27 marzo 2023

Letras en Sevilla VIII: España, frontera de Europa

María Fidalgo Casares - zendalibros.com - 27/03/2023

Ocho. Ya van ocho. Desde 2017 ha pasado más de un quinquenio y hemos superado nada menos que una epidemia planetaria. Zenda entonces anunciaba: “En apenas unos días dará comienzo uno de los acontecimientos más interesantes del mundo de las letras y la cultura de esta primavera”.

¿Cuál era el acontecimiento? Letras en Sevilla, una convocatoria de conferencias y coloquios que se celebrarían en el patio herreriano del edificio noble y señorial que otrora perteneciera a la Audiencia de aquella Sevilla considerada «la Babilonia de Occidente». ¿Por qué allí? Por ser la sede de la Fundación Cajasol, la patrocinadora del evento. El escritor Arturo Pérez-Reverte y el periodista cultural Jesús Vigorra, entonces, afirmaban: “Intentaremos que no sea flor de un aniversario o efemérides, sino un encuentro que pudiera fijarse como cita anual en Sevilla”. Poco después, se escribía la primera reseña, que sentenciaba: “Letras en Sevilla ha nacido con fortuna”. ¿Clarividencia? ¿O firme convicción por un formato y una filosofía que ha demostrado ser imbatible y ya lleva ocho ediciones?

Durante estas ocho ediciones se han abordado desde los temas más controvertidos y polémicos a otros pura y deliciosamente literarios: “Guerra Civil y la Literatura”, “Chaves Nogales, una tragedia española”, “España, ¿mito o realidad?”, “¿Monarquía o República? Un debate de tres siglos”, “Toros sí, toros no: ¿Cultura, tradición o barbarie?”, “Orgullo y prejuicio: los Hermanos Quintero y Andalucía”, “¿Que nos queda de Don Juan?…

De la anécdota a la emoción, a la lección de Historia, al valor de la memoria, la reivindicación, la sensibilidad, el testimonio, la actualidad… Páginas de oro se han escrito en las voces que han resonado entre las columnas de su patio renacentista. Ahora, en 2023 desembarcamos en «España, frontera de Europa»: el debate sobre la inmigración.

Al concluir las ediciones suele anunciarse el tema de la siguiente convocatoria. Pues bien, en la penúltima decidieron guardar el secreto. No supimos leer entre líneas, porque la clave estaba en la presentación de un actor negro, el gran Emilo Buale, como Don Juan. Pérez-Reverte y Vigorra afirmaron: “Lo elegimos un poco por provocación y un poco por plantear el hecho incuestionable de que es ésta la Europa globalizada y mestiza que nos espera y que no es futuro, sino presente”. Y tan presente, como que lo sacaban a la palestra en Letras en Sevilla VIII.

“Con todos los temas estamos haciendo una especie de obra fluida de gran debate continuado, contando la actualidad en bloques, pero es parte de un proceso. Se trata siempre de lo mismo: la idea es que escuchemos aquello que no nos gusta”, frase de Pérez-Reverte que se convirtió en uno de los leitmotivs de la edición.

Por ello se han vuelto a esforzar en presentar una visión ecuánime, con invitados que exhibieran divergencias ideológicas, diferentes visiones, perspectivas y conclusiones. Un “estado de la cuestión” sobre este fenómeno tan complejo que nos afecta como país en este mundo globalizado. En absoluto ha habido equidistancia en los ponentes —aunque se acercó mucho el general y alguno de los analistas—, lo que ha demostrado que la polarización alcanzaba en mayor o menor grado a todos los intervinientes, y redundando, por lo tanto, en la realidad poliédrica ofrecida a los espectadores.

Letras en Sevilla se ha consolidado como una marca de cultura, pero también es marca de concordia. “Al español solo le gusta oír a aquellos que coinciden en sus planteamientos y aquí también escucha argumentos radicalmente diferentes a los suyos”.

Nos sobrarían tres de los dedos de una sola mano para contar los episodios “peliagudos”. Apenas el de Agustí Colomines, independentista catalán que por su actitud y comentarios indignó al público, y en esta última edición el rifirrafe de Macarena Olona con Roberto Vaquero. Aquí se notó especialmente la sincronización del tándem Pérez-Reverte y Vigorra, funcionando casi como “poli bueno y poli malo” (¿se imaginan de quién hacía cada uno?). Una determinante intervención que dejó la tensión en agua de borrajas. Momentos puntuales que por su excepcionalidad se valoran de forma positiva y en el recuerdo nos hacen esbozar una sonrisa.

Durante tres días, las jornadas de la Fundación Cajasol reflexionaban y profundizaban sobre la cuestión «España, frontera de Europa». Pese a que esta crónica pueda volverse relato una retahíla de nombres, enumeraremos a todos los ponentes e intentaremos sintetizar en pocas frases sus intervenciones.

El pistoletazo de salida vino, como no podía ser de otra manera, de la mano del presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido que, con sentidas palabras, manifestaba su satisfacción por la continuidad de unas jornadas únicas, el orgullo por la pluralidad que exhiben y el apostar por un tema de candente actualidad al que nadie debe dar la espalda. «Abordamos en Letras en Sevilla un auténtico drama humano, el de la inmigración, que afecta a España, que es común a todo el planeta y que genera, además, visiones contrapuestas e irreconciliables». Pulido agradeció la participación de todos los ponentes y asistentes de todas las ediciones. «Vamos a buscar el punto intermedio donde, según Aristóteles, estaría la virtud, aunque poniendo encima de la mesa, como es habitual en Letras en Sevilla, todas las aristas».

Continuaron los dos coordinadores, Pérez-Reverte y Jesús Vigorra, que avanzaban el programa insistiendo: “Venimos a escucharnos todos”. Y arrancaban con un plato fuerte: el escritor procedía a la lectura de Los godos del emperador Valente, uno de sus artículos más conocidos, en el que comparaba la Vieja Europa y la presión migratoria con la sufrida por Roma y los godos. Precisamente el texto había sido el origen de esta jornada y contextualizaría lo que se desarrollaría a lo largo de la edición. Perteneciente a su serie “Patente de corso”, fue un artículo con mucha garra, desde el punto de vista europeo y —a la luz de una década posterior— de una clarividencia estremecedora. También fue inquietante —¿fueron unos imprudentes los romanos al introducir el “enemigo en casa”?— y muy desesperanzador con lo irrefutable de un proceso que está al llegar.

Abría la primera jornada Esteban Beltrán, director en España de Amnistía Internacional. Leyó un discurso en consonancia con los objetivos de su asociación. Tras denunciar que «el enorme número de migrantes desaparecidos constituye una catástrofe», puso la diana en los migrantes que vienen y vendrán movidos por el cambio climático, y abogó por «cambiar estas políticas crueles y estúpidas, porque necesitamos de estos movimientos migratorios para prosperar».

Prosiguió Carlos Rojas, secretario del grupo parlamentario del Partido Popular. Como “político en activo”, recurrió a ciertos lugares comunes, como que «la inmigración es pluralidad en todos los ámbitos, para lo positivo y también para los conflictos que afrontar», o que «si no abordamos el asunto de la inmigración desde el punto de vista humano, no estamos entendiendo nada». También sentenció que «quienes creemos en la universalidad de los derechos humanos y que no hay países de segunda, ni continentes incompatibles con la democracia, no podemos estigmatizar ni condenar».

Por la tarde se presentaba José Manuel Escobar, empresario, propietario de LQA Thinking Organic y una de las sorpresas de la edición. Él mismo confesaba su extrañeza inicial al haber sido invitado. Desde luego, hizo los deberes con sobresaliente. Un discurso cargado de sinceridad y convicción que comenzó con un texto de Goytisolo (guiño literario de Letras en Sevilla), un repaso histórico solvente y acometió el meollo de su intervención: la realidad económica y social del milagro almeriense. Una región olvidada de la mano de dios, despoblada y condenada a la emigración, que gracias al tesón y el trabajo de pequeños empresarios agrícolas ha hecho posible su realidad actual. Sobre todo, lo que emocionó a muchos, fue su canto a la acogida, a la multiculturalidad de los trabajadores que se instalan allí. Aunque era obvio que el empresario no estaba acostumbrado a los escenarios, la “verdad” y el amor a su tierra que irradiaba compensó con creces cualquier limitación.

Nico Castellano, periodista y autor del libro Me llamo Adou, incluyó de forma contundente el asunto racial con “El relato mediático de las migraciones en tiempo de populismo racista”. «No he visto nunca en Melilla esa sensación colectiva de empatía que se generó con Ucrania». “El 90% de las migraciones son de norte a norte, pero la amenaza que se siente del sur se debe al racismo puro y duro”. Denunció las agresiones y muertes en la valla, la estigmatización de los menas, el trato de favor con los ucranianos y culpó a los medios y a “la ultraderecha racista que predica el odio”.

La jornada finalizó con una conversación de Pérez-Reverte y Jesús Vigorra con Emilio Buale, un clásico de Letras en Sevilla, y Mamadou Lamarana, “Lama”. Buale, ecuatoguineano que llegó de niño desde un país que tuvo rango de provincia española, y Lama, de Guinea Conakry, ilegal que cruzó por Ceuta. Lama evitó el dramatismo a la hora de contar su relato transoceánico y conmovió por su ternura, espontaneidad y bonhomía. Tanto es así que se metió en el bolsillo al público y se convirtió en el gran broche emocional de la jornada. Por su parte, Emilio Buale, para finalizar, hizo disfrutar al público con la cálida lectura de textos de Tahar ben Jelloun, en los que mostró su identitaria intensa presencia escénica, capacidad actoral y voz de resonancias magnéticas.

El patio de la Fundación Cajasol acogía el martes la ponencia de Pedro Baños, coronel del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor: “Migraciones: la encrucijada mundial”. El coronel tiene la capacidad de hacer su relato muy accesible al público. Especialista en geoestrategia y relaciones internacionales, fue sin duda uno de los invitados estrella. Habló de las razones por las que se emigra a Europa: sanidad, mejores oportunidades… «Si acogemos a alguien en nuestra casa debe estar en igual de condiciones que nosotros», apuntó. «El mundo cambia muy rápido e igual mañana somos nosotros los que tenemos que emigrar a otro lugar». Hizo hincapié en la corrupción: «África está repleta de armas y crimen organizado, y lo que ha trastornado mucho los conflictos es el tráfico de drogas».

Tras su intervención, fue el activista Sani Ladan quien tomaba la palabra con: “La inmigración: efectos y consecuencias”. Alertó sobre los «discursos populistas» y fue el autor de una de las frases fetiche del certamen: «El racismo no es una opinión, el odio no es una opinión, la xenofobia no es una opinión». Teorizó con que «el sistema de bienestar de Europa bebe de las fuentes del continente africano», y desconcertó con la propuesta de que «hace falta una segunda descolonización».

Por la tarde el patio completaba su aforo con un público expectante por ver las ponencias de los dos invitados que se presuponían más “guerrilleros”. La primera, “¿Esperando a los bárbaros?”, de Macarena Olona, abogada del estado y exdiputada de Vox, cuya peculiar trayectoria política despertó una atracción especial y convocó a afectos y desafectos. Olona comenzó denunciando la ideología de género (la violencia no tiene género) vestida con una efectista chaqueta de Zara con slogans. Explicó las razones que han llevado al triunfo de Giorgia Meloni en Italia y al ascenso de Marine Le Pen: «El miedo es el sentimiento más poderoso que mueve al votante», dijo. Los procesos de inmigración ilegal desbordada y su impacto en los países europeos van a actuar sobre los países como una olla a presión. Vaticinó el triunfo de Vox: “No ahora, pero sí en dos legislaturas”. También afirmó que «unos utilizan el drama migratorio como industria, otros como catalizador para expandir sus tesis nacionalistas xenófobas sobre el odio y el señalamiento a los inmigrantes».

En sus supuestas antípodas (porque mucha gente no lo vio tan claro), “La inmigración, ¿mejora la sociedad o la destruye?” fue el título de la intervención de Roberto Vaquero, historiador y escritor, sin duda la más polémica de las jornadas. Presentado como comunista, desconcertó a un auditorio con un mensaje directo en el que criticó duramente la falta de asimilación cultural, defendió el concepto de ser español por encima de DNI y alertó del peligro de la islamización en los barrios: “Quien quiera vivir en España debe integrarse. Por decir esto te tildan de fascista”.

Lo más “políticamente incorrecto” fue afirmar que lo más peligroso no son los inmigrantes ilegales, sino los legales que no están asimilados”. Vaquero afirmó también que «en España los trabajadores son los que van a sufrir los problemas de las políticas migratorias». Arremetió contra una chantajista Marruecos, los falsos refugiados y se lamentó del abandono de los saharauis —con quien España tiene una gran deuda moral—. La interacción de ambos en las preguntas —como comentamos— desató un rifirrafe entre ellos y algunos miembros del público. Las intervenciones de Olona y Vaquero fueron pasto de tuiteros y polemistas y dejaron ingentes huellas en la red, que días después siguen coleando.

