exemplo: na Guerra Civil Espanhola lutaram o meu pai, o meu tio e o meu avô. Eram gente da alta burguesia mediterrânea, com posses. O meu avô era republicano, mas um daqueles republicanos liberais antigos, culto, com biblioteca, não era um esquerdista de rua, era um republicano de classe alta e lutou pela República. Os filhos, que eram jovens bem educados, lutaram pela República. O meu sogro, que era um jovem esquerdista militante, lutou pelos nacionalistas, porque calhou desse lado. Traçar linhas que digam “deste lado eram todos fascistas, deste eram todos comunistas” é ridículo e para mais está errado. Eu queria um romance que olhasse para os seres humanos com equanimidade. Sem condicionamentos prévios. Para esclarecer: não é com equidistância, porque eu estou do lado da República. Equidistância é, estando eu deste lado, poder ver no adversário virtudes também. Respeitar o adversário.

No livro há uma personagem, no regimento XIV Tabor, dos nacionalistas, que não é minimamente comprometido politicamente, mas que luta pelas tropas de Franco porque está numa zona franquista. Esta é também uma guerra regional?

Claro. Depende da zona em que se estava quando começou a guerra civil. Quando umas tropas dominavam uma terra, alistavam os que lá estavam. Não se podia escolher, muita gente não pôde escolher um lado, e isso é importante sublinhar. Quando nos dizem que havia duas Espanhas, uma vermelha contra uma fascista, isso é mentira, é muito mais complexo. O que se passa é que os políticos atuais, como não têm um discurso intelectual sólido… Isto é, a geração atual de políticos em Portugal, em Espanha, na Europa, tem muito pouca formação intelectual e histórica, são mais demagogos, e por isso estão a recuperar a guerra civil como um acontecimento de bons contra maus, e não foi assim. Mesmo do ponto de vista ideológico não é uma guerra simples. Muitos falangistas da primeira hora, ou das JONS, considerariam uma traição a ideia da Falange Espanhola Tradicionalista, e estariam mais próximos do sindicalismo revolucionário do que de um conservadorismo tradicional; o mesmo do outro lado, em que as diferenças entre Anarquistas catalães e republicanos de Madrid eram muitas vezes maiores do que aquelas que se encontrariam entre a esquerda e a direita parlamentar. Acaba por não ser bem uma guerra de esquerda e direita… Pois não. Aliás, as esquerdas lutaram entre elas mesmo durante a guerra: anarquistas contra comunistas, republicanos contra comunistas… E na direita também: falangistas contra réquétés: foi muito mais complexo do que o que o discurso simplista dos políticos de agora procura contar. Este livro é a minha reação contra isso. Afastar-me da política para me centrar no humano, que é muito mais complexo e interessante.

Qual é o ambiente que leva a uma guerra destas?

O que leva à guerra civil é a má-fé e a incompetência dos políticos. E também a cumplicidade, passiva e ativa, dos jornalistas. Numa guerra civil, em todas elas eu fiz oito guerras civis [enquanto jornalista]: Angola, Moçambique, Salvador, Nicarágua, Bósnia, Roménia, et cetera…— há sempre um ou vários políticos que manipulam de uma forma irresponsável o sentir coletivo do povo, os nacionalismos, regionalismos, localismos, aquelas coisas pequenas que dominam a vida das pessoas, e há depois uma imprensa parcial que acicata e toma parte no aparato perverso da coisa. As matanças dos Tutsis e dos Hutus, em África, foram alimentadas pela telefonia. A telefonia incitava as pessoas a matarem os vizinhos. Frequentemente deitamos as culpas nos políticos, esquecendo que a imprensa teve muita culpa nas guerras. Na Alemanha Nazi, na Rússia Comunista, na Rússia da Revolução, na Espanha da Guerra entre Republicanos e Nacionalistas, está sempre a imprensa. Ela não é inocente quando secunda e apoia o jogo dos políticos que jogam com o coração e a pele do povo.

