05 abril 2025

Cabo de Palos sorprende con unos bancos con forma de libros de Pérez-Reverte en el Paseo de la Barra

Cristina Fernández - Murcia Plaza - 05/04/2025

Disfrutar de la vista y la brisa del mar sentado en un banco en el Paseo de la Barra de Cabo de Palos, con un libro en las manos, no parece un mal plan. Solo que en este caso, el libro se convierte también en el propio asiento donde descasar o leer un rato. Es lo que pasa con los originales bancos con forma de libro que este fin de semana han sorprendido a los muchos visitantes que se han acercado al pueblo costero aprovechando el buen tiempo. 

Se trata, en concreto, de dos piezas de mobiliario urbano que simulan un libro abierto. Pero no cualquier texto literario. Las dos novelas que se abren para reposo de los paseantes llevan el título de dos obras del escritor cartagenero Arturo Pérez-Reverte, quien ha llevado en alguna ocasión a sus personajes hasta Cabo de Palos. Y quien, como Manuel Coy, protagonista de 'La carta esférica', ha entrado en numerosas ocasiones a este puerto pesquero en barco. Precisamente, a 'La carta esférica' esta dedicado uno de los bancos-libro, ya que en esta novela se habla del puerto de Cartagena, el Arsenal Militar, la cartografía del Museo Naval, de la Calle del Osario, la Posada Jamaica y hasta del restaurante El Pez Rojo de Cabo de Palos. Además, hay que recordar que la novela publicada por la editorial Alfaguara en el año 2000 fue adaptada al cine por el director Imanol Uribe, quien también estuvo rodando por Cartagena y Cabo de Palos con Carmelo Gómez y Aitana Sánchez Gijón.

La segunda obra en la que se pueden sentar los paseantes es la última publicada del escritor cartagenero, 'La isla de la Mujer Dormida', publicada 24 años después y donde el autor con alma de marinero cuenta una historia de mar, amor y aventuras en el Egeo durante los años de la Guerra Civil española. "Mientras en España transcurre la guerra civil, el marino mercante Miguel Jordán Kyriazis es enviado por el bando sublevado para atacar de modo clandestino el tráfico naval que desde la Unión Soviética transporta ayuda militar para la República. En la base de operaciones, una pequeña isla del mar Egeo, la vida del corsario español se cruzará en turbio triángulo con la de los propietarios, el barón Katelios y su esposa: una seductora mujer madura que busca, con fría desesperación, el modo de escapar a su destino", se puede leer en el resumen.

Los bancos han causado una gran expectación y en las redes sociales se pueden encontrar comentarios aplaudiendo el homenaje a Pérez-Reverte, así como pidiendo más obras y más autores.

https://murciaplaza.com/murciaplaza/cartagena/cabo-de-palos-sorprende-con-unos-bancos-con-forma-de-libros-de-perez-reverte-en-el-paseo-de-la-barra

04 abril 2025

Frente del Ebro: La guerra según Pérez-Reverte

Rafael Narbona - inmediaciones.org - 04/04/2025

España es un país de hombres y mujeres temperamentales, espíritus libres y apasionados que detestan morderse la lengua o reprimir sus emociones. Quizás eso explica su propensión a lo que se ha llamado «energumenismo», una categoría donde se incluyen nombres tan notables como Unamuno, Baroja, Bergamín, Cela o Rafael Sánchez Ferlosio. No empleo el término “energúmeno” con un carácter despectivo. Para mí, no es sinónimo de arbitrariedad, intolerancia o vesania, sino de una convicción sincera que no excluye el diálogo. Los energúmenos no siempre se llevan bien entre ellos, y algunos son más civilizados que otros. Pienso en Unamuno, con sus adhesiones y rupturas, sus paradojas y contradicciones, sus arrebatos y sus arrepentimientos. Es la quintaesencia del genio hispánico. Nunca le he considerado un histrión, sino un escritor que hizo visibles sus conflictos interiores, mostrando una sinceridad tan descarnada como la de Rousseau o san Agustín. Creo que Pérez-Reverte pertenece a este club —no sé si selecto o maldito—. Siempre está en la línea de fuego, aceptando los riesgos que eso conlleva. La prudencia y el cálculo no entran en sus planes. No es un fanático, sino alguien que defiende con ardor sus opiniones. Quizás por eso se ha atrevido a acometer una nueva temeridad, escribiendo una novela sobre la batalla del Ebro, titulada 'Línea de fuego'. No ha elegido la neutralidad, ni la equidistancia, sino la única beligerancia razonable: tomar partido por esa Tercera España que defendió con tanta valentía Manuel Chaves Nogales, distanciándose con idéntico fervor de fascistas y comunistas, reaccionarios y revolucionarios. Su apuesta ha cuajado en una novela extraordinaria, donde la agilidad narrativa convive con hondas reflexiones sobre el ser humano, la guerra, la amistad y el compromiso. 'Línea de fuego' es un poderoso fresco sobre una de las mayores tragedias colectivas de un país que desea vivir en paz, honrando a todos los caídos en esa hora trágica. Añade una página esencial a la literatura sobre la Guerra Civil, mostrando que el hábitat natural del hombre no es el blanco ni el negro, sino un gris repleto de matices.

Pérez-Reverte nunca ha ocultado su admiración por Chaves Nogales, al que ha calificado como «el mejor periodista español del siglo XX». Ante el actual cuadro de crispación de nuestra vida política, ha recomendado leer el prólogo de 'A sangre y fuego' (1937), una lección magistral sobre ética e historia que escarnece mitos y consignas, señalando la miseria de las ideologías que utilizan la retórica para maquillar su deseo de exterminar al adversario. Chaves Nogales se define a sí mismo como «un pequeño burgués liberal». Su trabajo como periodista le hizo viajar a Moscú y Roma, revelándole que comunismo y fascismo oprimían a los trabajadores con la misma ferocidad. Su liberalismo le impidió entusiasmarse con el mito de la revolución, ya fuera proletaria o nacionalsindicalista: «Antifascista y antirrevolucionario por temperamento, me negaba sistemáticamente a creer en la virtud salutífera de las grandes conmociones». Sin miedo a irritar a los supuestos libertadores de los pueblos, el periodista sevillano afirmaba: «Todo revolucionario, con el debido respeto, me ha parecido siempre algo tan pernicioso como cualquier reaccionario». Chaves Nogales describe el fascismo y el comunismo como los dos rostros de una nueva peste fabricada en «los laboratorios de Moscú, Roma y Berlín». Esa plaga ha sembrado la semilla de la crueldad y la estupidez, desatando odios cainitas. Desde que España se partió en dos bandos, los idiotas y los asesinos han proliferado con idéntica feracidad en ambos lados. Sin saber quién vencerá, Chaves Nogales sostiene que el triunfador no será un político, sino un caudillo que utilizará la violencia para conservar sus privilegios. La sangre, lejos de interrumpirse, seguirá fluyendo, anegando un país donde las trincheras continuarán abiertas para disparar contra todo el que opine de otro modo. Al comienzo de la guerra, Chaves Nogales escribió artículos y editoriales a favor de la República, pero cuando el gobierno se trasladó a Valencia, se exilió en París para preservar su independencia y no ser fusilado por cualquiera de los dos bandos, que ya le habían incluido en sus listas: «Yo he querido permitirme el lujo de no tener ninguna solidaridad con los asesinos. Para un español quizá sea éste un lujo excesivo».

Pérez-Reverte ha incurrido en el mismo lujo, atrayéndose la ira de los que han sentido cuestionado su canon de la Guerra Civil. Durante décadas, soportamos la versión del bando triunfador, que hizo lo que pronosticó Chaves Nogales: defender su éxito con un cuchillo entre los dientes. Ahora, sufrimos la versión no ya del bando perdedor, sino de los que intentan obtener réditos políticos manteniendo vivas las heridas. Es indiscutible que las familias de los represaliados del franquismo tienen derecho a recuperar los restos de sus seres queridos, sepultados en cunetas y fosas clandestinas, pero eso no debería abrir la puerta a que ahora «nos vuelvan a contar la guerra desde la otra beligerancia, desde las otras mentiras», como advirtió Julián Marías, víctima de la represión franquista. Creo que Pérez-Reverte coincide con Marías en que «la única manera de que la guerra civil quede absolutamente superada es que sea plenamente entendida». Aquella tragedia debe quedar «detrás de nosotros, sin que sea un estorbo que nos impida vivir». ¿Significa eso blanquear el franquismo? ¿No se puede decir que en Madrid funcionaron más de doscientas checas y que en la retaguardia republicana se cometieron incontables crímenes, como ha documentado Fernando del Rey, el último Premio Nacional de Historia, en su obra 'Retaguardia roja: Violencia y revolución en la guerra civil española'. Señalar que los falangistas, los requetés y los regulares también eran seres humanos capaces de acciones nobles no significa ensalzar la dictadura, sino constatar que la fibra moral de los españoles sobrevivió incluso en los peores escenarios de la contienda. A Pérez-Reverte le trae sin cuidado la corrección política y no le preocupa ser intempestivo. Sabía que 'Línea de fuego' despertaría la cólera de los que no toleran que se ponga en tela de juicio su interpretación de la Guerra Civil. Sus previsiones se han cumplido. De nuevo le han llovido lindezas, acusándole de «fascista», «misógino», «belicista» y otras majaderías. De paso, se ha cuestionado el mérito literario de la novela. Creo que esa andanada, que evoca el clima de histeria de los linchamientos, carece de justificación. La bilis ha prevalecido sobre la razón; el improperio sobre el juicio objetivo.