Comenzaba “Inmigración y delincuencia”, a cargo de Manuel Marlasca, periodista y escritor habitual de La Sexta. La estadística acompañó el inicio de su intervención: número de condenas por distintos delitos, tanto en españoles como de inmigrantes: «Hay modalidades distintas de delitos que han traído ciudadanos extranjeros, pero la delincuencia más preocupante es la que intenta quebrantar nuestro sistema de democracia». Alertó contra las fake news que se difunden a través de las redes sociales y que criminalizan y siembran el miedo: «Nadie comprueba, nadie filtra. Los medios de comunicación, en lugar de desmentir esto, lo que hacemos es replicar. Nos informamos por internet. Se cubre la guerra por YouTube», enfatizó.

La siguiente comparecencia fue online y correspondió a Margaritis Schinás, vicepresidente de la Comisión Europea, que se centró en «El reto migratorio de Europa». Nos dejó frases como éstas: «Los europeos éramos el 18% de la población mundial. Ahora somos poco más del 10% y en 2050 seremos algo menos del 5%. Vamos a necesitar la migración legal para que se mueva la economía». «La UE no pagará las piedras o el cemento para construir muros, porque Europa construye puentes, no muros». «Será un sistema basado en el derecho comunitario, un marco jurídico, cohesivo, holístico, no a la carta, y tendrá un equilibrio justo entre la responsabilidad y la solidaridad».

La sesión de tarde contó con la conversación entre el periodista y escritor Javier Ronda y Carlos Crespo Romero, general de división para el mando de la Jefatura de Costas y Policía Marítima de la Guardia Civil, que explicó de forma clara y sencilla las tareas en las que está implícita la Benemérita y sus zonas de actuación. Habló también de las mafias y su modus operandi, las zonas de llegada, los tipos de naves, las rutas y las razones por las que no actúan en Gibraltar. «Los que llegan a España lo hacen por vía marítima, y el echarse a la mar es siempre un riesgo que hay que tratar de evitar por la peligrosidad que eso supone». También negó que hubiera indicios de connivencia entre las mafias y las ONG.

“Marruecos: Partir para vivir” fue la penúltima, a cargo de Tahar ben Jelloun, escritor marroquí, premio Goncourt. Muy interesante asistir a la visión “desde dentro” de un intelectual que contempla su sociedad en la inmigración. Contó con una traductora estupenda que supo captar todos los matices de una intervención especialmente clarificadora. Dio una visión desgarrada de un Islam que se ha convertido en ideología de combate contra occidente, de una Marsella dominada en barrios por musulmanes, la captación en las propias cárceles de los futuros yihadistas y el fracaso escolar como una de las causas de la delincuencia juvenil.

La clausura de la VIII Edición de Letras en Sevilla con una conferencia titulada “¿Puertas o alambradas?” correspondió a la ex vicepresidenta del Gobierno y diputada del PSOE Carmen Calvo. Llegó exultante tras que su partido saliera victorioso de la moción de censura. Resuelta, brillante y elegante, se adueñó del escenario al momento y agradeció “la existencia de este espacio de pensamiento, de contrastes, en los que se tratan temas de gran envergadura, donde procuramos cambiar algunas ideas preconcebidas y aprender unos de otros”. Con respecto a la emigración, afirmó que “el gran reto es intentar abordar estos movimientos de forma moral y no violenta”. Respondiendo a las preguntas fue algo dispar. Sobre el uso del velo en España se dispersó y no convenció, pero sí contestó a la cuestión que había lanzado Arturo Pérez-Reverte al principio del ciclo: ¿por qué no veía españoles en los trabajos de construcción o en el campo con la alta tasa de paro? La diputada resolvió aquí con rotunda claridad que «por una cuestión sociológica los españoles se retiran de esos espacios duros y se los dejan a los nuevos jóvenes que llegan de otros países. Si a eso le añades el porcentaje de economía sumergida, ahí tienes la respuesta». Curioso que la pregunta lanzada en la apertura de las jornadas no hubiera sido contestada hasta el final.

Entonces… ¿Cuáles son las claves del rotundo éxito de las ocho convocatorias de la Fundación Cajasol? A las fuerzas vivas parece no interesarles la cultura. Pese a la entrada libre, ningún dignatario, alcalde, consejero de cultura o representante de instituciones andaluzas de las letras suele aparecer. Sin embargo, el público sevillano se ha mantenido fiel, fidelidad que es uno de los bastiones de la marca Letras en Sevilla. Podríamos apuntar varios factores más, que analizados individualmente serían muy valorados, pero cuando coinciden en un mismo proyecto estamos hablando de genialidad. El éxito ha sido el resultado de un esfuerzo conjunto y generoso. La Fundación Cajasol, el tirón mediático de Pérez-Reverte y Jesús Vigorra en la coordinación, la elección de los ponentes y el especial ambiente que se respira en un marco de excepción.

No hay que desdeñar tampoco el componente sorpresa que gravita en todos y cada uno de los ciclos, porque parte de la magia de las jornadas son las expectativas. Junto a las grandes comparecencias, siempre atractivas, los asistentes, en directo y en streaming se “beben” con fruición y respeto las palabras de todos los ponentes. A veces personajes muy conocidos no se ajustan tanto a lo esperado y otros cuya voz o nombre oían por primera vez maravillan. Unas pantallas van recogiendo el sentir del público a través de tuits que marcan el pulso con aportaciones, matices críticos y alabanzas a unas y otras comparecencias, que dejan el sentimiento intangible de que se asiste a un espectáculo intelectual atípico y hacen sentir al espectador ser un “privilegiado” de poder disfrutarlo. Todo ello le confiere la impronta de ser unas jornadas únicas.

 ¿A dónde nos llevara Letras en Sevilla IX? “Nos ha dicho un pajarito” que una vez Vigorra y Pérez-Reverte manejaron abordar Mayo del 68, el año que pudo cambiar el mundo (y no lo consiguió). Otro nos contó algo así como El mundo es de las mujeres. ¿Será alguno de estos o nos sorprenderán con un tema tanto o más sugestivo? Lo que sí sabemos —como una vez se escribió— es que Letras en Sevilla IX serán letras que no tratarán de hablar de Sevilla para los sevillanos, sino de hablar en Sevilla para el mundo.

https://www.zendalibros.com/letras-en-sevilla-viii-espana-frontera-de-europa/

25 marzo 2023

Guardia del Capitán Alatriste en el Jueves

Francisco Correal - diariodesevilla.es - 25/03/2023

El Jueves es el domingo de la calle Feria los días que hay mercadillo. Se convierte en la calle de los pregones, y para los incrédulos nunca pierde la magia de antaño. De Castellar a la Cruz Verde es como un patio de butacas en el que a hora punta cabe tanta gente como en el teatro de la Maestranza. Hay que caminar sin prisa, porque cada día tiene su agobio.

Javier Castro va elegantísimo a su peoná. Lector infatigable, hijo de tabernero poeta, trabaja en El Rinconcillo, taberna que data de 1670. Con el Jueves y el Santo Entierro, cosas señeras de las que puede presumir esta ciudad para parapetarse contra la novelería. Javier ha comprado en uno de los puestos del Jueves (no es el de Rodrigo, porque este librero lo recordaría cuando se lo dije después) un libro para regalárselo a un amigo. Se trata de 'El caballero del jubón amarillo', la quinta entrega de 'El Capitán Alatriste', de Arturo Pérez-Reverte.

El destino es así de caprichoso. Me despido de Javier y por Feria gira hacia Conde de Torrejón un señor ataviado con un sombrero casi tirolés que no pierde detalle de lo que ofrecen los puestos de esa calle perpendicular. Es Arturo Pérez-Reverte. Me viene el titular de una entrevista que le hice en 1993: "En las guerras nunca escribo". Le cuento la anécdota del camarero lector y el regalo de su quinto Alatriste, que se publicó hace veinte años. Pérez-Reverte se lo dedicaba a un amigo mexicano, Germán Dehesa, y me rubricó su firma para mi mujer y mis hijas. En ese libro inmortaliza a su mejor cicerone de Sevilla, a Rafael de Cózar, falso marido de la bellísima María de Castro, al que sitúa en la época de Lope, Góngora, Tirso y Quevedo y retrata como "gloria de la escena española, comediante famosísimo".

El Jueves es una biblioteca andante. Un hombre lleva un ejemplar del volumen titulado 'Símbolos y derechos andaluces'. Una chica ha comprado 'La voz dormida', de Dulce Chacón. Acaba de salir una novela de Inma Chacón, su hermana gemela, 'El cuarto de la plancha'. Extremeñas de Zafra, Sevilla la chica. Alguien le pregunta a Rodrigo el precio de 'Elogio y nostalgia de Toledo', de Gregorio Marañón. Juan Ruiz, ex hermano mayor de la Macarena, camina por Peris Mencheta, que cruza Feria a la altura de Ómnium Sanctórum.

Lugareños y foráneos. Turistas y autóctonos. El Jueves, tierra de frontera, parafraseando el título del ciclo de Letras y Sevilla, que ha traído a Pérez-Reverte con su amigo Jesús Vigorra. (...) Manuel Galindo echa todos los Jueves del año de menos a su amigo Benito Moreno, que nos dejó hace cinco años. Cuatro años después que Rafael de Cózar, el figurante de 'Alatriste'. (...) Domingo de Resurrección, clarines de toros en los carteles de la calle conde de Torrejón que han llamado la atención del padre literario del capitán Alatriste, que en las guerras no escribe pero en las batallas sí. En 'El caballero del jubón amarillo' sale la batalla de Rocroi, que en la película de Agustín Díaz Yanes termina con la marcha 'La madrugá', de Abel Moreno.

El Jueves era día 23 del año 23. Un académico de la Lengua se perdía por la calle Feria, que tantas veces transitó con Cózar y Eslava Galán. Le ha cogido en Sevilla la moción de censura. Una novela en la ciudad novelera. Arturo la terminó de escribir en agosto de 2003 en La Navata, Galapagar, los dominios de José Tomás y Pablo Iglesias. Sólo uno de los dos se cortó la coleta.

https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Guardia-capitan-Alatriste-Jueves_0_1777624018.html

23 marzo 2023

La cultura, los privilegios y la censura real

Virginia P Alonso - publico.es - 23/03/2023

"Nunca hemos sido menos libres. Yo viví los 70, aún bajo el franquismo, y fuera de la política, la libertad era absoluta. Ahora vivimos entre montones de inquisiciones. Y este puritanismo espantoso. Nunca he sentido mi libertad personal tan amenazada como en los últimos 10 años. La estupidez es una mala compañera de viaje de la libertad".

Da cierto reparo arrancar un artículo con esta cita. No tanto por lo que expresa en ella el escritor y académico Arturo Pérez-Reverte, que también, sino por el contexto en el que se produce su comentario: una entrevista del columnista excretor y misógino elevado al cubo Salvador Sostres en el diario 'ABC'; año del artefacto, 2019 (aunque lo de la corrección política y la estupidez es algo que el novelista ha reiterado en distintas ocasiones). Su afirmación encaja como anillo al dedo para lo que aquí nos traemos entre manos: intentar dar respuesta a la pregunta "¿Ya no se puede decir nada?".

"Fuera de la política, la libertad era absoluta" [en los 70]. Analizar esta frase y concluir la misión con el aparato digestivo intacto puede parecer más sencillo de lo que en realidad es. Para empezar, ¿hay algo que esté "fuera de la política", sobre todo cuando hablamos de libertades? ¿Quiere decir Pérez-Reverte que, por ejemplo, las mujeres teníamos "libertad absoluta" siempre y cuando no habláramos de Franco o de partidos políticos? ¿O tal vez se está refiriendo a la "libertad", por ejemplo, de las personas LGTBIQ+ en aquellos años (recuerden que hasta 1978 la homosexualidad era un delito)? Por cierto, intuyo que hablar de personas LGTBIQ+ es una de las cuestiones a las que se refiere cuando habla de "puritanismo" y de "estupidez".

Este señor de Murcia —de Cartagena, por ser más precisa, pero lo de Murcia me viene al pelo para recordar el humor aparentemente ingenuo de Miguel Mihura— tenía solo 19 añitos en 1970; 29 en 1980. No parece una edad tan provecta como para afirmar con semejante contundencia que la libertad era absoluta en aquel entonces. Ahora me dirán que los 19 años de antes no eran como los de ahora, que los varones de entonces eran mucho más maduros que los de hoy... Y así debían de entenderlo las autoridades franquistas, porque no permitían a las mujeres casarse antes de los 21 sin autorización paterna; ni abrir una cuenta bancaria si no era conjunta con su marido. Maravillosa libertad la de los setenta. ¡Quién la pillara!

Sí, cuando hablamos de libertades conquistadas y volvemos la mirada a ese tardofranquismo, lo que vemos no es que ahora estemos mejor; es que estamos a una distancia sideral de aquellos años grises, de la España mojigata. Y como toda sociedad que avanza, el ecosistema cultural en cualquiera de sus manifestaciones así lo refleja, natural y afortunadamente.

Sin embargo, de unos años a esta parte hay quienes se sienten interpelados por eso que Pérez-Reverte llama "puritanismo" e "inquisiciones" (en esa entrevista) o "neocorrección política" (en otros foros), realidades —o ficciones, según se mire —, que conducen a esa "estupidez" de la que proclaman sentirse víctimas.

