31 agosto 2023

Arturo Pérez-Reverte es Conan Doyle

José María Pozuelo Yvancos - abc.es - 31/08/2023

Sherlock Holmes adquirió tal dimensión de realidad que su autor, Arthur Conan Doyle, tras haberle dado muerte en la cascada de Reichenbach, en Suiza, hubo de resucitarlo tres años más tarde, debido a las protestas de miles de lectores. Incluso ese intervalo recibió el nombre de "El Gran Hiato". Como le ocurre a otros grandes personajes (el Ulises de Homero o don Quijote de Cervantes) su vida sobrepasa la dimensión de la letra, y ha sido capaz de hacerse eterno y omnipresente hasta en los guiños verbales, («elemental querido Watson») que la gente reproduce.

Arturo Pérez-Reverte es gran degustador de textos literarios, y no es la primera vez que pasan a sus novelas sus preferidos. De hecho, el que quizá fuera su primer gran éxito, alabado por exigentes como Umberto Eco, la conocida novela 'El club Dumas', le hizo recrear el mundo de los tres mosqueteros creados por el gran autor francés. Otras veces han sido Conrad o Melville (y en el cine John Ford). El gran desafío abordado ahora por Arturo Pérez-Reverte, que desarrolla de magistral modo, ha sido ofrecer una novela sobre Sherlock Holmes, en que está todo él, tanto en su mundo literario (hay decenas de citas concretas de frases tomadas de Conan Doyle, y no a bulto, sino en los momentos recreados precisos), como su mundo fílmico (pues Sherlock Holmes ha sido y es personaje cinematográfico). 

De hecho, el artificio central es hacer que la novela, de igual título que aquella en la que Conan Doyle le había dado muerte, la protagonice el actor Basil Rathbone, quien fue protagonista de catorce películas que sobre el héroe se rodaron entre 1939 y 1946. La trama de esta novela, fechada en 1960, lo sitúa ya casi forzosamente retirado, tras una vida de actor que le llevó a ser compañero de reparto de muchos grandes de Hollywood. En realidad, la novela de Arturo Pérez-Reverte debe tanto al cine como a la literatura, pues va constantemente de una a la otra en un ejercicio de intertextualidad realmente sabroso para los degustadores de las dos artes. 

"Intertextualidad" es palabra creada por la teoría literaria de los años sesenta en su ejercicio, algunas veces pretencioso, de descubrir mediterráneos, pues la relación de las obras literarias con sus precedentes es materia que se dio siempre. No hay literatura que no recree la previa. No hay gran autor que no edifique su obra como versión y homenaje a maestros de los que aprendió el oficio. Lo hizo Virgilio con respecto a Homero y el Quevedo amoroso respecto a Petrarca. El mejor elogio que podría hacerse en literatura durante siglos era que una obra remitía a una fuente, a ese gran maestro del que partía. Pues comenzaré con ese elogio para la de Arturo Pérez-Reverte. Parece que la hubiera escrito Arturo Conan Doyle. Con una diferencia tan solo: la novela de Pérez-Reverte, a la vez que crea un caso de Sherlock Holmes, lo recrea mediante el procedimiento de ir desgranando ante el lector la lógica de su inteligencia narrativa, de forma que además de una espléndida trama (con un final de sutil inteligencia) ofrece un tratado de lo que debe ser una buena novela de investigación criminal, con sus ardides (el caso del lugar cerrado) y opciones desechadas, explicadas en un ejercicio de inteligencia dialéctica entre Hopalong Basil y el español Foxá, escritor de novelas criminales de quiosco, quien ejercerá de Watson.

Adeuda a Agatha Christie el encerrar a los nueve personajes en un islote sometido a tal temporal que no pueden salir ni nadie pudo entrar. Sólo revelaré que hay más de un crimen y que el lector va sospechando de todos, incluido quien hace de Sherlock Holmes. No hay necesidad de revelar más, sí de conjeturar que Conan Doyle habría escrito de inmediato a Arturo-Pérez Reverte para comentarle su admiración por cómo se le había ocurrido concluirla como lo hace. Imagino el modo de reconocerle como uno de los suyos. La literatura esta hecha de esos reconocimientos.

https://www.abc.es/cultura/cultural/arturo-perezreverte-conan-doyle-20230831213413-nt.html