'Línea de fuego' es una novela excelente, con el aliento de las grandes epopeyas y la humildad de los ejercicios más sinceros de autocrítica. A pesar de su longitud, sostiene el interés del lector con personajes de profunda y creíble humanidad. Los diálogos no son artificiales. Los personajes no se despeñan por un coloquialismo afectado ni incurren en discursos moralizantes. El relato de la batalla del Ebro revela un riguroso conocimiento de la historia, pero sin caer en esa erudición incompatible con un ritmo vertiginoso, capaz de recrear unos días de furia, rabia y confusión. La prosa ágil de Pérez-Reverte siempre deja una esquina al lirismo, pero sin esteticismos gratuitos. Las escaramuzas sobrecogen y los personajes conmueven. Pienso en Patricia Monzón, a la que sus compañeros llaman Pato, una operadora de transmisiones que lleva a la espalda una pesada mochila con un emisor-receptor. Antigua empleada de Telefónica, los crueles bombardeos de Madrid pusieron patas arriba su vida, obligándola a tomar una postura. Tras leer la propaganda marxista, se afilió al Partido Comunista. Es de las pocas mujeres que participa en la ofensiva del Ebro. No es una miliciana que pose ante las cámaras con un fusil, intentando conquistar simpatías, sino una mujer valiente que quiere aportar su granito de arena. Sus convicciones son firmes, pero no es una fanática. Escuchar y presenciar algunas cosas le hace cuestionar las simplificaciones de las obras de propaganda. Vivian Szerman, corresponsal de 'Vanity Fair', no es un personaje menos intenso que Pato. No se arruga con facilidad y contempla los hechos desde una perspectiva libre de filtros ideológicos. No es una mujer atractiva, pero su presencia en el frente enciende las fantasías de hombres que no saben si habrá un mañana donde gozar y reír. Lejos de acobardarse, asume grandes riesgos para escribir una crónica fiel de lo que sucede en el campo de batalla. Los que han acusado a Pérez-Reverte de machista deberían familiarizarse con estos personajes, donde despunta la dignidad de la mujer, sin la necesidad de utilizar estereotipos que falsean la realidad.

Pérez-Reverte también dignifica a los marroquíes de los tabores de regulares. Selimán al-Barudi no titubea a la hora de fusilar o desvalijar a los muertos, pero es un amigo fiel que cuida del soldado Ginés Gorguel, dominado por el pánico y cuyo único anhelo es sobrevivir. Se ha demonizado a los regulares, sin reparar en que esa forma de proceder escondía una buena carga de racismo. Violadores, asesinos, bárbaros sin entrañas, los moros de Franco han sido despachados como presunta escoria. Pérez-Reverte se atreve a destacar que también eran humanos y que poseían virtudes como el coraje, la lealtad y el sentido de la amistad. La mayoría se alistó huyendo de la pobreza y conservó las costumbres de su cultura rural, donde aún no circulaban los valores de las grandes urbes occidentales. Sin preocuparse por los tópicos y la leyenda negra sobre la Legión, Pérez-Reverte compone un retrato conmovedor del alférez provisional Santiago Pardeiro, que ha asumido sin deshumanizarse su condición de «carne de cañón». Combate en primera línea, adelantándose a sus hombres y sin ignorar su condición de candidato a difunto, pues casi todos los alféreces caen a los pocos días en el frente. En la lucha cuerpo a cuerpo se emplea con dureza, pero cuando los adversarios se rinden respeta sus vidas. Se muestra muy afectuoso con Tonet, un niño de unos diez años que se ha unido a los legionarios, guiándoles por un terreno que conoce como la palma de su mano. Pardeiro intenta retirarlo de la línea de fuego, pero el niño, que sueña con ser legionario, aparece una y otra vez, con una mezcla de obstinación y temeridad no exenta de ternura. Los requetés del Tercio de Montserrat también combaten con nobleza. Disciplinados, valientes y religiosos, nunca rehúyen el peligro y respetan a los prisioneros. Los falangistas son menos escrupulosos. Algunos —como Saturiano Bescós, un pastor enrolado en la XIV Bandera de Falange de Aragón— son buenos soldados que tratan con honor al enemigo vencido; otros —como el teniente Zarallón— disparan a la cabeza de los oficiales rojos que se han entregado, dejándose llevar por el odio, pues mataron a su hermano por la espalda cuando colgaba en las calles carteles de Falange.

Los anarquistas son buenos combatientes. Desprecian los galones, pero nunca escabullen el bulto. El dinamitero Julián Panizo asume misiones suicidas, enfrentándose a los carros blindados con cartuchos de dinamita y no deja atrás a los «biberones» que combaten a su lado, como Rafael, un muchacho de dieciocho años. El mayor de milicias Emilio Gamboa no se preocupa menos por sus hombres. No le importa arriesgarse a ser acusado de traición por increpar a los mandos que contemplan la guerra desde lejos, enviando al piquete de ejecución a los desertores, casi siempre pobres desgraciados dominados por el miedo. Pérez-Reverte destaca que hay mucha miseria en el campo de batalla, pero también afloran los gestos heroicos, los sacrificios y el compañerismo. Nos dibuja un panorama donde no caben los maniqueísmos, ni las consignas ideológicas. Su perspectiva es la de un humanista que intenta comprender, no condenar; razonar, no abominar. Desde mi punto de vista, 'Línea de fuego' debe leerse como una contribución a la causa de la Tercera España. Podría ser una lectura complementaria de la obra completa de Chaves Nogales, que ahora publica Libros del Asteroide, reuniendo por primera vez en una única edición de cinco volúmenes todos los escritos literarios y periodísticos de los que se tiene conocimiento hasta la fecha. Al igual que Chaves Nogales, Pérez-Reverte denuncia la barbarie de los dos bandos. En ambas retaguardias se cometen toda clase de iniquidades. El dinamitero anarquista Juan Panizo se cruza con un herido que agoniza, llamando a Dios y a su madre. Olmos, su compañero, le propone rematarlo. Panizo replica que mata fascistas, pero no los asesina: «Para eso están los hijos de puta de nuestra retaguardia… Los milicianos que defienden a la República en los burdeles y los cafés». Olmos asiente y añade: «Es lo malo de estas guerras. Que oyes al enemigo llamar a su madre en el mismo idioma que tú, y como que así, ¿no?… Se te enfrían las ganas». El hombre puede ser una bestia despiadada, pero también es un animal compasivo. Cada combatiente obra por motivos distintos. Unos por Cristo, otros por el proletariado. Muchos son honestos y consecuentes. Otros, cobardes, mezquinos y oportunistas. A mayor fiereza ideológica, menor respeto hacia el adversario. Los españoles son reacios a la disciplina y la obediencia, pero suelen tener un gran corazón, lo cual no evita los raptos de barbarie, casi siempre fruto del anhelo de venganza. En casi todos hay una aristocracia natural, como la del oficial carlista Pedro Coll de Rei. Su aspecto es sumamente valleinclanesco: boina roja, barba cuidada, notable altura y un bastón de paseo convertido en bastón de mando. Capaz de luchar cuerpo a cuerpo y enfrentarse a las balas con imperturbabilidad, cuando el enemigo se rinde le tranquiliza, diciéndole que bajo sus órdenes no se fusila a prisioneros. No se trata de una promesa huera. Ordena que se destruyan los carnets de los hombres capturados para protegerlos de posibles represalias.