Tanto es así que el aberrante anuncio hecho estos días por la editorial de Roald Dahl —y rectificado horas después— de que modificaría los pasajes más crudos del autor para no ofender a los niños es enarbolado de inmediato por las víctimas de esta nueva inquisición como señal inequívoca de lo acertado de su discurso plañidero. ¡Ah, la cultura, su cultura, amenazada de muerte por la corrección política!

Por eso, cuando todo un académico de la RAE dice sin rubor que en los años setenta había más libertad que ahora, a mí, que con la edad me vuelvo malpensada, me da por entrever que semejante afirmación esconde un constructo ideológico que busca poco más que salvaguardar unos privilegios, en este caso asociados sobre todo al género; y que este es el motivo de que tantos varones se identifiquen como víctimas de eso que llaman "cultura de la cancelación" o, incluso, "censura", cuando en la mayoría de las ocasiones el rechazo a su obra se enmarca dentro de la más pura libertad de expresión... y de crítica.

Provocación y confusión deliberada. Manipulación extrema de la realidad para convertirla en otra más favorable al dueño del discurso y a sus intereses. No es muy diferente al trumpismo. Estos son los tiempos en los que vivimos, también en los confines culturales.

Tal vez por eso urge separar el grano de la paja y recordar por dónde viene el recorte real de libertades en España, ese que los sufridores del neopuritanismo no alcanzan a ver ni a denunciar aunque tiene más que ver con la censura y provoca un daño inconmensurable a artistas, a su obra y a la libertad de creación artística. Es el momento de recordar que el rapero Pablo Hasél está en prisión acusado de enaltecimiento del terrorismo por las letras de sus canciones. Y que ese mismo delito, sumado a otros de injurias a la Corona y amenazas también en las letras de sus canciones, sentenció a Valtonyc a más de tres años de cárcel; este abandonó el país en 2018 al conocer la condena y aún no ha regresado. Las injurias a la Corona y las ofensas a los sentimientos religiosos siguen estando penadas en el Código Penal español de 2023 y el enaltecimiento del terrorismo se ha utilizado en los últimos años para condenar a artistas y a tuiteros.

Si algo queda claro tras la reforma del Código Penal de 2015 es que, en materia de derechos, ninguna conquista será nunca suficiente. Por tanto, que la censura no sea nombrada en vano, que los fuegos de artificio de los egos heridos no desvíen la atención de lo importante.

21 marzo 2023

Primera jornada de Letras en Sevilla VIII: éxito del formato de Reverte y Vigorra

María Fidalgo Casares - mundiario.com - 21/03/2023

El Patio de la Fundación Cajasol acogió la primera sesión de la VIII edición de Letras en Sevilla, ciclo coordinado por Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra, que en esta entrega sacaban a la palestra un tema peliagudo: "España, frontera de Europa". La inauguración, con sentidas palabras, correspondió al presidente de la entidad, Antonio Pulido, que manifestó su satisfacción por la continuidad de unas jornadas únicas, el orgullo por la pluralidad que exhiben, el interés por apostar por un tema de candente actualidad y al que nadie debe dar la espalda. Agradeció la participación de todos los ponentes y asistentes de todas las ediciones. Continuaron los dos coordinadores, Pérez-Reverte y  Jesús Vigorra, que avanzaron un programa que seña de identidad de las jornadas pondrá sobre la mesa visiones contrapuestas que con toda seguridad no dejarán a nadie indiferente porque “venimos a escucharnos todos”.

Tras ello, un plato fuerte: el escritor acometía la lectura de uno de sus artículos más conocidos, que precisamente fue el origen de esta jornada y que contextualiza lo que desarrollarán a lo largo de la edición: 'Los godos del emperador Valente'. Perteneciente a su serie 'Patente de corso', fue un artículo con mucha garra, desde el punto de vista europeo  y que a la luz de una década posterior con una clarividencia estremecedora en la que se comparaba a la Vieja Europa y la presión migratoria con la sufrida por Roma y los godos. Inquietante. ¿Fueron unos insensatos los romanos al introducir el “enemigo en casa”? Muy desesperanzador con lo irrefutable de un proceso que está al llegar.

Continuó Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional. Leyó de forma serena y miró al público en todo momento. Denunció las tragedias del Tarajal y sobre todo las movilizaciones que conlleva el cambio climático y las zonas más vulnerables del planeta. Dijo además que sí que había soluciones al problema, porque el caso ucraniano había demostrado que el comportamiento de los países vecinos había sido modélico, al igual que en el caso de los afganos, o la regularización de los refugiados venezolanos. En el caso de la frontera con Marruecos, fue un discurso de denuncia y acusatorio que se centró, como era de esperar, en la vulneración de los derechos humanos (aunque España esté en uno de los "rankings" de valores democráticos y respeto a los derechos más altos del planeta). Habló de la demonización a los colectivos y que se toleran todo tipo de abusos, y cargó contra el rédito electoral a esta demonización. “Políticas crueles, inmorales y estúpidas”, “políticas exterminadoras”. En una línea ideológica marcada, fue una buena intervención del representante de una asociación que apostó por unas vías legales y seguras.

Tras él, el político Carlos Rojas, secretario del grupo parlamentario del PP, leyó muy bien, con la voz bien modulada, puesta en escena y frases muy bien articuladas. “Sobran maniqueísmos”, dijo. También expresó estas ideas: “Este tema es un ejemplo de lo peor y lo mejor de los seres humanos”, “hay que revisar la cooperación para aportar bienestar”, “el bienestar no es una cuota nominativa” y "el equilibrio es necesario". En la línea “centrista” del PP, se mostró muy tibio a la hora de afrontar los problemas que percibe la sociedad receptora, aun sabiendo que es un tema que decide el voto a su partido en algunas regiones, y su felicitación a Amnistía Internacional resultó algo ofensiva por la postura que ha mantenido esta asociación con las víctimas de ETA y haberse negado a calificar como terrorista a la banda. También "bandeó" las preguntas más directas: devolución de delincuentes, desprotección de los guardias civiles, falta de previsión.  El discurso tenía contenido, pero lo cierto es que sonó muy “a político” y, la verdad, dejó algo frío al auditorio. No es la primera vez que pasa. Independientemente del personaje o sesgo político, parece que el formato de Letras en Sevilla, en el que los políticos se enfrentan a ciudadanos “normales” ávidos de saber y aprender, les hace adoptar una postura distante que no conecta.  

La tarde se planteaba con menor tirón... pero nos equivocábamos. Al ser los ponentes menos conocidos del certamen, la elección de un empresario agrícola almeriense desconcertó, y sin embargo la presencia de José Manuel Escobar fue todo un acierto. Un discurso cargado de sinceridad y convicción, en el que de forma estructurada fue combinando un soberbio relato que comenzó con un gran texto literario de Goytisolo (guiño al sustrato literario de Letras en Sevilla), hizo un repaso histórico solvente y acometió el meollo de su intervención: la realidad económica y social del milagro almeriense. La agricultura más sostenible y redistributiva de Europa. Una región olvidada de la mano de Dios, despoblada y condenada a la emigración, que gracias al tesón y el trabajo de pequeños empresarios agrícolas hizo posible su realidad actual. Dio datos poco conocidos pero clarificadores: en Almería no había latifundios, sino pequeñas parcelas. Prácticamente sus subvenciones europeas son mínimas por parte de la PAC, frente al olivar o el sector lácteo, que algunos sueldos agrícolas son superiores por ejemplo a los de Italia u Holanda (países con un nivel económico más alto), el respeto a la legalidad de la inmensa mayoría de los empresarios y, sobre todo, lo que sorprendió a muchos, fue un canto a la acogida, a la multiculturalidad de los trabajadores que se instalan allí. Aunque era obvio que el empresario no estaba acostumbrado a los escenarios, la “verdad” que irradiaba y el amor a Almería ratificó el acierto de Pérez-Reverte y Vigorra en haberlo invitado.

Continuó Nico Castellanos, periodista activista de los derechos humanos, con un discurso muy ideologizado. Suelto y con buena dicción, fue hilvanando datos como que el 90% de las migraciones son de norte a norte, y eso parece no preocupar a la población, que la amenaza que se siente del sur se debe al racismo puro y duro, denunció las agresiones y muertes en la valla, la estigmatización de los menas, el trato de favor con los ucranianos, y en distintas ocasiones culpó a los medios y a la ultraderecha racista que predica el odio. Pese a que se le preguntó, en ningún momento es más, negó que existieran razones culturales o religiosas detrás del rechazo y que el racismo afectaba igual a todos los colectivos.

El final estuvo protagonizado por dos guineanos de nacimiento. Emilio Buale, un clásico de Letras en Sevilla. Pérez-Reverte y Vigorra cuentan siempre con él por su intensa presencia escénica, su capacidad actoral y sobre todo una voz única, que traspasa. Dos situaciones: Emilio Buale, ecuatoguineano que llegó de niño (tenía rango de provincia española) y Lama, de Guinea Conakry, ilegal que cruzó por Ceuta. Emilio que se hubiera llevado de calle al auditorio cedió todo protagonismo al joven Lama, un chico que evitó todo dramatismo a la hora de contar su relato, y que conmovió por su ternura, espontaneidad, la bonhomía que irradiaba y que se convirtió en el gran broche emocional de la jornada.

La sesión del martes se plantea con más tirón mediático. Platos fuertes y conferenciantes estrella. Por ahora, nadie ha puesto el cascabel al gato. ¿Por qué parte de la ciudadanía percibe como una amenaza ciertos colectivos migratorios? O, como apuntó Pérez-Reverte, ¿por qué hay un alto porcentaje de paro en España y hay trabajos que solo realizan inmigrantes? Lo leerán en @mundiario.

https://www.mundiario.com/articulo/cultura/1a-jornada-letras-sevilla-viii-exito-formato-reverte-vigorra/20230321111537265190.html

https://www.youtube.com/watch?v=Jsqplt_WDlM 

https://www.youtube.com/watch?v=O4CzfiENK1c

17 marzo 2023

El error de Pérez-Reverte

Santiago Navajas - clublibertaddigital.com - 17/03/2023

Escribía el catalán Bartrina: "Oyendo hablar un hombre, fácil es / saber dónde vio la luz del sol. / Si alaba Inglaterra, será inglés. / Si os habla mal de Prusia, es un francés / y si habla mal de España… es español". 

Arturo Pérez-Reverte es un brillante novelista español, "best seller" y también académico de la RAE. Además, es articulista y ensayista. Recientemente, ha publicado 'Una historia de España', su visión del devenir de este país con su peculiar estilo lumpen, chocarrero y socarrón. "Porque en la vecina Francia, por esas fechas, había estallado una revolución de veinte pares de cojones: la guillotina no daba abasto, despachando primero a aristócratas y luego a todo cristo, y al rey Luis XVI —otro mantequitas blandas estilo Carlos IV— y a su consorte María Antonieta los habían afeitado en seco". Siempre viene bien un chute de cultura en vena, ya sea en plan tiquismiquis o canalla. 

En una ocasión me comentó un alumno que como no era cristiano no tenía por qué saber cómo se llama el Papa. En España, me temo, muchos españoles no tienen ni idea de la historia de su país porque creen que el certificado de nacimiento les infunde ciencia infusa de San Isidoro de Sevilla a Rosalía pasando por Quevedo. La aproximación no académica de Pérez-Reverte a la historia de España conseguirá que los refractarios a textos más técnicos se sumerjan en los avatares nacionales. Bienvenida sea.

El error de Pérez-Reverte es que cae también en la españolada que denunció Bartrina de hablar mal de España sin razón. Sitúa el origen de nuestros males intelectuales, éticos, políticos y económicos en el siglo XVI, cuando, dice, "nos equivocamos de Dios: en vez de uno con visión de futuro que bendijese la prosperidad, la cultura, el trabajo y el comercio" elegimos un "Dios con olor a sacristía, fanático, oscuro y reaccionario, al que, en ciertos aspectos, sufrimos todavía". Pérez-Reverte no da muchos más detalles, pero menciona a Vives y los hermanos Valdés como ejemplos de erasmistas cuyo espíritu progresista fue aplastado por el "nefasto Concilio de Trento". 

Esta visión negativa de Pérez-Reverte de la historia intelectual de España es la dominante, me temo, en la élite académica española, que ha sido en gran parte afrancesada o se ha rendido al negativismo de muchos hispanistas anglosajones. Como pretenden aplicar el molde francés o inglés al devenir español, siempre les falta o les sobra algo. 'Madame Bovary' es mejor que 'La Regenta' y la tauromaquia solo es respetable si le dedican un ciclo de conferencias en el Pompidou de París. De este modo, tuvo que ser una inglesa, Marjorie Grice-Hutchinson, la que "descubriese" que la Escuela de Salamanca es una de las cimas de la civilización occidental precisamente en el momento en el que Pérez-Reverte sostiene que estábamos "ahogados en agua bendita, con las universidades debatiendo sobre la virginidad de María o sobre si el Infierno era líquido o sólido en vez de sobre ciencia y progreso".