Stefan Zweig, nas memórias, diz a certo ponto que a Primeira Guerra, apesar do discurso inflamado que se via nos jornais, não se previa na vida quotidiana. Em Espanha haveria um ambiente semelhante, uma normalidade distante da fúria retórica dos jornais, que acaba por se deixar contaminar?

Sim. É igual. Isto é: há uma primeira fase em que as pessoas pensam: “Bom, não irão muito longe, não chegarão a esse extremo, isto é só retórica de quatro ou cinco políticos”… Depois, a imprensa começa a insistir, a dar trela, e o político começa a inflamar o discurso e a estar permanentemente nas primeiras páginas, o que faz com que esteja sempre diante da opinião pública. Começa a envenená-la. Nenhuma guerra civil é de um dia para o outro, todas sofrem um processo de maturação. E é curioso que normalmente jogam com os baixos instintos. Dizem: “Vão tirar-vos a casa, vão tirar-vos o dinheiro”… É o que fazem todos, brancos, negros, fascistas, comunistas, feministas, vão assinalando o inimigo, marcando casas, vilas, pessoas… E insisto, com a cumplicidade amplificada da imprensa vão criando um ambiente em que o que parecia impossível se torna realidade.

Vê-se esse ambiente hoje?

Não neste extremo. Hoje em dia o povo é tão estúpido como era há cem anos, mas tem mais informação, porque circula muita informação. Bem ou mal, isso é outra coisa, mas como circula muita informação, o povo é mais difícil de enganar. É possível, vai-se enganado para muitas coisas, mas há certos extremos, certos extremos de violência, a que é mais difícil levar. Se pensarmos num campónio do Algarve, da Andaluzia ou da Extremadura em 1936, sujeito à fome ou à miséria, é muito fácil inflamá-lo. “O rico tem a culpa, o padre tem a culpa, atira-te a ele, vá!”. Hoje é mais difícil. Ele vê televisão, tem internet, ainda que esteja na miséria, sabe que há outros meios, outros caminhos. É claro que é possível manipular, mas nestes extremos é mais difícil. É certo que há um problema grave. Como toda a gente tem acesso às redes sociais, toda a gente pode expressar a sua opinião. Agora dá-se o mesmo valor ao que diz Vargas Llosa e ao que diz um twiteiro analfabeto. Isto cria um ruído, um excesso de informação em que é muito difícil distinguir o bom do mau, o verdadeiro do falso, o útil do inútil. O problema é que o único antídoto contra isto é a cultura. A educação do recetor para triar. O que acontece é que o recetor tem cada vez menos cultura, menos independência intelectual, e isso deixa-o muito desprotegido. Não creio, ainda assim, que se chegue a estes extremos.

Mas como é que se educa se a universidade é precisamente um dos sítios em que a liberdade parece mais cerceada?

Sim. Há um fenómeno muito curioso. O português, o espanhol, nunca votam a favor de alguma coisa, votam contra alguém. Voto no que te vai lixar a ti. O problema é que os erros da esquerda, de uma certa esquerda, pelo menos, os excessos em temas como ultrafeminismo, ultrademagogia, ultrapopulismo, estão a levar o povo, por reação, para o outro lado. Gente que votaria em partidos de centro, em reação à esquerda, vota em partidos de extrema-direita. E amanhã será ao contrário, atenção. Quando for a direita a dominar, por reação o povo votará na esquerda. Este pêndulo é um risco enorme.

Passemos agora a um assunto diferente. O Arturo pertence a uma tradição romanesca, a do romance de aventuras, que parece perder cada vez mais cultores…

Bem, cada um tem as suas obsessões. Eu fui criado numa literatura interminável de viagens, de aventuras, com Stevenson, Conrad, Jack London, Melville, Dumas, Fenimore Cooper, com os grandes folhetins de Galdós, Eça… Isso criou para mim um território que é o meu e em que gosto de estar. Não escrevo um romance para contar o problema de alguém que vai no metro e tem um divórcio e um filho… Isso a mim não me interessa, não preciso de ler isso, falo com o meu vizinho e já está. Quero entrar em mundos e situações que não são estas, mas que as permitem entender!

Parece que hoje a linguagem épica migrou para os temas quotidianos, mas que os temas épicos ficaram esquecidos.

