27 junio 2023

El bulo sobre el fallecimiento de Pérez-Reverte

elmundo.es - 27/06/2023

Una cuenta de Twitter que usa el nombre y la imagen de Francisco Jiménez, delegado del gobierno en Murcia, ha anunciado la muerte de Arturo Pérez-Reverte, suceso que el escritor y periodista de 71 años ha desmentido de manera tajante a este diario de viva voz y entre risas. "Mira lo muerto que estoy que me pillas navegando y ahora entro en un puerto con el barco", ha afirmado el autor, que disfruta estos días de un merecido descanso tras acabar su próxima novela.

El anuncio falso lanzado desde la supuesta cuenta de Francisco Jiménez ha provocado una enorme alarma en el mundillo literario y cultural. El tuit ha sido borrado media hora después de su publicación, en torno a las 14:30 h. Sin embargo, nuevos tuits han sido publicados desde la supuesta cuenta. Todos estos mensajes comparten la misma y pertinaz insistencia de matar a Pérez-Reverte.

Todo esto ha sucedido este martes, solo unas pocas semanas después de que se anunciara la publicación del nuevo libro de Pérez-Reverte, 'El problema final'. Será el 5 de septiembre cuando salga a la venta esta nueva novela, que publicará la editorial Alfaguara. 'El problema final' no será, así, una novela póstuma, aunque su trama tiene misterio: se trata de un homenaje a "uno de los detectives más importantes de todos los tiempos, Sherlock Holmes, a su autor, Arthur Conan Doyle, y al actor que le dio su rostro y su imagen, Basil Rathbone", según ha adelantado la editorial.

Para no restar misterio al asunto y con el carácter juguetón que le caracteriza, Pérez-Reverte ha explicado a este diario que tras la conversación apagaría el móvil, no sin antes confirmar su excelente estado de salud.

https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2023/06/27/649adaa2e85ece130f8b457c.html

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Un perfil de Twitter mata a Arturo Pérez-Reverte y el escritor reacciona así

Roberto Ruiz Anderson - elconfidencial.com - 27/06/2023

Una vez más desde las redes sociales han dado por muerto a un famoso, en esta ocasión al escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte. Y como era de esperar, el responsable es el mismo que en veces anteriores: el "periodista" italiano Tommaso Debenedetti, quien tiene fijación con la creación y difusión de noticias falsas, entre las cuales resulta muy recurrente la de hacer creer a la ciudadanía que una personalidad pública acaba de fallecer. Su modus operandi se repite una vez tras otra, y lo ha vuelto a emplear con el propósito de dar credibilidad al falso fallecimiento de Reverte: suplanta a algún cargo público que ha sido nombrado recientemente, aprovechando que el político en cuestión no tiene una cuenta activa en Twitter, y crea una nueva cuenta haciéndose pasar por él para proclamar la muerte en cuestión. En este caso ha elegido a Francisco Jiménez, que este mes fue nombrado delegado del gobierno en la Región de Murcia (cargo que ya ejerció en el pasado), para anunciar en su nombre el "repentino fallecimiento" del conocido autor de Cartagena.

Sin embargo, esta vez las cosas no le han salido tan bien a Tommaso Debenedetti, y no ha conseguido que estas "fake news" hayan tenido tanto alcance como otras que elaboró anteriormente. El propio Arturo Pérez-Reverte ha desmentido rápidamente la noticia dejando claro que sigue muy vivo, y Debenedetti ha eliminado ya la cuenta falsa del delegado del Gobierno, tras publicar otro tuit en el que reconocía ser él quien estaba detrás del intento de enredo.

Arturo Pérez-Reverte, de 71 años de edad, acaba de terminar su nueva novela detectivesca en homenaje a Sherlock Holmes, 'El problema final', que llegará a las librerías el próximo 5 de septiembre. Tras ese proceso creativo, que según ha dicho le ha llevado un año y medio de trabajo, se está tomando unas vacaciones para disfrutar del verano. Tras la difusión de su supuesta muerte en Twitter, el periódico 'El Mundo' se ha puesto rápidamente en contacto con él para confirmar que sigue vivo, y el escritor les ha contado entre risas que "mira lo muerto que estoy que me pillas navegando y ahora entro en un puerto con el barco".

https://www.elconfidencial.com/cultura/2023-06-27/perfil-twitter-mata-arturo-perez-reverte_3673499/

22 junio 2023

Arturo Pérez-Reverte, el escritor accidental

Eduardo Martínez Rico - zendalibros.com - 22/06/2023

El presente artículo trata de la figura y la obra del escritor español Arturo Pérez-Reverte, como novelista y como periodista, pero sobre todo como novelista. Se ofrecen algunas claves importantes de su concepción de la novela, de sus características como narrador, como “contador de historias”. Se ofrecen también dos fragmentos de su obra y varios textos de sus principales estudiosos. El artículo da una visión general de este creador que algunas veces se ha referido a sí mismo como “escritor accidental”, porque considera que nunca tuvo vocación literaria, sino que fueron las circunstancias las que le fueron convirtiendo en escritor, primero aficionado y luego profesional.

Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, España, 1951) ofrece historias muy interesantes, sobre temas, épocas o personajes que no suelen ser accesibles para el lector, sino que pertenecen a otro ámbito, el de las aventuras, el puramente novelesco, el del cine, el de los sueños. Finalmente es el fruto del talento y del trabajo de un hombre muy imaginativo que conoce bien su oficio, el de escritor, el de novelista, el de hacedor de historias.

