31 mayo 1982

El 'Invincible', tocado

Pueblo, 31 de mayo de 1982

Los británicos se enfrentan a partir de hoy a un difícil avance a través del estrecho camino desde Darwin a Puerto Argentino en dirección este, que pasa junto a una cadena montañosa, las alturas Rivadavia. Estas colinas, que cruzan la isla de occidente a oriente, tienen una altura de 600 metros y se suponen atiborradas de artillería y de misiles argentinos. Precisamente a estas horas fuerzas argentinas se enfrentan allí a las primeras avanzadillas de paracaidistas británicos, que ascienden por las laderas para explorar el terreno antes de iniciar los ataques "de blanqueo" previos a la ofensiva. La geografía escarpada del lugar hace prever que será a partir de esa zona donde se den los más cruentos combates terrestres de toda la guerra, especialmente porque, superadas las alturas Rivadavia, los dos ejes de las pinzas británicas deberían hacer frente a una serie de montañas -la más importante se llama cerro Kent- en las que se articula el dispositivo de defensa de Puerto Argentino. Por ello, para aliviar la presión en ese sector, no se descarta que los británicos intenten nuevas operaciones de desembarco anfibio en el noreste de la isla.

Aviones argentinos lanzaron ayer un ataque con misiles "Exocet" contra una formación naval británica, en la que se encontraba una nave calificada aquí como "tipo portaaviones", no identificada, y que en un primer momento se pensó podía tratarse del portaaviones 'Invincible', actual buque insignia de la fuerza de tareas británica, aunque un comunicado oficial dejó posteriormente en el aire ese extremo.

En el clima de pesimismo que ayer reinaba en Buenos Aires con las noticias del avance terrestre de los ingleses en las Malvinas, el informe sobre un portaaviones británico en llamas fue acogido con explosivo entusiasmo cuando la radio difundió el primer boletín. Los automovilistas se transmitían la información de coche a coche, y este enviado especial se enteró por los gritos del recepcionista del hotel, que comunicaba alborozado la cosa: "Les hemos hundido el 'Invencible'" —decía a cuantos se ponían a su alcance—. En la sala de Prensa del hotel Sheraton, hasta ese momento sumida en el sopor dominical, comenzaron a congregarse los enviados especiales, movidos por la desusada expectación, a la espera de que el portavoz del Estado Mayor Conjunto diese lectura al informe oficial sobre la operación. Pero cuando, horas después, se leyeron los comunicados, el nombre del 'Invincible' no apareció por ninguna parte. El Estado Mayor estuvo extraña y extremadamente cauteloso sobre ese punto.

Las noticias de la jornada no habían venido siendo alentadoras para los argentinos, batidos en Puerto Darwin y Goose Green. Por otra parte, el Estado Mayor Conjunto había dado cuenta en un comunicado vespertino de las bajas registradas en las fuerzas argentinas desde el 2 de abril hasta la víspera de la fulminante ofensiva británica en las Malvinas: 82 muertos, 106 heridos y 342 desaparecidos. Eso sin contar las bajas —se supone que abundantes— de los últimos duros combates en isla Soledad, ni los 1.400 prisioneros que los británicos aseguran haber hecho desde su desembarco. Paralelamente, fuentes militares argentinas habían difundido una evaluación de las bajas sufridas por los británicos desde el desembarco hasta ayer, que totalizarían 572 entre muertos y heridos.

Estábamos los periodistas ocupados en sumar y restar muertos y heridos a falta de otra información más interesante que llevar a la máquina de escribir cuando la noticia sobre el ataque al misterioso portaaviones causó tremenda conmoción. ¿Se trata de un buque transformado para llevar aviones, como el 'Atlantic Conveyor', hundido hace unos días? ¿O se trata del 'Invincible'? Misterio, al menos en el momento de transmitir esta crónica, las seis (hora española) de esta madrugada.

Lo cierto es que, de tratarse del 'Invincible', la acción de ayer habría sido ya la segunda lanzada contra ese portaaviones británico. En la primera, que tuvo lugar el martes 25 de mayo, los aparatos argentinos salieron en su búsqueda sin éxito. Pero el viaje no fue en vano, porque, al regreso, los pilotos localizaron y hundieron con dos misiles "Exocet" al buque portacontainers 'Atlantic Conveyor', transformado en portaaviones, que transportaba equipo, repuestos y entre quince y veinte aviones Harrier.