Não ficaram esquecidos, eu escrevo-os, e há mais escritores que os escrevem. Há uma literatura e não digo que seja má, o Javier Marías era um extraordinário escritor da vida intimista mas esse é um território que não me interessa. A mim interessa-me quando o ser humano sai do ordinário e enfrenta o extraordinário. A verdadeira aventura é quando o homem sai do mundo habitual, e é esse o meu mundo narrativo. A aventura, a viagem, o desafio, o mistério, o enigma, o perigo… Bem, e a minha vida também é essa. Eu vivi assim. Escrevo com o que imagino, com o que li e com o que vivi. E ainda que não seja um escritor autobiográfico, creio que se aflora nos meus livros um pouco da vida que vivi.

Dá-nos uma ideia do Homem como um ser não acabado, que pode fazer mais do que é normal e não está preso a si próprio.

Julgo que o ser humano que sai do seu território, enfrenta o desconhecido e depois regressa, tem um olhar mais rico. O perigo, a aventura, o desafio, o ter de fazer frente a problemas imprevistos, melhora o ser humano. Melhora a sua qualidade intelectual e física. Porque o ser humano precisa da aventura, do sacão da incerteza, para se completar. Pelo que acredito que aqueles que viveram a guerra, o perigo, têm um conhecimento maior da vida, uma lucidez maior do que aqueles que nunca saíram de casa ou do autocarro. A aventura educa o olhar, é sobretudo isto. O Homem de hoje vive num mundo muito confortável, saudável… Isso afasta-nos um pouco da realidade, a vida é mais dura do que isso, e nós esquecemo-lo. Então, quando vem a catástrofe, encontra-nos completamente impreparados para ela. E isso também nos faz mais egoístas. A gente que viveu guerras, epidemias, incertezas, tem mais solidariedade, é mais humana, porque sabe que o mundo é um lugar em que precisamos de ajudar-nos.

Isso é um pouco diferente do discurso contemporâneo habitual sobre a guerra, focado no trauma…

Certo, certo, isso também acontece, mas não acontece só isso. A guerra aproxima-nos do coração humano de uma maneira única. A guerra é uma escola muito interessante. A quem vai à guerra com uma preparação, com uma serenidade que lhe permita sobreviver psicologicamente, a guerra dá lições muito úteis. Falo da guerra ou das catástrofes. Tsunamis, torres gémeas… As situações extremas dão à humanidade uma forma de ver muito mais lúcida e inteligente. A guerra traz-nos lucidez. Paradoxalmente, mas é assim. Aprendi em poucos dias de guerra coisas que teria levado dez anos a aprender. Junto ao horror, a guerra também me deu visão. E é justamente com essa visão que escrevo.

observador.pt/especiais/arturo-perez-reverte-a-geracao-atual-de-politicos-em-portugal-em-espanha-na-europa-tem-muito-pouca-formacao-intelectual-e-historica/

13 septiembre 2022

Sergio Dow: “Sevilla es la síntesis de la historia de la humanidad”

Nerea Núñez - diariodesevilla.es - 13/09/2022

Con su encanto sin igual, Sergio Dow (Cali, 1954) llega a la capital andaluza para filmar uno de los superventas de Arturo Pérez-Reverte, 'La piel del tambor' ('The Man From Rome', en su título original). Este colombiano afincado en Chicago es un director con peso internacional que se declara amante de Sevilla y amigo del escritor de Cartagena, con quien reconoce mantener una relación de admiración absoluta. A finales de octubre, su película llegará a la cartelera española. El próximo 21 de octubre se estrena en los cines de España 'La piel del tambor', la adaptación cinematográfica del libro de nombre homónimo del autor Arturo Pérez-Reverte.

–En 'La piel del tambor' la religión es muy importante. ¿Es Latinoamérica una región con una fe católica más fuerte que España?

–Hay muchas clases de fe. La fe no solamente hay que verla en la perspectiva religiosa. Es lo que nos permite, de alguna manera, creer en algo; lo que alimenta nuestros propósitos, nuestras aspiraciones, nuestros emprendimientos, nuestras ilusiones.