El siguiente texto da una buena idea de ese mundo en el que se mueven los personajes de Pérez-Reverte y el mismo autor forjando sus historias. El famoso músico De Troeye realiza un crucero con su joven esposa, Mercedes Inzunza, en ese espacio de tiempo tan especial que conocemos como los Felices Años Veinte, entre la Primera y la Segunda Guerra mundial. Estamos en 1928. En un gran barco se encuentran los tres protagonistas principales de la novela de 'El tango de la Guardia Vieja', uno de sus libros más serios y profundos, en mi opinión.

"Algunas miradas se fijaban en él. Una mujer hermosa, con pendientes de esmeraldas, le dedicó un parpadeo de sorpresa admirada. Lo reconocían. La orquesta atacó otro vals lento cuando De Troeye tomaba asiento junto a la mesa donde había un combinado de champaña intacto, próximo a la falsa llama de una vela eléctrica en tulipa de cristal. Desde la pista, entre las parejas que se movían al compás de la música, le sonrió su joven esposa. Mercedes Inzunza, que había llegado al salón veinte minutos antes que él, danzaba en brazos de un joven delgado y apuesto, vestido de etiqueta: el bailarín profesional del barco, encargado de entretener a las señoras de primera clase que viajaban sin pareja o cuyos acompañantes no bailaban. Tras devolverle la sonrisa, De Troeye cruzó las piernas, eligió con cierta afectación un cigarrillo de la pitillera y se puso a fumar".

Es una escena cinematográfica fuera de la cotidianidad del lector común; se desarrolla en un crucero, el escenario es brillante y en absoluto vulgar, y los personajes en primer y segundo plano son interesantes y atractivos, un muy prestigioso músico, su bella mujer y el bailarín profesional del barco, que luego se revelará tan importante en la novela.

El escritor es muy aficionado al cine, y lo utiliza a menudo para inspirarse en sus novelas. El ambiente que desarrolla en el principio de 'El tango de la Guardia Vieja' es muy cinematográfico, parecido al que pudiera haber en el Titanic, por ejemplo. Pérez-Reverte se documenta en revistas de la época, por ejemplo, para conocer la moda y las costumbres del tiempo que reconstruye en su novela, y adquiere objetos —pitilleras, plumas, pistolas…—, objetos que le hacen sentir más en contacto con los tiempos que evoca.

Todo en Pérez-Reverte, si nos fijamos, él mismo, hace que el lector se sienta atraído por sus historias: su vocación internacional, de viajero incansable por el Mediterráneo —con su velero—, por Europa y por el mundo; su condición de gran lector que todo lo lee y todo lo asimila. En Pérez-Reverte se hace cierto algo en mi opinión esencial: el libro es muy importante, pero más importante es el lector que lee ese libro. El libro es el mismo para todos, y es el lector el que lo individualiza, el que le saca todo su potencial. Efectivamente, el lector es creador, pone mucho de sí en el acto de leer, casi podríamos decir el acto de crear. El escritor ha llegado a afirmar que es el lector el que acaba de escribir la novela.

Pérez-Reverte, desde muy pequeño, fue un gran lector. Él mismo dice que se considera “un lector que escribe libros”. Afirma que escribe como lector, es decir, utiliza esa capacidad suya de leer, y de leer como él lee, imaginando, volviendo realidad lo leído, un peculiar tipo de realidad —que es lo que hacía, en sus juegos, cuando era niño—. En el fondo, Pérez-Reverte ha seguido jugando con sus propios libros, escribiéndolos, como lo hacía de pequeño. Él se sentía atraído por las historias de sus cómics, de sus novelas, y quería ser parte de todo ello; quería penetrar en esos mundos y ser uno más entre sus personajes, o fundirse con alguno de sus protagonistas, como por ejemplo, muy destacadamente, Tintín. Algo similar hará de mayor cuando tenga que forjar sus novelas, porque Pérez-Reverte vive lo que escribe y escribe lo que vive, con lo que se puede decir que ambos territorios están comunicados, íntimamente, como vasos comunicantes, o mejor dicho que todo forma un mismo lago, un mismo mar, un mismo océano, el de la vida y la imaginación.

Las historias de Pérez-Reverte no son las propias de la cotidianidad, aunque tengan elementos que sí lo sean.  El lector encuentra en ellas lo que no suele encontrar en su vida todos los días, en mi opinión, y por eso le atraen tanto, por eso le sirven de escape, en el mejor sentido —en el sentido más literario y novelesco—, de sus vidas, a menudo llenas de contrariedades, de problemas, de enfermedades. Todo esto también se encuentra en las novelas de Pérez-Reverte, pero se halla despegado del lector en un territorio que más bien pertenece al de los sueños, como apuntaba al principio, al de las grandes películas de Hollywood, y por eso el cine se ha fijado tanto en las novelas de Pérez-Reverte. El cine y la televisión, películas y series, ahora éstas últimas cada vez más frecuentes.

El lector se encuentra muy cómodo en estas ficciones, porque no le son ajenas, sin embargo; antes bien, por el arte del narrador, se introduce en ellas, participa de ellas, al igual que lo ha hecho el autor para escribirlas. Pienso ahora que para que estas novelas le lleguen al lector antes las ha tenido que vivir el escritor, que pasarlas por todo su ser, desde que las documentó hasta que las escribió, pasando por cierto diseño previo, que sin duda lo tienen.

¿Y cómo vive sus novelas el escritor? Para empezar elaborándolas dentro de sí a lo largo del tiempo, a lo largo de los años. Las historias, las novelas, acompañan al autor, van con él allá donde va, incluso cuando no lo advierte.