Lejos de exaltar el franquismo, Pérez-Reverte habla de los bombardeos de Madrid, que se saldan con niños y mujeres reventados en las aceras o enterrados bajo los escombros. Eso no le impide hablar de los crímenes del otro lado, donde se caza a los sacerdotes como conejos o se fusila por ir a misa, como le sucedió al yerno de Manuel García Morente. Pese a la indignación con que censura estos comportamientos, Pérez-Reverte no cae en un estéril pesimismo. Los españoles son «valientes hasta la locura y orgullosos hasta el disparate». Los extranjeros tampoco son mala gente. Algunos son aventureros alistados a la Legión; otros, comunistas que combaten en las Brigadas Internacionales. Todos son retratados como seres humanos, eludiendo la caricatura deshumanizadora. Ese respeto se refleja en escenas particularmente conmovedoras, como el intercambio de cigarrillos entre enemigos que deponen las armas unos instantes para relajarse con un placer elemental. No es menos patético el alumbramiento de un niño que impulsa un alto el fuego por respeto a la madre y a la vida que viene en camino. Estas escenas no son concesiones sentimentales, sino manifestaciones de fe en el género humano, donde siempre hay una brizna de magnanimidad y un sincero deseo de paz. Estoicos, fatalistas, los moros de Franco también sueñan con volver a casa y lloran al evocar su niñez. En la guerra todos pierden. «No hay nada bello y romántico en un soldado muerto —escribe Pérez-Reverte—. Eso queda para las pinturas de los museos, los versos de los poetas y la demagogia de los políticos. La realidad inmediata sólo es carne muerta, carroña pudriéndose al sol». La demagogia está en los dos bandos. Gil Robles pide que los malos españoles sean pasados por las armas, y Largo Caballero afirma que el lugar de la mujer está en la cocina, la fábrica y los hospitales. Muchos soldados son indiferentes hacia las consignas de unos y otros. Combaten en el lugar que les ha tocado. Y los que se han alistado voluntariamente a un bando muchas veces titubean, pues no es fácil matar a un compatriota, especialmente cuando se repara en que detrás de cualquier soldado hay una madre, una mujer o tal vez unos hijos. Disparar no significa matar a un hombre, sino destruir a toda una familia.

En algunos pasajes de la novela, se advierten ecos shakespeareanos. «Estamos perdidos en un mundo absurdo», dice Pato. «El sueño de un dios borracho y cruel», contesta el capitán Bascuñana. «Los dioses han muerto. Estamos aquí para que la humanidad tome conciencia exacta de esa verdad histórica», concluye la miliciana. Pérez-Reverte no minimiza en ningún momento la estrategia de terror de los sublevados: «Matan con método», comenta Tabb, el periodista inglés. «Ejecutan una carnicería sistemática con objeto de aterrorizar y desgastar». Vivian, la periodista estadounidense, apunta que la retaguardia es el escenario de las peores vilezas: «Asombra tanta nobleza en los que luchan y tanta vileza en los que están lejos del frente». Tras perder a la mayoría de sus hombres, Gamboa, jefe de milicias, comenta desolado: «Ya no es una guerra de exterminio, sino una guerra donde le ven la cara al enemigo; donde a veces descubren que es del mismo pueblo que ellos y compraba tabaco en el mismo estanco». Línea de fuego nos pide que no hagamos un ajuste de cuentas con el pasado, sino que comprendamos el sufrimiento de todas las víctimas de la Guerra Civil. Como dijo Julián Marías, unos fueron «justamente vencidos»; otros, «injustamente vencedores». Pérez-Reverte nos pide que superemos la polarización derechas-izquierdas que dinamitó la convivencia en los años previos a la guerra. No podemos volver a dividir el país en dos bandos, identificando al otro, al que piensa de modo distinto, con el mal absoluto, pues ese es el primer paso para deshumanizarlo hasta el extremo de justificar su eliminación física. Hay que mirar al futuro con sentido de la responsabilidad, buscando fórmulas integradoras basadas en el diálogo y el consenso. Es necesario ponerse en el punto de vista ajeno, comprendiendo que la política solo funciona cuando no se considera al adversario un enemigo, sino un interlocutor digno de respeto. No valen las recetas mágicas que nos eximen de pensar. Es absurdo hablar a estas alturas de «asaltar los cielos» o de «hacer grande otra vez a España». Ese camino solo nos lleva al envilecimiento.

Durante un tiempo, creí —y suscribí— las mezquindades que circulaban sobre Pérez-Reverte, pero un breve encuentro con él en el Café Gijón me reveló que mis apreciaciones eran muy injustas. Me encontré con una persona cordial y sencilla, sin una pizca de agresividad o rencor. Pasional, sí, pero es un rasgo muy español, y no advierto nada malo en una actitud que revela valentía, independencia de criterio y vocación de compromiso. Tardé en leer sus libros —no lo había hecho hasta entonces— y mi opinión sobre su obra cambió definitivamente. Empecé 'Los perros duros no bailan', pero el sufrimiento de los canes que circulaban por la novela me resultó insoportable. Tengo varios perros y me afecta mucho la crueldad que muestran algunos humanos con los animales. Interrumpí la lectura y pasé a 'Hombres buenos', que me deslumbró. No dudo que será un clásico el día de mañana. Pérez-Reverte no es fascista, ni machista, como dicen sus enemigos, sino una especie de Dumas que ha pasado por el gabinete de Voltaire. Su prosa se inscribe en la mejor tradición del realismo español, con destellos cervantinos y galdosianos. 'Línea de fuego' es una gran novela que molestará a muchos, pero la verdad casi siempre es incómoda e intempestiva. Celebro que en nuestro país aún queden escritores que no se dejan intimidar por la «imbecilidad organizada» de las redes sociales, por utilizar una expresión de Javier Marías. Siempre he sentido curiosidad por la amistad entre Pérez-Reverte y Marías. No sé si cultivan «una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y que muy pronto omiten el diálogo» (Borges), pero no tengo ninguna duda de que encarnan los valores de la España defendida por Chaves Nogales, caracterizada por «un odio insuperable a la estupidez y la crueldad».

https://inmediaciones.org/frente-del-ebro-la-guerra-segun-perez-reverte/

10 marzo 2025

“Me he tomado copas con torturadores y francotiradores”

Marc Mestres - La Vanguardia - 10/03/2025

El escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte no tiene reparos en abordar temas incómodos y cuestionar la naturaleza humana. En una reciente conversación, el autor de 'El húsar' y 'La Reina del Sur', entre muchos otros, reflexionó sobre la importancia de comprender la maldad para poder aprender de ella, analizarla y, en última instancia, combatirla.

Con su estilo directo y sin filtros, Pérez-Reverte reveló haber compartido momentos con torturadores, francotiradores y criminales, y aseguró que este tipo de experiencias, aunque perturbadoras, ofrecen una visión más profunda del lado oscuro del ser humano.

Para el veterano periodista de guerra, la clave no está en justificar ni aceptar la maldad, sino en analizar sus orígenes y su funcionamiento. Pérez-Reverte defiende la necesidad de escuchar y entender incluso a las figuras más despreciables de la historia. “Vamos a ver, don Adolfo, ¿por qué mató usted a cien millones de judíos? Cuénteme”, ejemplifica el escritor, haciendo una referencia hipotética a Adolf Hitler y su papel en el Holocausto.

Desde su punto de vista, la historia y el periodismo no solo deben narrar los hechos, sino también desentrañar las motivaciones de quienes los protagonizan, incluso cuando se trata de actos atroces. No se trata de humanizar a los criminales, sino de aprender de su mentalidad para evitar que sus acciones se repitan. Arturo Pérez-Reverte, quien ha sido corresponsal de guerra y ha presenciado conflictos en primera línea, insiste en que enfrentarse al mal de cerca es un proceso inevitable para quienes buscan la verdad. En su carrera ha relatado las crónicas más oscuras de la humanidad, desde guerras hasta regímenes opresivos, lo que le ha permitido comprender cómo la maldad se gesta, se ejecuta y se perpetúa. “La maldad es una buena escuela también. Después ejecutas, después sancionas, condenas”, enfatizó el autor. Con estas palabras, deja claro que el conocimiento del mal no significa impunidad ni indulgencia, sino que sirve como herramienta para el juicio y la justicia.

El pensamiento de Pérez-Reverte encaja con una idea ampliamente defendida por historiadores y expertos en crímenes de guerra y terrorismo: entender la maldad no implica exculpar a los culpables, sino tener herramientas para prevenir que se repitan los mismos errores. Las guerras, las dictaduras y los crímenes de lesa humanidad no surgen de la nada. Son producto de ideologías, decisiones estratégicas y, en muchos casos, de una deshumanización progresiva que convierte a los verdugos en máquinas de destrucción.