–Escribió también el guion de la película.

–Sí, el guion es mío. Sin embargo, aunque la autoría sea mía, a un guion aporta mucha gente. Hoy en día es de rigor que al guionista principal lo asistan otros tantos profesionales. La dificultad de hacer un guion es oír bien. Me explico: a uno le pueden hacer algunos comentarios que, si se interpretaran literalmente, no se entenderían.

–¿Cómo es el trabajo de un director de cine?

–El director es el que, de alguna manera, coordina los esfuerzos de muchas personas. Un director de cine no es un director de orquesta, que se para frente a esta y con la batuta va marcando los tiempos. El directo de cine se asemeja más al de una orquesta de jazz, en la medida en que los distintos componentes tienen cierta libertad para improvisar dentro del tono que marca el director. Eso es lo que yo me propongo.

–¿Los directores soléis trabajar en más de un proyecto a la vez?

–Eso depende de qué director, es una decisión individual. Yo, por ejemplo, tengo que concentrarme. Lo mío con los proyectos es una obsesión, y no puedo entrar en otra obsesión hasta que salga de la anterior. No necesariamente tiene que ser una película, pero yo me enfoco totalmente. Sin embargo, la prudencia recomienda no poner todos los huevos en la misma cesta, porque las probabilidades de que un proyecto de cine no fragüe, son altas. Todo ello depende de la capacidad del director y del productor, pero incluso si ambos son muy buenos, la posibilidad de que se realice la película son del cincuenta por ciento. Si no se tiene la misma capacidad (económica, organizativa, etcétera), las posibilidades no van más allá del veinte por ciento.

–¿Cuánto hay de Pérez-Reverte en esta película?

–Arturo está muy complacido con la película, y en eso, en él, no es lo más corriente. Es un hombre exigente y pocas veces ha visto reflejado sus libros en la versiones cinematográficas. Esta parece ser una de las excepciones, y me lo hizo saber así, entre comillas: "Sergio, tú has rodado mi libro". Él dice que volvió a experimentar las mismas emociones que cuando lo escribió. Dijo, literalmente, que volvió a "experimentar lo que tuvo a la vista y en el cerebro cuando concibió la obra".

–¿Usted elige el libro, o Pérez-Reverte le elige a usted?

–Arturo no se toma ese trabajo ni tendría por qué tomárselo. Grandes directores han hecho adaptaciones de sus obras. Polanski, sin ir más lejos, adaptó 'La novena puerta'. Y en muchas de esas adaptaciones hay actores formidables. Obtener el permiso para hacer una película de Pérez-Reverte, además de estar sujeto a largas y cuidadosas negociaciones, requiere el consentimiento de Arturo. Él se puede permitir con libertad, y no son muchos los que están en esa situación privilegiada, el darle o no el beneplácito a un proyecto. Por eso yo me sentí tan halagado cuando él me expresó que le había gustado la película y lo hizo de forma tan efusiva. Se lo agradezco muchísimo y para mí, hasta el momento, es lo que ha compensado los ingentes esfuerzos y sacrificios que exige una película.

–En el prólogo del libro, cuando el autor explica que todo es ficción, aclara: “Menos el escenario, nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla”. ¿Cuál ha sido su experiencia con la ciudad?

–Yo ya había estado en Sevilla, y a raíz de haberme interesado por el proyecto, volví. Por esta ciudad, uno sale con una cámara y, si se dispara accidentalmente, sale buena la foto. Si alguien me ofreciera venir a vivir a Sevilla, yo no titubearía. Mis sentimientos por Sevilla son viscerales, entrañables. Respiro mejor en Sevilla que en cualquier otra ciudad. Sevilla es la síntesis de la historia de la humanidad.

–¿Cómo se comulga la esencia colombiana en Sevilla desde una obra escrita por un murciano?