Pérez-Reverte sostiene que son las novelas las que le dicen que quieren que las escriba, y cuándo deben ser escritas. A menudo se gestan sin que se dé cuenta el escritor, como digo. Hay temas que le interesan, que los va desarrollando dentro de sí, haciendo acopio de documentación, o hablando con gente que le va informando —tal ha sido el caso de 'El italiano', su última novela hasta la fecha—, hasta que llega el día que esa novela llama su atención y le dice que quiere ser escrita, como si la historia estuviera madura y se desprendiera con naturalidad del árbol de las historias.

La forma que tiene de trasladar esas historias, esos mundos, al papel, no puede ser más correcta para sus propósitos, y el objetivo al final es la propia historia, y por ende el lector. Es una prosa la suya que no llama la atención sobre sí misma, muy funcional, un prosa puesta al servicio de la narración, también de la descripción, cuando es necesario, del puro arte de la novela; una prosa en la línea de los grandes maestros del género, de sus más admirados novelistas, como pueden ser Dumas o Galdós. Pero aunque sea una prosa funcional, en el mejor sentido de la expresión, eso no significa que no sea por supuesto una prosa cuidada, muy cuidada, fruto de varias versiones del original, de una gran vigilancia, de un gran esfuerzo por parte del escritor para que sea una fiel transmisora, generadora y ejecutora de todos los mecanismos que logran que un relato tome forma y atrape al lector.

Considero que esto precisamente es una de las principales aportaciones de Arturo Pérez-Reverte con sus novelas. El escritor ofrece relatos normalmente extensos, o muy extensos —aunque también ha escrito novelas cortas y relatos breves con éxito—, que tienen la gran cualidad de atrapar al lector. Son novelas que podríamos calificar, sin exagerar, de apasionantes, novelas en las que el escritor se ha empleado a fondo, dedicándoles normalmente dos años de su vida a prepararlas, a documentarlas, a pensarlas —incluso a viajarlas—, y a escribirlas. Últimamente ha tardado menos con sus últimas ficciones extensas debido a la pandemia y al confinamiento que hemos tenido; ha dispuesto de más tiempo para trabajar en su casa, en su biblioteca.

Son historias que sacan al lector de su realidad habitual, ya sea porque lo llevan a otra época, como sucede en 'El asedio' o 'El maestro de esgrima', 'El italiano' o 'Falcó', ya sea porque manteniéndolo en su mismo tiempo le enseñan dimensiones distintas de él o ámbitos que le son desconocidos, pero que le resultan muy atractivos, por ejemplo 'La tabla de Flandes', 'El club Dumas' o 'La carta esférica'. Además, se adivina que el autor comparte con el lector esa fascinación, porque como dije antes y conviene repetir, Pérez-Reverte escribe como tal, es decir, trabaja sus novelas como lector, e indaga lo que a él más le interesa como lector, precisamente para ofrecérselo a su propio lector —muy asimilado—, que disfruta con sus historias, historias que descansan sobre una gran documentación, pero sin que ésta se haga notar más allá de los resultados que producen. Como ha declarado en alguna entrevista el propio escritor, él utiliza “andamios” para hacer sus novelas, pero luego, en la versión final, los quita.

Por otra parte, en su caso es difícil hablar de novelas históricas, y él ha rechazado este membrete en ocasiones, dando a entender que sus novelas no lo son, o no lo son exactamente, y esto es así porque lo que más le interesa a Pérez-Reverte no es la época, sino la propia novela, los personajes, sus actuaciones, las tramas que los envuelven. Él utiliza la Historia como escenario en sentido amplio, para desarrollar allí sus historias, pero éstas se integran perfectamente en el tiempo correspondiente. Así, por ejemplo, en 'El tango de la Guardia Vieja', donde realizó una gran investigación histórica —que luego volvería a utilizar en 'Falcó', aprovechando ese trabajo—, pero lo que a él le importaba era la historia de sus personajes, una historia, eso sí, perfectamente ambientada.

Un ejemplo muy claro de esto es la saga de 'El capitán Alatriste', donde la ambientación histórica, la ambientación en general, está tan cuidada, pero siempre al servicio de la historia de los personajes. El siguiente texto pertenece a 'El capitán Alatriste' (Pérez-Reverte 2019: 188-189), la primera novela de la saga.

"A don Francisco de Quevedo, eso pude entenderlo más tarde, le dolía mucho España. Una España todavía temible en el exterior, pero que a pesar de la pompa y el artificio, de nuestro joven y simpático rey, de nuestro orgullo nacional y nuestros heroicos hechos de armas, se había echado a dormir confiada en el oro y la plata que traían los galeones de Indias. Pero ese oro y esa plata se perdían en manos de la aristocracia, el funcionariado y el clero, perezosos, maleados e improductivos, y se derrochaban en vanas empresas como mantener la costosa guerra reanudada en Flandes, donde poner una pica, o sea, un nuevo piquero o soldado, costaba un ojo de la cara. Hasta los holandeses, a quienes combatíamos, nos vendían sus productos manufacturados y tenían arreglos comerciales en el mismísimo Cádiz para hacerse con los metales preciosos que nuestros barcos, tras esquivar a sus piratas, traían desde Poniente".

