Pueblo, 2 de julio de 1975
[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]
Desvanecidos ya los ecos de la manifestación celebrada por el PUNS el pasado domingo, el Frente Polisario sigue sin dar señales de vida. Sus banderas y los botes de pintura descansan en un rincón de las casas, ocultos bajo esteras y cachivaches en el fondo de los arcones. Se barajan fechas sobre su aparición en las calles de El Aaiún; hay quien apunta el próximo fin de semana o el día 7, coincidiendo con la reunión de la Yemaa, pero en el fondo casi todos coinciden en lo mismo: ni siquiera el Frente Polisario, al menos sus simpatizantes en el Sahara, saben si habrá o no manifestación. La ausencia de instrucciones procedentes de los "cerebros" residentes en Argelia parece, según las informaciones recogidas entre la población saharaui, casi absoluta. Nadie sabe a qué atenerse ante el silencio de los "capos" del Polisario, y se comienza a experimentar entre los simpatizantes una sensación de desconcierto. ¿Qué espera el Frente Polisario? ¿Reserva una baza oculta en la manga, o en realidad no da señales de vida porque también él está confuso y no sabe cómo hacerlo?
No falta aquí quien apunta la posibilidad de que Argelia esté a la espera de la intervención española ante el Tribunal de La Haya, у mantenga al Frente Polisario al "ralentí", esperando acontecimientos. También se alude al temor del Frente a desencadenar con su manifestación una reacción violenta por parte de las autoridades españolas. El temor, en este caso, parece injustificado, ya que, en palabras del gobernador del Sahara, general Gómez de Salazar, "no deseamos otra cosa que dialogar con el Polisario. Nuestros esfuerzos han fracasado hasta ahora y todas las gestiones efectuadas a través de emisarios han dado resultados negativos. España está dispuesta a considerar interlocutor válido al Frente Popular, junto al PUNS y la Yemaa, pero para ello es necesario que los miembros rectores vengan y nos pongamos todos de acuerdo".
Un miembro del PUNS me decía ayer por la mañana que si el Polisario ha rechazado hasta ahora todos los intentos de España por conseguir un acercamiento que desemboque en diálogo no es por falta de ganas del Frente, sino porque su tutor argelino no le permite dar tal paso. Al margen de esa opinión, lo que parece evidente es que entablar un diálogo con las autoridades españolas y con el PUNS y la Yemaa sería, en opinión de los polisarios, una concesión a quien consideran sus enemigos más próximos, lo que podría acarrear una considerable pérdida de prestigio ante el pueblo saharaui.
—El Frente Polisario descarta un acuerdo con España mientras ésta no le considere único interlocutor válido para la independencia inmediata del Sahara. El Polisario quiere la independencia ahora, y después el pueblo elegirá el camino que desea seguir.
Esto me dicen en una pequeña habitación, sentados sobre la alfombra, tres saharauis, quienes me ofrecen té, dátiles y almendras. La temperatura es agradable en esta casa de El Aaiún, cuyo emplazamiento se me ha exigido no revelar, aunque no tenía, lógicamente, la menor intención de hacer tal cosa. Niegan ser polisarios activos y se autodenominan "simpatizantes" del Frente. Sin embargo, están extraordinariamente bien informados, y alguien me aconsejó hace unos días establecer contacto con ellos. Esta ha sido nuestra segunda conversación.
—¿Quién es el principal enemigo del Frente Polisario?
—Marruecos, sin duda. Los delirios expansionistas de Hassán convierten a Marruecos en el enemigo más importante y peligroso. Sin embargo, en otro orden de categorías, el primer enemigo, el primero a quien se combate, es España, tu país.
—¿Por qué España? No deseamos otra cosa que marcharnos cuanto antes.
—Hacedlo, entonces. Eso es lo que piensa el Polisario. No hacéis más que decir que deseáis iros, pero no os vais nunca, sino que pactáis con las fuerzas reaccionarias. El Frente se considera con medios suficientes para combatir a cualquier enemigo que atente contra la independencia del Sahara.
—Sin España aquí, Marruecos liquidaría esta cuestión en pocas horas.
—Eso está por ver. Si Marruecos atacase estando aquí las tropas españolas, el Frente Polisario combatiría junto a España, contra el Ejército marroquí, y después continuaría la lucha contra España. Si ya se hubiese marchado, entonces sabríamos encontrar la forma más adecuada de defender nuestra tierra.
—¿Recurriendo a Argelia?
—Argelia, que es un pais nacido de la revolución, es un ejemplo a seguir por el pueblo saharaui.
—¿Espera el Polisario quе Argelia entre en guerra con Marruecos a causa del Sahara?
—Esa es una cuestión que, llegado el caso, debería decidir el Gobierno de Argel.
—¿Por qué se niega el Polisario a un pacto entre España y la totalidad de las fuerzas políticas saharauis?
—Porque sólo el Frente es representativo de este pueblo. Ni los llamados notables saharauis ni el PUNS cuentan con el apoyo popular, y eso quedó bien claro durante la visita de la ONU.
—Hay quien opina que si el Polisario no pacta con España es porque Argelia se lo prohíbe.
—Eso no es cierto. El Polisario no pacta ni con los colonialistas ni con la reacción, porque han mantenido a nuestro pueblo en la pоbreza y el expolio y porque han hecho muchos mártires saharauis.
—También han hecho otras cosas: carreteras, viviendas, pozos de agua...
—Carreteras que suelen conducir a los puestos militares españoles y pozos de agua, como en Bu-Craa, donde los españoles extraen nuestros fosfatos.
—¿En qué condiciones pactaría el Polisario con España?
—Sólo cuando se entable un diálogo directo, después de dejar al margen a los otros sectores minoritarios saharauis, sectores reaccionarios que os empeñáis en mantener, pero que el pueblo del Sahara rechaza por falta de representatividad.
—¿Cuál es el programa político del Polisario?
—Tiene diez puntos principales: retirada de la totalidad de las tropas españolas y creación de fuerzas populares del Frente Polisario; rechazo de toda intromisión de cualquier fuerza extranjera, sea cual fuera ésta; presencia de las Naciones Unidas y de la Liga Arabe en el proceso de independencia; retirada de las fuerzas de los países vecinos que están cerca de la frontera; regreso controlado por el Polisario de todos los refugiados; liberación inmediata de todos los presos políticos; retirada de la población civil extranjera; freno a la explotación y el saqueo de los recursos económicos a que está sometida nuestra nación; cambio de la Administración de nuestro país, con la incorporación de saharauis; referéndum, si éste llega a producirse, que contenga una sola pregunta concreta: "¿Independencia absoluta? ¿Sí o no?".
Hasta ahora, la fuerza del Frente Polisario reside en que no ha aceptado nunca jugar la baza española, sino que se ha basado en el rechazo. Un cambio de postura podría hacerle igual de vulnerable que los otros organismos saharauis tutelados por España.