El Concilio de Trento se celebró entre 1545 y 1563, justo cuando se produjo una renovación de la filosofía medieval que sería la responsable del giro hacia la modernidad. Esa renovación fue posible fundamentalmente gracias a los jesuitas y dominicos españoles. Pongamos el inmenso Francisco Suárez (1548-1617). Cuando Martin Heidegger se encontraba con un filósofo español le hablaba maravillas del filósofo granadino que, a caballo entre el siglo XVI y el XVII, refinó la filosofía tomista y puso los cimientos del nuevo paradigma de la Modernidad que surgió con Descartes y Leibniz. Suárez fue el último de los escolásticos y el primero de los modernos. No fue casualidad que el filósofo francés estudiase con los jesuitas de La Flèche, donde aprendió el método de razonamiento y la clave del pensamiento matemático y físico que luego desarrolló de una manera completamente innovadora y radical. Los libros de Suárez se quemaban en París y Londres por su carácter político revolucionario, ya que afirmaba que el poder era una propiedad que Dios concedía no directamente a los reyes sino al pueblo, y que entonces este lo cedía a los monarcas. Dicho atisbo de democracia sería posteriormente desteologizado por Hobbes, pero es en el español donde cabe situar su punto de arranque. En Descartes, que como hemos indicado estudió con los jesuitas, también encontramos otra aportación de Suárez, la idea de que el ser humano se caracteriza por una sustancia espiritual que razona por intuición, lo que se trasladaría a la intuición lógica de Descartes del célebre "pienso, luego existo", la mónada de Leibniz, el concepto de sustancia de Spinoza e incluso el sujeto trascendental kantiano (véase, por ejemplo, Giannina Burlando, La modernidad en Suárez y Descartes: articulaciones cambiantes del sujeto). Schopenhauer y Heidegger también mencionaron la originalidad y profundidad de sus ideas.

Pérez-Reverte transmite una imagen negativa de los jesuitas, los cuales han solido ser pintados como una mezcla entre Darth Vader y Aleister Crowley, unos enemigos de la Ilustración. Dicha campaña de desprestigio y satanización de los jesuitas llevó a que fueran expulsados de España durante la II República, lo que causó un daño irremediable tanto al nivel educativo general, dado que los jesuitas dirigían multitud de centros de enseñanza, como al núcleo constitucional del régimen republicano que dio así un paso terrible hacia la falta de pluralidad ideológica y la conculcación de los derechos fundamentales. En realidad, los jesuitas han protagonizado siempre una Ilustración alternativa a la racionalista dogmática. Y es que la fundación de la Compañía de Jesús por San Ignacio de Loyola (1496-1556) en el siglo XVI debe ser considerada uno de los más grandes hitos de la historia de España. Lo que significaron los Tercios, estos sí muy elogiados por Pérez-Reverte, en el arte de la guerra fueron los jesuitas en el arte del debate. Nietzsche situaba al vasco como uno de los grandes genios religiosos de la historia, a la altura de San Pablo y San Agustín. Admiraba el pensador alemán la disciplina, el coraje, el rigor, y la voluntad de poder del ejército intelectual jesuita que los católicos habían formado frente al modo de pensar, sentir y actuar de los protestantes. Puestos a evaluar objetivamente la filosofía católica y protestante, no cabe duda de que hay que darle la razón a los jesuitas de Trento sobre cuestiones como la justificación a través no solo de la fe sino también de las obras.

Una alineación de los jesuitas nos muestra que si en dicha época España disfrutaba de una Edad de Oro literaria, también la tenía desde el punto de vista intelectual, en contraposición a esa edad de tinieblas y oscurantismo que transmite el libro de Pérez-Reverte: Luis de Molina (1535-1601), Juan de Mariana (1536-1624), el portugués António Vieira (1608-1697), Francisco Suárez (1548-1617), Tomás de Mercado (1500-1575), Domingo Báñez (1528-1604)… hasta llegar al franciscano Bernardino de Sahagún (1499-1590), un fraile antropólogo que realizó un estudio del pueblo náhuatl en América sin parangón respecto al estudio de otro pueblo no europeo, y el doctor Navarro, es decir, Martin de Azpilicueta (1493-1586), de la Orden de los Canónigos de San Agustín. Estad Edad de Oro filosófica, científica y teológica ha quedado oscurecida, ninguneada y calumniada por el origen cristiano y sacerdotal de gran parte de sus integrantes.

Junto a los jesuitas, los dominicos, herederos de la tradición de Santo Tomás de Aquino, no le andaban a la zaga: Francisco de Vitoria (1483-1546), Bartolomé de las Casas (1474-1566) y Domingo de Soto (1494-1560). El primero, padre del Derecho Internacional; el segundo, adversario de cualquier forma de esclavitud; finalmente, de Soto, se sitúa en el origen de la ciencia moderna, siendo uno de los primeros físicos en establecer que un cuerpo en caída libre sufre una aceleración constante.Todo ellos formaron grosso modo lo que se denominó la Escuela de Salamanca, una de las más altas cimas en el terreno de la ciencia, la filosofía, la teología, el derecho y la filosofía política que se hayan dado en ningún país. Una Escuela de Salamanca cuyas tesis, problemáticas e influencias son sistemáticamente ignoradas en los programas educativos del país, ya sea en secundaria, Bachillerato y la Universidad. Tuvo que ser Hayek, influido por Hutchinson-Grace, el que pusiera a estos intelectuales bajo el foco adecuado:\nLos principios teóricos de la economía de mercado y los elementos básicos del liberalismo económico no fueron diseñados, como se creía, por calvinistas y protestantes escoceses, sino por los jesuitas y miembros de la Escuela de Salamanca durante el Siglo de Oro español.

La renovación de la ontoteología, la fundamentación del derecho internacional y el surgimiento de la ciencia económica es lo que se ventilaba en esas universidades españolas que según Pérez-Reverte únicamente se dedicaba a debatir sobre el sexo de los ángeles como si fuera un congreso de feministas de Podemos. El hecho de que todos fuesen católicos contribuye a su desconocimiento, por el anticlericalismo habitual entre la élite política e intelectual, siempre deseando proclamar que España ha dejado de ser católica. Difícil que dichos enemigos de la cristiandad lleguen a enterarse de los análisis económicos que los "salmantinos" escribían dentro de sus manuales de confesión (Pierre Villar dixit).

El ejemplo paradigmático de la supremacía de la ciencia en aquella época fue la introducción del calendario gregoriano que sustituyó al juliano. Se suele relatar que Cervantes y Shakespeare murieron el mismo día y no murieron el mismo día. La paradoja es posible porque ambos murieron el 23 de abril de 1616, pero de calendarios diferentes (Cervantes murió el 22 y fue enterrado el 23). Los países católicos habían modernizado el calendario respondiendo al llamamiento del Papa Gregorio XIII, el representante del dios de Trento, y a los cálculos de sus astrónomos y matemáticos, muchos de ellos pertenecientes a la Escuela de Salamanca. Concretamente, fueron sendos artículos enviados al Vaticano desde la Universidad de Salamanca en 1515 y 1578 los que fueron decisivos en el cambio del calendario. España fue el primer país que lo adoptó con Felipe II a la cabeza, mientras que los ingleses no se decidieron hasta el siglo XVIII (preferían estar en desacuerdo con el sol que de acuerdo con el Papa, se burló Kepler), mientras que los ortodoxos no se unieron hasta bien avanzado el siglo XX (la famosa revolución de octubre fue en noviembre según el calendario gregoriano). Para saber más de esta historia sobre cómo España estaba a la vanguardia del conocimiento científico en el siglo XVI hay que leer el magistral trabajo de Ana María Carabias titulado Salamanca y la medida del tiempo.

En definitiva, no es cierto, como sostiene Pérez-Reverte, que Baltasar Gracián sea el único pensador español comparable en la época a Montaigne. Tampoco es verdad que los españoles hayamos pensado básicamente a través de la literatura de Cervantes y Quevedo. Existe una tradición filosófica española que hay que reivindicar, conocer y asimilar. Por supuesto, hubo sombras en dicho devenir filosófico y científico, pero como ocurrió en todos los países. No fue la Inquisición española la que quemó al científico aragonés Miguel Servet, sino un seguidor del Dios al que a Pérez-Reverte desea que le hubiesen rezado nuestros ancestros.

09 marzo 2023

La RAE da por zanjada la polémica con la tilde de solo: se puede poner si quien escribe cree que hay riesgo de ambigüedad

Manuel Morales - elpais.com - 09/03/2023

Solo una palabra, "solo", ha provocado una encendida polémica en la Real Academia Española (RAE) y las redes sociales en la última semana que ha motivado la comparecencia el jueves del director de la institución, Santiago Muñoz Machado, tras el pleno celebrado para intentar aclarar lo acordado una semana antes, y que fue lo que provocó la controversia. Ese día se decidió “modificar la redacción de la norma” sobre si se debe poner o no tilde a esta palabra cuando es adverbio y quien escribe cree que hay riesgo de ambigüedad por confundirla con su uso como adjetivo. Como sucede en la frase “Voy solo al concierto” (¿voy sin nadie más o es que voy únicamente al recital?). “Ante el interés de este debate y para que no haya varias voces que lo expliquen”, ha dicho, “se ha aprobado por unanimidad el acta del pleno anterior, en el que se cambiaba el texto de una norma que establece desde 2010 que no debe tildarse solo”. Las excepciones establecidas entonces, cuando haya riesgo de ambigüedad y el "solo" adverbio pueda confundirse con el "solo" adjetivo, “quizás no estaban todo lo claro posible”, ha añadido. Por eso, con la vista puesta en el próximo Congreso Internacional de la Lengua Española, del 27 al 30 de marzo, en Cádiz, se decidió esta modificación, para presentarla junto a otras en la nueva versión en línea del 'Diccionario Panhispánico de Dudas'.

La novedad del jueves 2, ratificada el jueves 9, es que la posible ambigüedad de "solo" queda “a juicio del que escribe”. Esto motivó hace una semana la euforia de académicos como Arturo Pérez-Reverte, porque parecía que podría tildar la palabra cuando se quisiera, mientras que la posterior comunicación desde la propia cuenta de la RAE, al día siguiente, negaba que hubiera un cambio de la norma. El cineasta y académico Manuel Gutiérrez Aragón reconoce que el acuerdo suscitó entre los tildistas “una gran euforia, casi como el gol de Zarra”. Antes del pleno del jueves, un miembro de la corporación decía a este medio que la diferencia entre lo dicho por Pérez-Reverte y por la RAE parecía obedecer a “un malentendido del texto que se aprobó”. Porque, para unos, “solo” se podía volver a acentuar, incluso sin que hubiese ambigüedad en la frase. Y también en los casos en que la hubiera. “Así lo entendí yo”, declaró uno de los presentes a 'El País'. Sin embargo, la RAE mantiene la obligación de no tildar cuando no hay ambigüedad.

Por todo ello, el director de la RAE —que bromeó diciendo que venía sano y salvo— ha reconocido en este asunto “problemas de comunicación y precipitación” al dar a conocer lo acordado ese día. Por ejemplo, “al decir que el acuerdo fue por unanimidad, cuando fue por consenso porque hubo un voto en contra”. También se ha referido a la comunicación en Twitter desde la propia cuenta oficial de la RAE cuando se dijo que si no hay ambigüedad no hay que tildar nunca, y que cuando exista la duda, “se mantiene la opción de tildar o no”. Y se iba más allá: “Si el hablante percibe que existe riesgo de ambigüedad y escribe esa tilde, lo tendrá que justificar”. “¿Cómo se puede justificar eso?”, se ha preguntado Muñoz Machado, por lo que ha desautorizado ese tuit, que por cierto encendió a Pérez-Reverte en Twitter, que llegó a anunciar para este jueves “un pleno tormentoso”.

Sin embargo, para Muñoz Machado, pese a este revuelo, “estamos ante una cuestión menor, eso sí, una polémica antigua que ha situado en diferentes posiciones a los escritores de la academia, por un lado, que dicen que esa tilde les resulta útil por su énfasis, y los gramáticos, que son favorables a eliminarla”. Es lo que un miembro del pleno llama “una pelea entre creadores y científicos”.

Lo acordado esta noche “para unos supone una importante victoria”, dijo Muñoz Machado a cuenta de los tildistas. Dos asistentes al pleno han corroborado que “Pérez-Reverte se ha ratificado en su posición y que su interpretación es que tiene más libertad que antes para tildar”. A su vez, “los lexicógrafos opinan que la norma sigue igual”, señalan las mismas fuentes, así que las dos partes se dan por victoriosas y satisfechas. “Todo ha sido en términos corteses, aunque algunos se hayan expresado con la dureza que han considerado”, ha reconocido Muñoz Machado.

El director ha explicado también que como los cambios de normas requieren del acuerdo de las 23 academias del español en el mundo, las reunió el miércoles telemáticamente para comunicárselo y que todas estuvieron de acuerdo. Con esto ha dado por resuelta “una polémica externa y una crítica interna” tras un pleno en el que han intervenido casi todos los escritores. Preguntado sobre qué deben hacer los profesores y examinadores con los alumnos que decidan tildar "solo", ha respondido: “Hasta ahora se podía señalar como falta de ortografía si se tildaba cuando no se debía, pero ahora es en casos de ambigüedad a juicio del que escribe, no del que controla”. La casa, que tiene su viejo lema “limpia, fija y da esplendor”, deja libre albedrío en este caso.

