Silvia Lorenzo - El Mundo - 01/11/2024
"San Agustín ha visto que se trabaja por lo incierto en el mar y en las batallas y todo lo demás, pero no ha visto las reglas del juego" (Blaise Pascal, Pensamientos 234). Quien sin duda tiene escrito un tratado sobre "las reglas del juego" es Arturo Pérez-Reverte. Por escritor, por periodista, por navegante, y ahora, desde este jueves, también por ganador de la XIV edición del premio que el pujante Café Varela entrega cada año.
"Es un honor y un premio de prestigio, que me emociona por muchas razones. No nos engañemos, ya me tocaba", ha bromeado el novelista. En el salón ha brotado una carcajada después de cada frase. "El desfile de amigos me ha hecho pensar una cosa", ha expresado Pérez-Reverte después de que varios habituales del Varela, ese esquinazo convertido en un núcleo de las letras castellanas, pronunciaran palabras sobre él: "a un ser humano se le valora por los amigos que tiene. Me quieren, como yo a ellos, y hace que uno se sienta muy bien".
Lo cierto es que el galardonado ha recibido no un tributo, ni homenaje; sí el premio conocido como el Nobel gallego —el otro no, porque vende demasiado (Raúl del Pozo dixit)—, pero el premio, me van a permitir los que frecuentan el Varela, no ha sido lo más emocionante. Porque lo cierto es que Arturo Pérez-Reverte ha dado, mucho antes de la gala celebrada esta noche, con una de las claves del éxito en la vida: la lealtad recíproca.
Porque Reverte, como dice Juanma Lamet —"el enviado especial de los lectores rasos"—, es el que mejor defiende "los códigos de la amistad" y "la religión de la lealtad", ha rematado Jorge Fernández Díez. Sobre él han vertido loas Manuel Jabois y Antonio Lucas, que también le dedicó un poema que navegó el momento hasta los oídos de los asistentes en una velada que nadie ha querido perderse.
Por el salón que Melquíades, el dueño, había dispuesto pasearon el director de 'El Mundo', Joaquín Manso, el fiscal Javier Zaragoza, el juez Pablo Llarena, el presidente del Tribunal Constitucional Cándido Conde-Pumpido, Paco Leiro, Loquillo, David Trueba, Luz Casal... Si esto fuese una columna, estaría colmada de negritas. Negritas o destellos, quién sabe. En todo caso, todas orientadas hacia un "faro de costa": Arturo Pérez-Reverte, el que vive como abriendo una estafeta literaria antaño periodística —conserva destellos aún— por la que todo reportero desea correr. Y los que así lo hacen son sus amigos del Varela, ¡qué fortuna!
¿Se puede poner palabras a una lealtad que desborda el sentimiento? Ellos lo han intentado. Contaba Melquíades que esta era la decimocuarta edición; acaso valga por dos. El galardón vino acompañado de un baño de cariño, de respeto y admiración. Ellos aprenderán, como muchos a través de sus páginas, "las reglas del juego" junto al que más sabe de él.
https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2024/11/01/6724172fe9cf4aa5318b456d.html
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