29 febrero 2024

Muestra 'Ferrer-Dalmau: Cuadros para la historia' en Cartagena

Ferrer-Dalmau expone en exclusiva 'Los doce primeros' en la Fundación Cajamurcia

Yolanda Salmerón - laverdad.es - 29/02/2024

El realismo de Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964) abre camino por la Historia de España en el centro cultural Fundación Cajamurcia, frente al Icue de Cartagena hasta el 21 de marzo. El conocido como "pintor de batallas" narra pequeñas historias de la gran crónica del país entre sus obras, como dicen de él su amigo cartagenero y patrono de la Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau, el periodista, escritor y académico de la Real Academia de la Lengua Española, Arturo Pérez-Reverte, y la comisaria de la muestra, María José Solano.

El realismo, la atención al detalle y el naturalismo de sus creaciones permiten al espectador adentrarse en las emociones de los protagonistas, que tradicionalmente quedan sepultadas por la magnitud del propio relato. Con una única mirada, el visitante puede sentir la desesperación, la aventura, el llanto, el orgullo y la pasión de aquellos que hicieron historia.

'Los doce primeros' es la joya de la muestra 'Augusto Ferrer-Dalmau: Cuadros para la Historia', que se presenta de forma exclusiva en España antes de partir a su destino final en una colección privada americana. Esta última obra del pintor y diseñador conmemora los 500 años de la llegada de los misioneros franciscanos al recién fundado reino de la Nueva España. Completan la muestra una cuidada selección de cuadros, reproducciones de sus obras cumbre, acompañadas de bocetos originales e inéditos, portadas de libros, entre ellos algunos de Pérez-Reverte, como 'Sidi', cuyo original está en la muestra, y esculturas en bronce de personajes históricos basadas en sus diseños. 'Cuadros de Historia' abarca la representación de algunos de los mayores hitos de la Historia de España desde El Cid hasta las últimas campañas de África. No obstante, la comisaria de la muestra, María José Solano, reconoció en la presentación de la misma que «no hay un orden cronológico canónico. Quería que fuese divertimento, pasión y sorpresa, que tuviese una mirada infinita tanto para el espectador que se acerca a la pintura porque le llama la atención el cuadro como para quien quiera saber más, que dispone de las extensas cartelas literarias. El componente didáctico y coleccionista es fundamental también en una exposición que está viva».

En opinión de Solano, historiadora del arte, escritora y articulista, Ferrer-Dalmau posee «una prodigiosa capacidad técnica realista que pone al servicio de una épica hondamente psicológica, un logrado clasicismo pictórico y una relevante trascendencia pedagógica». Por su parte, el artista celebró estar por primera vez en Cartagena, «tan vinculada a la Historia a través de lo militar» y recordó la importancia de conocer la Historia para saber de dónde venimos y, en cierta manera, a dónde nos dirigimos.

La muestra organizada por la Fundación Cajamurcia, en colaboración con la Fundación Arte e Historia Ferrer-DalmaU, Zenda-Edhasa y Ediciones Histórica podrá ser visitada de lunes a sábados, en horario de 12 a 14 horas, y de 18 a 21 horas. El 19 de marzo permanecerá cerrada. A la inauguración asistieron la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, y representantes de todos los grupos municipales, entre otras personalidades de la sociedad cartagenera.

https://www.laverdad.es/culturas/ferrerdalmau-expone-exclusiva-doce-primeros-fundacion-cajamurcia-20240229010040-nt.html

El pintor de batallas de cabecera de Pérez-Reverte

Asier Ganuza - laopiniondemurcia.es - 29/02/2024

Ya se sabe que el elogio de Arturo Pérez-Reverte no es gratuito (ni fácil de conseguir, por mucho que lo puedas "pagar"). Y como si de un bien de mercado se tratara, su escasez multiplica su valor. Por eso, cuando un creador recibe su aplauso o apoyo –ya sea escritor, como él, o se exprese por medio de otras disciplinas–, los terceros levantan la cabeza, sabedores de que algo culturalmente interesante se despliega ante ellos. Pues bien, el también periodista y académico asistió este miércoles en su querida Cartagena a la inauguración de una exposición, a la que implicaba la reapertura del espacio que la Fundación Cajamurcia tiene en la ciudad portuaria (que llevaba un tiempo cerrado por «obras de mejora y acondicionamiento»).