Gutiérrez Aragón apunta a que quizás el problema de fondo esté precisamente en la palabra "ambigüedad". “¿Quién dice qué es ambiguo? Es un término resbaladizo y lo peor es no ser claro en este asunto, algunos llevábamos tiempo pidiendo que se aclarase la norma”. El escritor y columnista de 'El País' Félix de Azúa reconoce que esta discusión se ha convertido en un “asunto peliagudo”. Él recomienda, “en caso de ambigüedad, poner la tilde, aunque se puede sustituir por la palabra "únicamente", por ejemplo”. La académica Paloma Díaz-Más, que tiene la doble condición de escritora y filóloga, señaló: “La norma está clara y me parece correcta y razonable. Tildé esa palabra durante tiempo, pero ahora sigo la norma”.

Si realmente se hubiera cambiado la norma, se habría enmendado la 'Nueva Ortografía', de 2010, que decía: “Se podrá prescindir de la tilde incluso en casos de doble interpretación”. Antonio Muñoz Molina tercia: “En principio, no me pareció bien el cambio de 2010, pero obedecí la norma, hay que cumplirlo, y procuro evitar la ambigüedad”.

Desde entonces, académicos como Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Luis Mateo Díez, Pere Gimferrer y Pérez-Reverte, entre otros, contrarios a la decisión, decidieron seguir tildando la palabra "solo". Gutiérrez Ordóñez, en un artículo en 'El País' en 2011, indicaba: “Cualquier cambio ortográfico es percibido como una agresión que afecta al hábito mismo de escribir. Provoca reacciones y debates que, una vez enfriados los ánimos, son siempre positivos, pues nos ayudan a reflexionar”. Pues la herida no se cerró. El propio director de la RAE lo reconocía en una entrevista en 'El País' de 2020: “Queda un remanente de disconformidad sobre las tildes. En la palabra "solo" o en los demostrativos. Ahí no tenemos consenso”.

Y así hasta que el desgarro volvió tras el pleno del 2 de marzo, en el que, con la intención de una redacción más clara de la norma, se acabó enturbiado el ambiente. La mancha de aceite se ha extendido en las redes sociales y los medios. En 'El País', con este que lee, son siete los artículos publicados en una semana, entre ellos los del escritor Sergio del Molino y el periodista Álex Grijelmo, defensores de la tilde por razones sentimentales. Como recuerda Díaz-Mas: “En la escuela nos enseñaron a poner esa tilde que la RAE nunca recomendó. De ahí ese apego, pero también acentuábamos monosílabos como "pie" y hoy no”.

Quizás el embrollo se pueda aclarar si la RAE logra en la redacción de la norma lo que se pedía a los jóvenes periodistas que entraban en la agencia United Press en Nueva York hace casi un siglo: “Escribe de manera que te entienda el lechero de Ohio”.

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Pérez-Reverte bromea sobre la tilde de "solo" a su salida de la RAE: "No sé de qué me habla"

Europa Press - 09/03/2023

La Real Academia Española (RAE) ha concluido el pleno en el que se ha vuelto a abordar la polémica surgida en torno a la tilde con el adverbio "solo", aprobando mantener la "modificación" de la semana pasada en la regla tras un debate "pacífico" y en el que "no ha habido ni vencedores ni vencidos".

"Hoy ha sido ratificada por unanimidad la posición de la Academia respecto a un tema que empezó a debatirse hace diez años y ha situado en distintas posiciones tanto a escritores como gramáticos. Pero nadie ha dado su brazo a torcer ni hay vencedores, por más que algunas comunicaciones públicas aparenten otra cosa", ha explicado a la conclusión del pleno el director de la institución, Santiago Muñoz Machado.

En concreto, la semana pasada la RAE explicó que "se mantiene la opción de tildar o no "solo" cuando haya riesgo de ambigüedad" e introducía la expresión "a juicio del que es escribe" para que quien escriba valore "si existe ambigüedad o no". Así, recalcaba que el hablante "tendrá que justificar" el uso de la tilde si percibe el riesgo de ambigüedad". "La norma deja abierta la posibilidad de que no se tilden nunca ni el adverbio "solo" ni los pronombres administrativos [sic], que es la opción más aconsejable", apuntaba.

Así, esta postura ha sido ratificada "por unanimidad" -y no como ocurrió en el anterior pleno, donde también se dijo que existía esa unanimidad, pero en realidad fue "por consenso"- y Muñoz Machado afirma que todos los académicos se conforman con la modificación de la redacción de la norma. "Solo que algunas interpretaciones de algún académico, que no sé si lo sigue considerando, van hacia un cambio de la norma y otros solo un cambio de la redacción", ha matizado. "Hubo mucha precipitación al comunicar el acuerdo, y quizás algunas expresiones en tuits no fueron lo más precisas: algunos académicos ven este paso muy importante en la línea de lo que ellos han reclamado y lo han tomado como un gran éxito personal y victoria de sus posiciones, y otros académicos más partidarios de la regla establecida han manifestado que, a su entender, no hay variaciones", ha explicado el director, haciendo visible las posturas distanciadas entre escritores y gramáticos. "No hay posturas tildistas o antitildistas, somos personas con una formación diferente: hay un tercio de gramáticos, un tercio de novelistas y un tercio de personas con profesiones diferentes, pero nos llevamos muy bien y llevamos el trabajo con mucha normalidad", ha defendido.

El director de la RAE ha añadido que ha habido intervención de prácticamente todos los escritores y gramáticos y que Pérez-Reverte ha sido "uno de los más activos". Al acabar, ha habido un académico que ha dejado en el acto un "documento, dejando más clara su posición".

Muñoz-Machado ha indicado que esa opción de aclarar que la tilde depende del "juicio de quien escribe" se incluirá en el próximo 'Diccionario Panhispánico de Dudas' y que no se trata de una norma nueva, sino "una aclaración". "Hasta ahora, la manera redactada de la regla permitía a un profesor poner falta cuando tildaba y él no creía que era necesario, incluso en oposiciones. "Hemos tratado de evitar esa trascendencia pensando sobre todo en la enseñanza y en que los alumnos tengan seguridad a la hora de poner tilde", ha matizado. Es por ello que, al no ser una norma nueva, tendrá que pasar por el proceso de aprobación de todas las academias de la lengua española agrupadas en ASALE, aunque sí les han preguntado si a ellas les parecía un cambio normativo y no una modificación.

"Es cierto que había preocupación por cómo podía afectar a la Academia o dar la impresión de que nos dedicamos a estas cosas tan pequeñas, cuando hay un volumen de trabajo descomunal con docenas de proyectos en marcha", ha añadido. "No queremos estar haciendo declaraciones públicas ni tener debates públicos más allá de lo necesario. Cada vez que un debate trasciende más allá de las paredes me preocupa, porque queremos ayudar a la lengua de un modo más reservado: con estas intervenciones, que no se pueden controlar, sí es preocupante", ha indicado.

La semana pasada, el académico Pérez-Reverte criticó a través de redes sociales que desde una cuenta de la RAE se argumentara que había que "justificar" esa decisión de tildar o no "solo". "¿"No se añade nada nuevo"? ¿"Lo tendrá que justificar"? Lamento decir que RAE, dirigida por un académico antitildista, está dando información sesgada e inexacta", matizando posteriormente que no se refería al director de la institución, Santiago Muñoz Machado. Además, el excorresponsal insistía en que la RAE sí que "aprobó una modificación importante" respecto a la tilde en "solo" en su última sesión plenaria, avanzando que este pleno sería "tormentoso". "Un académico me ha pedido que diga que hubo cierta confusión de comunicaciones públicas por vía tuits y en la que se decía que quien usara tilde tenía que motivarlo o justificarlo: eso no lo acordó la Academia en modo alguno", ha destacado Muñoz Machado.

El académico ha concluido asegurando que no ha sido un pleno "tormentoso, sino en términos muy corteses, como es habitual en la RAE". "Hemos llegado a una solución pacífica del agrado de todos, y hemos tenido un gran pleno", ha concluido.

Arturo Pérez-Reverte ha sido uno de los últimos en abandonar la sede de la Real Academia Española (RAE) tras asistir al pleno "tormentoso" que catalogó la semana pasada, por la polémica surgida en torno a la tilde con el adverbio "solo", y a su salida ha bromeado con los medios de comunicación. "No tengo ni idea, no sé de qué me hablas", han sido las palabras que ha pronunciado el escritor. Un pleno que, según ha comentado el académico Félix de Azúa, uno de los primeros en abandonar la sede de la RAE en torno a las 19.15, ha tenido dos posiciones "irreductibles". "Arturo tiene mucha personalidad", ha comentado.

Las primeras en abandonar la reunión en torno a las 19.10 han sido Soledad Puértolas y Carme Riera, pero no han hecho ninguna declaración. Por su parte, la directora del Diccionario, Paz Battaner, ha salido de la RAE pasadas las 19.30 y ha indicado que el pleno "ha ido muy bien" pero añadía que "hay cosas más graves". Alrededor de esa hora, los académicos han abandonado la RAE de manera más seguida. Por ejemplo, Luis María Ansón reconocía que el pleno había ido "muy bien" y que ha sido "tranquilo y constructivo. Sin embargo, no ha dejado clara su posición en torno a acentuar la palabra "solo" y ha indicado que se remitía a las palabras del director Santiago Muñoz Machado. De forma similar se ha expresado la escritora Paloma Díaz, que ha calificado el pleno de "animado" y ha celebrado que suscite "pasión". "Yo sigo la norma de la Academia", ha asegurado. La poeta Gioconda Belli ha afirmado estar "a favor" de la tilde porque es "importantísima" pero ella no puede votar al formar parte de la Academia de Nicaragua.

https://www.europapress.es/cultura/libros-00132/noticia-perez-reverte-bromea-tilde-solo-salida-rae-no-me-habla-20230309204446.html

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Escritores frente a lingüistas en la RAE: del lío de sólo/solo a la guerra de ballet/balé
Luis Alemany - elmundo.es - 10/03/2023

Los miembros de la Real Academia Española han aprobado por unanimidad el acta de la sesión del 2 de febrero en la que aprobaron, entonces por consenso, la modificación del Diccionario Panhispánico de Dudas en el artículo que se refiere al acento del adverbio solo. La decisión y sus interpretaciones, que durante esta semana hicieron anunciar un "pleno tormentoso", aparenta ser buena para todos siete días después, al menos según el relato oficial. "No ha dado nadie su brazo a torcer. El triunfo de este acuerdo es que nadie se siente triunfador ni derrotado. Todos han aceptado que el inciso es suficiente para reconocer sus reclamaciones", ha dicho Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, tras el pleno.

En cambio, Arturo Pérez-Reverte, el principal promotor de la reposición del acento, ha interpretado el acuerdo como un éxito: "Los hablantes del español mantenemos la libertad de tildar sin que nadie lo vaya a considerar falta de ortografía. El idioma no puede estar sólo a criterio de los lingüistas. Los creadores también tienen autoridad", manifestó tras el pleno el escritor..

Es difícil entender qué es lo que ha cambiado para llegar a esta paz quizá frágil. De acuerdo con las palabras de Muñoz Machado, lo que ha cambiado esta semana, es un énfasis en el sujeto: sólo el hablante decide si el contexto es ambiguo: no el profesor que corrige el examen, el alumno. Estos días, en las vísperas del pleno, los académicos se se dividieron entre los que se sintieron llamados a las filas de la insurrección de la tilde (el tercio de los académicos escritores, básicamente) y los que consideraron que la disputa era un pequeño teatro construido a partir de una falsa noticia falsamente interpretada. La RAE, sostiene su versión, no ha cambiado su doctrina sobre el acento de solo, entre otras cosas, porque la Academia Española nunca podría dar el paso de reponerlo. La ortografía es jurisdicción de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

«Lo que pasa es que a Arturo le gusta alborotar la clase», explicaban ayer, cada uno con sus palabras, dos académicos, un novelista y un lingüista, más desde la simpatía por Pérez-Reverte que desde la censura. ¿Hubo teatro? ¿Hubo tormento? Muñoz Machado vino a decir que, si acaso lo hubo, fue dentro de un orden. "Vengo sin ningún apósito". En cambio, Félix de Azúa dijo al salir del pleno (antes de su conclusión) que las posturas eran "irreconciliables".

