Pueblo, 11 de noviembre de 1975
[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]
Tres temas integraban ayer la actualidad en el Sahara: la retirada de la "marcha verde", la situación en la zona nordeste del territorio y las declaraciones del capitán general de Canarias, teniente general Cuadra Medina.
Desde primeras horas de la mañana los campamentos marroquíes emplazados junto al borde norte de la Sebja de Um-Deboaa, ocho kilómetros al sur de la frontera, соmenzaron a ser desmontados por los voluntarios de Hassán II. Las tiendas de campaña fueron abatidas, los millares de camiones colocados en dirección norte y los primeros contingentes de marroquíes comenzaron a desandar el camino hacia la frontera.
Lo mismo sucedía en el otro campamento, situado en las proximidades del río Agbaro, a unos ochenta kilómetros al este de Tah. Con el amanecer, los observadores aéreos españoles dieron cuenta del movimiento de personas hacta el Norte. Con una perfecta organización, en un alarde de disciplina у control, los voluntarios civiles de la "marcha verde" marroquí se replegaban del Sahara acatando las órdenes de su Monarca.
Un incidente que se produjo ayer por la mañana prueba, entre otras muchas cosas, el control total que en todo momento han mantenido los responsables de la organización de la "marcha verde" sobre quienes participan en ella. Mediada la mañana, cuando altos mandos militares y un buen número de periodistas se encontraban en lo que se ha dado en llamar "frontera militar", línea elástica situada ahora a trece kilómetros al sur de la frontera geográfica, un grupo compuesto роr un сentenar de marroquíes comenzó a bordear por la derecha el campo minado número 1, profiriendo gritos e insultos contra España. Las tropas españolas destacadas en la zona, obedeciendo las órdenes recibidas, permanecieron impasibles. En aquel momento llegó al lugar una patrulla de gendarmes marroquíes que, tras repartir una lluvia de golpes entre los manifestantes, se los llevó hacia el campamento, apartándolos de allí. Poco faltó en aquella escena sorprendente para que los gendarmes marroquíes diesen disculpas a nuestros legionarios.
Pero a estas alturas la "marcha verde" ha perdido importancia, quizá una importancia artificial que nunca poseyó realmente. La preocupación en los medios militares del Sahara sigue centrada en aquello que la cortina de humo producida por la marcha no llegó а ocultar del todo: la invasión marroquí en el sector nordeste, en la zona abandonada por las tropas españolas. Según fuentes militares de El Aaiún, los marroquíes han profundizado ya en algunas zonas hasta sesenta kilómetros al interior del territorio, apoderándose de una franja de terreno que, lejos de parecer dispuestos a abandonar tras el discurso de Hassán II, se muestran decididos a ampliar. Observadores aéreos españoles hablan de una importante columna militar marroquí que el pasado domingo se dirigía hacia Hausa. Otras informaciones aluden a las intenciones marroquíes de tomar la ciudad de Smara apenas se efectúe su evacuación total por nuestras tropas. Smara, la ciudad santa del Sahara, раrece también incluida en el repliegue táctico del que hace pocos días hablaban portavoces oficiales.
Ya nadie utiliza aquí el término "integridad territorial". Y es en este contexto de la silenciosa e inexorable penetración marroquí en el nordeste donde se insertan las declaraciones que ayer efectuó aquí el capitán general Cuadra Medina: "Las fronteras son imprecisas, de difícil control. Por eso España ha establecido una "frontera militar". No tenemos actuación fuera de ella. Dentro de esta fronterа militar cumpliremos con lo que hemos dicho siempre, con nuestras promesas. Lo que hay fuera de estos límites no es territorio español, sino saharaui. España es donde están nuestros soldados. Lo que está fuera de la línea defensiva que hemos adoptado no podemos controlarlo. El ejército no puede inmiscuirse en las directrices de la política. El mando militar sólo debe aceptar órdenes. Todo esto ha sido una "entente" entre países razonables para contribuir al mantenimiento de la paz".
Para terminar, el capitán general de Canarias hizo el siguiente comentario sobre la "marcha verde": "El desarrollo de esta situación ha demostrado que el problema se ha tratado entre países civilizados. ¿Que si es civilizado invadir un país? El Sahara ha sido invadido de forma civilizada".
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