La muestra en cuestión, titulada 'Cuadros para la Historia', es una suerte de homenaje a su amigo Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964), un reputado pintor de estilo realista y especializado en representar a figuras o estampas de la historia de nuestro país. «A mí me gusta definirlo como lo hizo él [Pérez-Reverte]: nuestro pintor de batallas», señalaba a esta redacción, horas antes de la apertura, la comisaria del proyecto, María José Solano. Y es que, aunque ella es historiadora del arte y articulista, pocos tienen la habilidad del cartagenero para describir con precisión aquello que todos miran pero no siempre pueden ver. «Augusto pinta para contar historias. Esa pasión es lo que lo hace tan especial y diferente. Él no pinta imágenes estáticas ni estampas históricas; pinta pasiones, desilusiones, derrotas, furia, agonía, compasión, crueldad, y eso es narrar», dejó dicho sobre Ferrer-Dalmau el autor de 'La tabla de Flandes' (1990) y 'El club Dumas' (1993), en una frase que, por supuesto, presenta al pintor ante los asistentes a la exposición. «Creo que eso es lo mejor de Augusto», apunta la comisaria, que completa: «Es que él, en realidad, es como un novelista; es decir, no es un simple cronista, sino un autor capaz de transmitir las emociones de los protagonistas de su cuadros, de conseguir acercarles -a ellos, a figuras de siglos pasados- al público actual». En definitiva, es «su manera de mirar la Historia» lo que hace de Ferrer-Dalmau un pintor especial y no solo un artista superdotado en términos de ejecución de su obra (que también). Y, por supuesto, Pérez-Reverte no es el único que se ha dado cuenta de algo así: «Yo creo que sí, que es un creador reconocido y valorado», responde Solano cuando se le pregunta por su estatus en el mundo del arte. «Piensa que él consigue atraer la mirada del espectador aunque este no sea un experto en la materia. Es tan experesivo, profundo y minucioso que es muy complicado pasarle por alto», reflexiona la comisaria.

De hecho, la pieza central de la muestra es su última obra, de este mismo año; un lienzo que podrá verse en Cartagena hasta el 21 de marzo y que, después, será entregado a sus nuevos propietarios, los gestores de «una colección privada americana». «Después de eso será muy difícil que pueda volver a verse en público», apunta María José Solano. El cuadro en cuestión, que es el eje sobre el que pivota la muestra, se titula 'Los doce primeros', que se exhibe en la Fundación Cajamurcia por vez primera y conmemora el quinientos aniversario de la llegada de doce misioneros franciscanos españoles al recién fundado reino de la Nueva España. «La suya es una aventura épica que invito al espectador a que investigue», apunta la experta, que entiende ese como otro de los puntos fuertes de Ferrer-Dalmau: su capacidad para hacer que el público se interese por los episodios que él narra a pinceladas.

Porque para Solano «ese sí que es un déficit de nuestro país». Se refiere al estudio y divulgación de nuestra historia, y esta exposición viene a poner su pequeño granito de arena en la cruzada que figuras como las de Ferrer-Dalmau y Pérez-Reverte tienen contra el olvido. Pues las obras que desde ayer se pueden ver en el espacio del número 22 de la calle Puerta de Murcia no son sino «escenas de la historia de España»: «He elegido las más significativas dentro de su producción, pero no hay un orden cronológico; son, más bien, fogonazos de memoria, ventanas abiertas a la Historia», describe la comisaria, que ha tenido a bien acompañar cada pieza con «cartelas literarias» que ayuden a contextualizar el episodio que representan. En ellas aparecen frases de personajes históricos y de autores actuales como, por supuesto, el mediático académico cartagenero.

Pero porque Pérez-Reverte es el otro gran protagonista de la muestra (visita al margen). Pues no solo se exhiben en esta exposición las escenas anteriormente citadas –algunas originales y otras reproducciones–, sino también, y entre otras cosas, una serie de portadas que Ferrer-Dalmau ha ideado para la colección de libros de aventuras de Zenda-Edhasa –de la que el escritor es prologuista– y por supuesto las que firmó para algunos de los últimos trabajos del cartagenero: 'Sidi' (2019), 'Línea de fuego' (2020) y 'El italiano' (2021). Además, 'Cuadros para la Historia' contiene algunos retratos –de personajes como Miguel de Cervantes, Don Pelayo y Agustina de Aragón– y una serie de esculturas en bronce basadas en sus diseños.