En una ocasión le dije que él, por su amplia cultura y por su amor a los libros, podría haber sido un filólogo, pero él me contestó claramente que él era “un contador de historias”. Esto se percibe claramente no sólo en sus novelas, sino también en sus artículos bajo el título de 'Patente de corso' publicados en 'XL Semanal' desde hace unos treinta años. Son historias de la actualidad, realmente más de su propia actualidad, su presente de cada momento, historias referidas a hechos y personajes que le llaman la atención, o lecturas propias, relatos que tienen mucho que ver con su pasado, con su sensibilidad, su forma de ver la vida, o que él pasa por esos particulares prismas.

Uno de sus principales estudiosos, José Luis Martín Nogales, que ha preparado varias selecciones de artículos suyos para Alfaguara (desde 'Patente de corso' a 'Cuando éramos honrados mercenarios', la última aparecida hasta ahora de este tipo), lo ha identificado como un moderno Larra, por su mirada y crítica, su calidad literaria y su destacado papel en la prensa española, sabiendo llegar con increíble fuerza al público español, y no sólo español, pues Pérez-Reverte es un escritor internacional, y sus artículos, no sólo sus novelas, se leen mucho fuera de España.

En el siguiente fragmento de su prólogo a Patente de corso, Martín Nogales, encuadra el artículo de Pérez-Reverte dentro de la rica tradición del artículo literario español:

Pérez-Reverte conecta con esa tradición literaria, que es la más rica del articulismo español: aquella que arranca de la literatura costumbrista del siglo XIX, adquiere su mejor expresión en la prosa de Larra, es continuada por los autores del 98, se consolida con nuevas perspectivas en las 'Glosas' de Eugenio d’Ors y en los artículos de Ortega (no olvidemos que La rebelión de las masas apareció inicialmente en los folletones de 'El Sol' en 1929), sobrevive a través del magisterio de autores como González-Ruano y resurge con una fuerza considerable a mediados de la década de los años setenta.

Los dos principales profesores que han estudiado su obra, aparte de Martín Nogales, son José Belmonte Serrano, director de la Cátedra Arturo Pérez-Reverte de la Universidad de Murcia, y Alexis Grohmann, catedrático de la Universidad de Edimburgo, que en 'Las reglas del juego de Arturo Pérez-Reverte' ha profundizado en su obra literaria tomando como corpus su producción novelística hasta 'El pintor de batallas', sin contar 'El capitán Alatriste', corpus lo suficientemente amplio y significativo como para que el estudioso pueda tratar la obra de Arturo Pérez-Reverte con pleno conocimiento de causa. En este fragmento podemos apreciar con qué detalle ha estudiado Grohmann la obra del novelista español.

"El estudio cuidadoso de cada novela me ha permitido, creo, extraer las claves de cada una de ellas para una interpretación cabal, en gran medida porque no he hecho sino atenerme y sacar a la luz la propia interpretación que cada novela revertiana ya contiene; reparar en elementos poco o nada estudiados; y “descubrir” muchos nuevos. De este modo, por ejemplo, siempre a través del prisma del juego, emerge no sólo la figura del héroe cansado y su paulatino desarrollo, la importancia de los personajes femeninos y de los personajes secundarios, incluyendo a un perro, por cierto, o la envergadura de los arquetipos puestos al día; sino, asimismo, el alcance de la figura retórica de la onomatopeya; la trascendencia de los refranes, de los aforismos y del pensamiento literario notable en su literatura; la relevancia crucial en varios aspectos de los cómics o de las historietas de Tintin (o Tintín) en particular".

Se puede decir que el libro de Grohmann, 'Las reglas del juego de Arturo Pérez-Reverte', es un valioso estudio hecho con calma y buen oficio de exégeta literario, sobre la obra narrativa del escritor, escrito además en un excelente español.

Ya en 'Arturo Pérez-Reverte: La sonrisa del cazador' Belmonte Serrano daba claves tan importantes sobre la obra revertiana como las que contienen las siguientes líneas. Aunque son especialmente válidas para sus primeras novelas, no dejan de ser una orientación para el resto de su obra.

Arturo Pérez-Reverte concibe la novela como un misterio que hay que resolver, como un juego de enigmas con el que pretende que el lector participe. “La suya —ha escrito con razón José Luis Martín Nogales— es una literatura fácil, popular, en el buen sentido del término, que satisface expectativas de lectores variados” ('Diario de Navarra', 11 de junio de 1993). Aunque es verdad que Pérez-Reverte escribe para divertirse, como él mismo ha manifestado, no es menos cierto que el lector, con cuya complicidad nuestro autor siempre cuenta, también participa de la fiesta. En el juego está la clave, la solución de la mayor parte de sus novelas. Balkan lo explica: “Cuando hay literatura por medio, el lector inteligente puede disfrutar hasta con la estrategia que lo convierte en víctima. Y soy de los que creen que la diversión es un móvil excelente para jugar. También para leer una historia, o escribirla.”

Arturo Pérez-Reverte se ha llamado a sí mismo “escritor accidental”, porque según él nunca tuvo vocación literaria ni pensó dedicarse a escribir profesionalmente. Él fue siempre un gran aficionado a los libros y a la lectura, y los libros le han acompañado durante toda su vida, pero jamás pensó dedicarse a la escritura. Fue el éxito creciente de sus novelas —sobre todo a partir de 'La tabla de Flandes' (1990) y 'El club Dumas' (1993), que lo convierten en un best seller internacional— el que le decide a dedicarse profesionalmente a la escritura. Discrepancias con los directivos de Radio Televisión Española de la época (en torno a 1994, que es cuando publica 'Territorio comanche') son el motivo principal de que abandone el llamado periodismo de acción, el reporterismo de guerra, que era su auténtico trabajo, y le animan a convertir lo que para él era una afición en un verdadero oficio con el que ganarse la vida. Prueba de que acertó con esta decisión es que ha conseguido ganársela, y mucho más que eso, hasta el día de hoy, obteniendo además numerosos premios —los más recientes los muy prestigiosos Mariano de Cavia de articulismo, que otorga el diario 'ABC' (2019), y el Premio de la Crítica española (2020) por 'Línea de fuego'—, siendo elegido miembro de la Real Academia Española (2003).