Lo que es irreconciliable, en realidad, es algo más amplio que el desacuerdo por el acento de "sólo". Durante la última semana, Arturo Pérez-Reverte ha hablado del empeño de la Academia, y en particular, de su Departamento Español al Día, dirigido por Elena Gómez, por imponer una política lingüística, su política hiperracionalista. Un ejemplo: la Academia se dirige, según ha explicado Pérez-Reverte, a cambiar la ortografía de la palabra "ballet", que habrá de convertirse algún día en "balé", igual que "parquet" aparece como "parqué" y "bidet" es "bidé" en el Diccionario de la Lengua Española. Los principios de simplificación y de similitud entre escritura y oralidad (si se dice "balé", ¿por qué escribir "ballet"?) llevan a ese cambio, pero, ¿quién tiene ganas de leer "balé" en los periódicos? ¿Quién se compromete a no escribir "ballet" nunca más? ¿Qué posibilidades tiene la nueva palabra así de tener éxito, de no crear confusión y mal humor en los hablantes, al menos durante los primeros años? En el último pleno, la palabra "ballet" apareció muy fugazmente, como en un presagio de discusiones futuras. De modo que si lo de Pérez-Reverte es teatro, su papel sería el de un rebelde comunero que defendería el derecho viejo, con sus irregularidades y sus pequeñas incoherencias, frente a la razón pura de los lingüistas. Y su lógica sería que la costumbre es fuente de derecho en el lenguaje y que cualquier desafío a ese principio sería una forma de despotismo ilustrado, una imprudencia. 

Muñoz Machado, al que Pérez-Reverte se ha referido esta semana como «mi amigo» y al que calificado como «ajeno a la cuestión», habló después del pleno con prudencia institucional. Reconoció que en la Academia "hay personalidades fuertes" y lamentó que la polémica de la última semana haya transmitido la idea de que la Academia se dedica a pequeñas discusiones no muy relevantes que opacan su "ingente trabajo". Sólo falta aclarar la hipótesis de la falsa noticia falsamente interpretada, el punto de partida de los lingüistas. En la Academia, los partidarios de abandonar el acento de "solo", sostienen que, en realidad, la RAE nunca lo impuso, como se nos dijo en las escuelas.

Pruebas: el uno de enero de 1959, la Real Academia publicó un texto llamado 'Nuevas normas de prosodia y ortografía', en el que se leía: «La palabra "solo", en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico si con ello se ha de evitar una anfibología». Y, en 1999, publicó 'Ortografía de la lengua española', en la que se leía: «La palabra "solo" puede funcionar como adjetivo o como adverbio. [...] Cuando quien escribe perciba riesgo de ambigüedad, llevará acento ortográfico en su uso adverbial». Más o menos, lo mismo que dice la reciente modificación del 'Diccionario Panhispánico de Dudas'. «El "solo" acentuado no ha existido nunca como norma obligatoria, esa ha sido una confusión que promovieron los maestros y los tipógrafos», dice un académico consultado.

Para los aficionados a las palabras poco frecuentes: a eso, según fuentes consultadas, se le llama misoneísmo: «Del gr. miseîn 'odiar', neo- e -ismo: 1. m. Aversión a lo nuevo».

España, el país de las "tilhostias"

Javier Caraballo - elconfidencial.com - 09/03/2023

No hay paz en España, reconozcámoslo, este es un país en confrontación permanente, y el pleno de esta tarde lo atestiguará. Existe un gran temor por que todo pueda saltar por los aires, por que el enfrentamiento se desboque como nunca antes ha sucedido, por que ni siquiera el presidente pueda contener a los suyos y sea la institución la que quede herida de muerte. Será esta tarde. España no puede permitirse ese descrédito internacional; otras instituciones que representan a decenas de millones de personas están pendientes de lo que ocurra hoy en el pleno y nadie puede garantizar que el resultado sea el desastre completo que algunos auguran: “La tilde de la palabra sólo seguirá sin una regulación precisa”.

Es el pleno de la Real Academia de la Lengua, la RAE, el que se reúne esta tarde y pocas veces, quizá ninguna que podamos recordar, se ha celebrado en medio de tanta tensión. El objeto de debate es una palabra, esa palabra de sexo fluido que lo mismo funciona como adverbio que como adjetivo, pero todo el mundo sabe que, en realidad, el debate de fondo es otro, que tiene que ver con el conformismo y la comodidad, esa inercia que lleva a un país a la dulce muerte que experimenta la rana en agua caliente hasta quedar hervida. Ese síndrome es el que nos afecta, como veremos, y sólo de paso, que no es menor, también está en juego el propio prestigio de la Real Academia, el respeto que se le ha tenido hasta ahora y la consideración para ser reconocida como la única autoridad que “fija, limpia y da esplendor” a la segunda lengua materna más importante del planeta, por detrás del chino mandarín.

Tomemos, por tanto, el tormentoso debate de esta tarde de la Real Academia de la Lengua como síntoma de una enfermedad, o de una inercia social; vayamos de lo particular, la tilde de la palabra sólo, a lo general, el inquietante futuro que le aguarda a una sociedad cuando se expanden la inhibición y la falta de responsabilidad de quienes tienen que tomar decisiones para no complicarse la existencia e intentar contentar a todo el mundo. Al cabo de 10 años de polémicas sobre la tilde de la palabra sólo, la Real Academia anunció hace unos días que en el futuro la tilde quedará al arbitrio de quien escriba. Si considera que en la frase puede haber confusión, que la acentúe, pero si aprecia lo contrario, en esa misma frase, que no la acentúe. Ignacio Camacho, que es de los periodistas que han mantenido la cruzada de la tilde, acentuando cada sólo que se lo pedía, sostiene que esta no es una de las habituales polémicas de la RAE, como cuando, por ejemplo, anuncia la admisión de algunos términos frikis. Estamos en uno más de los múltiples frentes que tiene la guerra cultural de estos días, la de la comodidad frente al esfuerzo y el sacrificio como valores fundamentales de la sociedad. Esa es la batalla cultural que subyace en la polémica del acento. “La escritura es un proceso intelectual de perfeccionamiento que se degrada si cede a impulsos acomodaticios”, dice Camacho. Es lo contrario de lo que piensa mi compañera Marta García Aller, que ha justificado aquí mismo que ella dejó de utilizar la tilde de sólo por obediencia, y eso es, precisamente, lo que le desconcierta de la RAE, “el populismo ortográfico para intentar contentar a todo el mundo”. Sin duda alguna, ahí está la clave: el debate de fondo no está en esa tilde, sino en el trasfondo social de esa decisión. El problema está en la extensión del populismo o el conformismo, la tendencia de prescindir de normas, principios y criterios si su aplicación conlleva malestar o incomodidad. Populismo legislativo, populismo educativo, populismo fiscal, populismo feminista, populismo ortográfico... ¿Cuántos populismos seríamos capaces de identificar en España? La Academia, a fin de cuentas, sólo ha comenzado a asumir con esa decisión algo que ya se da en institutos y universidades, la ignorancia de las faltas de ortografía en los exámenes si ello conlleva el suspenso del alumno.

Hoy es el día, el pleno de la discordia. El anuncio de que la discusión será “tormentosa” proviene de uno de los académicos más populares de la institución, Arturo Pérez Reverte, un escritor al que nadie podrá negarle su pasión y su preocupación por España. Hasta quienes le odian, que por suerte para él son muchos, habrán de reconocer que siempre está decidido a decir lo que piensa, que no le preocupa pisar charcos porque lo importante es caminar, y que no es de los que se ponen de perfil o miran hacia otro lado. A la Real Academia de la Lengua, en fin, le hacen falta tipos como Pérez Reverte, de la misma forma que precisa de otros muchos perfiles para conseguir un equilibrio interno en los debates y, sobre todo, para garantizar la vitalidad de la institución. Lo que le cabreó a Pérez Reverte, concretamente, fue que el servicio de prensa de la RAE ofreciera una interpretación manipulada, a su juicio, de lo que se había acordado sobre la tilde de sólo, ya que el académico que dirige ese servicio, @RAEInforma, “es antitildista y está dando una información sesgada e interesada”. Más agreste y desbocado, otro escritor, Juan Gómez Jurado, dijo en algún reportaje que toda esta polémica “pide revolución”, y en sus redes sociales ha cargado sin miramientos: “Sólo lleva tilde. La RAE nos puede besar el brillante y metálico culo”. Se trata sólo de dos testimonios, dos escritores, pero sirven perfectamente para percibir el cariz de los debates en España: ¿en qué otro país o latitud del mundo puede acabar a tortas, con insultos y acusaciones de manipulación, el debate sobre una tilde? En ninguna parte, claro. Por eso acierta en el resumen quien se frota las manos y se acomoda para presenciar el combate. Como César Pérez Gellida, escritor de novela negra: “Veo un inicio precioso de conflicto lingüístico entre antitildistas y tildistas ortodoxos. Todo sea por las tilhostias”. Está bien ese concepto… España, de hecho, es el insólito país de las tilhostias.

https://blogs.elconfidencial.com/espana/matacan/2023-03-09/espana-pais-tilhostias-tilde-solo-rae_3589428/

07 marzo 2023

Pérez-Reverte abre un polémico debate al calificar de «magnífico» un cuadro de la batalla de Covadonga

Ana Ranera - elcomercio.es - 06/03/2023

No son estos días tranquilos para Arturo Pérez-Reverte. Ya se sabe que el escritor y académico no es de los que rehúye las polémicas, y está metido en varias. Una de ellas, a cuenta de la batalla de Covadonga. El escritor y académico murciano publicó una imagen del cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau –ilustrador de muchos de sus libros– en el que se representa dicho acontecimiento histórico bajo el título 'La primera victoria'. Un cuadro sobre el que ya habló su autor en una entrevista en 'El Comercio' mientras lo estaba elaborando que, por fin, está terminado. Y no dudó Reverte en calificar la obra de «magnífica». Sin duda lo es: se trata de una batalla multitudinaria llena de detalles –e idealizada–, si bien últimamente todas las voces especializadas apuntan a que lo sucedido en Covadonga solo fue una escaramuza, lo que le recordaron muchos internautas, abriendo un nuevo debate sobre la Reconquista y su significado. En la obra, la cueva de la Santina, que no aparece en la imagen, aparece como un gran balcón a un escenario repleto de guerreros, y no exento de violencia. A sus pies, el renombrado artista representa una cruenta batalla en la que Pelayo se alza victorioso.

Esta "glorificación" hizo que fueran muchos los que se lanzasen a criticar esta obra, de dos metros de altura y resultado de un encargo de mexicanos del estado de Guanajuato que se presentará a primeros de abril en Cangas de Onís, donde quedará expuesta, y para cuya elaboración se contó con el apoyo del escritor Yeyo Balbás y de la asesora histórica Mabel Villagra.

Pero, dejando al margen el arte, estos días Pérez-Reverte está inmerso también en una particular guerra interna de la Real Academia Española, de la que es miembro. Para el escritor, la RAE está difundiendo una información «sesgada e inexacta» sobre el uso de la tilde en el adverbio "solo" y en los pronombres demostrativos "este", "ese" y "aquel", recuperada a su parecer. Reverte considera que el filólogo asturiano Salvador Gutiérrez –discípulo de Alarcos– es un «antitildista» y, por ello, el murciano advierte de que el pleno de académicos del jueves será «tormentoso». Sabe que recuperar esa tilde es «ganar una vieja batalla» y no dará su brazo a torcer.

https://www.elcomercio.es/sociedad/perez-reverte-abre-polemico-debate-calificar-magnifico-cuadro-batalla-covadonga-20230306221843-nt.html

Columnas de prensa sobre la tilde de solo/sólo

Yo solo soy yo cuando estoy solo

Fernando Sánchez Dragó - gaceta.es - 07/03/2023

En ese endecasílabo de Miguel Hernández hay un adverbio, marcado por su preceptiva tilde en la primera sílaba, y un adjetivo, sin tilde en ninguna de ellas. También hay una trampa… El poeta citado nunca escribió ese endecasílabo, que es de mi cosecha, sino uno, muy similar, al que el mío, mejorándolo, a mi juicio, parafrasea: «Yo nada más soy yo cuando estoy solo». Pertenece a un soneto de 'El rayo que no cesa', libro que memoricé, enterito, cuando tenía dieciocho años. Me he tomado esa libertad. Discúlpela el lector en gracia a lo que en esta columna quiero decir.

En este país –muletilla no por ociosa menos significativa–, tan dado a las guerras civiles, estalla ahora una, de índole meramente prosódica y por ello, gracias a Dios, incruenta, entre los partidarios de mantener la tilde en el adverbio "sólo", sinónimo de "solamente". El adjetivo "solo" nunca la llevó. Pocos éramos y parió nada menos que la Real Academia Española, dividida entre los tildistas y los antitildistas. Así han bautizado los espectadores a las fuerzas contendientes en esta nueva pugna fratricida, en cuyo forcejeo no correrá la sangre, sino la tinta. Algo es algo.

Arturo Pérez-Reverte, por cierto, que es tan espadachín, dicho sea a título de elogio, como su personaje Alatriste, capitanea el bando de los tildistas, al que yo, que estudié Románicas y empuño péñola, me sumo con lógico y filológico entusiasmo. A tus órdenes, Arturo. Duelistas somos y en el Miranda Podadera andamos. 

¿Prosodia?, se preguntarán los lectores víctimas, por su edad, de los planes de estudios vigentes… Sí, chicos: «Parte de la gramática tradicional que estudia la pronunciación y la acentuación correctas». Ésa que no respetan, por ejemplo, los locutores de los partidos de fútbol, sobre todo cuando anuncian un gol. O, mejor dicho, un gooooooooool o un golgolgolgolgol, entre horrísonas exclamaciones. ¡Qué espanto! Si Gogol levantase la cabeza seguro que volvía escribir 'Las almas muertas'. ¡Y tan muertas!

