Pueblo, 17 de mayo de 1982
Buenos Aires, de nuestro enviado especial, Arturo Pérez-Reverte
El embajador especial de Estados Unidos, general Vernon Walters, advirtió al Gobierno argentino de que sólo una petición formal del Gobierno norteamericano “puede parar a la primera ministra Margaret Thatcher”, según los periódicos de ayer.
Los tradicionales comentarios políticos de los domingos en los principales matutinos bonaerenses tratan principalmente de la misión secreta que Walters cumplió esta semana en Buenos Aires. Los diarios revelan que Walters advirtió a los comandantes de las tres fuerzas, entre los que se cuenta como jefe del Ejército al Presidente Leopoldo Galtieri, sobre que sólo una petición formal de Estados Unidos puede detener a Margaret Thatcher.
“Argentina no va a izar bandera blanca. Si Gran Bretaña insiste en llevar el conflicto hasta las últimas consecuencias, así como estamos sosteniendo en estas cinco o seis semanas militarmente la situación la vamos a mantener cinco o seis meses, cinco o seis años. Y si en este momento tengo sobre mis espaldas la sangre derramada de más de cuatrocientos argentinos, es el pueblo argentino, y no yo, el que está dispuesto no a cuatrocientos, sino a cuatro mil o a cuarenta mil más".
Estas palabras, pronunciadas durante el fin de semana por el presidente Leopoldo Fortunato Galtieri, no necesitan comentario porque resumen con bastante exactitud el estado de ánimo que impera en Argentina a raíz del recrudecimiento de las acciones bélicas británicas en torno a las Malvinas. Poco a poco este país va adquiriendo la fisonomía del que puede entrar en guerra abierta o verse sometido a un prolongado bloqueo exterior. Desde hace unos días Buenos Aires vive un oscurecimiento nocturno voluntario, encaminado a ahorrar la preciosa energía eléctrica, importante recurso estratégico. Las céntricas avenidas de la capital porteña, en las que la vida de noche se prolongaba tradicionalmente hasta altas horas de la madrugada, se encuentran ahora en sombras, desalentando a buena parte de los habituales transeúntes.
Otro detalle: desde hace días, la radio y los canales de televisión difunden mensajes destinados a la defensa civil de la población con instrucciones a seguir en casos de emergencia, como incendios o bombardeos. Y las federaciones de tiro deportivo están impartiendo cursos acelerados a todo tipo de voluntarios, incluyendo niños, sobre manejo de armas de guerra. El clima prebélico es evidente, y a diario se registran por todas partes actos de adhesión y solidaridad entre las diversas comunidades integradas en la nación argentina. Y como decorado de fondo, expresando una voluntad común que no se había dado jamás hasta ahora en la historia de este país, se encuentra ese tremendo cartel que hay pegado en todas las paredes de Buenos Aires, en los comercios, en los quioscos de Prensa y en las ventanas de domicilios particulares, en el que se ve una bandera británica sucia y desgarrada con la leyenda: “Y ahora a muerte”, acompañada por una irónica excusa en inglés: “I’m sorry” (Lo siento).
Respecto a la zona de combate, este fin de semana los británicos efectuaron un bombardeo naval y una incursión de comandos heliportados contra Puerto Calderón, un pequeño aeródromo de la isla de Borbón, al norte de Gran Malvina, destruyendo tres aviones Pucara que se encontraban estacionados en tierra. No hay constancia de bajas argentinas, y los británicos reconocen, según la BBC, dos heridos propios. Pero lo que preocupaba ayer en Buenos Aires no era la incursión británica, sino la suerte corrida por el buque mercante argentino 'Isla de los Estados', tripulado por civiles, dedicado a reaprovisionamiento de víveres, medicinas y combustible entre las diversas islas del archipiélago malvinense. Hace ya días que se perdió todo contacto por radio con esta nave, y los esfuerzos para localizarla han sido, hasta ahora, infructuosos. Existe aquí el temor, todavía no confirmado oficialmente, de que la desaparición del 'Isla de los Estados' se encuentra relacionada con un informe emitido hace tres días por Gran Bretaña, señalando el cañoneo de una nave no identificada en el canal de San Carlos entre las islas Gran Malvina y Soledad. Este informe, al que aquí no se dio gran importancia en un principio, indicaba que el buque, quizá un petrolero, había desaparecido, tras una fuerte explosión y ahora se ha sabido en Buenos Aires que el 'Isla de los Estados', en su misión de reavituallamiento, burlando el bloqueo británico, transportaba también grandes cantidades de combustible. Todo el mundo sabe que la explosión a bordo de un petrolero deja pocos supervivientes.
http://www.icorso.com/hemeroteca/PUEBLO/PDF/VUELVE%20LA%20MEDIACION%20NORTEAMERICA.pdf
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