Sus tres últimas novelas publicadas, con gran éxito en España, son 'Sidi' (2019), 'Línea de fuego' (2020) y 'El italiano' (2021). La primera trata del héroe medieval castellano Cid Campeador, la segunda sobre la batalla del Ebro, la más importante de la Guerra Civil española, y la tercera cuenta a partir de hechos reales un episodio muy interesante de la Segunda Guerra Mundial que tiene lugar en la bahía de Algeciras (Cádiz, España).

https://www.zendalibros.com/arturo-perez-reverte-el-escritor-accidental/

18 junio 2023

La “Revolución” de Arturo Pérez-Reverte

Luis Beiro - listindiario.com - 18/06/2023

No conozco a Arturo Pérez-Reverte, pero una de mis hijas sí. En su lejana Coruña él le ha dedicado libros. Ella le habla de mí. Se que eso no es suficiente, ni cae en gracia. Pero mi hija me admira. Sabe que no busco figurear. Pero tengo algo poco común: con solo leer una obra ya conozco a su autor, como si fuera su vecino.

En aquel encuentro ella le entregó un ejemplar de su novela 'Revolución' y le pidió que me lo dedicara. Como para él soy un desconocido, la dedicatoria fue normal, “Para Luis Beiro”, y debajo de esas letras, estampó su firma. Pérez-Reverte y mi hija hablaron de viajes y literatura. Al final ella le preguntó cuándo volvería por Santo Domingo. Su respuesta fue sincera: “Por ahora no”. Lamenté esa conclusión. Sé que España está revuelta y él no se anda con paños tibios para decir lo que piensa. Por eso admiro otra de sus virtudes: No escribe de política. Y eso, de por sí, nos acerca.

He terminado la lectura de 'Revolución' en el ejemplar de tapa dura con su firma. Y me ha llamado la atención la originalidad de su discurso y la creatividad de su trama. Los libros de Pérez-Reverte no son simples aventuras. Según Umberto Eco, “me recuerda a Salgari y a Dumas”. Pero también escribe de acontecimientos sociales vinculados a esas aventuras. Viaja de país en país y de época en época para ordenar la trama de personajes variopintos.

'Revolución' no es una novela que persigue un fin “revolucionario” en el sentido social de la palabra. Es un texto narrativo donde su protagonista es un ingeniero en minas español, experto en bombas, dentro de un México convulso cuando las tropas de Pancho Villa y Emiliano Zapata mantenían la dignidad nacional. Ese experto español se ve envuelto en una serie de eventos donde tres mujeres toman protagonismo para apropiarse de un tesoro oculto en un banco de Ciudad Juárez. El tema no es político, ni histórico, ni tiene que ver con las contradicciones psicológicas de los personajes. 'Revolución' se une con altura al catálogo de Pérez-Reverte. Para algunos es una aventura social, donde un buscavidas cree que pondrá su oficio en función de una causa justa cuando en realidad no es más que un peón, usado por su destreza para orquestar un robo.

A mi modo de ver hay algo que lo diferencia de los Dumas (padre e hijo) y de Salgari: el contexto. Como buen conocedor del oficio y de las trampas de este tipo de escritura, el autor se esmera en la recreación de tiempo y espacio. No llenó su historia de rancheras, pistolas, sables o tableros de ajedrez para demostrar admiración o pericia por el arte de la guerra. Se esmeró en reconstruir lugares y épocas. Siempre con pulcritud literaria e investigación rigurosa. En 'Revolución' la épica mexicana no queda en un segundo plano. El autor usa la aventura en función de una revuelta social que impactó en la historia de América. El hecho de provocar encuentros directos entre un protagonista de ficción con personajes históricos reales es una virtud narrativa que va engrosando la credibilidad del evento y la existencia misma de héroes y antihéroes. Personajes trasladados a este presente tal y como fueron ayer, sin populismos ni ropas bien lustrosas o encharcadas, sino bañados siempre con la sangre de la revuelta mexicana en favor de la independencia.

En sus novelas y 'Revolución' no es una excepción mantiene su voz y madurez. Acude a su estilo literario de toda la vida. Provoca diálogos intensos, sugerentes e ilustrativos. Sabe cómo mover el péndulo de sus historias. Ilustra los cuadros epocales como pinturas recién salidas del pincel de un famoso. No desperdicia episodios ni entretiene con tonterías fuera de contexto. Se mete dentro de cada libro como león en la selva donde reina. En definitiva, es un autor que cuando se sienta a crear sabe inventar, investigar y dejar caer sus dedos sobre el teclado de su ordenador con adiestrada manía de perfección.

