Pueblo, 7 de octubre de 1975
[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]
La situación en la frontera norte del Sahara comienza a parecerse a una novela de misterio por entregas. Hasta ayer, las noticias que llegaban del sur de Marruecos aludían a la casi total puesta en condiciones del Ejército alauita para emprender, en cualquier momento, una penetración en el territorio bajo administración española. Todo, al parecer, estaba dispuesto, y tan sólo faltaba la decisión, el paso adelante quemando las naves a su espalda, de Hassán II.
La "jabara", el rumor que corre por el desierto, hacía referencia a una fecha fija: hoy, día 7, día del "Aid el Fatr", final del Ramadán, los marroquíes atacarían el Sahara. Las autoridades militares del territorio, que no creen del todo en la "jabara" pero suelen tomar precauciones, se encuentran desde hace días preparadas para afrontar cualquier eventualidad. Reforzadas las posiciones, peinando por tierra y aire palmo a palmo la frontera, nuestros soldados aguardaban en calma, y aguardan todavía. Nativos llegados de Marruecos, rumores procedentes de Tan-Tan, siguen apuntando hacia el mismo denominador común: "Los marroquíes van a atacar. Lo tienen todo dispuesto".
Al parecer, algunas familias saharauis, de las que todavía nomadean en las proximidades de la frontera, se están desplazando hacia el Sur, retirándose del escenario de un posible próximo conflicto. Sin embargo, cuando todo parece estar claro, cuando, según los rumores, los efectivos de las FAR han efectuado un despliegue de tipo ofensivo al sur del río Draa, estableciendo las líneas de comunicación adecuadas, acumulando armamento y pertrechos suficientes para iniciar hostilidades en el momento en que su alto mando lo estime oportuno, y se piensa que tal momento puede estar próximo, nuevas noticias vienen a complicar la situación.
Viajeros procedentes de Marruecos, "jabaras" llegadas de Tan-Tan y fuentes próximas al Frente Polisario coinciden en afirmar que se está registrando desde hace dos días un desplazamiento de parte de los efectivos marroquíes desplegados en la frontera del Sahara, algunas de cuyas unidades se mueven ahora en dirección Este. Se ignora con exactitud el punto de destino, y es imposible, por el momento, precisar si estas unidades se han detenido en otro lugar, todavía limítrofe con el Sahara, o si acuden a reforzar la frontera con Argelia en la zona de Tinduf, donde el Ejército argelino mantiene importantes efectivos.
Según medios autorizados de El Aaiún, que siguen de cerca los acontecimientos de la frontera, la posibilidad de un enfrentamiento en Tinduf entre Marruecos y Argelia no parece probable en el momento actual. Una guerra con el país vecino, aunque su objeto fuese establecer un tapón en los 50 kilómetros de frontera que Argelia tiene con el Sahara, sería improcedente, tanto por razones de prestigio ante el mundo árabe y la opinión internacional como por razones de simple estrategia.
En un momento en que el principal objetivo de Hassán es conseguir el Sahara a toda costa, la entrada de Argelia en el conflicto, como país beligerante, pondria en una situación muy difícil al Gobierno de Rabat. Por otra parte, no parece cierto que Marruecos tenga el grueso de sus sus fuerzas cerca de la frontera argelina y Argelia sólo algunas unidades. Los efectivos argelinos en la zona, recién reforzados, son importantes, mientras que Marruecos tiene el grueso de su Ejército desplegado sobre el Sahara, siendо precisamente su flanco izquierdo, el que linda con Argelia, el que se encuentra menos guarnecido. Es mucho más probable, se opina aquí, que los movimientos de tropas de las FAR en dirección Este obedezcan al reforzamiento de este flanco, que Hassán no desea dejar desamparado en caso de invasión del Sahara, o bien que una posible ofensiva marroquí tuviese por objeto apoderarse de una franja del territorio saharaui, en su parte nororiental, para aislarlo de Argelia. Podía tratarse, en último extremo, de una maniobra de distracción cara a las tropas españolas.
Como se ve, las hipótesis son muchas y los datos confirmables muy pocos. Anunciar una guerra de Marruecos con Argelia parece muy aventurado en las actuales circunstancias, y lo que se sigue temiendo aquí, lo concreto, es un ataque en regla contra el Sahara. A este respecto, en medios informados se califica la situación de "altamente peligrosa". Pero los caminos de Hassán II siguen siendo inescrutables.
El ministro de Asuntos Exteriores, don Pedro Cortina Mauri, se ha entrevistado en dos ocasiones con su colega marroquí durante su estancia en Nueva York, según se ha informado a Europa Press, en círculos allegados a la diplomacia española en Madrid. Actualmente, las relaciones hispano-marroquíes atraviesan una fase de descongelación tras las entrevistas Cortina-Laraki, en las que, al parecer, se ha tratado única y exclusivamente de las posturas adoptadas por España y Marruecos en relación con el tema del Sahara. Aunque se produzcan próximamente nuevos contactos entre los titulares de las carteras ministeriales de Asuntos Exteriores de España y Marruecos, observadores españoles estiman que, por ahora, no existe posibilidad de que ambos países lleguen a un acuerdo.
La principal preocupación de la política española en cuanto al tema del Sahara reside en la consecución de que los países árabes interesados en el asunto (Marruecos, Mauritania y Argelia) lleguen a un acuerdo, con lo que España estaría dispuesta a abandonar los territorios saharauis sin temor de que posteriormente se desencadenara un conflicto armado en la zona.
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