Pueblo, 21 de octubre de 1975
[El Aaiún, por teléfono, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte]
Durante el día de ayer, las malas noticias llovieron sobre el Sahara: el apoyo de la Liga Árabe al proyecto —ya casi realidad— de Hassán II de marchar sobre el territorio, la llegada a Tan Tan y a Tarfaya de importantes contingentes de voluntarios marroquíes, el tráfico de vehículos cargados de alimentos, mantas y agua, que se dirigen al sur desde las principales ciudades de Marruecos, la presencia de varios centenares de mauritanos en las proximidades de la frontera sur del territorio... y sobre todo esto, como una nube que presagie tormenta, la escasa confianza en la seguridad que, hasta el momento, pueden aportar las Naciones Unidas al problema del Sahara occidental...
Este es posiblemente, a nivel personal de este enviado especial, el momento más difícil en los cuatro meses que he vivido en el territorio. A medida que transcurren las horas, el momento indicado para la última y definitiva etapa de la "marcha" marroquí se aproxima, creando un clima de fricción internacional que requiere soluciones de emergencia. Soluciones que fueron solicitadas, con tono urgente, por el secretario general del Partido de Unión Saharaui (PUNS), en un telegrama dirigido a las Naciones Unidas. Resulta muy difícil en el territorio estar diariamente al tanto de las últimas noticias sobre los movimientos que en torno al tema se están llevando a cabo a nivel internacional. En el terreno, la realidad palpable es que, manteniendo un clima de serenidad, se trabaja denodadamente para prever cualquier contingencia.
La actividad de las autoridades territoriales está siendo intensa en las últimas horas. Ayer, en el cuartel general del Sahara, se celebró una reunión de la totalidad de los mandos militares que tienen a su cargo las distintas unidades destacadas en el territorio. Por su parte, el general gobernador del Sahara, Gómez de Salazar, ha celebrado diversas reuniones con representantes de las fuerzas políticas saharauis. A tal respecto, las autoridades territoriales distribuyeron ayer a los periodistas la siguiente nota oficial:
"Una comisión de la Asamblea General del Sahara (Yemaa) se ha reunido en la mañana de hoy con carácter extraordinario... En el curso de la sesión, a la que fue invitado el gobernador general del territorio, los representantes del pueblo saharaui hicieron constar el sentido unánime de serenidad y firmeza en la elección de su propio destino, poniendo de manifiesto su confianza en que los organismos internacionales continúen comprendiendo y apoyando su derecho a la autodeterminación. En diversas intervenciones se subrayó la total solidaridad del pueblo en este camino, expresando su decisión, si llegase el caso, de autodefenderse con los medios a su alcance. El gobernador general explicó a los miembros de la Yemaa la postura del pueblo español en la línea de la autodeterminación del pueblo saharaui... insistiendo en que España no tomará ninguna resolución hasta conocer la decisión del Consejo de Seguridad.
Entre tanto, los dirigentes del PUNS, que califican la situación de grave, se declararon ayer dispuestos a acudir a la frontera para enfrentarse, en caso necesario, a los marroquíes. También se ha efectuado, según un portavoz, un llamamiento al mundo islámico y al Tercer Mundo. Mientras tanto, el secretario general del PUNS, Dues Sidna, pasó la jornada de ayer contactando con el Frente Polisario con vistas a emprender una acción común pero, al menos hasta el momento de redactar esta crónica, tales contactos no arroјаban ningún resultado positivo. Los mandos del Frente Polisario guardaban silencio total y los militantes que se encuentran en el territorio declararon ayer no estar dispuestos a dar ningún paso sin instrucciones concretas de sus dirigentes. Informaciones procedentes del Frente de Liberación señalan que sus unidades militares se encuentran en estado de alerta, pero se insiste sobre la ausencia de instrucciones para una línea de acción concreta.
La incógnita, ayer, residía en si el Consejo de Seguridad, reunido por la tarde, proporcionará a tiempo soluciones adecuadas para estabilizar la situación. En ciertos sectores se apuntaba como posible solución temporal el inmediato envío al territorio de un contingente de cascos azules que permitirían a las tropas españolas mantenerse al margen de la delicada situación que en las próximas horas puede producirse en la frontera, pero es posible que los acontecimientos, en este caso, se produzcan con más rapidez de la deseable para que el consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ponga en práctica una decisión que ya, de por sí, debe resultar difícil adoptar.
Uno de los principales obstáculos con los que deberían enfrentarse los participantes en la Marcha de Liberación de Hassan II, cuya peligrosidad ha sido puesta de relieve ya por el representante español ante las Naciones Unidas, es la existencia de campos de minas marroquíes en la zona al norte del paralelo 27, 40. Estos campos minados, que también se extienden hacia el interior del Sahara, han sido emplazados desde hace meses por unidades regulares de las FAR у por comandos del FLU y han sido causantes de la muerte de seis soldados españoles, el último de ellos el legionario que perdió la vida hace dos días en la zona de Temboscai. También existen zonas minadas por las tropas españolas del lado sur de la frontera, emplazadas en lugares donde las necesidades de defensa del territorio hicieron aconsejable su colocación.
El plazo fijado por el Monarca alauita para la invasión del Sahara haría imposible su levantamiento. La existencia de estas zonas minadas en los sectores de acceso al territorio, así como las dificultades para señalizarlas en su totalidad, hacen extremadamente peligroso el proyecto marroquí de atravesar la línea fronteriza. "Los voluntarios de Hassán II podrían, incluso, paradójicamente, ser víctimas de las minas colocadas por su propio Ejército.
Ayer, en el puesto de Hausa, resultó muerto el legionario paracaidista Alfoпsо Arias Pontones, al disparársele accidentalmente el arma durante la guardia. Trasladado inmediatamente al Hospital Militar de El Aaiún, falleció a causa de la gravedad de la herida.
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