En tiempos donde las novelas mezcladas con la historia no abundan, Pérez-Reverte sabe hacernos soñar. No es petulante ni acude a la arrogancia. Tampoco es un granero. Al soberbio y mal lector sabe cómo responderle. Él no tiene la culpa de la fata suspicacia ajena. Es incapaz de presentar sus tomos como quien lanza granos de arroz a las palomas. El autor de 'Revolución' es un sembrador. En sus libros hay historias y conflictos. Es decir, un discurso: pulsos que laten como olas embravecidas cuando chocan con los arrecifes que le cierran el paso. Y además es tremendo periodista. Uno de los pocos que nos quedan de aquel tiempo donde el oficio había que ejercerlo en los campos de batalla.

https://listindiario.com/puntos-de-vista/20230618/revolucion-arturo-perez-reverte_759289.html

09 junio 2023

'El problema final': El tributo de Arturo Pérez-Reverte a Sherlock Holmes

zendalibros.com - 09/06/2023

El próximo 5 de septiembre Alfaguara publicará 'El problema final', la nueva novela de Arturo Pérez-Reverte, una novela-problema clásica que sirve de homenaje a uno de los detectives más importantes de todos los tiempos, Sherlock Holmes, a su autor, Arthur Conan Doyle, y al actor que le dio su rostro y su imagen, Basil Rathbone. «Lo he dicho en varias ocasiones: considero que Sherlock Holmes, con Don Quijote y con los tres (cuatro) mosqueteros son los personajes más grandes, fascinantes y originales de la literatura universal».

Ambientada en 1960, también hay en la historia de 'El problema final' un homenaje al cine y, en última instancia, a la ficción y a su indiscutible influjo en la realidad. Sus obras precedentes, 'Sidi', 'Línea de fuego' (galardonada con el Premio de la Crítica 2020) y 'El italiano' han alcanzado ventas de más de 300.000 ejemplares cada una. Su última novela, 'Revolución', fue uno de los libros del año en 2022 con más de 200.000 ejemplares vendidos.

Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.

—Haría falta un policía —sugirió alguien—. Un detective. 

—Tenemos uno —dijo Foxá.

Todos siguieron la dirección de su mirada.   

—Eso es ridículo —protesté—. ¿Se han vuelto locos?

—Usted fue Sherlock Holmes.

—Nadie fue Sherlock Holmes. Ese detective no existió jamás. Es una invención literaria.

—Que usted encarnó de manera admirable.

—Pero fue en el cine. Nada tuvo que ver con la vida real. Sólo soy un actor.

Me contemplaban esperanzados, y lo cierto es que yo mismo empezaba a entrar en situación, como si acabaran de encender los focos y oyese el suave rumor de una cámara rodando. Aun así decidí mantenerme silencioso, cruzados los dedos bajo el mentón. No había disfrutado tanto desde que rodé 'El perro de Baskerville'.

https://www.zendalibros.com/el-problema-final-el-tributo-de-arturo-perez-reverte-a-sherlock-holmes/

07 junio 2023

De D'Artagnan a Alatriste y los héroes de las letras

Javier Robalino Orellana - forbes.com.ec - 07/06/2023

“Los locos y los héroes, dos clases de imbéciles que se parecen bastante” (Alejandro Dumas, 'Los tres mosqueteros").

No cabe duda que 'Los tres mosqueteros' es una de las obras más dinámicas y sofisticadas de la literatura. Una trama compleja, entretenida, llena de acción y movimiento, de una narrativa fantástica, combinada con intriga y drama. Pasajes inolvidables como el encuentro con el joven D'Artagnan o aquella cabalgata entre Inglaterra y Francia bajo la luna por aquel collar que era regio regalo quedan en la memoria de cualquier lector. 

Dumas (en este caso el padre) nos inspiró con su saga y más allá. Aquel cuarteto representaba en los jóvenes lectores mucho más que simples aventureros. A diferencia de 'El conde de Montecristo' (que se reencarnaría varios siglos después en 'La Reina del Sur'), un personaje que transformó la traición en energía inimaginable para convertirla en una venganza metódica y despiadada, los mosqueteros son un equipo; en términos del "management" moderno, Athos, Porthos y Aramis y su joven "sidekick" D'Artagnan son jugadores de equipo, solidarios y leales, defensores, estrategas, compasivos, y al mismo tiempo tolerantes. Dumas hizo de los mosqueteros inspiración, sueño y ejemplo de muchos jóvenes.

Y su influencia, la de Dumas, ha sido muy amplia y variada. No se queda en la Francia luisiana, sino que se extiende a nuestro siglo XXI. Sí, ese mismo, este siglo pandémico, inundado de redes sociales e información volátil y efímera, en el que el lenguaje es destruido, o mejor olvidado, por diversos frentes. "Language under siege!".

Es aquí donde encuentro valioso, y siempre muy entretenido, el ejercicio literario de Arturo Perez-Reverte 'El Capitán Alatriste', una colección de siete episodios (con guiño y reverencia a Galdós) compilados recientemente en 'Todo Alatriste'. Diego Alatriste es un mercenario, no como los modernos, es uno de aquellos mercenarios honestos, es un espada a sueldo, de aquellos que alquilaban sus servicios por unos duros; solitario, mataperros, madrileño, amigo de don Francisco de Quevedo, aficionado a la poesía, mas analfabeto, valiente, sereno, discreto, sufridor, el antónimo de chulesco, herido en mil batallas, de cuerpo remendado, pero elegante, en porte y actitud, y galán, claro está. Es decir, un puto español de aquellos escasos, hoy y antes, un caballero sin montura, sin escudo de armas, regido por códigos no escritos que obligan, en una nobleza sin blasón, más potente y honrosa.

Dumas y Pérez-Reverte se conectan de muchas maneras. Reverte lo trae a varias obras expresa o tácitamente. 'El Club Dumas' es una de sus novelas más visibles de esta conexión literaria. Hay artículos fantásticos sobre ellos, como 'Cuatro héroes cansados', y en 'El maestro de esgrima' nos inunda de acción dumasiana. Sin embargo, no es hasta Alatriste que esa conexión se hace visible de manera más profunda, pero además, por la capacidad de Reverte de iberizar a D'Artagnan, de hacerlo un madrileño, de ubicarlo en una España imperial de los felipes y sus decadencias, de aquella y de aquellos, de mostrar las falencias y al mismo tiempo las bondades y las genialidades de esos tiempos. 

