Pueblo, 11 de diciembre de 1975
[De nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]
Mucho es lo que El Aaiún ha cambiado en veinte días, al menos en la imagen externa que la capital del Sahara ofrece al recién llegado. En el aeropuerto, donde Valentín González, cuyas crónicas han dado durante quince días cumplida cuenta de la actualidad en el territorio, emprendió ayer viaje de regreso a la Península, el viajero comprende inmediatamente que el Sahara, recurriendo al tópico, ya no es lo que fue; que algo importante, la presencia de España en este desierto, se está desvaneciendo aceleradamente. Y resulta difícil para el cronista reprimir un pequeño sentimiento de nostalgia.
Pocos son ya los españoles en El Aaiún. Se ven algunos civiles, empleados de Fos Bucraa y del Gobierno, y en el plano militar se encuentran todavía aquí la Policía Territorial, un destacamento de tropas nómadas y una bandera del Tercio. Ayer salió hacia Villa Cisneros el último convoy militar, en viaje que durará dos días, compuesto por ochenta jeeps, treinta camiones, veinte autobuses, vehículos blindados y piezas antiaéreas.
En lo que respecta al material civil que espera aún ser evacuado, según los informes recogidos en una apresurada toma de contacto, con este día a día cambiante de actualidad del Sahara, aún quedan efectivos suficientes para cargar un barco. En tal sentido, aseguran medios informados de El Aaiún, se gestionan los servicios de un buque a bordo del cual será evacuado del Sahara el último cargamento de material civil. En lo que a evacuaciones respecta, para hoy estaba previsto el cierre de la única sucursal bancaria española existente en El Aaiún; en el futuro, su lugar será ocupado por un bancо marroquí que aceptará la conversión de pesetas y dirhams.
Royal Air Maroc y Air Mauritania continúan sus líneas regulares de vuelo con escalas en el aeropuerto de El Aaiún. Ayer, en el momento de la llegada, dos miembros de la delegación mauritana en el territorio se encargaban de controlar el embarque de un grupo de saharauis, hombres y mujeres, que emprendían viaje a Mauritania.
Quienes sí llegaron fueron tres secretarios de Estado marroquíes, con rango de ministros, que se han integrado en la misión presidida por el señor Bensuda, quien continúa en Rabat, siendo desempeñadas las funciones de gobernador adjunto marroquí por el secretario de Estado y de Interior, señor Driss Basri. Acompañaba a los recién llegados el señor Karim Lamrani, director general de fosfatos marroquíes.
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