Pueblo, 10 de diciembre de 1975
[El Aaiún, crónica telefónica de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]
Con la orden de regreso a casa que Hassán II dio ayer a los voluntarios de la “marcha verde” la tensión se ha relajado considerablemente en el territorio. Pero, al mismo tiempo que este suspiro de alivio, una serie de interrogantes se abren aquí en torno al futuro próximo. Con la primera fase de la evacuación de personal civil casi finalizada, convertido el Sahara en un enorme cuartel con acusada sensación de provisionalidad, con las tropas españolas replegadas tácticamente hacia los sectores del litoral, El Aaiún y Villa Cisneros, la vida en el territorio parece quedar en suspenso, mientras se perfila la nueva situación.
Una pregunta está en boca de todos: ¿Qué va a pasar ahora? ¿Han dado resultados positivos los contactos Madrid-Rabat? Hay un aspecto de vital importancia en el nuevo planteamiento. La “marcha verde” se retira, es cierto. Pero Marruecos ha establecido junto a ésta una cabeza de puente de ocho kilómetros de profundidad, en la zona noroeste del territorio, en la que ha introducido efectivos militares. Según los observadores del ejército español que siguieron el avance de la marcha, autoametralladoras y tropas marroquíes penetraron junto a los voluntarios civiles, estableciéndose en la cuña de ocho kilómetros. Hasta el momento de redactar esta crónica, el Sahara español tiene ocho kilómetros menos en su zona noroeste. Y ahora viene la pregunta. ¿La orden de retirada impartida por Hassán II se hace también extensiva a las fuerzas militares que cruzaron la frontera por Tah? ¿Recuperará el ejército español esos ocho kilómetros abandonados por necesidades tácticas, o permanecerá en la “frontera militar” a trece kilómetros de la frontera real del Sahara con Mаrruecos? En lo que respecta a la zona nordeste del territorio, la situación es mucho más complicada. Hace ya un par de semanas que, también por necesidades tácticas, el ejército español dejó los puestos fronterizos de Hausa, Echdeiria y Mahbes, en las fronteras nordeste del Sahara. También se replegó de Tifariti en el este, de Guelta Zemmur en el este también, y de la ciudad de La Guera, en el sur del territorio. La zona abandonada por los españoles se encuentra, en mayor o menor medida, controlada por el Frente Polisario, que domina totalmente la ciudad de Ausesu, y cuyas filas se han visto engrosadas en los últimos días por la casi totalidad de los policías territoriales nativos licenciados por España en Smara y Villa Cisneros.
Y ahora entramos en el tema de mayor interés: el de la frontera nordeste del Sahara. En Hausa, Echdeiria y Mahbes, que ya hemos dicho son zonas en las que hay una presencia militar del Frente Polisario, se ha estado registrando, paralelamente a la entrada de la “marcha verde” por el noroeste, una penetración marroquí, esta vez de unidades militares, con vehículos, blindados ligeros y tropas de las FAR. La “marcha verde”, nominalmente pacífica, ha estado sirviendo de cortina de humo a esta otra invasión militar, cuyo objetivo ha sido ocupar los puestos abandonados tácticamente por España. Al no haber presencia física de nuestro Ejército en el sector, el Frente Polisario —se dice que posiblemente reforzado por Argelia— ha estado combatiendo desde el comienzo del presente mes a los marroquíes, en unos enfrentamientos que los medios informados de El Aaiún califican de encarnizados.
Los combates se han registrado, según fuentes del Polisario, principalmente en torno a tres zonas claramente definidas: Echdeiria, El Farsia y Hausa. En Echdeiria comenzó la penetración marroquí el día 1 de este mes, con la entrada de 105 vehículos marroquíes que transportaban tropas bajo el mando del capitán Uld Lebeid, capitán de las FAR, que ahora, teóricamente, manda tropas del Frente de Liberación y la Unidad, supuesto ejército pro marroquí, pro liberación del Sahara, que en la práctica no es otra cosa que tropas marroquíes camufladas de saharauis. Tras ocupar el antiguo puesto español, los marroquíes fueron atacados al caer la noche por unidades guerrilleras del Polisario, durando los combates hasta el día 4. En esa fecha, 37 vehículos marroquíes se retiraron hacia el norte, trabando combate con otra unidad del Polisario, en el lugar llamado Legsaib, donde todavía se luchaba el pasado viernes.
En Hausa, donde según observadores aéreos españoles ondeaba la bandera marroquí el domingo día 9, penetró el 1 de noviembre una patrulla compuesta por siete vehículos militares marroquíes, mandada por otro capitán del FLU, Mohamed Jaer. Durante siete días. guerrilleros del Polisario se dedicaron a hostigar a los marroquíes en combates que fuentes próximas al Frente de Liberación describen como sin cuartel». El viernes por la tarde los enfrentamientos en la zona continuaban. En El Farsia, también el día 1 de noviembre, una tropa marroquí numerosa se empeñó en combates con guerrilleros del Frente Polisario, en los que, según informes recibidos, llegaron a intervenir unidades blindadas ligeras y helicópteros de las FAR. En el curso de los combates, el Polisario asegura haberse apoderado de dos blindados ligeros y algunos lanzagranadas del las FAR, con un número no determinado de bajas del Polisario. Según las últimas noticias recibidas, siguen los combates esporádicos en la zona de la frontera nordeste, en una profundidad de varias decenas de kilómetros, y las unidades militares marroquíes permanecen allí.
Llegamos a las preguntas: ¿cuál es el futuro de esta zona? ¿Permanecerán los marroquíes, continuando su penetración en este sector, abandonado tácticamente por las fuerzas españolas, donde el Polisario sólo podrá resistir militarmente con un apoyo intensivo de Argelia? ¿Concierne a las tropas que invaden el nordeste la orden de retirada de Hassán II? ¿Será recuperada esta zona por el Ejército español o puede abandonarse definitivamente?
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