20 febrero 2025

“Las personas con valores convencionales como patria, religión o bandera me dan repelús”

Gustavo Higueruela - esquire.com - 20/02/2025

Arturo Pérez-Reverte es un hombre que no tiene problemas para expresar con palabras lo que piensa. Amado por muchos, irritante para otros, el autor cartagenero es alguien al que siempre nos gusta escuchar precisamente por eso, porque no suele tener pelos en la lengua. Su estilo directo y su capacidad para generar debate lo han convertido en una de las voces más provocadoras de la literatura en español. Ya sea a través de sus novelas, sus columnas periodísticas o sus entrevistas, siempre consigue provocar una reacción en su audiencia.

Hablar de Pérez-Reverte es hacerlo sobre una trayectoria profesional y personal marcada por el periodismo y la literatura. Antes de convertirse en un escritor de renombre, fue corresponsal de guerra durante dos décadas, una experiencia que dejó, sin lugar a dudas, una huella imborrable en su obra y en su vida. Su contacto con la realidad del conflicto, la violencia y la fragilidad de la existencia humana ha influido notablemente en sus novelas, donde predominan los personajes curtidos, de moral ambigua y con una visión desencantada del mundo. Eso, y un inexorable amor por los perros, que también han protagonizado algunos de sus libros y columnas.

Hace no mucho hablamos con él durante la promoción de su última novela, 'La isla de la Mujer Dormida', y volvió a mostrar su particular manera de ver el mundo. Ante la pregunta sobre los valores que mueven a sus personajes, el escritor se desmarcó de cualquier postura esperada: "A mí las personas con valores convencionales como patria, religión y bandera me dan repelús. Prefiero a las personas que no tienen tan claros sus valores. Mis personajes, en general, son gente para quien las grandes palabras no significan nada o han dejado de significar. Cuando esa gente se encuentra sin las ideologías que el ser humano necesita para vivir, esas reglas necesarias para moverse por el mundo y respetarse a sí mismos, se crean sus propios códigos y generan su propia moral. Palabras como dignidad, lealtad, amistad o amor son las que funcionan en mis novelas. Mis personajes no son patriotas ni fanáticos, solo son personas que profesan el culto a ciertas palabras menores que se convierten en mayores a través de las relaciones humanas".

Esta declaración no sorprende a quienes han seguido la trayectoria de Pérez-Reverte. Desde 'El húsar', pasando por 'El club Dumas' o la saga de Alatriste, muchas de sus novelas están protagonizadas por personajes que se debaten en un mundo sin certezas absolutas. Héroes ambiguos, soldados sin bandera, mercenarios de la espada o de la palabra... En definitiva, historias de tipos sin un credo fijo que se guían solo por la lealtad, la amistad y la dignidad personal. Esos, según nos contó Pérez-Reverte, son los valores que le interesan, aunque no necesariamente los practique en su vida diaria:

"Yo fui un niño bien educado en un mundo de caballeros: los curas eran buenos, los guardias eran honrados, los políticos eran intelectuales de altura. Pero cuando la vida me llevó a la realidad, vi que no era así, que era un joven caballero en un mundo de canallas. ¿Qué me pasó? Que todas esas ideas se me fueron al diablo. Y pensé: “¿Qué me queda?”, pues los valores con los que no te equivocas: la lealtad, la palabra dada, los amigos, la dignidad, el amor, la compañía, el respeto, la decencia, la solidaridad… Con estos principios no te equivocas nunca, con la religión y las ideologías sí".

Todo esto nos lo contó, como decíamos al principio, cuando hablamos de su última novela, 'La isla de la Mujer Dormida', que sigue entre los libros más vendidos de 2025 meses después de su publicación. Se trata una historia ambientada en nuestra guerra civil que nos sumerge en la lucha en el mar, un escenario poco explorado del conflicto. Mientras España se desangra en la contienda, el marino mercante Miguel Jordán Kyriazis es reclutado por el bando sublevado para una misión clandestina. Su objetivo es interceptar y sabotear el tráfico naval que transporta ayuda militar desde la Unión Soviética a la República. Su destino lo lleva hasta una pequeña isla del mar Egeo, convertida en base de operaciones para estos ataques encubiertos.

En ese escenario aislado y cargado de tensiones, la vida de Jordán se entrelaza con la del barón Katelios, el dueño de la isla, y su esposa, una mujer madura de belleza inquietante que oculta tras su seducción una desesperación fría y calculada. Atrapados en un triángulo turbio de poder, deseo e incertidumbre, los tres personajes libran su propia guerra en un espacio donde la lealtad se confunde con la traición y donde cada decisión puede sellar su destino.

Sus palabras en Esquire confirman algo que sus lectores ya intuíamos, que su interés no está en los discursos grandilocuentes ni en los valores institucionalizados, sino en los lazos que las personas establecemos entre nosotros. En su visión, la amistad, la lealtad y el amor son fuerzas más poderosas que cualquier bandera o doctrina. No busca dictar códigos de conducta, sino explorar la complejidad de la naturaleza humana. Y a nosotros, esa forma descreída de ver la vida nos gusta mucho. Ojalá le queden muchos libros por publicar, ahí estaremos para leerlos.

https://www.esquire.com/es/actualidad/libros/a63849605/arturo-perez-reverte-valores-convencionales-patria-religion-bandera/

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