09 julio 1975

Tranquilidad en el territorio


Pueblo, 9 de julio de 1975

[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]

Las aguas han vuelto a su cauce en el Sahara, y lo único noticiable es la falta de noticias. La vida transcurre en calma total. En la piscina del Parador de Turismo, las chicas se doran al sol, mientras la gente piensa en ir a la playa o quedarse a la sombra, con un vaso de cerveza al alcance de la mano, tocando maderа para que esto dure.

La Yemaa continúa sus sesiones, que terminan hoy, mientras se atenúan un poco las medidas de vigilancia que en días pasados se establecieron en torno al edificio. El Polisario permanece oculto y es el Partido de Unión Nacional Saharaui el que continúa apareciendo como triunfador de los últimos días, acelerando sus preparativos para la asamblea a celebrar a mediados del mes próximo, buscando una coherencia y un número de afiliados suficientes para ejercer en el futuro su pretendida hegemonía política.

La población civil europea permanece tranquila, sabiendo que los incidentes del pasado fin de semana no la afectan directamente. Tanto civiles como militares se mantienen al margen de cualquier tipo de tensiones políticas, dejando con mucho gusto que éstas las afronten los propios saharauis. Los españoles que viven aquí simplemente se limitan a esperar la orden de partida y efectúan con tiempo y calma los preparativos para la marcha.

Marruecos, coincidiendo sorprendentemente con los últimos acontecimientos, no da señales de vida. En el momento de escribir esta crónica la tranquilidad reina en la frontera y la rutina de las patrullas españolas no se ve alterada por ninguna señal conflictiva. Los 25.000 hombres que Hassán II tiene emplazados en el sur se mantienen a la espera.

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