A lo largo de su trayectoria, Pérez-Reverte ha sido testigo de conflictos bélicos en América Latina, los Balcanes y Medio Oriente, donde ha convivido con soldados, mercenarios y guerrilleros de todos los bandos. Su contacto directo con estas realidades le ha otorgado una perspectiva que trasciende la moralidad simplista del “buenos contra malos” y lo acerca a un análisis más complejo y realista de la condición humana.

20 febrero 2025

“Las personas con valores convencionales como patria, religión o bandera me dan repelús”

Gustavo Higueruela - esquire.com - 20/02/2025

Arturo Pérez-Reverte es un hombre que no tiene problemas para expresar con palabras lo que piensa. Amado por muchos, irritante para otros, el autor cartagenero es alguien al que siempre nos gusta escuchar precisamente por eso, porque no suele tener pelos en la lengua. Su estilo directo y su capacidad para generar debate lo han convertido en una de las voces más provocadoras de la literatura en español. Ya sea a través de sus novelas, sus columnas periodísticas o sus entrevistas, siempre consigue provocar una reacción en su audiencia.

Hablar de Pérez-Reverte es hacerlo sobre una trayectoria profesional y personal marcada por el periodismo y la literatura. Antes de convertirse en un escritor de renombre, fue corresponsal de guerra durante dos décadas, una experiencia que dejó, sin lugar a dudas, una huella imborrable en su obra y en su vida. Su contacto con la realidad del conflicto, la violencia y la fragilidad de la existencia humana ha influido notablemente en sus novelas, donde predominan los personajes curtidos, de moral ambigua y con una visión desencantada del mundo. Eso, y un inexorable amor por los perros, que también han protagonizado algunos de sus libros y columnas.

Hace no mucho hablamos con él durante la promoción de su última novela, 'La isla de la Mujer Dormida', y volvió a mostrar su particular manera de ver el mundo. Ante la pregunta sobre los valores que mueven a sus personajes, el escritor se desmarcó de cualquier postura esperada: "A mí las personas con valores convencionales como patria, religión y bandera me dan repelús. Prefiero a las personas que no tienen tan claros sus valores. Mis personajes, en general, son gente para quien las grandes palabras no significan nada o han dejado de significar. Cuando esa gente se encuentra sin las ideologías que el ser humano necesita para vivir, esas reglas necesarias para moverse por el mundo y respetarse a sí mismos, se crean sus propios códigos y generan su propia moral. Palabras como dignidad, lealtad, amistad o amor son las que funcionan en mis novelas. Mis personajes no son patriotas ni fanáticos, solo son personas que profesan el culto a ciertas palabras menores que se convierten en mayores a través de las relaciones humanas".

Esta declaración no sorprende a quienes han seguido la trayectoria de Pérez-Reverte. Desde 'El húsar', pasando por 'El club Dumas' o la saga de Alatriste, muchas de sus novelas están protagonizadas por personajes que se debaten en un mundo sin certezas absolutas. Héroes ambiguos, soldados sin bandera, mercenarios de la espada o de la palabra... En definitiva, historias de tipos sin un credo fijo que se guían solo por la lealtad, la amistad y la dignidad personal. Esos, según nos contó Pérez-Reverte, son los valores que le interesan, aunque no necesariamente los practique en su vida diaria:

"Yo fui un niño bien educado en un mundo de caballeros: los curas eran buenos, los guardias eran honrados, los políticos eran intelectuales de altura. Pero cuando la vida me llevó a la realidad, vi que no era así, que era un joven caballero en un mundo de canallas. ¿Qué me pasó? Que todas esas ideas se me fueron al diablo. Y pensé: “¿Qué me queda?”, pues los valores con los que no te equivocas: la lealtad, la palabra dada, los amigos, la dignidad, el amor, la compañía, el respeto, la decencia, la solidaridad… Con estos principios no te equivocas nunca, con la religión y las ideologías sí".

Todo esto nos lo contó, como decíamos al principio, cuando hablamos de su última novela, 'La isla de la Mujer Dormida', que sigue entre los libros más vendidos de 2025 meses después de su publicación. Se trata una historia ambientada en nuestra guerra civil que nos sumerge en la lucha en el mar, un escenario poco explorado del conflicto. Mientras España se desangra en la contienda, el marino mercante Miguel Jordán Kyriazis es reclutado por el bando sublevado para una misión clandestina. Su objetivo es interceptar y sabotear el tráfico naval que transporta ayuda militar desde la Unión Soviética a la República. Su destino lo lleva hasta una pequeña isla del mar Egeo, convertida en base de operaciones para estos ataques encubiertos.

En ese escenario aislado y cargado de tensiones, la vida de Jordán se entrelaza con la del barón Katelios, el dueño de la isla, y su esposa, una mujer madura de belleza inquietante que oculta tras su seducción una desesperación fría y calculada. Atrapados en un triángulo turbio de poder, deseo e incertidumbre, los tres personajes libran su propia guerra en un espacio donde la lealtad se confunde con la traición y donde cada decisión puede sellar su destino.

Sus palabras en Esquire confirman algo que sus lectores ya intuíamos, que su interés no está en los discursos grandilocuentes ni en los valores institucionalizados, sino en los lazos que las personas establecemos entre nosotros. En su visión, la amistad, la lealtad y el amor son fuerzas más poderosas que cualquier bandera o doctrina. No busca dictar códigos de conducta, sino explorar la complejidad de la naturaleza humana. Y a nosotros, esa forma descreída de ver la vida nos gusta mucho. Ojalá le queden muchos libros por publicar, ahí estaremos para leerlos.

https://www.esquire.com/es/actualidad/libros/a63849605/arturo-perez-reverte-valores-convencionales-patria-religion-bandera/

Los premios en España sí que sirven para algo


Miguel Ángel Santamarina  - zendalibros.com - 20/02/2025

Los Premios Zenda fueron creados para reconocer la labor literaria, editorial y el fomento de la lectura. El 14 de enero se entregaron a los doce ganadores sus galardones en Madrid. Todavía quedaba un epílogo por celebrar: una charla en el Espacio Fundación Telefónica con varios de los miembros del jurado para comentar sobre el valor y el significado de los premios literarios. 

Chema Alonso, CDO (Chief Digital Officer) de Telefónica, fue el encargado de dar la bienvenida a los casi 170 asistentes —que agotaron las entradas para este evento en unas pocas horas— a la charla. Alonso reivindicó el objetivo del Espacio Fundación Telefónica de “acercar la cultura a la ciudadanía: hablando de cómics, de música, de literatura… Tener aquí un acto en el cual vamos a hablar de premios literarios es fantástico”.

Después de la intervención de Chema Alonso, fue el turno de Arturo Pérez-Reverte, cofundador de Zenda, que destacó el éxito de la primera edición de los Premios Zenda: “Un evento en el que logramos —el equipo y los amigos de Zenda— lo que no se consigue en este país: juntar en un mismo espacio a gente de derechas y de izquierdas, políticos de todo signo, autores de prestigio y otros que no son tan conocidos. La charla de hoy es una secuela de ese éxito. Una conversación sobre la utilidad de los diferentes premios literarios, y también sobre sus diferentes clases: comerciales, pactados, limpios… Éste es un debate muy interesante porque en España hay muchos premios, pero no se habla tanto de cómo se cocinan”.

Álvaro Colomer fue el moderador de este evento y el encargado de repartir juego entre los invitados: Nuria Azancot, redactora jefe de 'El Cultural' de 'El Español', Laura Barrachina, periodista cultural que ha estado al frente de 'El ojo crítico', Jesús García Calero, director de 'ABC Cultural', y Santos Sanz Villanueva, catedrático de literatura y crítico en Zenda y 'El Cultural'; todos ellos formaron parte del jurado de los Premios Zenda 2023-2024. 

[...]

Casi al final de la charla, llegó a la mesa de debate un premio que no es español, pero del que siempre nos gusta debatir, el Nobel. Calero definió los reconocimientos de la academia sueca como “una gran operación de marketing a nivel mundial”, y continuó diciendo: “Ha habido nobeles que me han llegado al corazón, entregados a autores que no conocía, como Szymborska, y que me permitieron conocer a una poeta impresionante. Y también otras ocasiones en que no puedes entender lo que ha hecho el jurado”. El director de 'ABC Cultural' formuló una cuestión importante: “¿Está haciendo algo España para tener un nuevo Nobel?”. Él mismo dio la respuesta: “No se está haciendo nada. Sin una promoción del gobierno esto no va a ocurrir. No se va a dar nunca el Nobel a un autor que no esté traducido al sueco, a un escritor que nunca haya ido por allí”. En ese momento, Arturo Pérez-Reverte intervino desde las primeras filas: “Lo que Jesús ha defendido tiene un nombre y un apellido: Javier Marías. Él tenía la vitola perfecta para ser un Nobel. No hubo ningún gobierno español, ni de izquierdas ni de derechas, que hiciera el menor intento por conseguirlo. Marías era nuestro Premio Nobel“.