28 agosto 2023

'El problema final'

Raúl del Pozo – El Mundo – 28/08/2023

"En junio de 1960 viajé a Génova para comprar un sombrero". Lo cuenta para iniciar la historia Basil Rathbone, que durante muchos años encarnó en el cine a Sherlock Holmes, y que después queda atrapado con otros en la isla de Utakos, frente a Corfú, donde se suceden tres asesinatos y le toca averiguar quiénes son los autores. El actor que tantas veces interpretó al detective es el investigador porque también la vida imita del cine, al que se le dedica gran parte del texto. En esta novela, 'El problema final', Arturo Pérez Reverte despliega tal erudición sobre novelas de detectives que juega con todos los tópicos del género, partiendo de la tesis de que el asesino no suele ser el mayordomo. El autor es el que más se divierte porque, como él mismo dice, lleva el engaño a cabo con la meticulosidad de un artista o un asesino. Aborda el crimen como una de las bellas artes, siguiendo a De Quincey.

El mejor novelista de nuestro tiempo considera que Holmes, el Quijote y los Tres Mosqueteros son los personajes más fascinantes de la literatura. Y en esta novela, como Cervantes se burlaba de los libros de caballería, Arturo vacila con las novelas de misterio, juega con el lector, con los asesinos, en un argumento de sorpresas que la policía griega es incapaz de descifrar. Es una novela trampa, con un diálogo constante, con suspense y trucos, en la que el lector tiene el papel de detective.

Hace, además, una exhibición de cinéfilo cuando dice de Greta Garbo: "Bella. Tímida. Más sensible que un sismógrafo". Cuenta que Errol Flynn, el pobre, fue un pésimo esgrimista. Describe a Monty Clift con su mirada de loco, a Brando y sus camisetas, y a Burt Lancaster, que iba a vela y a motor, preguntándose algo así como quién con cuatro copas no se ha tirado a un amigo.

En 317 páginas salen además campos de concentración, las SS, el odio, los celos y la consideración final de que el duelo de una novela policíaca no está entre el asesino y el detective, sino entre el asesino y el lector. 'El problema final' es una novela divertida, evocadora, un juego, una teoría. Un arquitecto de la fabulación, que hace trabajo de albañilería con maestría, echa a la obra año y medio de jornales. En cuanto a su pasión por el cine, se puede explicar porque Hollywood ha salvado la poesía épica, que fue la primera forma de poesía: en este caso el trote del cowboy.

12 agosto 2023

'La piel del tambor', un filme de misterios barrocos, espías y hackers en pantalla grande

elpais.com.co - 12/08/2023

Espías, "hackers", intriga y suspenso forman parte de la coproducción entre Colombia, España e Italia, que puso de pie en salas de cine al propio autor de la novela, Arturo Pérez-Reverte, al ver la “gran adaptación al cine” que de su obra hizo el director caleño Sergio Dow. La película involucra a la iglesia católica por cuenta de un correo electrónico anónimo que recibe el papa por parte de un "hacker" que le pide investigar las muertes ocurridas en una iglesia barroca del siglo XVII que se desmorona y que, aparentemente, mata para defenderse. Hablamos con el realizador sobre este filme protagonizado por el actor británico Richard Armitage y la española Amaia Salamanca, y que cuenta en su elenco con el italiano Franco Nero, el colombiano Víctor Mallarino y el español Rodolfo Sancho.

¿Cómo llegó a ese libro de Arturo Pérez Reverte para volverla película?

De una manera peculiar. Un amigo mexicano, Eugenio Castillo, estaba visitándonos en Chicago y se le olvidó el libro en mi casa. Sentí curiosidad, lo leí y descubrí que era una historia muy interesante, con una clarísima vocación cinematográfica y contemplé la posibilidad de llevarlo al cine, y afortunadamente pudimos lograrlo.

Y se volvió una coproducción de tres países...

Cuatro, si se tiene en cuenta una participación menor de Estados Unidos. Esta película contó con una inversión privada, pero la mayor parte provino de los institutos del cine y ministerios de cada uno de los países que participaron en la coproducción.

A pesar de estar clasificada para mayores de 12 años, tiene todos los elementos: misterio suspenso, intriga. Los jóvenes pueden encontrar afinidad con el joven hacker, y les va a encantar   porque está interpretado por Carlos Cuevas, actor de Merlí y Smiley, la revelación española

Tiene un elenco muy internacional... ¿Cómo fue trabajar con tantos actores de diversos países?