La semilla de esta discordia se sembró, creo recordar, en 2015, quizá un año más tarde, que fue cuando los académicos, renunciando, como en tantas otras ocasiones, a su deber de limpiar, fijar y dar esplendor a nuestro idioma, sembraron entre sus usuarios el desconcierto al suprimir del adverbio la tilde en cuestión. Claro que peor aún habría sido el añadirla al adjetivo obligándonos a escribir, por ejemplo, "sóla, fané y descangallada" o a decir, en momentos difíciles, "no me dejes sólo, amor mío".

No sé si han visto ustedes ‒seguro que sí, porque lo repiten hasta la saciedad‒ el anuncio ése de la tele en el que Lola Flores, saliendo de su tumba por arte de Photoshop y cargando la suerte, nos explica con ronca voz de quejío tras una noche de colmado:

‒¿Saben por qué a mí se me conoció en todo el mundo? ¡Por el acento!

Pues eso, señores, señoras y señoros de la Expañola.

Posdata – Escribo esta columna en un bar. Se me acerca el camarero y me pregunta: «¿Un café solo o solo un café?». ¿Dónde carajo habrá puesto el acento? «Póngame sólo un café solo», le corrijo. Y lo nota.

https://gaceta.es/opinion/yo-solo-soy-yo-cuando-estoy-solo-20230307-0400/

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No sólo es una tilde

Juan Soto Ivars - epe.es - 07/03/2023

La RAE limpia, fija, da esplendor y está a punto de provocar una nueva guerra civil en España. La batalla, de hecho, “sólo” se ha reanudado. Arturo Pérez-Reverte, letra T mayúscula, celebraba la sorpresiva noticia publicada en la prensa, según la cual el adverbio “sólo” vuelve a llevar su tilde, como es de ley. Trece años han pasado desde la última batalla, que se saldó con una derrota de los denominados tildistas, entre los que me incluyo. Fue entonces cuando la RAE, como si se arrodillase ante los alumnos de tercero de la ESO con problemas para identificar los adverbios, nos arrebató nuestra querida tilde en “sólo” y en los pronombres demostrativos.

Humillados, rabiosos y quejumbrosos, los tildistas nos escondimos en turbias cervecerías de Múnich, corrimos hacia los bosques como el maquis o nos emparedamos cual Mambrú para tramar nuestro contraataque. Mientras tanto, perseverábamos en adornar con estas bellas y aclaratorias tildes los adverbios y pronombres, y éramos perseguidos por ello con suma crueldad. Yo mismo he visto cómo los correctores de este periódico, y los de las editoriales en las que publico mis libros, asesinaban por órdenes de la RAE (¡e incluso la Fundéu, de la que fui miembro!) a estas pobres tildes. Mis textos, escritos con tildes, aparecían sin ellas: purgados, y el agradecimiento que hubiera debido profesar a los correctores por encontrar mis erratas y ejecutarlas se tornaba en amargura al descubrir que habían aplicado la misma medicina a mis adverbios.

La soledad que siente un “sólo” o un “éste” sin su tilde es difícil de describir, pero en las noches oscuras los tildistas hemos animado a estas palabras heridas. Esperábamos, confiamos en los académicos como Pérez-Reverte y, al fin, cuando se nos dio la noticia, salimos a celebrarlo. Pero… ¡ah! El enemigo es tenaz, y la RAE está dividida. La sección de Español al día, dominada por malévolos sintildistas, aclaró en Twitter que la decisión de la Academia se mantiene inalterada y que sólo han hecho una pequeña apostilla a la norma de 2010. 

Pérez-Reverte, furioso, respondió que vienen tiempos de hostias como panes. Y nosotros, los hablantes y escribientes tildistas, ya hemos puesto a todos los santos del Barroco español nuestras velas y oraciones para que el enemigo sea destruido. Pues no hablo sólo de una tilde, sino de nuestro honor. ¡Larga vida al capitán tildista!

https://www.epe.es/es/opinion/20230307/tilde-84174453

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Contildistas y sintildistas

Javier Vizcaíno - noticiasdealava.eus - 07/03/2023

La vida sería maravillosa si todas las polémicas fueran como esta de la que vengo a hablarles. ¿Se pueden creer que la crema y la nata de la intelectualidad, amén de un sinfín de juntaletras o simples aficionados a la gresca por lo que sea andan mentándose la madre a cuenta de si el adverbio solo debe o no debe llevar tilde? Es lo del sincebollismo y el concebollismo de las tortillas de patata llevado a la gramática. En realidad, la reyerta viene de 2010, que fue cuando la Academia de la Lengua Española decretó la obligatoriedad de prescindir del signo gráfico sobre la primera o de la palabra. Ardió Troya y surgió hasta una especie de selecta guerrilla de firmas que se negaron a acatar la norma, con Arturo Pérez-Reverte a la cabeza, y Mario Vargas Llosa o el difunto Javier Marías formando el núcleo duro.

La tontuna cuestión ha vuelto a la actualidad después de que se publicara que la Academia iba a dar marcha atrás para promover el libre albedrío en el uso de la dichosa tilde. Los insurgentes contildistas corrieron a celebrar lo que estimaban como triunfo de su resistencia. Pronto llegó Paco con la rebaja. La rancia institución desmintió lo publicado y lo dejó en simple recordatorio de la norma vigente. El arriba mentado Reverte, que, como saben, es académico, salió a Twitter con la espada fuera de la vaina. “El pleno del próximo jueves será tormentoso”, amenazó, mientras sus partidarios le jaleaban “¡Arturo, dales caña!”. Este humilde tecleador, que como tantas veces, se sitúa en la equidistancia, hace acopio de palomitas esperando el espectáculo. Y vuelvo al principio: ojalá todas las broncas fueran como esta.

https://www.noticiasdealava.eus/la-vuelta-de-javier-vizcaino/2023/03/07/contildistas-sintildistas-6533976.html

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La tilde de Pérez-Reverte

Vicente Torres - periodistadigital.com - 07/03/2023

Se ha tomado como asunto personal lo de la tilde diacrítica, y hay que llevar cuidado, porque de tanto ver apretar el gatillo en las guerras en las que ha estado se le pegado la costumbre y tiene el disparo fácil. No tolera que le lleven la contraria, ni entiende más argumentos que los que salen de su mollera. El caso es que a mí me tiene bloqueado en Twitter desde hace tiempo porque ingenuamente le afeé el uso una tilde que no corresponde. La sigue usando.

Se trata de la que pone de forma indebida en "elite". Que un director de periódico, un columnista o un notario escriban esta palabra de forma incorrecta es aceptable, porque la propia RAE la dio por buena puesto que la mayoría de la gente la escribe así. Pero que un académico se pase por el forro de los cojones el esfuerzo de un antecesor reciente en la Academia está muy feo. Intentó con denuedo Fernando Lázaro Carreter evitar el uso de esa tilde, y ahí están sus artículos sobre la cuestión, recogidos luego en su ‘El dardo en la palabra’ para demostrarlo, explicando que es una palabra que proviene del francés, por lo que en ese idioma es aguda, ya que los franceses dicen "elit", y al pasar al español debe conservarse el acento en el mismo lugar en que está en su idioma original. Pero que si quieres arroz Catalina. Este señor ha estado en todas las guerras y cree que no le queda nada por saber y que su palabra va a misa.

Pues no. El respeto al prójimo y a sus argumentos puede estar en alguna guerra, pero no es costumbre que esté. Y los reporteros de guerra podían observar la condición humana, pero para sufrirla no es necesario estar en una.

Parece que ahora la Academia se ha partido en dos, lingüistas y escritores, lo que no hace ningún bien a los usuarios del idioma, a los que no interesan estas pugnas tan feas, sino que lo que desean es un trabajo silencioso en beneficio de todos. Los acuerdos de la Academia, aunque se resuelvan por un voto, son de la Academia, o sea, asumidos por todos. Y el matonismo y la chulería deben ser descalificantes.

https://www.periodistadigital.com/puntodevista/20230307/la-tilde-de-perez-reverte-689404883233/

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La tilde y el sentido común

Antonio Viudas Camarasa - diariodemerida.es - 07/03/2023

A Arturo Pérez-Reverte y los que razonamos como él nos acompaña el sentido común muchísimo mejor que a Salvador Gutiérrez Ordóñez y los otros académicos que después de “fazella no quieren enmendalla”. El abuelo Ángel Pérez Pérez, de Avilés, entiende y desea que su nieto adicto a las peras se coma más de dos y le es indiferente si se las come solo o acompañado. Si viviera Emilio Alarcos Llorach, mi maestro fonólogo, acompañado de Lapesa y Zamora Vicente, este desaguisado académico no hubiera tenido lugar, estoy seguro. Alarcos con su fonología y su tercera articulación e hijuelas, nunca hubiera redactado unas nuevas normas tan ambiguas como las que han aprobado sus sucesores hace diez años tónicos conviviendo con sílabas átonas.

No se trata de corrección versus claridad. Es cuestión de sentido común cuando los académicos aprueban una nueva norma sin ambigüedad manifiesta. Me encanta el microrrelato del abuelo Pérez de Avilés de la soledad y el sabor a peras del comer de su nieto. Comparto contigo el microrrelato: La tilde de solo. Me escribe mi nieto: “Hoy me he comido solo dos peras.” La verdad, no lo entiendo, porque nunca come solo y, si no está acompañado…, eso de que solo se come dos peras no se lo cree ni él. ¡Le gustan tanto! (Ángel Pérez Pérez Avilés”, en 'El País' de 06-03-2023).

Me acabo de enterar, gracias a Hey Google por la BBC que Mario Vargas Llosa, mi condiscípulo en Beni Alonso Zamora Vicente, también acompañó en voto a favor de la tilde a Arturo Pérez-Reverte. Habrá que ver el acta académica histórica y verificar si esas normas nuevas se aprobaron por dos tercios o por mayoría simple. Está claro que no fue por unanimidad. Este reality lingüístico coincide con el dicho que he oído hoy en boca de un hablante panhispánico sobre un cliente que pide un presupuesto para la compra de un cerdo:”Quiero un cochino, de muchas arrobas, que pese mucho y que cueste poco”. Parafraseando al comprador del guarro, como usuario solicito una norma que rezume calidad, brille en claridad y que no genere ambigüedad.

La Mecedora Habladora, que es muy guasona, se sonríe cuando se entera de que los tildistas y anti-tildistas andan a la greña y me casca: “Chacho, Antonio querido, no te enteras, los académicos tildean y antitildean escribiendo ad libitum como en las partituras musicales. Son libres y dejan libertad de tildear y antitildear. Además de libres, los académicos son liberales”.

https://www.diariodemerida.es/la-tilde-y-el-sentido-comun/

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Sólo si es sólo (y que me tilden de tildista)

Irene Lozano - eldiario.es - 09/03/2023

Sólo en esta ocasión voy a estar de acuerdo con Pérez-Reverte, que se ha convertido en el principal valedor de la tilde de "sólo" y ha vaticinado con sorna un pleno tormentoso en la Academia de la lengua este jueves. No sólo él tiene claro lo que está en juego. Somos muchos los que comparamos esta batalla a las que sólo libraríamos por las cosas importantes de la vida: que te quitaran un click en el patio del colegio y ese tipo de agravios. Peleabas con el cuchillo entre los dientes: sólo faltaría. 

Hace unos días la RAE modificó la redacción de la norma relativa al uso de la tilde en "solo". Se introdujo un inciso que, según algunos académicos, cambia la norma y según otros sólo cambia la redacción. En anfibologías como esta radica el misterio de la lengua, pero tanta sutileza se nos ha ido de las manos, y los tildistas -que no habíamos desaparecido, sólo estábamos en modo células durmientes- nos hemos vuelto a agitar. 

Mantener la tilde se trataba para mí, hasta ahora, tan sólo de una cuestión sentimental, lo admito sin ambages. Cuando la RAE reformó su Ortografía en 2010 y decretó la abolición de la tilde, aunque no sólo, intenté cumplir. La erradiqué de mis textos, pero sólo aguanté unos días. “Solo” es una palabra escasa, desvestida. Tiene algo lúgubre, y arrancarle la virgulilla que le daba un techo, me la presentaba aún más desvalida. De veras lo intenté y no pude: sólo quedaba indultar la tilde. 