Para los que seguimos a Pérez-Reverte y disfrutamos de sus novelas, columnas, o de obras como 'Una Historia de España', mordaz reseña, bajo su visión, de una España ibérica milenaria, u otras como 'Sidi', o simplemente sus tuits, podremos interpretar que Pérez-Reverte quiso, y lo logró con sobradas luces, construir un mosquetero ibérico, un D'Artagnan español y madrileño (o quizá una suma de todos ellos), un ser menos perfecto, pero más mundial, más navegante, como su creador, un mercenario que fue a Nápoles y a tierras flamencas (y pienso que estaría por allí en 'La Rendición de Breda', de Velázquez), y que siempre, como los Mosqueteros, fue amigo leal y justo, uno que cobró por su espada por subsistencia (mediando causa justa lo haría sin pago) y para pasar un mendrugo por el cogote remojado en vino aguado al final del día en una pobre pensión del barrio de Las Letras del Madrid quevediano, del Madrid que olvidó a Cervantes hasta la indigencia, del Madrid puñalero, del Madrid de aquella España que perdía el horizonte infinito de Carlos V.

Y este es el otro mérito de Pérez-Reverte: el lenguaje. El idioma. Nuestro español. Pérez-Reverte nos deleita con el entorno de Alatriste y en particular con su amigo Quevedo. Simplemente brillante. Un espada pago camina por Madrid de la mano de Quevedo, reviviendo la lengua antigua, de la que don Arturo es un conocedor (basta ver su discurso de admisión a la RAE), refrescando poemas, citas e incluso escaramuzas literarias con Góngora, su adversario en las letras, o Lopito de Vega. 

Y es que Reverte nos recuerda y nos engancha con la lengua más que con la acción, el drama o la intriga, y es en esta faceta, precisamente para este siglo XXI, y en este estado del lenguaje, que Alatriste se convierte en algo más que los mosqueteros: es un ejercicio del lenguaje, es un ejercicio por una España que quiere, y tiene aún, héroes de las letras. 

¡Gracias Reverte!, “no queda sino batirnos”.

https://www.forbes.com.ec/columnistas/sin-inteligencia-artificialde-dartagnan-alatriste-heroes-letras-n35017

05 junio 2023

"Como escritor también soy un tipo que juega. Lo que quiero es que el lector juegue conmigo"

Entrevista de María Helena Ripetta - veintitres.com.ar - 05/06/2023

"Quería contar una historia de aprendizaje a través de la violencia. La violencia no solamente es estúpida, también es educativa. Depende de cómo la mires. Si lo haces con una distancia intelectual saludable, puede ayudar a formarte y a entender mejor el mundo. Martín Garret [protagonista de su nueva novela] comprende el mundo a través de la violencia. Él no soy yo, pero es cierto que le presto una parte de mí para que viva. Fui reportero de guerra y vi muchas cosas", dice el escritor español Arturo Pérez-Reverte, que estuvo en la Feria del Libro presentado su nuevo libro.

¿La violencia puede ayudar?

Si estás envuelto en ella no ves nada, si eres parte de la violencia o la ejerces tú mismo. Pero si la ves con distancia, si tienes la frialdad necesaria para mirar las cosas desde fuera sin implicarte en ellas, si eres capaz de ver lo bueno y lo malo en los seres humanos al mismo tiempo, es espectáculo muy interesante. Porque ves al ser humano como es, no como la sociedad, las normas sociales, éticas, políticas, sociopolíticas, políticamente correctas plantean. El ser humano es un hijo de puta en un paisaje hostil, lo ha sido siempre. En la sociedad nos hemos rodeado de un montón de cosas para dulcificar, suavizar la convivencia de esos animales tan preciosos que son los seres humanos. La guerra hace saltar todos esos mecanismos intermedios y deja de nuevo al hombre frente a la realidad. El hombre mata, sobrevive, depreda. Entonces lo peor de los humanos sale. Y en una misma persona puede aflorar lo bueno y lo malo. Observar a gente que quieres hacer cosas horribles o a gente que desprecias haciendo cosas hermosas es fascinante. Y eso solamente lo puedes ver en lugares como ese. Ese fue mi aprendizaje. La historia que quería contar era esa, un chico que mira y que mirando aprende.

Dijo que al protagonista le ayudan las mujeres.

Pues porque, como he dicho alguna vez, y no es la primera, el hombre tiene un recorrido de vida en el cual va progresando a medida que vive. Pero las mujeres que se cruzan en la vida del hombre le hacen dar saltos muy importantes. Ningún hombre tiene su formación completa sino que ha adquirido parte de esa formación de las mujeres. La mujer aporta al hombre una visión del mundo muy distinta. Hay una especie de inteligencia intuitiva que tiene la mujer de la que el hombre carece. Entonces la mujer, por razones históricas y biológicas, acumula una manera de ver la vida que es muy distinta a la del hombre. Somos iguales pero no somos iguales en muchas cosas, y esa es una de ellas. Entonces el hombre que es afortunado es capaz de hacer de eso y de acercarse a la mujer con humildad profesional para aprender, para ver cómo lo ve ella, para enriquecer su propia experiencia con la experiencia que la mujer puede aportarle, la mujer buena o la mujer mala, en negativo o en positivo, el daño o el beneficio. O sea, lo que la mujer causa en la vida del hombre enriquece su vida, y comprende mejor el mundo. Lo sé quizá porque tengo una hija que la vi crecer, ahora tiene 39 años. Yo vi crecer a mi hija y me quedé fascinado. Ver a una mujer formarse es un espectáculo que no tiene que ver con el mundo masculino. En esta novela hay tres mujeres emblemáticas. Martín comprende mejor el mundo con ellas.