En eso hubo mucha dedicación de la directora de casting, Camila-Valentine Isola, con mucha trayectoria, quien vive en Madrid, pero permanece muy conectada con los representantes de los actores en Estados Unidos y Europa. No se trató solamente de ensamblar un reparto que es excepcional, sino de contar con la suerte de que estuvieran todos disponibles al mismo tiempo, eso no es fácil. Hubo que reemplazar algunos pocos, pero las opciones con las que terminamos eran las ideales. Me siento muy satisfecho teniendo actores de 11 países y de haber superado el primer reto, que era que todo armonizara, porque había podido convertirse en una Babel, pero logramos con esos actores de altísimo nivel, que esto funcionara, no se nota ninguna discordancia.

También contó con actores colombianos, como Víctor Mallarino. ¿Qué pondera de él?

Es uno de los más grandes, a quien aprecio inmensamente, además me honra con su amistad. Víctor es un talentosísimo actor que está en su mejor momento, con una trayectoria como ninguna y una dedicación y una escuela extraordinarias, estuvo al nivel y muchas veces por encima del reparto internacional.

Hacer adaptaciones es muy difícil en estos tiempos, por producción y por recursos. ¿Cómo se logró esta hazaña y qué expectativa tienen respecto al impacto en taquilla?

Hacer películas aquí y en cualquier parte es difícil. Es una actividad de mucho riesgo, que compromete capitales muy grandes, esta es una película de 8 millones de dólares, 7 y medio millones de euros. Se logró mediante la fórmula de coproducción que reparte ese riesgo, y se emplearon también los programas de incentivos que existen en todos los países, —exceptuando los Estados Unidos, en donde se producen películas de grandes presupuestos con la inversión privada—. Era el principal obstáculo, que logramos vencer. La notoriedad del autor estuvo a favor, así como el reparto y los productores, que eran lo suficientemente sólidos, y constituyeron una garantía de que la película se iba a realizar y a terminar.

La película se lanzó oficialmente en España, Arturo Pérez-Reverte estuvo allá, ¿cómo tomó la adaptación cinematográfica de su obra?

Ojalá todos los espectadores de la película reaccionaran como Arturo, que a la mitad de la proyección se levantó y me besó; está feliz, considera que es la mejor adaptación de su novela, no me correspondería a mí decirlo, repito sus palabras. Competimos con películas que realizaron autores como Polanski: 'La Novena Puerta', con grandes repartos como Johnny Depp o Viggo Mortensen. Y algo que es muy estimulante es que Pérez-Reverte publicó sus opiniones en una columna extensa en el 'ABC' en Madrid y me ha ofrecido que hagamos otros proyectos. La historia intrincada no es fácil, hay que seguirla con cuidado, pero cuando la gente se conecta, se pega de la pantalla y no se mueve. Me sorprendió ver eso en funciones comerciales en España, salían muy satisfechos con la película. Estuvo muchas semanas en Amazon Prime, y fue segunda, después de 'Top Gun' en España, lo mismo en Rusia, dos idiosincrasias diferentes.

https://www.elpais.com.co/entretenimiento/la-piel-del-tambor-un-filme-de-misterios-barrocos-espias-y-hackers-en-pantalla-grande-1123.html

03 agosto 2023

Carta a Arturo Pérez-Reverte

Eduardo Martínez Rico - zendalibros.com - 03/08/2023

Querido Arturo:

No sé dónde estarás ahora, tal vez en tu velero, en el Mediterráneo, que es tu mar, como sueles decir. Tal vez estés en tu casa, maquinando otra novela, otra novela que hará las delicias de todos los que te leemos, en España y en el mundo.

Se me ha ocurrido escribirte esta carta porque últimamente te veo poco, aunque te siento mucho, digamos. Digamos que te leo, con pocas interrupciones. Miro tus libros constantemente en mi biblioteca y vuelvo a ellos para recordarlos, para no olvidarlos, o para que ellos no me olviden a mí, que acaso es más exacto de decir, para no olvidar nunca la diversión que me proporcionaron, ni su enseñanza, una enseñanza ya permanente, como escritor, como lector, como persona, y también como periodista. Yo creo que lo sigues siendo y siempre lo serás, pues es muy posible que sea cierto eso de que no dejamos de ser lo que hemos sido, lo que nos ha hecho felices, o a lo que hemos dado todo nuestro ser… Lo mejor que tenemos.

