12 junio 1982

El Papa condena con energía la guerra

Pueblo, 12 de junio de 1982

Buenos Aires (De nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte) 

"Mi paz os doy..." 

Bajo el viento y la lluvia, Juan Pablo II besó ayer tierra argentina, a las nueve de la mañana, en el aeropuerto de Ezeiza, en su tercer viaje a Iberoamérica. La fuerte tormenta que azotó Buenos Aires estuvo a punto de causar problemas en el aterrizaje, pero finalmente el DC-10 de Alitalia que le transportaba desde Roma pudo posarse sin novedad en la pista del aeropuerto porteño. allí, con la cabeza descubierta, flanqueado por el presidente Galtieri, el Papa pronunció sus primeras palabras en Argentina, utilizando un castellano de recias resonancias polacas. Y sus palabras fueron de amor, paz, reconciliación y esperanza. 

"He querido venir para expresaros mis sentimientos...". Juan Pablo II explicó en primer lugar que su reciente y anterior visita a Gran Bretaña, de la que ésta es continuación, "fue una incesante plegaria por la paz, en la que mi pensamiento y afecto estuvieron constantemente con vosotros". Añadió el Pontífice que su presencia en Argentina "quiere ser una prueba de ese amor en un momento histórico tan doloroso". El Papa, que se manifestó "plena y consecuentemente gozoso de la catolicidad de esta nación", procuró subrayar que su viaje es exclusivamente pastoral, "lejos de toda intencionalidad política". 

Se refirió el Papa al conflicto de las Malvinas sin mencionarlo de forma directa, sin pronunciar su nombre, a diferencia del Líbano y a la guerra irano-iraquí, a las que mencionó directamente, al expresar la necesidad de lograr el restablecimiento "de una paz justa y duradera". Sus palabras fueron una condena a la guerra, una condena desusadamente dura, que contrastó con la habitual moderación de sus términos, denunciando "ese espectáculo triste de pérdida de vidas humanas en los pueblos que sufren la guerra. Porque no estamos ante aterradores espectáculos como los de Hiroshima y Nagasaki, pero cada vez que extinguimos la vida del hombre emprendemos el camino que nos lleva a esas situaciones". Y, matiz importante, añadió que "sólo la negociación puede evitar este doloroso y siempre injusto espectáculo de la guerra. 

Sobre las 10,45 de la mañana (17,45 en Madrid) la comitiva papal llegó a la plaza de Mayo, pasando ante un cartel enorme con las palabras: "Por la victoria de la paz". Ante un público denso, recogido y respetuosamente atento y silencioso, asistió después el Pontífice a un oficio religioso en la catedral metropolitana, orando por la paz y la comprensión entre los pueblos. Se dirigió más tarde el Papa, a bordo de su "papamóvil", hacia la Casa Rosada, en la que mantuvo una conversación de media hora con el presidente Galtieri y los otros dos miembros de la Junta Militar, almirante Anaya y brigadier Lami Dozo. Más tarde, pasado el mediodía, Juan Pablo II se desplazó a la Nunciatura, en donde almorzó pescado, tallarines y fruta. El Papa se dirigió por la tarde a cumplir con la más importante etapa de su visita: la misa en la basílica de Nuestra Señora de Luján, Patrona de Argentina. 

Para la jornada de hoy el programa de la visita papal incluye un recorrido desde la Nunciatura a la Curia metropolitana, donde Juan Pablo II mantendrá una reunión con los obispos y los presidentes de las conferencias episcopales latinoamericanas. Finalizada la reunión, siempre en su "papamóvil", el Pontífice celebrará una misa en el parque Tres de Febrero, con asistencia de los miembros de la Junta Militar. 

http://www.icorso.com/hemeroteca/PUEBLO/PDF/EL%20PAPA%20CONDENA%20CON%20ENERGIA%20LA%20GUERRA.pdf

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