05 febrero 2023

Luis Ángel de la Viuda: "Las TV no debería darlas el Gobierno, que monte un canal quien quiera"

Daniel Ramírez - elespanol.com - 05/02/2023 (extracto)

Venimos a hacer lo que ya no se puede en casi ninguna parte. Un hombre menudo y redondo, chaqueta cruzada de lord inglés, va a contarnos cómo era dirigir un periódico cuando había censura. También, cuando algunos de sus redactores llevaban pistola y se emborrachaban mientras escribían sus crónicas. Era crudo. Contradictorio. En aquellos lugares oscuros florecían los mejores reportajes. ¿A costa de qué? Vamos a verlo. Hemos cerrado la puerta. Este es el Ministerio del Tiempo y tenemos permiso para adentrarnos en cualquiera de estas décadas: los treinta, los cuarenta, los cincuenta, los sesenta... Y así hasta hoy. Pero desde un punto de vista privilegiado. El del poder. El de un periodista que ha intimado con Adolfo Suárez, ha grabado los discursos de Franco, ha sido amigo de Juan Carlos I y ha fundado la televisión privada en España.

Creo que su paso por la dirección del diario 'Pueblo' merece un rato de conversación. Lo ha definido alguna vez como “un lugar muy oscuro”. Se habla de alcohol, putas, asesinos… Jesús F. Úbeda prepara un libro muy interesante que lleva por título 'Nido de piratas'.

Es muy difícil describir lo que fue 'Pueblo'. Era un periódico a imagen y semejanza de un personaje llamado Emilio Romero. Y Romero era un antiguo combatiente franquista que, a causa de esa condición, se creía con derecho a todo. Mire, cuando yo llegué, había un director adjunto y más de una decena de subdirectores. ¡Uno de ellos vivía en Colombia!

No le veo problema, fue todo un visionario: teletrabajaba desde Colombia.

Sí, sí [se parte de risa]. La mayoría de la gente no estaba siquiera en nómina. Intenté sanear todo aquello. Cuando me fui, llegaron a sacar las pistolas en una reunión. Hubo una revolución contra el director. Pusieron a Figueroa, que no había dirigido un diario nunca. Un disparate de Martín Villa, el ministro que me echó a mí.

¿Los periodistas iban a trabajar con pistola?

Algunos sí.

Como para discutir un titular.

Había un crítico de... bueno, no diré su nombre. Había un crítico que siempre, siempre llevaba pistola.

Pero, por contra, 'Pueblo' publicaba unos reportajes impresionantes. Y los corresponsales eran muy buenos. Era una gran prueba contra el maniqueísmo de hoy. Aquel diario, encuadrado en el sindicato vertical, se las apañaba para hacer un gran periodismo. De los diarios de entonces que he visto en la hemeroteca, me parece lo mejor.

Sí, 'Pueblo' era una gran contradicción. Se hacía un gran periodismo. Había un bar abajo donde los periodistas se emborrachaban, la gente conspiraba… La pelea entre los redactores para ocupar la portada era tremenda. Por ejemplo, cuando llegué, había una guerra a muerte entre José María García y Ors. Los dos querían la jefatura de Deportes. Nombré a un tercero para desactivar ese polvorín. Iba capeando como podía. Otra cosa buena de 'Pueblo': había más mujeres que en el resto de periódicos. Estaba Julia Navarro, hoy una gran escritora.

Como parece que la entrevista está yendo bien, me meto en terreno pantanoso: usted ha dirigido un montón de medios en una época totalmente distinta. ¿Teme que pueda saltar un 'Me Too' con los directores vivos españoles igual que pasó en Estados Unidos con el cine?

En España somos lo suficientemente idiotas como para que pueda pasar. Creo que no, pero no hay que descartarlo del todo. No lo digo porque haya material, sino porque alguien se lo inventará. No consentí tratos degradantes. Tengo tres hijas.

Volviendo a 'Pueblo': el periodismo parece florecer en esos lugares, en esos nidos de piratas, que dice Úbeda. La pregunta es: ¿a costa de qué? Usted dirá.

A costa de mantener un mundo invivible, injusto y caprichoso.

Detecto que le jode la mitificación de Emilio Romero.

Bueno, es que yo no lo tengo mitificado. Fue un gran periodista, un aceptable escritor y un mal dramaturgo. Una persona con la que no me gustaría haber trabajado. No me gusta ese tipo de gente. Se aprovechaba de las situaciones, llevaba a cabo unos juegos personales muy particulares para lograr lo que quería, su criterio se imponía por encima de todo… No es un tipo humano que me interese.

He hablado con Raúl del Pozo, que estuvo en 'Pueblo' y le manda la siguiente pregunta: “¿Fue 'Pueblo' la gran escuela de periodismo en España?”.

Admiro mucho a Raúl. Cuando yo era director, él estaba de corresponsal en Londres. Lo había mandado Emilio Romero. Le diría que 'Pueblo' fue un lugar donde se hizo gran periodismo, pero que yo no pondría de modelo.

Pedro J. fue el director que acabó con el alcohol en las redacciones. Lo prohibió al llegar a 'Diario 16'. Miguel Ángel Aguilar, hace poco, me dijo que eso fue un grave error, que acabó con el periodismo de verdad.

En eso estoy con Pedro J. Yo bebo alcohol, pero no bebo trabajando. No veo lo que dice Aguilar en absoluto.

Usted no quiso aceptar la dirección de 'Pueblo'. Lo hizo porque se lo pidió el entonces príncipe Juan Carlos. Usted encarnó una renovación en los diarios: llegaba una generación que no había combatido en la guerra, que veía el futuro de otra manera.

Sí, eso es exacto. Estaba trabajando en la comunicación del Banco de Bilbao. Me había convertido en un señorito. Ganaba un muy buen sueldo. Pero, cuando me lo pidió don Juan Carlos, no me pude negar.

Hábleme de Juan Carlos I. Se decía que usted era un hombre del rey. En aquel momento, serlo y haberlo sido era una buena etiqueta. ¿Qué le parecen las informaciones que hemos conocido en los últimos años? Hablo de la evasión fiscal.

El Rey hizo un papel tan importante que… No digo que se le pueda perdonar todo. Pero lo que ha hecho bien gana por 3-1 a lo que ha hecho mal.

Para cerrar el capítulo de 'Pueblo': le he pedido unas palabras para usted a Arturo Pérez-Reverte, que trabajó a sus órdenes allí. Me dice: “No olvido lo bien y duramente que me defendió ante el Gobierno Arias cuando las autoridades españolas decidieron expulsarme del Sáhara por contar lo que realmente ocurría después de la Marcha Verde y el comienzo de una guerra que pretendían tener oculta. Me telefoneó y me dijo: ‘Arturo, hemos luchado y hemos perdido, pero los vas a seguir jodiendo. Te vas de corresponsal a Argel’”.

Arturo era uno de los grandes talentos jóvenes que había en 'Pueblo'. Me alegra que usted me lo recuerde, porque aquella anécdota se había diluido en mis recuerdos. ¡Fíjese! ¡Arturo, pese a lo que ya escribía, no estaba en nómina! Formaba parte, como casi todos, de lo que se llamaba “la pelagra”. Quiero darle las gracias a Arturo. Aprovecho para decirle que le quiero mucho. Mire, yo he querido a mucha gente. Y a éste lo quiero. Además, le leo.

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