En definitiva, una muestra muy completa del que «ha sido calificado y reconocido por los expertos como el mejor artista vivo de cuadros de Historia del panorama internacional», apunta la comisaria, que se deshace en elogios hacia Ferrer-Dalmau, quien no solo narra, sino que, además, lo hace con «épica y lírica», pero «sin renunciar al rigor histórico en uniformes, armamento, marco geográfico, etc.». «Y a todo ello –añade María José Solano– se suma un virtuosismo técnico propio de los más habilidosos paisajistas del siglo XIX, que él usa para la ambientación de escenas, en las que introduce elementos sensoriales como el fuego, el agua o el humo con una minuciosidad técnica admirable».

https://www.laopiniondemurcia.es/cultura/2024/02/29/perez-reverte-ferrer-dalmau-exposicion-cartagena-historia-98793962.html

La nueva singladura del San Ildefonso

Gregorio Mármol - laverdad.es - 29/02/2024

La Armada cierra un círculo en torno al navío San Ildefonso 240 años después de su botadura en Cartagena merced al pintor Augusto Ferrer-Dalmau y al taller de la fundación que lleva su nombre. 'Preparación de la botadura del navío San Ildefonso, 1785' es el lienzo del afamado pintor de temática militar que se exhibe desde ayer en el Museo Naval de Cartagena. «Volvemos a tenerlo otra vez en nuestra casa», celebró el director del Museo de la Armada en Madrid, el capitán de navío Juan Escrigas Rodríguez.

El San Ildefonso fue uno de los buques más destacados del siglo de oro de la construcción naval española, con sus 74 cañones. Fue fabricado en el Arsenal de Cartagena durante el año 1784 y botado en enero de 1785. Inspiró otros siete navíos conocidos como los ildefonsinos. Participó en la batalla de Trafalgar, donde fue capturado por los ingleses, que le dieron una segunda vida bajo su enseña.

La obra fue adquirida en 2023 por el Instituto de Historia y Cultura Naval a la Fundación Ferrer-Dalmau y presentada el pasado octubre en el Museo Naval de Madrid. Finalmente ha sido depositada en el de Cartagena. El almacén del Arsenal Militar, los diques de Sebastián Feringán y Jorge Juan, así como la línea de costa de Santa Lucía envolviendo el imponente navío, son apreciables en la obra realizada por Ferrer-Dalmau y los pintores de su taller, coordinado por Alejo Segarra, ambos presentes en Cartagena este jueves.

El propio Ferrer-Dalmau destacó la complejidad de la obra por su proceso de documentación. «Fue una aventura. [Arturo] Pérez-Reverte me hizo poner y quitar cosas. Es su forma de ser», dijo, sonriente, el artista barcelonés, que dispuso como asesor de su amigo el escritor y académico cartagenero. «Nunca había pintado de mar. Y de mar sigue sin tener ni idea. Pero aprende muy rápido», replicó, también socarrón, el padre del Capitán Alatriste acerca del artista. Bromas al margen, Pérez-Reverte celebró ser el responsable de que Ferrer-Dalmau, que «siempre se había movido más en tierra firme», descubriera la Armada y su importancia en el siglo XVIII, cuando de su nómina formaban parte hombres de conocimiento, como Jorge Juan y Antonio de Ulloa; «Marina que era respetada por sus enemigos», recordó el escritor. «Este cuadro es imagen fiel de la historia de España», celebró el almirante del Arsenal de Cartagena, Pedro Luis de la Puente, empeñado desde hace años por recuperar el esplendor histórico de la base militar.

https://www.laverdad.es/culturas/nueva-singladura-san-ildefonso-20240301232205-nt.html

¡Sangre marinera! Arturo Pérez-Reverte llega en su barco para presentar una exposición de Augusto Ferrer-Dalmau