El Espacio Fundación Telefónica cerró sus puertas y nos permitió dar por concluidos los Premios Zenda 2023-2024. Comienza ahora una nueva etapa, ilusionante, la de empezar a moldear la segunda edición de unos galardones, que en palabra de Arturo Pérez-Reverte “se crearon para intentar que sean los Goya de la literatura”.

https://www.zendalibros.com/los-premios-en-espana-si-que-sirven-para-algo/

Vídeo completo: https://youtu.be/X88zUTRR9dA

Alberto Montaner: “El buen profesor es en definitiva el que enseña a pensar”

Entrevista de Eduardo Martínez Rico - zendalibros.com - 20/02/2025

Alberto Montaner (Zaragoza, 1963), filólogo y poeta, es catedrático de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, y una gran autoridad (mundial) en el Cid y en el Cantar de mio Cid. Muy famosa y muy reconocida es su edición en la Biblioteca Clásica del poema cidiano, considerado el primer monumento de nuestra literatura. Se trata de uno de los más destacados filólogos con los que cuenta España en la actualidad, hispanista, arabista e historiador brillante y muy trabajador.

—Eres un buen amigo de Pérez-Reverte y has colaborado con él en más de una ocasión. ¿Qué destacarías del Pérez-Reverte escritor?

—Bueno, colaboración sería quizá mucho decir; simplemente, le he echado una mano con asuntos o datos sobre alguno de mis temas. En cuanto a su obra, yo destacaría su capacidad de narrador, tanto a la hora de urdir argumentos como de contarlos, y también sus magistrales evocaciones de lugares, personas o situaciones. A mí, personalmente, y quizá sea deformación profesional, me gusta mucho la autenticidad que transpiran sus recreaciones gracias a una labor de documentación que se funde sin suturas con esa potencia narrativa que decía. Además, claro, el dominio de diferentes registros lingüísticos, como el habla mexicana o la lengua del Siglo de Oro. Hay más cosas, sin duda, pero, para mí, estos serían los pilares de su narrativa y, en parte, también, de la ensayística, es decir, de sus colaboraciones en prensa, al menos desde que comenzó a colaborar con XL Semanal.

—Escribiste algunos poemas apócrifos para 'El capitán Alatriste'. ¿Te costó mucho trabajo hacerlo?

—No demasiado. Empecé a escribir mi propia poesía en metros clásicos cuando tenía catorce o quince años (otra de esas marcianadas con las que me descuelgo de cuando en cuando), así que no me costó demasiado preparar esos poemas, aunque, claro, unos me costaron más que otros. La rima consonante es muy esclava, como bien recordaba Quevedo, cuando, en el Sueño del infierno, un poeta explicaba así la causa de su condenación:

Plegue a Dios, hermano, que así se vea el que inventó los consonantes, pues porque en un soneto

Dije que una señora era absoluta,

y siendo más honesta que Lucrecia,

por dar fin el cuarteto la hice puta.

Forzome el consonante a llamar necia

a la de más talento y mayor brío,

¡oh, ley de consonantes dura y recia!

—¿Qué tuviste en cuenta, sobre todo, para hacer esos poemas?

—Su relación con el argumento, a qué personaje se atribuía (si al propio Quevedo, a Guadalmedina o a otro) y, claro está, el conceptismo general de la época.

—¿Qué es lo que más te gusta del personaje de Alatriste?

—Que no era el hombre más piadoso ni el más honrado, pero era un hombre valiente. Con claroscuros, pero fiel a sus códigos. Es el prototipo del héroe cansado revertiano, muerto quizá, pero jamás vencido. Moralmente vencido, quiero decir; en el reducto íntimo de su conciencia. Pero me estoy poniendo pedante. Lo fundamental es que tiene garra, en historias que tienen gancho y con un entorno de personajes memorable. ¡No queda sino batirse!

—Has escrito sobre 'El club Dumas', que el propio autor suele decir que es su novela favorita. ¿Por qué crees que este libro nos gusta tanto a tantos?

—No estoy seguro de que pueda hablar por otros, ya he dicho antes que el gusto es, en definitiva, personal e intransferible, pero sin duda influye que hable de otros libros y que esos libros sean tan atractivos como la novela de capa y espada decimonónica o los tratados de demonología o magia del Renacimiento y el Barroco. La manera de enlazar las dos tramas y de desenlazarlas me parece memorable. Y en esta novela esa capacidad de evocación de lugares y obras de la que hablaba antes creo que alcanza uno de sus puntos máximos.

https://www.zendalibros.com/alberto-montaner-el-buen-profesor-es-en-definitiva-el-que-ensena-a-pensar/

16 febrero 2025

Las tres vidas de la Reina del Sur: La saga del narco femenino en Puebla

Óscar Balderas - Milenio - 16/02/2025

El servicio funerario del 27 de mayo de 2018, en los velatorios del IMSS en el panteón La Piedad, en Puebla, fue un evento surreal, incluso para los estándares de un país con 19 años de “guerra” contra el narco: decenas rezaban a una cabeza decapitada. El ataúd estaba ocupado sólo por la testa de Alan Josué Bedolla que sus asesinos abandonaron en la calle; el resto del joven de 23 años, su cuerpo delgado y atlético, seguía sin ser localizado. Al saber que en México las desapariciones pueden prolongarse hasta la eternidad, su familia decidió velarlo sin tronco ni extremidades. “Ya aparecerá el resto”, dijo su tío a los periodistas locales. “Lo importante es darle sepultura a su cabecita para que su alma descanse”.

Los ruegos de que Alan Josué no hubiera sufrido durante su cautiverio se repitieron tantas veces, entre los asistentes, como las ansias de que su cuerpo apareciera pronto. Su madre, una veterana enfermera, clamaba que si Dios no la dejaba enterrar completo a su hijo, prefería morir de inmediato. Cinco días más tarde, sus oraciones fueron atendidas. El 1 de junio, dentro de una bolsa negra en la entrada de San Juan Tianguismanalco en el municipio poblano de Atlixco, agentes ministeriales hallaron un cuerpo en avanzado estado de descomposición… sin cabeza. Los tatuajes y la ropa confirmaron que se trataba del joven que soñaba con ser piloto profesional de motocicletas. Las autoridades poblanas habían llegado hasta esos restos gracias a la confesión de una persona recién arrestada, la misma que había ordenado y operado el asesinato de Alan Josué: Liliana Hernández, quien se llamaba a sí misma la Reina del Sur.

Los policías estatales no lo podrían imaginar, pero en los años siguientes encontrarán a otras “reinas del sur” en Puebla. Una racha de imitadoras del mote de Sandra Ávila Beltrán, la Reina del Pacífico, que desataría una ola homicida en uno de los estados más conservadores y supuestamente más seguros de México. Todo para emular su fama criminal.

Sandra Ávila Beltrán, hoy de 64 años, es probablemente la narcotraficante más famosa en el país. Sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara; prima de los hermanos Beltrán Leyva; y esposa de dos importantes comandantes policiacos que trabajaron para el crimen organizado en Baja California y Ciudad de México; dedicó sus primeros 47 años de vida a construir una carrera criminal que no necesitara de tíos, primos y esposos para sobresalir por sí misma.

En los tiempos en que las mujeres en el narcotráfico sólo destacaban por ser esposas trofeo, novias despampanantes o cuidadoras abnegadas, Ávila Beltrán creó una categoría propia como la líder de temibles y hábiles traficantes de cocaína que tenían tratos en México con el Cártel de Sinaloa y en Colombia con el Cártel del Norte del Valle. Admirada y repudiada por igual, aprovechó su linaje, belleza y astucia para convertirse en un ícono del crimen organizado, alejada de los roles tradicionales de género. Su auge en la década de los noventa, su arresto en 2007 y su reinvención en 2015 como una mujer libre ha tenido un impacto en la cultura pop que sólo es comparable con Pablo Escobar: su vida inspiró [sic] al escritor Arturo Pérez-Reverte para escribir su novela ‘La Reina del Sur’ (2002) que luego fue la base de una serie homónima protagonizada por la actriz Kate del Castillo, el sueño frustrado del Chapo Guzmán. Musa de grupos como Los Tigres del Norte y de cantantes como Lupillo Rivera, ha sido interpretada en decenas de videohomes por mujeres que imitan sus movimientos de ‘femme fatal’ y que desean ser como ella, antes y ahora, quien se ha convertido en una influencer de Instagram y TikTok. Esa idolatría ha llegado al punto de que otras criminales quieren apropiarse de su alias usando la violencia extrema. Es el caso de sus clones que surgieron entre 2018 y 2020 en Puebla.

