12 julio 1982

Aumenta la presión militar israelí / 8000 bombas sobre Beirut

Pueblo, 12 de julio de 1982

[Beirut Oeste. De nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Desde el pasado viernes, las bombas siguen cayendo sin interrupción sobre los barrios sureños de Beirut oeste, convertidos en un laberinto de ruinas, de escombros. La máquina militar israelí, en un derroche artillero sin precedentes, sigue dando vueltas de tornillo en torno al estrangulado cuello de los 6.000 fedayines palestinos que, aferrados a sus posiciones, resisten como pueden el chaparrón de fuego y metralla que cae sobre ellos, ante los ojos indiferentes de los “países hermanos árabes”.

En la madrugada de ayer, tras una breve pausa, los combates se recrudecieron a lo largo de la línea de frente, en los barrios de Al Laykali, Borj el Brajneh, Ramel al Aali y Hay al Selum. La artillería palestina respondió al fuego concentrado de los cañones judíos, alcanzando a un blindado israelí y posiciones judías en el sector de la Facultad de Ciencias. Pero, a pesar de su violencia, en el momento de transmitir esta crónica los bombardeos no habían alcanzado todavía la atroz intensidad del pasado viernes, una de las más duras concentraciones de artillería realizadas por Israel desde que el pasado 6 de junio invadió el Líbano. En la acción del viernes, efectuada por cañones y buques de guerra israelíes, toda la zona sur de Beirut oeste y la línea de demarcación fueron salvajemente castigadas, produciéndose abundantes víctimas, tanto entre combatientes palestinos e izquierdistas libaneses como entre la población civil.

Las bombas de fósforo y de fragmentación las dos siniestras “vedettes” de esta sucia guerra de exterminio fueron, una vez más, protagonistas. El barrio de Ramlet el Bada, donde está lo que queda de la Embajada española evacuada por sus ocupantes, que no mantienen presencia oficial en Beirut oeste, a diferencia de diplomáticos de otras nacionalidades sufrió, una vez más, graves daños, mientras las baterías palestino-progresistas contestaban al fuego judío con cañones y cohetes, enviando también disparos sobre los sectores cristianos de Beirut este.

Mientras la gente sigue muriendo en Beirut, mientras la escasez de agua, electricidad, alimentos, medicamentos, continúan convirtiendo el sector oriental de la ciudad en un infierno, las negociaciones continúan. Israel bombardea, negocia, bombardea, negocia... Los palestinos, conscientes de que el Ejército judío no desea por nada del mundo tener que meterse en una durísima lucha callejera para conquistar el Beirut oeste, se mantienen duros en sus posiciones negociadoras, confiando en que la mediación internacional ponga fin a este drama. Sin embargo, aunque por todas partes se asegura de vez en cuando que se han obtenido “progresos”, lo cierto es que la tragedia de Beirut parece instalada en un callejón sin salida próxima, agravada por el cinismo de Siria que, a última hora, teniendo buena parte de culpa de lo que actualmente ocurre en un Líbano (cuya mitad ha estado ocupando durante siete años), sale por peteneras, negándose a recibir en su territorio de forma permanente a los 6.000 fedayines.

Por su parte, Israel mantiene su intransigencia tradicional, y las tropas judías en el Líbano se preparan para pasar aquí el próximo invierno. En las estancadas negociaciones los principales puntos de fricción siguen siendo el desarme de los palestinos pretendido por los dirigentes judíos mientras que los fedayines exigen abandonar Beirut con su armamento individual y el lugar en el que se establecerá la sede la Organización para la Liberación de Palestina, aspecto este último para el que Siria, esta vez, sí parece estar favorablemente dispuesta. Otro punto que paraliza la posibilidad de llegar a un acuerdo estriba en las declaraciones hechas el sábado por el ministro israelí de la Defensa, Ariel Sharon, quien sigue excluyendo completamente la posibilidad de que la OLP, tras su hipotética salida de Beirut, pueda mantener en la ciudad una representación, ni siquiera a título simbólico.

Se ha sabido aquí, mientras tanto, que se mantiene el ofrecimiento de Francia a colaborar en la posible evacuación de los palestinos de Beirut oeste, único aspecto positivo tras la retirada palestina de las negociaciones y la negativa siria a acoger a los combatientes en su suelo. Los Estados Unidos, sin duda, habrán recibido con satisfacción esta oferta francesa, ya que Washington prefiere que sea un contingente militar galo el que, junto a sus “marines”, supervise el posible final de la batalla de Beirut, en lugar de una fuerza multinacional de la ONU, organismo en el que la URSS tiene voz y derecho al veto. Y la obsesión de la Administración Reagan en el conflicto consiste en evitar que la crisis libanesa sea aprovechada por la URSS para incrementar su influencia en los asuntos de la región.