Una vez te dije que yo notaba, al hablar contigo, que tú habías sido más feliz en tu época de reportero que en tu época de escritor. Me contestaste que sí, aunque admitías que para tu edad estaba bien el ser escritor. Una vez le oí decir a José Luis Garci que los que añoraban tiempos pasados lo hacían porque entonces habían sido jóvenes. No sé si será tu caso. Lo que sé, fíjate, es que tú lo has puesto todo como escritor, y creo también que lo pusiste todo como reportero, como periodista, y que si hubieras sido profesor, por ejemplo, también lo hubieras hecho, porque no conoces, en mi opinión, otra forma de trabajar, de vivir. Y así escribes tus novelas.

Pronto, dentro de unas semanas, vas a publicar una nueva, 'El problema final'. En parte por esto yo te escribo esta carta, y porque cuando publiques tu nueva novela todo el mundo querrá escribir sobre ella y sobre ti, y tendrán menos sentido mis palabras, estas palabras.

¿Qué estás leyendo ahora? Siempre te pregunto lo mismo. Seguro que ya estás escribiendo un nuevo libro, porque tú los encadenas unos detrás de otros. Tal vez el verbo enlazar sea más exacto. Pasas de una novela a otra, y a veces unas te llevan a otras, intuyo. Hace poco me dijiste, y tu tono no incluía la más mínima petulancia, que llevabas este ritmo actual de un libro al año porque no tenías ninguna dificultad para escribir los libros. Supongo que no sólo te referías a lo literario, sino a lo vital, a la vida en general. Me alegro muchísimo. Todos tus lectores nos alegramos.

Antes de escribir esta carta he vuelto a algunos libros tuyos, para documentarme, para refrescar. Y me he llevado algunas pequeñas sorpresas, personales. Por ejemplo, 'Línea de fuego' me gusta más ahora que cuando la leí por primera vez, consciente siempre de que es un gran libro. 'La sombra del águila', que es una novela muy corta que tú escribiste en su día para 'El País', por entregas, y que en un principio no quisiste que se publicara en libro, ahora es de lo que más me gusta de tu obra, o de lo más grato… No sé si te gustará que te lo comente, aunque también valoro mucho tus novelas grandes, y las suelo preferir sobre otras más breves. De todos modos yo creo que la literatura no tiene mucho que ver, en su calidad, con la extensión o el peso, sino que finalmente es algo subjetivo, propio de cada lector: lo que le da cada libro en un momento determinado; también lo que pone el lector en cada libro en su momento. Sin embargo pienso que al 'Quijote' le ha ayudado mucho su extensión para ocupar el puesto que ocupa en la literatura universal.

Volviendo a esta pequeña, pequeñísima, relectura de tu obra, te diré que 'La piel del tambor', por ejemplo, me gusta mucho, me sigue gustando mucho, una obra enormemente novelesca, entre otras razones porque en ella encuentro que están muy fusionadas mis experiencias personales, lo que viví mientras la leía por primera vez. Y lo mismo puedo decir de 'El club Dumas', que seguramente es tu libro que más me gusta. Tú me has dicho alguna vez que también es el que te gusta más a ti. Dijiste “novela”, no “libro”, pero creo que podemos considerar que te referías a tus libros en general.

Cuando oímos algunas canciones, música en sentido amplio, volvemos con frecuencia al pasado. Cuando releemos algunos libros directamente nos retrotraemos a lo ya vivido, volviéndolo a vivir de algún modo, con lo que el libro se convierte en una máquina del tiempo extraordinariamente potente, una máquina, al final, de vivir. Y de aprender, añadiría. De soñar. De disfrutar. Tú has construido muchas de estas máquinas y, siendo muy feliz construyéndolas, has conseguido que lo fuéramos muchos otros, muchísimos otros, leyéndolas. Tanto que yo pienso que hay una relación directa entre la experiencia del escritor haciendo su libro, su texto, y la experiencia del lector leyendo ese mismo libro, ese mismo texto.