Manuel P Villatoro - abc.es - 02/03/2024

Augusto Ferrer-Dalmau ha convertido esta semana Cartagena, cuna del pasado naval rojigualdo, en el epicentro de la pintura histórica de nuestro país. Y lo ha hecho de la mano del académico y escritor Arturo Pérez-Reverte. El pasado jueves, el pintor de batallas viajó hasta la ciudad para inaugurar su nueva exposición en el Centro Cultural de la Fundación Cajamurcia y, tan solo una jornada después, presentó uno de sus últimos cuadros, 'Preparación de la botadura del navío San Ildefonso', en el Museo Naval de la urbe.La primera muestra, comisariada por María José Solano y titulada 'Cuadros para la historia', abrirá sus puertas hasta el 21 de marzo y contará con una larga lista de escenas alumbradas por el pintor. «Podrán encontrar originales y reproducciones de alta calidad de las obras a las que más cariño atesoro, además de varios bocetos», explica el artista a 'ABC'. Además, invita a todos a visitar la exhibición, pues esconde varios trabajos inéditos. «A la inauguración han acudido personalidades como la alcadesa, Noelia Arroyo, y representantes de todos los grupos municipales», afirma.

La joya de esta exposición –organizada por la Fundación Cajamurcia en colaboración con la Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau, Zenda-Edhasa y Ediciones Histórica– es 'Los doce primeros', el nuevo cuadro del pintor de batallas. «Representa a los misioneros que cruzaron el Atlántico. En México son muy queridos y este año se celebra el 500 aniversario de su llegada a América», desvela. Como es habitual, el autor les ha representado de la forma más fidedigna posible: «Eran pobres y no contaban con lujos, pero defendieron a los indígenas y les protegieron. Por eso les aprecian tanto». El viernes, Ferrer-Dalmau presentó su cuadro sobre la construcción del navío San Ildefonso en el siglo XVIII. Y tiene sentido, ya que fue ensamblado en el Arsenal de Cartagena. Durante el evento, presidido por el almirante director del Instituto de Historia Cultura Naval, Enrique Torres Piñeyro, Pérez-Reverte halagó el lienzo y alabó la labor de la Armada, uno de los puntales para el país desde sus orígenes más remotos. «Este cuadro es el primer proyecto del Taller de la Fundación, lo he elaborado con la colaboración de uno de mis alumnos, y por eso estoy especialmente orgulloso de él», sentencia el pintor de batallas.

«El arsenal de Cartagena es un puntal de la Armada española. Es una base naval histórica que debe ser recordada y reconocida como tal. Por tanto, para mí es un verdadero orgullo que el cuadro esté aquí», insiste Ferrer-Dalmau. El punto pintoresco a esta retahíla de eventos lo ha puesto un Pérez-Reverte que ha llegado a Cartagena navegando en su barco. La sangre marinera, que no se pierde. El académico arribó a la presentación con ropa marinera y con sal todavía en la chaqueta, pues acababa de surcar el mar. «Perdonen por mi atuendo», bromeó.

https://www.abc.es/historia/sangre-marinera-arturo-perezreverte-llega-barco-presentar-20240302092436-nt.html

24 febrero 2024

La política más peligrosa de todas

Jorge Fernández Díaz - lanacion.com.ar - 24/02/2024

La primera vez que aquel reportero desconocido vino a la Argentina fue en los bulliciosos años setenta. Recuerda de ese momento “esplendoroso” los círculos de personas que debatían con ardor la política en la calle Florida y la asombrosa cantidad de librerías, cines y teatros sembrados por toda la ciudad: Buenos Aires le pareció entonces mucho más potente culturalmente que Madrid. Ya con la mirada del héroe cansado, Arturo Pérez-Reverte advierte hoy algo que no terminamos de asumir: en nuestro país “ha habido un desmantelamiento cultural muy importante. Un verdadero destrozo de la educación y la cultura, y eso ha producido generaciones de argentinos menos cultos, en una nación donde la hostilidad, el caos y otros vicios no han sido templados con el sentido común, la prudencia, el conocimiento. Y ese retroceso ha dejado a las emociones y las agresividades sueltas, sin los mecanismos que las controlan y civilizan”. En una entrevista que concedió hace unos días al programa 'Reflexiones de café', el escritor y miembro de la Real Academia Española concluye: “La Argentina está siendo privada de los sistemas protectores de convivencia que la cultura hace posible; eso sí es peligroso y lleva a un lugar donde no hay vuelta atrás”.

