Pueblo, 27 de octubre de 1975
Ayer fue en el Sahara el día del Frente Polisario. Desde las nueve de la mañana hasta el oscurecer miles de miembros y simpatizantes del Frente se manifestaron ininterrumpidamente en el barrio de Colominas y en las cercanías del aeropuerto, mientras otro numeroso grupo recorría las principales calles de la capital del territorio. Se esperaba desde hace días; desde que los rumores sobre los contactos Madrid-Rabat fueron ganando cuerpo entre la población saharaui los periodistas destacados en el territorio aguardábamos con interés la reacción del Polisario.
El pasado viernes algunos militantes del Frente aconsejaban permanecer alerta durante el fin de semana. Ignorábamos si la manifestación que se preparaba sería pacífica o violenta, puesto que en las primeras horas de ayer los representantes del Frente todavía no habían solicitado el oportuno permiso de las autoridades territoriales.
Sin embargo, mientras los primeros manifestantes se congregaban en Colominas, desplegando banderas y decorando el asfalto y los muros con inscripciones y "slogans", se extendió por El Aaiún la noticia de que dos dirigentes de la rama militar del Polisario, Gali Uld Sidi Uld Mustafá y Mаhafud Uld Larosi, estaban celebrando en aquellos momentos una entrevista con el gobernador general del Sahara. Momentos después, la Policía Territorial recibió instrucciones para permitir a los simpatizantes del Polisario mаnifestarse libremente, siempre y cuando no se produjesen alteraciones del orden público. А раrtir de aquel momento, la Policía Territorial se limitó a observar de cerca a los manifestantes, sin que fuese precisa una intervención enérgica de sus fuerzas, que se mantenían discretamente al margen, pertrechadas con equipos antidisturbios.
A las diez de la mañana, los manifestantes concentrados en Colominas sumaban casi tres millares entre hombres, mujeres y niños. A las once, de cinco a seis mil personas constituían una multitud que agitaba un mar de banderas a lo largo de varias calles, perfectamente encuadrados por sus responsables, quienes, a través de megáfonos, dictaban consignas que eran coreadas, una y otra vez, por la multitud. El tema central era el rechazo a la "marcha verde" de Hassán II y al conjunto de sus aspiraciones anexionistas. Las pancartas recogían "slogans" como: "El proyecto marroquí es un delito internacional", "La Historia nos da la razón", "Antes que someternos empuñaremos las armas", "Dеfenderemos nuestra tierra hasta la última gota de sangre", etc. No faltaban las alusiones al papel que España debe desempeñar en el Sahara ni los llamamientos a las responsabilidades contraídas con el pueblo saharaui. El temor a un acuerdo Madrid-Rabat se reflejaba veladamente en algunas frases del tipo "El pueblo, único dueño de su destino" y "Rechazamos cualquier acuerdo contraído a nuestras espaldas".
Un hecho muy significativo es que, a diferencia de las manifestaciones del pasado agosto, en las que España aparecía todavía como "país colonialista", ayer no salió a la luz ni una sola crítica contra el pueblo español. La evolución favorable en las relaciones España-Polisario se reflejó claramente en la manifestación del domingo. Los "slogans" sólo recordaban a España sus compromisos, pero en ningún momento fueron insultantes o agresivos. A este respecto, hay que reseñar un curioso incidente. Ante la presencia de varios periodistas españoles, un joven impulsivo manifestante se arrancó ayer por varios "¡muera!" а nuestro país y al colonialismo; inmediatamente, uno de los responsables de la manifestación se acercó a él, arrancó de sus manos la bandera del Polisario y le propinó un violento empujón, alejándolo de los otros. "Discúlpenlo", nos dijo cortésmente. "No sabe lo que dice. Esa no es la opinión del Frente Polisario".
Cercano el mediodía, un importante grupo de manifestantes descendía, en perfecto orden, hacia el centro de la ciudad, acompañando el coche desde donde los dos representantes de la rama militar del Frente Polisario, Mahafud y Gali, saludaban a la multitud tras su entrevista con las autoridades territoriales. La manifestación pasó frente al parador nacional y recorrió las calles céntricas de El Aaiún, regresando después a Colominas.
Al anochecer, junto al aеropuerto, representantes del Polisario seguían dirigiéndose a los manifestantes, a través de megáfonos, informándoles de la situación aсtual, aconsejando actuaciones futuras y levantando en cada momento oleadas de aplausos. Mezclados con la multitud, los periodistas conversábamos con unos y otros, que nos traducían fragmentos de los discursos y expresaban con toda libertad sus opiniones. "El Polisario", se nos dijo, "sabe que España atraviesa en estos momentos dificultades que podrían aconsejar un abandono del pueblo saharaui a su suerte. Sin embargo, los representantes españoles hicieron en el pasado unas promesas que deben mantener, entre ellas hacer posible la autodeterminación del Sahara. A pesar de los rumores que pueden insinuar un acuerdo con Marruecos para entregarle el Sahara, nosotros confiamos que España siga desmintiéndolos con sus hechos".
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