Pueblo, 9 de junio de 1982
Ayer, mientras los siete mil soldados atrincherados en Puerto Argentino seguían esperando bajo la lluvia y el frío el asalto británico, volvieron a registrarse pequeños choques de tanteo y escaramuzas a lo largo de la línea de frente que, según las últimas noticias argentinas, permanece estabilizada, y según las británicas retrocede lentamente hacia la capital malvinense. Respecto a los combates, éstos se materializaron solamente en fuego de artillería sobre posiciones contrarias y movimientos de patrullas de reconocimiento británicas y argentinas.
Hasta el momento de transmitir esta crónica, la aviación inglesa permanecía ausente de la zona, relacionando medios militares argentinos esa ausencia con la puesta fuera de combate de los dos portaaviones de la fuerza de tareas británica, así como con el mal tiempo que -aunque parece estar despejando en estos momentos- ha estado reinando sobre el área de operaciones durante todo el pasado fin de semana. Fuentes argentinas aluden también a una intensa actividad de los ingenieros británicos para intentar habilitar, para su utilización por los “Harrier”, la pista de Goose Green, capturada hace una semana, pero que todavía no sería operativa.
Aunque los medios periodísticos londinenses aseguraban ayer que ya se habían iniciado las operaciones para el asalto final, medios militares argentinos no se dan por enterados de un supuesto “estrechamiento del cerco” enemigo. Por el contrario, se ha dado cuenta aquí de un violento choque entre patrullas de reconocimiento argentinas con efectivos del comando 42 de los Royal Marines, en el que éstos se habrían replegado, abandonando sobre el terreno nutrido material. Por otra parte, unidades especiales argentinas que patrullan en el frente informan que en la cara note de Monte Fitzroy han sido abandonados, hundidos en el fango, diversos vehículos ligeros británicos.
Según los informes provenientes del lado argentino, la situación bélica actual en las Malvinas es en cierta forma comparable a la “guerra de posiciones” de la primera guerra mundial: ejércitos desplegados y atrincherados, actividad de pequeñas unidades en la tierra de nadie, posiciones defendidas por trincheras y ametralladoras, duelos artilleros y ausencia de grandes formaciones blindadas. Sin embargo, este panorama no sería tan estático como parece a simple vista, si es que la táctica británica consiste más en una intensificación paulatina de la presión que en el ataque a fondo, que tanto se espera y que nunca termina por llegar. Esta táctica de “estrangulamiento” encajaría con las noticias, todavía sin confirmar, de que la principal línea defensiva exterior argentina, que hace unos días se situaba a cuatro kilómetros y medio de la capital malviniense, se describe a hora a sólo kilómetro y medio. Pero fuentes militares argentinas, que niegan que su área defensiva se esté viendo reducida, niegan este extremo. Incluso no descartan futuras operaciones ofensivas propias, tanto desde Puerto Argentino como desde el exterior, con la posible intervención de Infantería de Marina y tropas aerotransportadas que hasta ahora se mantienen en reserva.
http://www.icorso.com/hemeroteca/PUEBLO/PDF/LA%20LINEA%20DEL%20FRENTE.pdf
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