Su declaración, cargada de pena y de extraordinario afecto por los argentinos, interviene sin quererlo en una escaramuza política cruzada por la mala fe y la mentira, y por descomunales malentendidos entre el Gobierno y la denominada “comunidad artística”: unos y otros se apuñalan a ciegas. (...) Toda esta paradoja global tiene, en la Argentina, rasgos particulares. Aquí el peronismo de izquierda se propuso hace décadas cambiar el “modelo sarmientino” de las escuelas públicas, y cuando tuvo todo el poder institucional y monetario tristemente lo consiguió: Baradel es la imagen de ese triunfo pírrico, y de la incultura y el retroceso que denunciaba Pérez-Reverte. (...) Es un contrasentido trágico emprender una batalla cultural aplicándole motosierra a la cultura. Y reducir esta discusión a una disputa de conventillo con Lali Espósito. Tanto ella como Milei se bastardean a sí mismos al hablar respectivamente de “antipatria” y “antipueblo”, y reducen a puro ruido una problemática crucial para la reconstrucción de este país postrado. Poniéndolo en términos algo maniqueos, digamos que la izquierda compró la cultura como ariete y escudo, y la derecha trató de ignorarla: juntos han logrado desmantelar esa fabulosa red de contención, civilizatoria y lúcida, que supimos tener en aquellos años de esplendor cultural y que hoy evoca con nostalgia y espanto el padre del capitán Alatriste.

https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-politica-mas-peligrosa-de-todas-nid24022024/

19 febrero 2024

Por qué necesito a un Pérez-Reverte

 Javier Calles-Hourclé - tribunapalencia.com - 19/02/2024

Pérez y Reverte. Dos palabras en color borgoña, sobre fondo amarillo viejo, encabezando la cubierta del libro pedido por la profe de lengua. El espadachín desviando una estocada prometía más diversión que el título: 'El capitán Alatriste'. Los capitanes se llaman Nemo, Garfio, Ahab... Alatriste no tiene marketing. "Lo van a limpiar a mitad de libro", pensé. Profético. Dos semanas más tarde, callejeaba por el sórdido Madrid del siglo XVII junto al bravo español. Un superhéroe sin súper, sin glamour; de honestidad dudosa, fastidiado con la vida, pero aferrado a ella. Un héroe con su dosis de cal y de vizcaína. Un héroe en español. Le siguieron más novelas, ensayos, cine, documentales; luego la universidad y los libros de ciencia, el doctorado, los "papers" científicos y, así, esas dos palabras se perdieron en los intersticios de mi memoria.

Dieciséis años más tarde -azares de la vida- me instalo en España. En crisis, dicen. Aunque no lo suficientemente crítica para el estándar argentino. La tele muestra la terraza de un bar mientras suena la voz de Julio Iglesias de fondo. Un bajito con cara de bueno y esperanza en la voz pregunta a su interlocutor, que le responde con agria lucidez. Y recupero mis dos palabras para siempre.

No voy a mencionar los incontables méritos literarios de Arturo Pérez-Reverte, para eso están los críticos. Los que saben. Me interesa el tipo sentado en la terraza. El columnista punzante. A veces pendenciero. El hombre que, en sus palabras, ha construido su visión del mundo a través de "los libros, la guerra y el mar".

"Uno va a ver a Reverte con la misma emoción con la que se lee a los clásicos", me apunta Guillermo Garabito, columnista del 'ABC'. Sentarse para entrevistar a Arturo y verlo fruncir ligeramente el ceño mientras rebusca entre los estantes de su archivo mental algún suceso apasionante de la historia que ha visto es como arrimarse al fogón para escuchar e intentar capturar algo de la experiencia vital de esos abuelos que han vivido mucho. Pero este abuelo no es de mecedora, sino de alta mar. Quienes leen o escuchan a Pérez-Reverte ya conocen la fórmula. No se calla nada. Porque, como dice con sorna, "yo me bajo en la próxima". Tal vez por eso cada vez que opina se calienta el éter informático -llámalo X-, los improperios van y vienen, y la línea de producción de retuiteos se pone en marcha; mientras -me gusta imaginarlo- sentado en una butaca acaricia a Sherlock y ríe a lo villano Bond.