Con los años he perseverado en escribirla, y he encontrado más razones para atrincherarme en mi posición, casi todas poéticas. Ahora ya sólo sé que la tilde es imprescindible aunque no sé para qué. Por ejemplo para toparse con este verso de Juan Ramón Jiménez -“¡Yo solo vivo dentro / de la primavera!”- y saborearlo. Juega a los significados posibles, a despistarnos con una frase que no podría ser más sencilla. Y lo hace con la sintaxis y con la tilde. El adjetivo "solo" suele colocarse después del verbo (salvo en usos enfáticos o poéticos) y, Juan Ramón lo antepone, es decir, lo coloca en la posición más habitual del adverbio, pero le quita la tilde. Vaya usted a saber con qué intención lo hizo, pero es genial gracias a las reglas de ortografía vigentes sólo hasta 2010. Compone un verso sencillísimo que se ha de leer dos veces. Degustamos la ambigüedad, pero sólo como quien moja el pan en la salsa, una pizca. Nos lanza, pero nos rescata al momento. Hala, que vengan ahora los gramáticos  -no todos, sólo los que en vez de corazón tienen un pisapapeles- y digan que en caso de ambigüedad, en vez de tilde se puede usar “solamente”. Sí, se puede, pero los adverbios acabados en -mente son como la peste bubónica: matan no sólo en verso, sino también en prosa. Yo evito que proliferen porque contagian.

A Juan Ramón no le gustaría verse convocado a este campo de batalla: él era naturalista en cuestiones ortográficas, y no estaba solo: también lo fue siglos antes Teresa de Jesús. Pero se ve que en esta guerra no se hacen prisioneros: al director de la Academia lo han tildado, nunca mejor dicho, de tildista, sin haberse pronunciado sobre la tilde de "sólo". 

Decía que hasta ahora defendía la tilde sólo por sentimentalismo poético, pero cuando veo cómo se están creciendo en este lance los gramáticos, sólo puedo pensar que la batalla se ennoblece y se llena de matices. Los lingüistas se multiplican y yo me alegro: cuando estudié éramos sólo un puñado de gente, aunque eso sí, unida en torno al consenso tildista. Lo malo es que toda esta muchedumbre de filólogos se ve tan llena de razón que sólo puede perderla. Cuando nos explican en su argumentación incesante por qué la tilde diacrítica no tiene sentido en la palabra "solo", deslizan su irritación por los resistentes, los que sentimos sólo compasión, y mantenemos la tilde sin ánimo de ofender, sólo porque nos violenta erradicarla. 

En esta apología de lexicógrafos, y no sólo, veo engordar una deriva neoliberal en el discurso. Sin rodeos, reivindican a los tecnócratas de la lengua. Y llegan a producirme auténtico estupor cuando esgrimen la ciencia como si estuvieran recomendando la vacuna, cuando este último revuelo se ha producido sólo porque los gramáticos han redactado un párrafo que no se entiende. Algún anti-tildista ha llegado a criticar la presencia de escritores en la RAE. Al parecer, les irrita que se pronuncien sobre la lengua con autoridad, como si supieran algo de las palabras, no siendo lexicógrafos. ¡A dónde vamos a llegar! Está claro que en cuestiones de lengua hay algo de ciencia y algo de estulticia, pero no sólo.

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/si-tilden-tildista_129_10011896.html

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Tildetriste

Hughes - gaceta.es - 12/03/2023

La polémica con la tilde de "solo" quizás haya producido resultados desiguales y contradictorios. Se supone que ha sido una defensa de la tilde, un intento organizado por restablecerla y justificarla, pero por algunos se siente como una batalla perdida; ridícula primero, excesivamente puntillosa después y paradójica al final en sus resultados.

Perdone el lector aquí la bajada al yo: servidor era un moderado defensor de la tilde hasta esta misma semana en la que la desafección ha sido total. La defensa que de ese signo ortográfico ha hecho Pérez-Reverte me ha alejado de la tilde más que acercarme. En esto no hay pose de finura o desdén ante el "autor exitoso y popular" sino un convencimiento muy profundo de que, viendo a sus defensores, mi bando era el equivocado.

Para empezar, el triunfo es pírrico, en el sentido impreciso y equivocado que se le da en el fútbol: la RAE ha reconocido un uso posible para esa tilde en "sólo", pero para esa victoria la tilde ha perdido su prestigio, su verdad, su romanticismo y hasta su simpatía. Lo ha perdido casi todo. Esa tilde se ha convertido en la palanquita, la pestañita para accionar otras cosas.

Una, por ejemplo, es la apertura de una ventana al subjetivismo del que escribe. Es una regla que queda al sujeto y que introduce ambigüedad justo para evitarla. En el registro escrito, se puede evitar la ambigüedad de una forma más profunda y correcta: sintáctica, gramatical. Pero esa tilde va a quedar como recurso del estructuralmente ambiguo. Va a quedar como aliada enfática de la falsa precisión del lenguaje más chato y forense. ¡Pero es que eso le encanta a Pérez-Reverte! Obsérvese este párrafo suyo; cómo, precisamente, se mata toda ambigüedad, aire, misterio, posibilidad e imaginación repitiendo el Falcó revertiano lo que le pide la mujer:

«Falcó se arrodilló y le introdujo los dedos en el sexo. Ella sonreía.

-Dime puta.

-Puta.

Se intensificó la sonrisa obscena.

-Ahora dime puerca.

-Puerca.»

¿No hubiera sido mejor no saber del todo si decía o no decía la palabra? ¿No hubiera sido mejor un poco de indeterminación?

La tilde de solo se convierte en el signo de puntuación de los puntillosos. Había un grupo de música que se llamaba Solo Los Solo. ¿Era necesario ponerles la tilde para matar los sentidos posibles? Eso es esa tilde de repente, un signo cursi, antiliterario, una nota que recarga la partitura, un dirigismo excesivo (Dime puta. «Puta»).

Pero es que la pobre tilde a la que han matado de cariño ha sido también la excusa para la trifulca docta de la RAE y, más concretamente, para que Pérez-Reverte abandere la posición preeminente de los escritores frente a los lingüistas. El resultado también es muy paradójico. El escritor no influye así en la lengua con su obra, como pensaría cualquiera, sino desde la academia. Es como académico que el escritor, mandando en la institución, puede influir. Pero entonces no es un escritor sino un académico-escritor y ¿cómo se hace uno académico? Pérez-Reverte cita a Cela o Vargas Llosa, pero ¿su dominio del lenguaje es el de Cela? ¿De dónde saca Pérez-Reverte su autoridad? Pese a la prensa rendida y ditirámbica, hay un consenso en que es el éxito de ventas de Pérez-Reverte lo que explica su posición.

Por tanto, un escritor popular, del vulgo, vulgar, que no influye en el lenguaje se hace o le hacen académico y es así, ya como académico, como lo consigue. No influye como autor popular, sino que como autor popular se hace "escritor consagrado" y entonces, cual Cela, quiere dictar la regla. Pero esto es un falso populismo. Es el populismo siempre parcial, invertido y equivocado de este autor, cuyos personajes son de un gran casticismo puesto al servicio de un juicio de inspiración políticamente correcta y afrancesada («España se equivocó de Dios en Trento»). ¡Un agobiante españolismo luego no español del todo!

¿No es eso lo que vivimos constantemente? ¿Qué culpa tiene la pobre tilde para hacerla signo de eso?

Pérez pide la autoridad de Cela pero la pide en tanto académico-popular, ¡qué cosa tan rara y a la vez tan estupenda! El populismo academicista y, por tanto, elitista de Pérez-Reverte es la gran desviación del sano y recto populismo y la tilde, otra vez la pobre tilde, se ha convertido en pestañita, teclita, púa del laúd más contradictorio…

La tilde de solo defendida bravamente por Pérez-Reverte, al que se le reconoce el esfuerzo, ha perdido, con ello, algo de su vieja integridad ortográfica y su prestigio normativo. De ser algo clásico y obedecible ha pasado a convertirse, con esa falsa victoria, en una modernidad subjetivista, una regla que no es regla y, de repente, en un signo quisquilloso y un poco quitamisterios… Con ese darle la decisión al que escribe, ¿no se convierte la tilde en una especie de emoticono picajoso y ultracorrecto?

Ahí está lo que ha sido esto para la tilde: una rebelión ultracorrecta. 

Juan Ramón tenía su ‘j’ personalísima, y la tilde se ha convertido en ala del sombrero de Alatriste, una causa personal del escritor-académico-popular que pide ¡ahí es nada! la triple autoridad de la academia, el creador y el exito comercial… ¿cómo amar ya esa tilde que parece puñalito de personaje de sus novelas?

Mejor causa nos parece, siguiendo la recomendación de Ruiz-Quintano, que la encontró en una de sus novelas, generalizar la equis de Cebrián, el académico prisaico que escribió «clítorix» en lugar de clítoris. ¿Acaso no es mejor? ¿No convertía la equis en clítoris gráfico, puro botón, letra puntito y poesía visual? Las eses se nos caen de pobreza. Hay ya mucha desgana en ellas. ¿Por qué seguir diciendo ‘especial’ cuando podemos decir ‘eres muy expecial’? Muy lejos ya la jota alfanje de Juan Ramón Jiménez, y abandonada, ay, la tilde revertesca como causa, ¡viva la equis cebrianita!

Hughes | Tildetriste (gaceta.es)

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Una tilde: Dos Españas

Rosa Rodríguez - lasprovincias.es - 14/03/2023

https://www.lasprovincias.es/opinion/rosa-rodriguez-tilde-dos-espanas-20230315234359-nt.html

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Arturo Pérez-Reverte, un hombre sólo

Matías Vallés - epe.es - 16/03/2023

Se agradece disertar sobre Arturo Pérez-Reverte (APR), porque todos los presentes lo han leído sin demasiado esfuerzo, y el matiz de la facilidad que rima con felicidad es sustancial en su éxito. Sólo tienes que leerlo, sin más. Ha vendido millones de libros que, en consonancia con su ímpetu, ha colocado uno a uno y a mano. 

Es competitivo en lo profesional como un lobo de Wall Street: "Yo no necesito el Planeta porque vendo, a diferencia de mi amigo...". Es competitivo en lo personal: "Te han salido muchas canas". APR es un hombre sólo, que concibe su vida como un campo de batalla donde se desenvuelve con la lealtad corajuda de un samurái y la soltura de un espadachín. Ninguna insolencia debe quedar sin castigo: "Leo que un tal Baltasar Porcel se burla de mis novelas, que llama tebeos. No tengo ni idea de quién es Porcel. Es igual, una ejecución".

Nada menos que todo un hombre, escribía Unamuno pensando en APR, que a la fuerza debía desembocar en Pancho Villa y su Revolución paternalista. El autor esencialmente masculino ha aprendido a delinear en 'El italiano' los personajes femeninos con los que tropezaba, aunque se opondrán la excelente 'La Reina del Sur' y sobre todo, la iniciática y sensacional 'El maestro de esgrima', que será para siempre Assumpta Serna: "Los novelistas decían mira a este periodista, qué se habrá creído".

Aquel desdén inaugural, de la tribu literaria que no vende libros, cimenta la ambición de APR. A diferencia de sus colegas de mesa camilla y brasero digital, que temblarían si tuvieran que pisar Ucrania, ha conocido el fragor del combate aunque suene algo pelmazo rescatando heroicidades con medio siglo de antigüedad. Es un escritor sólo: "Yo no soy un artista". Y el académico cita a continuación a los mosqueteros de Dumas, para precisar su genealogía novelística. 

La mención al gabacho conduce a la complicada relación de APR con el cine. Su asociación más reciente es 'La piel del tambor', tal vez la primera película española que solo tiene una escena que vale la pena, y la cortaron en la sala de montaje. Y el problema de Johnny Depp en 'La novena puerta' / 'El club Dumas' de Polanski es que el actor no sabe cómo agarrar un libro, un pequeño hándicap en una película de bibliófilos. O tal vez el error consiste en devorar sin discernimiento todos los productos con sabor a APR: "¡Te has leído hasta la recopilación de mis artículos, no fastidies!".

Todos lo saben todo de APR, vive aquí porque ha vuelto a empuñar la lanza sin adarga, una vez que la Academia claudicante con cualquier jerga rapera se pone exquisita sólo en una tilde. El escritor milita en la RAE porque se apunta a todas las empresas que acaben en Española, el adjetivo que mejor sintetiza la libertad caótica de sus personajes, la gallardía. Tal vez el escritor que desprecia la autoficción, la literatura del yo y la narración pormenorizada de bodas, partos y entierros, nos ha hablado siempre en primera persona: "Me negué a escribir en 'El País' porque ya publicaba con ellos en Alfaguara, quería mantener mi libertad".

APR escribe en serie, definiendo al capitán Alatriste como su alter ego imprescindible, salvo en la infame película donde Viggo Mortensen se empeña en demostrar que no habla castellano. El oficial de los Tercios sólo será superado por el franquista Falcó, a la altura del Sadorski pro Vichy de Slocombe que se ha convertido en el último fetiche de la novela policial. Un "patriota de sí mismo", como su autor. El escritor no quiere amos: "Me invitan a un restaurante estos millonarios, ya sabes cómo son, y pago la cuenta de todos porque no quiero que se crean que les debo algo".

APR se ha escorado con su país hacia visiones milenaristas. Critica la formación de los jóvenes, una reflexión interesante hasta que se advierte que la pronuncia frente a Pablo Motos. Suplanta la cosmovisión con una cosmivisión. Su 'Una historia de España' tiene más de España que de historia, pero era inevitable que se involucrara en el eterno debate sobre si la nación es insuficientemente española o demasiado española.

https://www.epe.es/es/cultura/20230316/arturo-perez-reverte-hombre-solo-84689980