A Liliana 'N' se le identificó como líder de una banda dedicada al robo de combustible así como a una serie de homicidios en la capital poblana. Una semana antes del asesinato de Alan Josué Bedolla, las autoridades poblanas ya buscaban a una imitadora del mote de Sandra Ávila Beltrán. El alias apareció en el radar cuando tres policías hallaron el cadáver de un hombre que era devorado por perros callejeros –como reportó la prensa local– sobre el Periférico de la capital poblana. Junto al cuerpo, los homicidas dejaron una cartulina verde con un mensaje: “Para que aprendan a no pasarse con la Reina del Sur”. La víctima presuntamente pertenecía a una pandilla de vendedores de droga y huachicoleros en la capital, por lo que las investigaciones se enfocaron en los rivales. Así encontrarían quién era esa tal “reina” con técnicas de capo del pueblo. Las pesquisas apuntaron a un grupo de ladrones de combustible en la región de Tecamachalco, liderados por un expolicía sádico de nombre Jesús Martín Mirón, alias El Kalimba.

Pero éste no podía ser el responsable, pues había sido asesinado por un comando armado un año antes, en 2017, cuando ingresó a una clínica privada para hacerse una cirugía plástica. Las investigaciones siguieron y descubrieron que su lugar estaba ocupado por su expareja Liliana, quien durante una década había aprendido en silencio cómo moverse en el crimen organizado. Cuando vio el espacio vacío, lo tomó de inmediato. La fiscalía la perfiló como una mujer peligrosa y despiadada, especialmente cuando se le vinculó días después con el asesinato de un niño de 12 años, a quien ordenó matar con cinco disparos por ser el hijo predilecto de un hombre que le debía dinero.

Luego, apareció la cabeza de Alan Josué en una jardinera de la Plaza de la Higuera de San Bartolo. Esta Reina del Sur –que llevaba el alias creado por Pérez-Reverte– mataba como si tuviera prisa, así que la fiscalía redobló el paso. El 31 de mayo, en un operativo conjunto entre la fiscalía estatal y la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, se realizó el cateo simultáneo de dos casas en las colonias Arboledas de Loma Bella y Balcones del Sur. Sus escondites.

En una de las casas encontraron 30 kilos de marihuana y decenas de dosis de heroína, cocaína y cristal; en otra, a Liliana, con su nueva pareja, su escolta y otra cómplice. La redada fue tan rápida que no pudieron ni tomar sus armas. No tardaría en confesar sus delitos. Las autoridades celebraron la detención con una conferencia de prensa. La mano derecha del gobernador panista José Antonio Gali, Diódoro Carrasco, presumió el fin de un reinado breve pero terrorífico. Sin embargo, la celebración también fue fugaz. En Puebla no tardaría en aparecer otra Reina del Sur.

Para ser una colonia pequeña, Minerales del Sur, se volvió un gran caos el 26 de noviembre de 2019. Aquella tarde, agentes de la fiscalía estatal realizaron un operativo contra un grupo de narcomenudistas que acumulaba meses de vigilancia encubierta; tenían que cumplir tres órdenes de aprehensión contra sus objetivos, así que los agentes estaban acompañados por policías estatales que les cuidarían las espaldas. Todos habían sido advertidos de que sería una encomienda peligrosa. Cuando los agentes rodearon la casa de uno de los líderes, la base social de los narcomenudistas tomó las calles para impedir el arresto. Una multitud se congregó y los empujones pronto se convirtieron en patadas y puñetazos; luego en balazos que tiraban civiles con rifles AR15 y AK-47 y uniformados con escuadras de nueve milímetros. Una de esas balas perforó el cuerpo del policía Jesús N., mejor conocido como Comandante Veneno. Su asesinato enfureció a sus compañeros, quienes llamaron refuerzos de las colonias aledañas para detener a tantos rijosos como pudieran.

Habían pasado 18 meses desde la detención de Liliana, la huachicolera, cuando la policía poblana detuvo a 26 vecinos por el linchamiento de Minerales del Sur y descubrieron que entre ellas estaba la presunta autora material e intelectual del asesinato del Comandante Veneno. Beatriz, la cabeza de la banda de narcomenudistas, también obligaba a sus subalternos a llamarla Reina del Sur.

La sorpresiva detención no logró convencer al juez de la participación criminal de Beatriz y fue puesta en libertad a los pocos días. Pero un policía no olvida ni perdona. Menos a una “matapolicías”. Así que los compañeros del uniformado caído se dedicaron a investigarla para probar mejor suerte en un segundo arresto. Con la energía que genera la venganza, la policía indagó en su pasado y encontró que estaban frente a una mujer de altísima peligrosidad por sus nexos con cárteles locales. Si no actuaban pronto, seguramente Beatriz iría tras ellos por haberla puesto unos días en prisión. Así que la policía acopió tantas pruebas en el menor tiempo posible y las llevó ante un juez para acusarla de homicidio calificado, lesiones dolosas, daño en propiedad ajena, asociación delictuosa y delitos contra la salud en la modalidad de posesión de metanfetaminas para su venta. El 15 de septiembre de 2019, hambrientos de revancha, agentes de la fiscalía detuvieron a la segunda mujer en apodarse Reina del Sur.

Beatriz nunca alcanzó los niveles de fama de Sandra Ávila Beltrán, pero al menos una vez sí llegó a los periódicos locales por un evento social: en junio de 2020, estando presa, se casó con otro recluso de la cárcel de Ciudad Serdán. “En prisión, en plena pandemia, se casa La Reina del Sur”, se leía en los periódicos poblanos del 1 de julio, que no tardarían en reimprimir el apodo. La boda causó revuelo por tres motivos: en esa prisión supuestamente está prohibida la convivencia entre hombres y mujeres; la boda se realizó violando todas las reglas de sana distancia, pues el país experimentaba el avance de la primera ola de pandemia de covid-19; el novio era Juan Carlos N., un expolicía municipal de Cuautlancingo acusado de pertenecer a una banda criminal llamada Los Mollejas.

Beatriz llevaba sólo siete días como una mujer casada, cuando los medios estatales descubrieron a la tercera Reina del Sur. Esta vez se llamaba Cecilia. La mujer de 32 años llevaba tiempo en la lista de los objetivos prioritarios del gobierno estatal. Un peligro andando y por todos los costados: socia del famoso huachicolero Loco Téllez, novia de El Moco, patrona de La Hierba y líder de El Orejas. Su agenda era un directorio de los más peligrosos delincuentes del estado con quienes mantenía negocios constantes en el llamado Triángulo Rojo, donde campea el robo de combustible y de gas.

En Ahuazotepec, Huauchinango, Zacatlán, Chignahuapan y San Martín Texmelucan, Cecilia tenía rango de lugarteniente. Quienes le seguían la pista contaron hasta 50 hombres bajo su mando que pinchaban ductos de Petróleos Mexicanos, robaban camiones de carga, traficaban armas y dominaban la venta de cristal. Quien se atrevía a retarla o disputarle una ruta, se topaba con la furia de sus seguidores.

Gracias a decenas de mensajes de texto descubiertos en celulares de narcomenudistas detenidos, la policía armó con paciencia un operativo en su contra. El 8 de agosto de 2020, decenas de agentes esperaron a que Cecilia ingresara a un domicilio en Ahuazotepec con un paquete recién recogido para detenerla. Rodearon la casa, irrumpieron y la esposaron. En la mesa del centro de la sala había unos 100 envoltorios con cocaína que estaban listos para su venta en las calles. De nuevo, el gobierno poblano convocó a una rueda de prensa para presumir su más reciente captura. Y en las oficinas de la policía estatal, con una simple blusa blanca y jeans azules, Cecilia parecía una integrante cualquiera del crimen: tenía enfrente unos pocos envoltorios con droga y un diminuto cuchillo que no la salvó del arresto. Pese a su aspecto plebeyo, la prensa machacó otra vez su alias: “Cae la Reina del Sur”. La tercera.

“Ya que una mujer entiende que la violencia es poder, como lo hizo [la narcotraficante colombiana] Griselda Blanco desde que tenía 11 años, se quitan ese lavado de cerebro de las mujeres siempre débiles y víctimas. Las mujeres tienen la misma capacidad de violencia que los hombres, especialmente porque la violencia ahora se ejerce más con armas de fuego, no con los puños”, asegura Deborah Boello, periodista y autora del libro Narcas: El ascenso secreto de las mujeres en los cárteles de América Latina (2023).