Ya he cruzado la barrera de los cuarenta, empiezo a rumiar las cosas, noto que la música de moda ya no me gusta -ni siquiera me parece música, en realidad-, me sublevo ante ciertas modas sociales absurdas, empiezan a sentarme mal las faltas de respeto y descreo de novedosas ideologías del pasado. Diagnóstico: me estoy haciendo mayor. Además, por deformación profesional -es lo que tiene ser de ciencias-, soy de los que creían que la experiencia acumulada a lo largo de miles de años, en libros, cine y documentales, sería suficiente para recordarnos lo frágil de las democracias libres, la hijoputez humana y los horrores de la guerra. Esa información, paradójicamente disponible en nuestros bolsillos, se ha olvidado. Y, en consecuencia, se agita en los mástiles de la ignorancia las sábanas de algunos fantasmas que conviene no sacar a desfilar. Aunque sí recordarlos y estudiarlos para no volver a caer bajo el embrujo de sus consignas fosilizadas. Ahí es donde entran los Pérez-Reverte.

Los necesito para que describan los horrores de la guerra conocidos de primera mano. No como ejercicio gore, sino como advertencia de la facilidad con que todo puede irse al carajo cuando ciudadanos poco preparados se dejan arrear por los avivados de turno. Necesito que me hagan un hueco en la trinchera de los que queremos seguir escribiendo en el mejor castellano -que seamos capaces- sin ser calificados como esbirros del heteropatriarcado o el nombre "inclusivo" que tenga eso. Que hagan fuego para cubrir el movimiento de los que todavía abrimos una puerta o cedemos el asiento, como gesto de cortesía, a una dama o a un caballero. Que formen en vanguardia, como los soldados viejos de los tercios, para rechazar los embates a los que quieren mostrar al mal o a la obscuridad del ser humano. Que toquen "carga" en trompeta para defender la importancia de la educación, de los Eneas y los Odiseos, del valor y la lealtad.

En su biblioteca. Su templo. Arturo reflexiona sobre "la incompatibilidad de un producto periodístico, cultural o educativo reposado y de calidad, desde la llegada de la televisión, internet y las redes sociales que, en la búsqueda de un público masivo, no cualificado, abaratan o rebajan mucho el nivel de calidad de lo que emiten". Razones que identificó en el periodismo que iba a venir y por las cuales comenzó la transición hacia la literatura; todo ello sin renunciar a las experiencias de la guerra, que llevó consigo al oficio de novelista. Destaca "la rentabilidad personal de acercarse al lado malvado de la vida" y del aprendizaje fundamental que se obtiene del mundo escuchando a un Hitler, un Stalin o un Pol Pot. "Luego lo matas, lo juzgas en Núremberg o lo ahogas en la bañera. Pero antes escúchalo".

Arturo es una puerta para entender a España, sus gentes, sus amores y sus odios. Especialmente sus odios, que explican buena parte de la Argentina y sus circunstancias. Conocedor de los españoles y los italianos, contraría la creencia de que el carácter volátil de los argentinos sea atribuible a la herencia italiana. "En cuanto a carácter, el italiano ha dejado más virtudes que el español. El italiano tiene algo de lo que el español carece: "l'arte di arrangiarsi", el arte de entenderse, mientras que en el español se impone el rencor, el odio y la mala leche... El español se deja llevar más por sus odios que por sus intereses, y el italiano no. El caos es italiano y el odio es español... Es una mezcla muy peligrosa", concluye mientras ríe. Añade que el problema fundamental es la incultura. Agudizado por "el desmantelamiento cultural de los últimos veinte o treinta años, que ha creado generaciones de argentinos menos cultos en los que la agresividad, el caos y todos los vicios heredados de los países de origen, no han sido templados por el sentido común y la razón? Argentina está siendo privada de los sistemas protectores de la convivencia que la cultura hace posible... y eso lleva a lugares de los que no hay vuelta atrás".

Con la misma lucidez define la parte del amor que más le interesa: la amistad y la lealtad; desmenuza la dualidad del hombre aprendida de aquellos oficiales de marina encantadores, de los que se hizo amigo, y más tarde descubrió torturadores; describe la amargura que le provocó escuchar un grito de gol en las calles de un Buenos Aires pendiente del Mundial, mientras se rendía Puerto Argentino; reconoce el resurgimiento literario de Valladolid; y analiza otros temas.