Los informes difundidos en Buenos Aires sobre la operación de ayer —de la que Londres no se dio por enterado— aseguraban que el ataque al portaaviones —el 'Invincible', el 'Hermes' o el que fuera— fue llevado a cabo por dos aviones Super Etendard armados cada uno con un misil antibuque "Exocet". Tras despegar de sus bases, los aviones fueron abastecidos de combustible en el aire y, volando a muy baja altura sobre las olas, lograron eludir la vigilancia de los radares británicos. El portaaviones se encontraba a unas 90 millas al nordeste de las Malvinas, protegido por lo que se denomina una "defensa antiaérea circular": rodeado por cuatro o cinco fragatas con fuerte potencial de defensa aérea en misiles y contramedidas electrónicas, que hacían labor de "guardaespaldas", patrullando a su alrededor en un radio de cuatro a diez kilómetros.

Siempre según esos informes —inicialmente desmentidos por los británicos—, a las 14,30 horas de ayer (19,30 en España) los dos Super Etendard situaron al objetivo en sus pantallas de radar e iniciaron el ataque burlando la cobertura aérea enemiga. Uno de los aviones se colocó a distancia de tiro —el Exocet es eficaz desde los 40 ó 35 kilómetros de distancia— y disparó el misil que, sorteando las contramedidas electrónicas lanzadas desde el objetivo para alterar su curso, hizo impacto contra el costado del portaaviones, causando graves daños. Y cuando el buque se encontraba escorado por la vía de agua sufrida, fue el turno de ataque para una escuadrilla de Skyhawks argentinos que penetraron en el círculo de defensa antiaérea y, tras acercarse al objetivo en vuelo a baja altura —la peligrosa táctica de ataque se cobró esta vez dos vidas de pilotos y dos aviones derribados—, alcanzaron de nuevo al portaaviones herido con tres impactos de bombas de 500 kilos, dejándolo incendiado, y levantando hacia el cielo una densa columna de humo negro.

Atrincherados en sus posiciones alrededor de Puerto Argentino (Port Stanley para los ingleses), entre 5.000 y 7.000 soldados equipados con misiles, artillería y blindados aguardan el ataque por tierra, mar y aire de las fuerzas británicas. Un ataque que aquí se considera muy próximo, que ya ha estado siendo preparado durante los últimos días por intensos bombardeos aeronavales de ablandamiento y que, se asegura, será el más duro combate en toda la guerra del Atlántico sur.

En realidad, el asalto británico debería haberse iniciado hoy, y así lo hizo pensar durante el final de la jornada del domingo la aproximación a la costa oriental del archipiélago de un fuerte contingente de unidades navales inglesas. Sin embargo, señalan fuentes de la inteligencia naval argentina, el ataque aéreo contra el grueso de la flota, que aquí se sigue insistiendo produjo serios daños al portaaviones 'Invincible' —y la pérdida de dos Skyhawks propios— habría entorpecido temporalmente los planes inmediatos británicos, al menos en lo que se refiere al componente aeronaval.

Los informes de los pilotos que efectuaron el ataque contra "un buque portaaviones claramente identificado como el 'Invincible' señalan que la explosión del Exocet ha causado el destrozo total del hangar de aviones y sus instalaciones, además de ocasionar la pérdida de aviones y helicópteros que allí se encontraran —el 'Invincible' transporta 15 Harrier y 18 Sea King—. Además, las bombas de 500 kilos de los Skyhawks alcanzaron también la cubierta, inutilizándola, "en una operación sin precedentes", según el texto de los informes oficiales argentinos.

Tras las averías ocasionadas hace un mes al 'Hermes' y el hundimiento del 'Atlantic Conveyor', la puesta fuera de combate del 'Invincible', aunque sólo fuera temporal, supone una merma considerable de la fuerza de tareas británica, aparte del golpe al prestigio naval inglés, al haber sido alcanzado por segunda vez un buque insignia de la Task Force —recordemos que, aunque Londres lo niega, Buenos Aires asegura que el 'Hermes' fue averiado por el fuego de aviones argentinos—. La acción contra el 'Invincible', señaló ayer un portavoz cualificado de la Armada a este enviado especial, no se ejecutó por casualidad, sino que fue objeto de una amplia preparación desde días atrás para dañarlo o hundirlo.

El 'Invincible' es una moderna unidad de 19.500 toneladas de desplazamiento, en servicio desde hace menos de dos años, que, aparte de su dotación de Harrier y Sea King, cuenta con rampas de misiles antiavión y antimisil Sea Dart, y costó la nada desdeñable cifra de 30.000 millones de pesetas. 

http://www.icorso.com/hemeroteca/PUEBLO/PDF/EL%20INVINCIBLE%20TOCADO.pdf

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