–La afinidad de Colombia con la provincia es muy grande. He defendido siempre que, tal vez, de los países latinoamericanos, el que tiene más contacto y afinidad cultural con Sevilla, es Colombia. No por los toreros ni los pasodobles, sino por la literatura. Los que más han estudiado el idioma han sido los colombianos. Sobre esta idea –el lenguaje– he tenido algún intercambio con Arturo. Él escribió en el último año un artículo titulado 'Sois la hostia', y hablamos en cuanto a los dialectos vernaculares entre el idioma que se podría hablar en Sevilla y en Cataluña, o en Galicia o en el País Vasco. Y coincidimos en que no hay un español o un castellano mejor, pero sí puedo ver suficientemente claro que hay castellanos más neutros o más tradicionales. El idioma evoluciona. No hay que perder de vista que Pérez-Reverte es un académico. De hecho, siempre que le escribo un correo a Arturo, empiezo a ver comas que no existen –ríe–.

12 septiembre 2022

"Javier Marías no había perdido la capacidad del niño de mirar, de sorprenderse y de jugar"

ondacero.es - 12/09/2022

El escritor Arturo Pérez-Reverte recuerda en 'Más de uno' a su amigo y compañero Javier Marías, con el que compartía aficiones y una manera similar de comprender el mundo: "Aunque hicimos vidas muy diferentes y libros muy diferentes, nos unía ese recuerdo infantil y juvenil".

Javier Marías, nombre principalísimo de la literatura en español de los últimos cuarenta años, murió ayer en Madrid debido a una neumonía por la que llevaba más de un mes ingresado en el hospital. Marías, además de ser un novelista, traductor, editor y articulista, siempre fue un eterno candidato al premio Nobel del Literatura. Tras su muerte, su compañero y amigo, Arturo Pérez-Reverte, publicó un tweet diciendo: "Que Javier Marías haya muerto sin el premio Nobel le quita mucha categoría al premio Nobel". En 'Más de uno', Reverte insiste en ello: "Era nuestro Premio Nobel, para mí siempre lo fue". Marías, sin embargo, era muy enemigo de distinciones. "Tenía esa timidez mezclada con orgullo que le impedía aceptar premios, pero el Nobel estoy seguro de que lo hubiese aceptado", dice Pérez-Reverte.

Durante una conversación entre Marías, Perez Reverte y Vargas Llosa hablaron sobre sus lecturas comunes y anécdotas de su convivencia como Académicos de la RAE. Una de las conversaciones giró en torno a la inseguridad de Javier Marías sobre todo lo que escribía, pues nunca se mostraba convencido del todo. "Era un agonías", recuerda Reverte sobre sus dudas sobre lo que escribía. "Era su manera de quitarse importancia". Entre sus virtudes, además de su destacado sentido del humor y su talento, "guardaba una especie inocencia e ingenuidad casi infantil, no había perdido la capacidad del niño de mirar, de sorprenderse y de jugar". Para Pérez-Reverte, ese era uno de los motivos por los que eran tan amigos: "aunque hicimos vidas muy diferentes y libros muy diferentes, nos unía ese recuerdo infantil y juvenil. El Javier más entrañable y adorable era cuando salía el niño que había sido y que seguía siendo".

Entre las muchas anécdotas que compartían Marías y Pérez-Reverte está que este último le proveía de armas a Javier Marías. "Todo empezó por una broma", recuerda el escritor sobre una conversación durante una cena en el restaurante Casa Lucio de Madrid. Javier Marías le comentó que nunca había tenido ningún tipo de arma y Reverte, por su parte, se comprometió a regalarle una. "Cogí la aficción de que cada Navidad le regalaba un arma distinta. Un día fui a su casa con una ametralladora debajo de la gabardina y él no sabía qué hacer con ella", comenta Pérez-Reverte entre risas. Tras la muerte de su amigo, que cumpliría pronto 71 años, Reverte asegura: "Nos queríamos mucho y ese fue un recuerdo muy entrañable, el del arsenal que le fui regalando a lo largo de los años y que él no sabía que hacer con ello".