Es una novela sobre la Revolución Mexicana, pero el protagonista no es un revolucionario.

Eso es lo interesante: él no está implicado, él es un tipo que mira, él no cree en la revolución. No pretende cambiar el mundo. Él pretende aprender, aprender mediante la violencia, mediante las mujeres que conoce. El Martín Garret que llega al final es un hombre distinto, es un hombre maduro, hecho, con los ojos ya educados, y eso sí es un proceso personal mío, eso se lo presto al personaje.

Pero no es una novela histórica como ninguna suya.

No. Utilizo la historia como contexto. Utilizo la historia como marco, pero le meto dentro mi propio trabajo, mis personajes y mi historia.

¿Qué le gustaría que el lector encuentre en la novela?

Es buena pregunta, porque es muy difícil de responder. Soy un escritor que juega. De niño cuando veía una película o leía me ponía a jugar, me disfrazaba de pirata, de aventurero, de cruzado, lo que fuera. En cierta forma la guerra también tenía algo de juego, como de transgresión de las normas. Había una parte lúdica, aunque parezca raro. La guerra te permite romper las reglas: puedes entrar en una tienda y llevarte las cosas. O llegar a un hotel, romper la puerta y solo hay que ir a coger la mejor cama del hotel y acostarte en ella porque no hay nadie. He hecho de todo. He robado coches, incluso asalté el banco de Etiopía. Volaron la caja y yo estaba ahí. No me quedé con nada, solo con una moneda. Esa historia la usé en la novela. Como escritor también soy un tipo que juega. Lo que quiero es que el lector juegue conmigo. Te ofrezco la posibilidad de durante 300 páginas ser revolucionario mexicano, o ser traficante, o ser buzo táctico que ataca en Gibraltar. Quiero lectores cómplices, capaces de jugar conmigo, capaces de aceptar las reglas del juego, suspender la realidad, creerse en lo que estamos y jugar como los niños. Nadie es más honrado, nadie se toma más en serio el juego que ellos, porque se lo creen. Quiero que el lector juegue conmigo como los niños. Que se lo pase tan bien como yo jugando a hacer todas esas cosas.

¿Y usted pensó que iba a ver otra guerra?

Sí, claro. Las guerras son continuas y no dejará de haberlas. Son parte de la humanidad. Y habrá otras en América, o en África, o en Europa. Hay una estupidez en Occidente: que creemos que hemos superado cosas. No superamos nada. Volvemos a caer y subimos. La guerra es un abismo más de los muchos que hay. Por muy civilizado, por muy avanzado que sea el hombre, vuelve a caer siempre en la barbarie. Cuando empezó me preguntaron por ella y dije: "Va a ser cruel y larga".

¿Y le dan ganas de cubrirla?

Ya no, porque ya no sobreviviría. Ya no podría aguantar sin comer, sin dormir, caminando por el desierto. Las guerras son muy caras de cubrir, y los medios ya no tienen ese dinero. Además los combatientes ya han perdido la inocencia. Saben que el periodista es un arma de guerra, que no conviene enseñarle, como antes, las cosas, porque lo puede utilizar el enemigo. Cualquier soldado con una cámara en el casco puede grabar hechos que el periodista no podría. El periodista, que era el que la explicaba, ya no está allí. Ahora la guerra está en manos de los que la hacen, con lo cual están manipulando todas las imágenes y todo.

¿Qué le dio la literatura?

Primero me dio el punto de partida. Nací en una biblioteca y me eché al mundo. Fui a comprobar si lo que había leído era verdad. Después me dio la capacidad de comprender. Cuando yo veía matar prisioneros, veía arder una ciudad, me dio capacidad de analizar. Y ahora de reordenar ese mundo. Me ayuda a reflexionar, a ordenar mis recuerdos, mi memoria, a envejecer con dignidad. Sé que mi vida se está acabando, lo digo sin dramatismo. Me han pasado cosas muy interesantes. La conciencia de que las vidas se acaban. Esa conciencia la tengo. Yo no sé lo que me queda. Hay cosas que ya no puedo hacer. Tengo una biografía estupenda, me han pasado cosas muy interesantes. He vivido cosas divertidas, fascinantes, he conocido gente interesante. Mujeres guapas, mujeres inteligentes, mujeres malas, amigos buenos, amigos malvados, amigos leales. He tenido una hija, he navegado. He visto cosas que otros no ven. He visto arder el horizonte de pozos de petróleo, de llamas de noche, he visto hoteles caerse. Todo eso es mi biografía. Aproveché mis novelas en el tren de eso. Nunca cuento mi vida en las novelas. Lo que pasa es que si utilizo lo que la vida me dejó, los recuerdos, las imágenes, las escenas. Las utilizo mucho, las cambio, las convierto en literatura. Esta novela está llena de cosas más. Son escenas mías, las tengo legítimamente, las utilizo.

https://www.veintitres.com.ar/cultura/Como-escritor-tambien-soy-un-tipo-que-juega.-Lo-que-quiero-es-que-el-lector-juegue-conmigo-20230601-0002.html