Ocurre algo interesante. Además de Puebla, otros estados tienen sus propias reinas sureñas: Cheyla Ruth N. es la Reina del Sur pero del Estado de México; Amanda Rachelle es también Reina del Sur en Sinaloa. Y Leny S. es la Reina del Sur en Yucatán. Si es cierto que la imitación es el mejor halago, Sandra Ávila Beltrán está llena de flores como amapolas. Una “reina” en cada hija narca te dio.

https://www.milenio.com/policia/reinas-sur-buscaron-sandra-avila-beltran-puebla

15 febrero 2025

Ann Cleeves: “Le puse Perez al protagonista de la serie 'Shetland' porque soy fan de los libros de Pérez-Reverte”

Jordi Sabaté - eldiario.es - 15/02/2025

Seguramente la mayoría de los amantes del género policiaco en España conocen bien al investigador Jimmy Perez, comisario principal de policía en las islas Shetland, el punto más septentrional del Reino Unido, a medio camino entre Escocia y Noruega. Ahora bien, son menos los que habrán leído sus aventuras, creadas por la escritora inglesa Ann Cleeves (Heresfordshire, 1954) en una larga saga de novelas que comenzó a escribir en 2006. La razón es que a nuestro país llegó antes el huevo que la gallina. Esto es, la serie televisiva de la BBC 'Shetland' –que se emite en Filmin y que en 2024 fue la más vista de la plataforma– antes que los libros de Cleeves. Ahora esta situación un tanto extraña ha cambiado a raíz de la publicación en castellano de 'Cuervo negro' (Principal de los Libros).

Se trata de la novela inicial de la saga, que ganó en 2006 el prestigioso premio Gold Dagger y que supuso, además, el espaldarazo definitivo de crítica y público para su autora, que a partir de entonces pudo llevar a la pequeña pantalla no solo la serie de Perez, sino también las novelas de la inspectora Vera Stanhope y el detective Matthew Venn, todos ellos proyectos de gran éxito mediático. Ann Cleeves ha visitado Barcelona para participar en una de las mesas redondas de la BCNegra 2025, el certamen de novela negra de la ciudad, que reúne a numerosos autores y que este año ha otorgado su premio Pepe Carvalho al escritor argelino Yasmina Khadra. [...]

¿Por qué le puso al protagonista de la serie de novelas de Shetland, Jimmy Perez, un apellido español para un escenario tan remoto?

Porque quería que el primer libro, 'Cuervo negro', tratase realmente sobre lo que es ser un extraño, sentirte fuera de lugar, que es lo que me pasó a mí durante el tiempo que estuve de ayudante de cocinera en Fair Isle, un islote minúsculo de Shetland que es un santuario de pájaros y poco más. Creo que en las comunidades pequeñas hay una gran lucha por pertenecer a la comunidad, algo que no es siempre fácil si tienes tu propia personalidad. En el momento de escribir la novela no estaba pensando en una serie, así que quería un personaje central que perteneciera, pero que al mismo tiempo no perteneciera del todo al lugar, que tal vez terminará dejando las Shetland. Decidí ponerle al policía un apellido español porque en el siglo XVII se hundió en aquellas costas un buque de la Armada Invencible llamado el Gran Grifón. Hubo sesenta supervivientes y algunos tal vez se quedaran en las islas a vivir y formaran una familia, así que pensé que mi protagonista sería descendiente de uno de ellos, con lo que tenía la dualidad que yo buscaba: un auténtico setelandés pero con un apellido exótico.

¿Y alguna razón para ponerle Pérez?

En aquel momento estaba leyendo una novela de Arturo Pérez-Reverte y pensé que sería una suerte de homenaje, ya que soy fan de sus novelas [Cleeves sonríe].

https://www.eldiario.es/catalunya/cultura/ann-cleeves-novelista-le-puse-perez-protagonista-serie-shetland-fan-libros-perez-reverte_1_12055198.html

Jimmy Pérez, el inspector escocés inspirado en Arturo Pérez-Reverte que arrasó en la BBC

Carlos Salas ABC - 16/02/2025

En 2005, el mercado anglosajón caía rendido a la novela 'La Reina del Sur', de Arturo Pérez-Reverte. Traducida como 'The Queen of the South', su éxito dio pie a la edición en inglés de 'The Fencing Master' ('El maestro de esgrima') y 'The Nautical Chart' ('La carta esférica'). Entre los múltiples lectores del gran maestro español en aquella época estaba Ann Cleeves, que quedó fascinada por el tratamiento de los personajes y las tensas atmósferas que conseguía Pérez-Reverte en sus novelas. «Me encantó. Me gustaron tanto que el nombre del autor se me quedó flotando en la cabeza», comenta Cleeves en declaraciones a 'ABC'.

En ese momento, la escritora escocesa ya tenía varias novelas publicadas en su país, en grandes editoriales como McMillan, pero todavía no ganaba lo suficiente para dejar su trabajo como asistente social. Sin saber si valía la pena seguir escribiendo, inició una nueva serie de novelas negras y pensó que no estaría mal bautizar a su próximo protagonista con el nombre de aquel Arturo Pérez-Reverte que le tenía fascinado. Dicho y hecho. El resultado fue Jimmy Pérez, un hombre delgado, pero resolutivo, de aspecto mediterráneo, en un entorno cerrado de pescadores corpulentos, casi vikingos. «Quería crear la sensación de hombre ajeno, extranjero o diferente dentro de un ambiente cerrado y me dije, por qué no poner a un detective con un lejano parentesco español», afirma.

El éxito fue fulgurante. Aquel Jimmy Pérez, perdido en las recónditas Shetland, un pequeño conjunto de islas más cerca de Noruega que de Escocia, se convirtió en poco tiempo en un fenómeno de ventas. Cleeves ganó el premio Gold Dagger, el más prestigioso de novela negra en el mundo anglosajón, y ya empezó a pensar en más historias para el personaje. El «español entre vikingos», como lo describe ella, inició así una serie de ocho novelas y una adaptación televisiva en la BBC que acabaría por dar la vuelta al mundo. «De repente, empecé a recibir adelantos por mis novelas, incluso a vender tanto que me daban royalties por los libros. Era increíble», comenta agradecida.

A la hora de pensar en qué hacía este particular «hijo» de Pérez-Reverte en una isla perdida de Escocia, se atrevió a poner sobre la mesa una vieja leyenda que rodea a la Armada Invencible Española. «Está documentado que en 1588 el buque insignia de la Armada Invencible, el Gran Grifón, naufragó en las costas de la isla de Fair. Sé que es improbable, pero por qué no pensar que alguno de sus tripulantes se quedara allí y su apellido permaneciese congelado en la zona a través de su descendencia», señala Cleeves.

La editorial Principal de los Libros presenta ahora 'Cuervo negro', el primer libro de la serie. Una adolescente aparece asesinada rodeada por una bandada de cuervos. La pequeña comunidad de las Shetlands, de apenas 21.000 personas, y en concreto la isla de Fair, se verá conmocionada. Será la hora del inspector Pérez de poner su talento deductivo y su empatía y sensibilidad al servicio de la comunidad para descubrir al verdadero asesino. Esta serie de novelas dieron el empuje definitivo al 'boom' de la llamada novela negra rural. Es decir, las Dolores Redondo, María Oruña o Mikel Santiago tuvieron su antecedente en esta parte perdida de Escocia, con un inspector inspirado por Pérez-Reverte. Irónico. «Creo que los lectores se cansaron de tanta violencia gratuita, sobre todo contra las mujeres, y la influencia nórdica se fue diluyendo. La novela detectivesca más tradicional volvió con fuerza, pero en escenarios nuevos y remotos», reconoce Cleeves.

La serie de la BBC lleva ocho temporadas en antena. Ha durado tanto que hasta el actor que hacía de Pérez se ha ido y ahora son dos mujeres detectives las protagonistas de la acción. «Cerré la serie porque en una comunidad de 21.000 personas ya no había muchos más sitios a donde ir», señala. Sin embargo, en octubre publicará nueva novela donde recuperará a Jimmy Pérez, esta vez viviendo en las islas Orcadas. «Las Orcadas son más granjeros anglosajones y no pescadores vikingos como en las Shetland. Quería recuperar a Pérez en otro ambiente. Son comunidades muy diferentes. Veremos. Ésta es la primera, pero espero poder seguir con el personaje muchos años», concluye.