https://www.ondacero.es/programas/mas-de-uno/audios-podcast/entrevistas/arturo-perezreverte-javier-marias-habia-perdido-capacidad-nino-mirar-sorprenderse-jugar_20220912631ee33460c19f0001933f78.html

https://www.dailymotion.com/video/x8dmpet

02 septiembre 2022

La Universidad de Murcia y la Fundación Cajamurcia firman un convenio para impulsar las actividades de la Cátedra Arturo Pérez-Reverte


cartagenaactualidad.com - 02/09/2022

Investigar y divulgar la obra del escritor cartagenero Arturo Pérez-Reverte, compilar y custodiar sus publicaciones para consulta de los investigadores, editar estudios acerca de sus escritos que se realicen en congresos, jornadas y cursos, promover el estudio histórico, literario y cultural donde se enmarca la novelística de Pérez-Reverte y analizar y debatir su obra periodística son algunas de las actividades que incluye y desarrollará el convenio que se firmó ayer, día 1 de septiembre, por la tarde, por el rector de la Universidad de Murcia, José Luján, y por el presidente de la Fundación Cajamurcia, Carlos Egea.

Desde 2016 ambas instituciones vienen suscribiendo este convenio, que tiene como finalidad aunar y dar continuidad, durante un período prolongado de tiempo, a las actividades formativas y de investigación que se están realizando en el ámbito de la obra literaria y periodística de Arturo Pérez-Reverte y sus contemporáneos, contando con un equipo de investigadores y profesionales y dos directores al frente de los mismos.

El director de la Cátedra es Alexis Grohmann, catedrático de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Edimburgo y especialista en la obra de Pérez-Reverte. Nacido en Tesalónica (Grecia), estudió en las universidades de Stirling, Gales, Cambridge y Santa Bárbara y ha sido profesor visitante y colaborador en más de una treintena de instituciones europeas. Ha impartido charlas o seminarios por invitación del Ministerio de Cultura de Austria, el Hay Festival, el Instituto Cervantes o la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la Fundación Santillana. Académico correspondiente extranjero de la Real Academia Española, es autor y editor de más de cien estudios sobre literatura española y europea.

​Pérez-Reverte afirmó que una cátedra de esta naturaleza “va mucho más allá de lo que imaginó una persona que simplemente quería contar historias”. Además, agradeció la invitación de la Universidad de Murcia porque, aseguró, esta vinculación le permite volver a su tierra y recuperar todo lo que le une a ella.

La subdirectora de la cátedra, María Martínez, catedrática de Historia Medieval en la Universidad de Murcia y autora del libro ‘Entre la Historia y la novela: 'Sidi', de Arturo Pérez-Reverte’, asegura que recibió su nombramiento “como un honor y una responsabilidad”, al tiempo que anunció su intención de “seguir la línea de sus predecesores, José María Pozuelo y José Belmonte y, bajo la sabiduría literaria del profesor Grohmann, emprender nuevos proyectos”, al tiempo que expresó su satisfacción por el apoyo recibido de la Fundación Cajamurcia, el Rector de la Universidad y el propio escritor.

Carlos Egea destacó durante la firma, por su parte, que “la Fundación Cajamurcia se felicita de haber tomado la iniciativa de impulsar la cátedra desde su creación, en el año 2016, haciendo realidad así nuestro compromiso con la cultura de calidad y con la docencia e investigación en la Universidad”. “Es una satisfacción –añadió– ratificar ahora nuestro apoyo a la Cátedra Arturo Pérez-Reverte, quien no duda en visitar los espacios culturales de la Fundación Cajamurcia cada vez que ha sido convocado, para presentar sus novelas o participar en jornadas y coloquios, muchos de ellos enmarcados en esta cátedra, un auténtico foro internacional de intercambio de conocimientos sobre su obra y la narrativa española contemporánea”.

Por último, el rector de la UMU, José Luján, se declaró muy complacido por la continuidad de una cátedra que, «auspiciada por la Universidad de Murcia y la Fundación Cajamurcia, funciona desde hace seis años, dedicada a uno de nuestros mejores escritores actuales y que estudia, divulga y custodia de manera ejemplar su ingente obra”.

https://www.cartagenaactualidad.com/la-universidad-de-murcia-y-la-fundacion-cajamurcia-firman-un-convenio-para-impulsar-las-actividades-de-la-catedra-arturo-perez-reverte/