Dejo atrás su biblioteca cargado de aprendizaje. De la visión compleja del mundo que se construye mochila al hombro y no desde la pantalla del celular. Y agradezco a mi profe de lengua por haberme enseñado esas dos palabras que tanto iba a necesitar.

Vídeo: https://www.tribunapalencia.com/blogs/reflexiones-de-cafe/posts/359066/por-que-necesito-a-un-perez-reverte

https://www.youtube.com/watch?v=ZKU5AcHkCTE&t

01 febrero 2024

Arturo Pérez-Reverte, 'El problema final'

Élmer Mendoza - eluniversal.com.mx - 01/02/2024

“La sinceridad de un novelista puede estar reñida con su eficacia”, advierte Arturo Pérez-Reverte en alguna página de su novela 'El problema final', publicada por Alfaguara, del grupo Penguin Random House, en España, en septiembre de 2023. Con 36 novelas publicadas, nadie se atreverá a negar que sabe qué es el género y la movilidad de los límites en que nos deslizamos los novelistas y, por supuesto, nuestros lectores. Y lectoras, que al parecer son mayoría. La novela que nos ocupa es un homenaje a uno de los autores más constantes y afortunados del género negro, Arthur Conan Doyle, y a su significativo personaje, Sherlock Holmes, ese inmortal que tiene museo en el centro de Londres, donde usted puede comprobar que la ficción fuma pipa y la realidad le acerca los cerillos.

Hopalong Basil, actor maduro, retirado, que filmó 15 películas del habitante del 221B de Baker St, se refugia de un fuerte temporal en un hotel en la isla de Utakos, cerca de Corfú, en Grecia; en el mismo caso se halla un grupo de huéspedes que no pueden abandonar la isla. Solo queda comer, beber, conversar y pasear un poco por una zona que no es azotada por el viento. Todo va bien hasta que aparece el cadáver de una mujer. Avisan a la policía de Corfú, que promete hacerse presente en cinco días, cuando amaine la tormenta. Se reúnen en la sala de lectura y acuerdan que Basil se haga cargo de investigar, acompañado de Foxá, escritor español de novelas de bolsillo, como Watson. Sin estar muy convencido, Basil accede a convertirse de Holmes, y basado en sus cuidadosas lecturas de la obra de Conan Doyle, ejercicio que también ha hecho Foxá, inician el trabajo. Se mueven con soltura, recuerdan ideas del detective y buscan la manera de encajarlas en la realidad. Basil acepta que se siente bien, aunque no sabe si podrá resolver el caso, además de que se encuentra en una etapa de abstinencia en la que podría flaquear. El caso es que avanzan y pronto tienen un sospechoso: el médico que reconoció el cadáver. Planean conversar con él al día siguiente pero, qué creen, avisan que el señor está muerto, fue asesinado. Oh, una isla donde solo existe el hotel, el personal y sus huéspedes. Holmes y Watson analizan cada detalle sin llegar demasiado lejos, salvo que ambos delitos han sido cometidos en un cuarto cerrado. Una vez más se reúnen con el grupo, que se muestra un poco asustado. Basil observa, lo mismo que Foxá, pero no llegan a conclusiones que se sostengan. Interrogan a todos pero se quedan en las mismas, y aún falta para que aparezca la policía de Corfú.

Como señalé al principio, Pérez-Reverte es un novelista que conoce el arte de narrar y tiene fascinación por crear tramas que son un verdadero reto para sus lectores. Vean estas líneas: “El verdadero arte del narrador policial… no consiste en contar una historia, sino en hacer que el lector, equivocado o no, se la cuente a sí mismo”. Los lectores son personas muy analíticas, y tal vez los más acuciosos sean los que aman el género negro, donde cada atmósfera contiene algún elemento para adelantar por el camino verdadero o por la falsa pista. 

'El problema final' es una gran novela. Sepan que todavía hay un cadáver más. ¿Quién creen que es? Y como era de esperarse, al más puro estilo del maestro nacido en 1859 en Edimburgo, en el último capítulo se explica todo lo que usted merece saber y no tuvo tiempo de preguntar por estar leyendo de corrido. ¡Que la disfruten más que yo!

https://www.eluniversal.com.mx/opinion/elmer-mendoza/arturo-perez-reverte-el-problema-final/