Sin embargo, el campo de batalla, desde aquí, se ve muy lejos de las mesas negociadoras. Entre un insoportable calor, entre basuras y escombros, Beirut oeste se sigue pudriendo y sigue siendo demolida por las bombas. Y los fedayines palestinos, los hombres del Kalashnikov, se siguen batiendo con la esperanza de que, de una vez, alguien haga algo por sacarlos de este infierno.

Artículo en pdf:

http://www.icorso.com/hemeroteca/PUEBLO/PDF/AUMENTA%20LA%20PRESION%20MILITAR%20ISRAELI.pdf

8.000 BOMBAS SOBRE BEIRUT

Pueblo, 12 de julio de 1982

[Beirut Oeste - De nuestro corresponsal Arturo Pérez-Reverte]

Ayer, lunes, la sitiada Beirut se despertó para contemplar, aterrada, los efectos del devastador bombardeo que la artillería israelí lanzó sobre ella durante el pasado fin de semana, contabilizándose 8.000 proyectiles de todo calibre. Se ignora la cifra exacta de muertos y heridos, pero una primera evaluación, todavía no completa, señala setenta y dos muertos y más de dos centenares de heridos. En el sector cristiano, la zona oriental de la ciudad, la respuesta palestino-progresista a la artillería israelí también se cobró un trágico precio: quince muertos y cuarenta y cinco heridos.

¿Por qué los palestinos disparan sobre el sector cristiano si las fuerzas libanesas no participan directamente en esta fase de la guerra? La respuesta es evidente. El Ejército judío ha tomado posiciones en los sectores altos de la ciudad, entre barrios cristianos, en los que habita población civil. Desde allí, la artillería hebrea tiene buena línea de tiro para alcanzar sus objetivos en Beirut oeste, pero cuando los palestinos inician el fuego de contrabatería, las bombas caen tanto sobre los judíos como sobre los edificios próximos. Y esta falta de delicadeza de los israelíes a la hora de escoger emplazamientos para sus cañones, está dando mucho que pensar a la población cristiano-libanesa sobre las consecuencias de la acción israelí en el Líbano (que al principio fue acogida con entusiasmo, pues puede ser el golpe definitivo para el fin de la guerra). Sin embargo, la presencia judía se hace más intensa, las tropas parecen haberse instalado en el país para bastante tiempo y muchos libaneses se preguntan si tras haber tenido aquí a palestinos y sirios no habrá ahora que soportar durante años a los “libertadores” que, de hecho, son los nuevos amos del país.

Mientras tanto la OLP ha preparado, aseguran fuentes palestinas, un nuevo documento para la “pacificación de Beirut oeste”, que ha sido enviado ya, se asegura, a Francia y Arabia Saudita. El programa de las condiciones palestinas prevé los siguientes puntos:

-Un alto el fuego efectivo y real.

-Retorno de las fuerzas palestinas a los campos de refugiados, previa una retirada israelí de la zona de Beirut.

-Toma de posiciones en Beirut oeste de una fuerza multinacional de pacificación y del Ejército regular libanés.

-Evacuación de Beirut oeste por los combatientes palestinos, seguida por la salida de los dirigentes políticos.

-Mantenimiento en el Líbano de una presencia política y militar de la OLP que sea garantía de protección para los campos de refugiados.

Estas son las líneas generales de la nueva propuesta palestina, que se teme tampoco encuentre excesivo eco en la intransigente actitud del Gobierno israelí, especialmente en lo que se refiere a una retirada judía de Beirut y al mantenimiento de la presencia política y militar palestina en el Líbano, aunque ésta sea a título simbólico. Se ha tenido conocimiento, por otra parte, de que también Egipto ha preparado unas propuestas de paz para el Líbano que estarían a punto de ser presentadas ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en las que podría incluirse el ofrecimiento de El Cairo como futura sede política de la OLP.

Por último, las noticias procedentes de Israel dejan poco lugar al optimismo. El punto muerto de las negociaciones está impacientando a los “halcones” judíos, y se teme aquí que, en los próximos días, el Gobierno Beguin adopte sus “propias decisiones” para expulsar a los palestinos de Beirut oeste.

Artículo en pdf:

http://www.icorso.com/hemeroteca/PUEBLO/PDF/8000%20BOMBAS.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario