05 octubre 2024

El Mare Nostrum de Pérez-Reverte

Emilio Lara - La Vanguardia - 05/10/2024

Hay escritores que se caracterizan por fusionar en sus libros lo que han vivido, leído y visto en las pantallas con pasmosa naturalidad. Logran una aleación literaria de su biografía, sus pasiones y sus obsesiones tan real como su propia vida. Cartagena, la milenaria y portuaria ciudad natal de Arturo Pérez-Reverte, fue determinante para configurar los sueños en la infancia y adolescencia de quien sería periodista y corresponsal de guerra, escritor superventas, académico de la RAE y navegante de velero. 'La isla de la Mujer Dormida', su nuevo libro, es el punto omega de una querencia por una serie de novelas marineras que van desde 'La carta esférica' hasta 'El italiano', y que tienen al Mediterráneo no tanto como telón de fondo, sino como un protagonista más, pues el cartagenero lo ha convertido en su Mare Nostrum narrativo, al igual que lo fue el Lejano Oeste para John Ford o Londres para Charles Dickens.

1937. En el marco de la Guerra Civil Española, un joven oficial de la Armada nacional Miguel Jordán Kyriazis, de madre griega recibe órdenes de hundir los barcos mercantes que, zarpando desde la URSS y bajo cualquier bandera, transporten armamento y otros materiales para auxiliar a la República española. El oficial y protagonista, de 34 años, casi tiene la edad perfecta de los héroes a los 33 murió Alejandro Magno. Él capitaneará una moderna lancha torpedera alemana y una tripulación de mercenarios europeos de diferentes nacionalidades para cumplir su misión corsaria, y su base de operaciones será una minúscula isla de las Cícladas, propiedad de un noble casado con una atractiva mujer. Tal es el cogollo de esta novela de aventuras que también puede leerse como una novela de ambientación histórica, si bien a un porrón de millas náuticas de muchas novelas históricas ayunas de literatura que dan la turra con una saturación de datos y con un hiperventilado afán didáctico.

El trío protagonista tiene carnalidad literaria: el militar español, un hombre de pocas palabras e imponente aspecto nórdico; el amargado barón griego Katelios y su esposa Lena, una antigua maniquí de alta costura que sobrelleva su tedio vital con fugaces escapadas y cocaína inyectada. Ella, por los pliegues de su pasado, inteligencia y per­sonalidad, se erige en el personaje más interesante o extrañamente fasci­nante, lo cual hace inevitable que tenga una historia de amor con el marino español donde el destino tasará el tiempo compartido y la extensión del recuerdo.

Como es habitual en la novelística revertiana, los secundarios están concebidos con tal maestría que resultan imprescindibles para el sostén de la trama. Mi personaje de reparto favorito es Bobbie Beaumont, un excéntrico radiotelegrafista inglés que se comporta como si representase, a su aire, una obra teatral de Shakespeare. Y tras leer esta obra que alterna ritmos reposados y vertiginosos, es imposible no acordarse de la película 'Bajo diez banderas', que cuenta la historia de un buque corsario alemán en la Segunda Guerra Mundial, y también del resto de novelas marineras de Pérez-Reverte, donde la vida entre las olas y el lenguaje marítimo tanto nos seducen a quienes somos de secano.

Beirut, Estambul y las islas griegas son los escenarios, y no sorprende que sean los años treinta los elegidos para situar esta historia de hálito homérico. La serie del detective Falcó y una de las tramas de 'El tango de la Guardia Vieja' se ambientaban en esos años, que se me antojan para el académico una especie de 'El mundo de ayer', de Stefan Zweig, es decir, una época que desaparecía y otra que amanecía caracterizada por unos códigos éticos y estéticos internacionales compartidos por hombres y mujeres, unos modos elegantes entre los viajeros, una ausencia de chabacanería en los medios de comunicación y en el arte y un prestigio aún intacto de la cultura clásica. Estamos, quizá, no solo ante una grandísima novela de Arturo Pérez-Reverte, sino ante "su" novela: la quintaesencia de una civilización, un tiempo y una vida.

Desde 'El húsar' la narrativa de Pérez-Reverte se mantiene leal a unas claves argumentales y estilísticas y a unos arquetipos que el tiempo ha ido decantando hasta darle un inconfundible buqué. Los protagonistas masculinos suelen estar baqueteados por la vida, a veces asaeteados por ella, y siempre son fieles a un puñado de principios y valores, como la amistad. Las mujeres protagonistas son el iceberg de su ­novelística, porque para captar toda su profundidad hay que haber vivido mucho y leído no poco también sobre todo lo primero. Los diálogos están escritos con un fino oído literario y cinéfilo, las descripciones de ambientes y paisajes son concisas y deslumbrantes como las largas de un coche, la voz narrativa está tan depurada que un adjetivo de más o un adverbio de menos descabala la escritura, y la mecánica estructural tiene la precisión y belleza de un reloj Panerai. Comenzó como una suerte de Alejandro Dumas a la española y se ha convertido en una especie de Victor Hugo contemporáneo.

https://www.lavanguardia.com/cultura/culturas/20241005/9995516/perez-reverte.html

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