Tú lo deberías saber muy bien, porque aparte de gran escritor —para mí lo eres, y para muchos—,  eres un grandísimo lector, y siempre has dicho que escribes como lector. Además, yo creo que lo dices como el que da una clave importante de su quehacer. Creo que esa humildad, la de considerarte, por encima de todo, lector, esa felicidad es efectivamente uno de los secretos de tu éxito, algo de lo que tomo buena nota, para aprender de ello, como lector y como escritor.

https://www.zendalibros.com/carta-a-arturo-perez-reverte/

01 agosto 2023

Para Arturo

Alfonso Ussía - eldebate.com - 01/08/2023

Me figuro que estarás navegando. Pero te emplazo para septiembre, querido Arturo Pérez-Reverte. Te ofrezco un empleo, no remunerado, que quedó vacante cuando se me marchó Antonio Mingote. El de mi Pepito Grillo en la Real Academia Española. El changurro, el pato malvasía y la camioneta que vuelca en una curva. La primera solicitud de ayuda tuvo como protagonista la definición en el Diccionario de la RAE del changurro. Antonio Mingote expuso mis argumentos –y los de mi padre fallecido, gran conocedor del vascuence– en una de vuestras reuniones periódicas, y se molestó con él Alonso Zamora Vicente, el que fuera sempiterno secretario perpetuo de la docta institución. Según me confesó Antonio, Zamora Vicente fue el que impulsó la errónea descripción académica de la voz «changurro», y montó en cólera educada, si ello es posible, cuando se sintió aludido. Antonio, con su buena educación serenísima renunció a proseguir el debate y dejó las cosas como estaban. La RAE define de esta guisa al changurro. «Changurro. (del eusk. 'txangurro') m. Plato vasco popular hecho con centollo cocido y desmenuzado en su caparazón". Esa descripción es un disparate, Arturo, una aurora boreal. Antes de todo, porque el changurro no es un plato, y menos aún popular, por su carestía. El changurro, vivo o muerto, desmenuzado o sin desmenuzar, es el centollo. En vascuence «changurro o txangurro» es la denominación del centollo, el crustáceo decápodo marino, el gran cangrejo de caparazón redondo cubierto de pelos cuya carne es tan sabrosa como apreciada. El changurro se puede degustar de diferentes maneras, y es el animal, no el plato, y jamás popular. Ya en mis tiempos de niño, el mejor changurro de San Sebastián se ofrecía en Juanito Kojúa, y de popular nada de nada. Te arreaban un sablazo de aúpa en la factura. Urge la corrección para la vigésima cuarta edición.

Más éxito tuvo Antonio con el pato malvasía, especie al borde de la extinción y que sobrevive en los humedales del este y sur de España y en Portugal. Un pato maravilloso, el "oxiura leucocephala", con su cabeza blanca y su gran pico azul. El único pato que no aparecía en el Diccionario. Ya está instalado en él. Antonio Mingote me envió un precioso dibujo. Un pato malvasía nadando sobre la tapa del Diccionario de la RAE me agradecía el interés: «Gracias, don Alfonso, por hacerme sitio, al fin, en este libro tan gordo».

Y en la tercera petición, sin éxito, se montó un rifirrafe académico. Creo que todo lo que se pueda decir a viva voz debe poder escribirse. Se lo expuse a Antonio mientras devoraba un plato de borrajas. Una camioneta, con una baca sobre el capó, transporta a una vaca en el amplio volquete trasero. Al tomar una curva, la camioneta vuelca y se caen las dos vacas, la baca con b, y la vaca con uve. ¿Cómo se escribe «cayeron las dos vacas»? Camilo apoyó a Mingote. «¡Urge solucionar el problema! Lo que se dice se tiene que escribir». Emilio Alarcos también se puso del lado de Mingote, pero la mayoría tumbó la posibilidad de estudiar la solución.

Tengo la mala costumbre y quizá el gusto lector deteriorado. Me divierten e interesan los diccionarios, y los leo. En quince años, sólo en tres ocasiones me atreví a molestar a Antonio Mingote. Desde que se fue no tengo interlocutor en la RAE, y creo que el único que reúne todos los requisitos para serlo eres tú. Sabes que, a cambio, te regalaré la edición en chino de 'La Isla Negra', de Tintin. Espero que adoptes la decisión correcta. Un abrazo.

https://www.eldebate.com/opinion/20230801/arturo_131625.html