13 febrero 2025

Viveiro contra Arturo Pérez-Reverte: una ofensa que acabó en querella criminal


José Manuel Freire - El Progreso - 13/12/2025

La habilidad del escritor y académico de la lengua Arturo Pérez-Reverte para la crítica es de sobra conocida. Son famosos sus encontronazos en X, sin ir más lejos este pasado verano con el polemista Antón Losada con el fenómeno "fodechinchos" como telón de fondo, gracias a su acerada pluma y su especial desparpajo. Lo que poca gente sabe es que ya en sus inicios como periodista, en el periódico 'Pueblo', el cartagenero pisaba charcos, por entonces con Viveiro y su alcalde como protagonistas.

Pérez-Reverte firmaba sus primeras piezas en el diario dirigido por Emilio Romero a mediados de los años 70, en la España que se sacudía a marchas forzadas la dictadura, formando parte de una generación de periodistas que actuó como uno de los ejes claves de la transición. Viveiro, como el resto de ayuntamientos del país, aún mantenía alcalde designado por el franquismo. Antonio Meirás Goás tomó el bastón de mando en 1969 y lo dejó en 1976 junto a sus ocho concejales en protesta por el reparto de los fondos del Plan Provincial de la Diputación. Pero eso es otra historia.

Al grano. ¿Qué tiene que ver Pérez-Reverte con Viveiro y con su alcalde franquista? Pues unas polémicas obras en el entorno de la iglesia de San Francisco, un tema que cayó en manos del joven periodista recién licenciado en la Complutense de Madrid que aprovechó la noticia llegada a la Redacción para hacer una noticia que acabó en "querella criminal". El 15 de febrero de 1975, la página de la sección de Provincia de 'El Progreso' se abría con este llamativo titular en caracteres rojos: "El Ayuntamiento de Viveiro entabla querella criminal contra el autor del un artículo publicado en 'Pueblo'". A la pieza se le dio lectura en el pleno municipal antes de que los concejales votasen por unanimidad presentar denuncia "ante los juzgados de Madrid contra el autor, el señor Pérez-Reverte, por la cantidad de mentiras e injurias con las que la Corporación se siente ofendida".

Meirás Goás, médico y político que fallecería dos años después, en 1977, parece que estaba verdaderamente molesto por dar en Madrid esa imagen de Viveiro, de ahí que tomase una medida casi inédita. El artículo en cuestión había salido publicado en 'Pueblo' un mes antes, el 22 de enero, bajo el titular "Atentado artístico, en Viveiro (Lugo)". "Si arquitectos y artistas muertos levantasen la cabeza viendo lo que sus chapuceros nietos hacemos con algunas de sus obras, las volvería a dejar caer inmediatamente, descorazonados, y con razón". Así arranca la voraz crítica del autor de 'El maestro de esgrima' y 'La sombra del águila'. El motivo de tal ataque habían sido las obras de un edificio de "cuatro plantas" que se acometían justo enfrente del templo, que el escritor describe detalladamente: "El delicioso ambiente histórico del conjunto está a un pelo de pasar a peor vida, gracias a la absoluta carencia de escrúpulos artísticos". Su fuente, un "comunicante vivariense", le habla de "turbios planes futuros" y de "Watergate local" en relación a esta construcción, para la que la Corporación había autorizado la colocación de una plataforma en el atrio. "La escalinata ha sido transformada en rampa de gravilla y arena para rodaje de vehículos y por ella circulan los tractores, cargados de material de construcción", escribe. Pérez-Reverte se pregunta finalmente si alguien va a hacer algo para evitar el "desafuero", que también incluía demoler "una de las antiguas murallas medievales para levantar en su lugar una pared de hormigón y ladrillo" y se contesta él mismo: "Hay quien apuesta un centollo a que no. De todas formas ahí queda el lío". "En resumen, al atrio, a la escalinata y al ambiente histórico del conjunto los han hecho polvo", añade el periodista cartagenero. 

¿Y en qué quedó el asunto? Pues el rastro se pierde en la hemeroteca de la época, miles y miles de noticias para las que no hay motor de búsqueda ni Google que encuentre referencia alguna a golpe de clic. De hecho, este descubrimiento sale de la consulta diaria de los vetustos tomos de 'El Progreso' para elaborar la sección de Hemeroteca (y de la vista afilada de la compañera Kari Acebo). Así, el templo, el atrio y el edificio "de cuatro plantas" están en el mismo lugar 50 años después. La "querella" tampoco truncó, a la vista está, la carrera del afamado periodista, que tal vez ni siquiera llegó a tener noticia de que el alcalde de Viveiro lo había llamado a los juzgados, o tal vez se perdió en su memoria.

https://www.elprogreso.es/articulo/a-marina/viveiro-arturo-perez-reverte-ofensa-que-acabo-querella-criminal/202502131149001846737.html

11 febrero 2025

Venecia dedica unas jornadas a las ciudades más emblemáticas en la literatura de Pérez-Reverte


Manuel Madrid - La Verdad - 11/02/2025

El ciclo 'Ciudades de papel: Urbes emblemáticas en la obra de Arturo Pérez-Reverte' analiza este miércoles 12 y jueves 13 de febrero en la Fondazione dell'Albero d'Oro, en el Palazzo Vendramin Grimani de Venecia, algunos lugares mitificados por el escritor Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) en su literatura, como la Serenísima, que aparece en sus novelas 'El pintor de batallas' y 'El puente de los asesinos'. El propio Pérez-Reverte escribió en Zenda en 2019 que en la cruceta de babor del velero en el que navega lleva la bandera de Venecia. «No ondea ahí porque sea bonita, que lo es, sino porque durante dos décadas, por razones familiares, pasé la última semana de cada fin de año en esa ciudad», recordó el académico y columnista de 'XL Semanal' y Zenda en el artículo 'Un selfi en Venecia'. «Mi relación con Venecia, sin embargo, no es de amor ciego, pues hay muchas cosas de ella que no me gustan. Pero el tiempo, la costumbre y otras razones acabaron convirtiéndola en parte de mi biografía personal y sentimental: recuerdos, sensaciones, imágenes. Ya saben. Momentos de una vida».

Estas jornadas, organizadas por Alexis Grohmann, director de la Cátedra Pérez-Reverte de la Universidad de Murcia y profesor en la Universidad de Edimburgo, y por Alberto Montaner (Universidad de Zaragoza) y Adrián J. Sáez (Università Ca'Foscari Venezia), cuentan con el auspicio de varias instituciones y entidades (Università Ca'Foscari Venezia, Fondazione dell'Albero d'Oro, UMU y Fundación Cajamurcia). Intervienen en este foro este miércoles, en la inauguración, los organizadores, junto con Béatrice de Reynies (Fondazione dell'Albero d'Oro). Alexis Grohmann disertará, de modo genérico, sobre las ciudades en la obra de Pérez-Reverte; Montaner pronunciará la conferencia 'En el principio fue Troya'; María Martínez, catedrática de Historia Medieval de la UMU y vicedirectora de la Cátedra Pérez-Reverte se centrará en 'Cartagena desde la cuna'; Marco Succio, de la Università di Genova, analizará 'Madrid, villa y Corte'; el periodista Jesús Calero (ABC Cultural) abordará 'Las maravilla de Sevilla', y Adrián J. Sáez, 'Venecia en el corazón'. En la jornada del jueves intervendrán María José Solano ('ABC' y Zenda), que se centrará en 'Nápoles, rico vergel de amor', y Marie-Thérèse Garcia (Université de Toulon) viajará a París: 'Siempre nos quedará París'. Arturo Pérez-Reverte intervendrá en esta segunda jornada en una mesa redonda a modo de clausura con los ponentes.

Joan Mundet (Castellar del Vallès, 1956), dibujante, pintor e ilustrador, ya retrató 'Las aventuras del capitán Alatriste' en la ciudad de los canales en 'El puente de los asesinos' (2011): el Capitán Alatriste viaja hasta la Venecia del siglo XVII en esta obra, con la que el escritor cartagenero cumplía 15 años de su creación. Al protagonista le ordenan intervenir en una conjura crucial para la corona española: un golpe de mano para asesinar al Dogo de Venecia durante la misa de Navidad, e imponer por la fuerza un gobierno favorable a la corte del rey católico en ese estado de Italia. Una ilustración de Mundet con Alatriste en Venecia sirve para anunciar estas jornadas sobre las ciudades en la obra de Pérez-Reverte.

https://www.laverdad.es/culturas/venecia-dedica-jornadas-ciudades-emblematicas-literatura-perezreverte-20250211135744-nt.html