26 mayo 1982

Cercadas las tropas del desembarco

Pueblo, 26 de mayo de 1982

Buenos Aires. De nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte

Argentina conmemoró ayer, combatiendo, el CLXXII aniversario de su independencia nacional. No fue una jornada de especiales actos de afirmación patriótica, de discursos ni de grandes gestos de exaltación nacional. El país entero, callado y solidario, permaneció pendiente de las noticias que llegan del teatro de operaciones en el que, por séptima vez en la historia de estas tierras, los argentinos se enfrentan con las tropas coloniales británicas.

Los informes oficiales argentinos reconocen ya que en San Carlos, costa noroeste de la isla Soledad, de las Malvinas, los británicos mantienen 2.000 hombres en una cabeza de playa de 10 kilómetros de profundidad y 15 de frente -lo que no está nada mal, para una isla como aquélla-, en la que se encuentran atrincherados con artillería media y misiles tierra-aire Rapier. Según el Estado Mayor conjunto, estas tropas se encuentran inmovilizadas, bajo presión de fuerzas terrestres y aéreas argentinas, que frenan su intento de avanzar hacia Puerto Argentino, distante unos 70 kilómetros. Añaden los informes que prosiguen los intensos combates terrestres, con apoyo aéreo por parte argentina y naval por parte británica, y que todavía no hay cifras de bajas y prisioneros, aunque se supone que éstas pueden ser numerosas en ambos bandos.

Mientras, prosiguen los combates aéreos sobre el archipiélago. En el aire y en el mar, las acciones de la aviación argentina tratan de ser impedidas por dos fragatas inglesas situadas en la boca de la bahía San Carlos, que, según los informes de los pilotos, poseen una alta capacidad de fuego antiaéreo. Se añade que los británicos prosiguen sus intentos de inyectar tropas y equipo en la cabeza de playa mediante desembarcos anfibios y heliportados, cuya tarea se ve dificultada por la constante acción de los cazabombarderos argentinos y los aviones de ataque a tierra Pucará. En lo que se refiere a la escuadra inglesa, los vuelos de reconocimiento parecen establecer que su grueso se habría dividido en dos grupos. Uno estaría en posición a unas 150 millas de Puerto Argentino, mientras que otra formación se habría desplazado en dirección al continente, situándose a unas 210 millas de la costa patagónica, entre ésta y las Malvinas.

Esa última maniobra de las unidades navales inglesas está causando cierta inquietud en el continente, ya que se relaciona aquí con las presiones que los "halcones" británicos ejercen para que la "Task Force" ataque territorio continental argentino.

De lo que no cabe duda es de que, en caso de ataque británico a la zona continental argentina, el conflicto saldría completamente de cauce y se extendería hasta terrenos altamente peligrosos. Precisamente el ministro de Defensa, Amadeo Frugoli, acaba de manifestar que, según la evolución que registre el conflicto, éste corre el riesgo de internacionalizarse. Y si por una parte Buenos Aires tiene ya el ofrecimiento de varios países latinoamericanos para proporcionarle apoyo directo en la lucha contra Inglaterra, por la otra ni se afirma ni se descarta aquí que, puesta en aprietos, Argentina acepte los ofrecimientos -hasta ahora cortésmente rechazados- de aprovisionamiento militar hechos por la Unión Soviética. Y el caso es que, hace unos días, tal posibilidad se consideraba "totalmente imposible". Como se ve, el ámbito de lo posible evoluciona al compás de la guerra.

En este aspecto es interesante señalar que mientras Argentina estudia retirar a su personal de la Junta Interamericana de Defensa, con sede en Washington y aquí se acusa directamente a Estados Unidos de pretender instalar en las Malvinas una base militar conjunta con Gran Bretaña, el régimen del Presidente Galtieri agradece encarecidamente el apoyo moral y diplomático que le están prestando en el conflicto la URSS, China, Cuba y Nicaragua. Y toda la Prensa de Buenos Aires destacaba ayer aquí el agradecimiento oficial y personal de Galtieri a Fidel Castro -presidente del Movimiento de Países No Alineados-, cuya "adhesión y apoyo agradecemos conmovidos", sazonado con ciertas reflexiones sobre el imperialismo colonial y la solidaridad entre los países que a él se oponen. Y si esto se lo dice el "espadón fascista" al "Nerón rojo del Caribe", es señal inequívoca de que algo muy gordo está ocurriendo en América Latina. De momento, gane quien gane, lo que está claro es que la guerra de las Malvinas tiene un perdedor: los Estados Unidos de América.

http://www.icorso.com/hemeroteca/PUEBLO/PDF/CERCADAS%20LAS%20TROPAS%20DEL%20DESEMBARCO.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario