Pueblo, 14 de mayo de 1982
Buenos Aires, de nuestro enviado especial Arturo Pérez-Reverte
Hace dos días, anunciábamos que los submarinos argentinos se preparaban para pasar al ataque en el Atlántico. Ayer, según parece, lo hicieron. Informes todavía no confirmados oficialmente, pero transmitidos a este enviado especial en medios militares, indican que un submarino argentino habría atacado con torpedos a un buque británico, averiándolo, aunque se desconocía, a la hora de redactar esta crónica, si la nave alcanzada estaría en peligro de hundimiento o no.
Una acción de este tipo se esperaba desde que el Estado Mayor Conjunto decidió aquí declarar "hostil" a todo buque o avión británico que se mueva por el Atlántico sur, como respuesta a las crecientes presiones de bloqueo impuestas por Gran Bretaña. La advertencia, según informamos en su momento, suponía una amenaza directa, aparte de para la escuadra inglesa que opera en torno a las Malvinas, para los buques de apoyo logístico que siguen la ruta del sur desde la base militar inglesa, situada en la isla de Ascensión.
De cara a la guerra submarina en aguas situadas al sur del Ecuador, Argentina dispone todavía de tres unidades operativas -la cuarta, el sumergible 'Santa Fe', quedó fuera de combate durante el ataque inglés a las Georgias-. Los submarinos, que en estos momentos surcan las aguas atlánticas bajo pabellón argentino, son los gemelos 'Salta' y 'San Luis', de tipo convencional, botados en 1974 en Alemania Federal, desplazando 1.285 toneladas y armados con torpedos de 533 milímetros, que pueden disparar por ocho tubos, y el 'Santiago del Estero', de tipo “guppy” -gemelo del averiado 'Santa Fe'-, que desplaza 2.420 toneladas y fue construido en 1945 en los Estados Unidos.
Respecto al 'Salta' y al 'San Luis', a los que se supone al acecho en el sector malvinense, siguiendo los movimientos de la escuadra británica, pueden haberse desplazado hacia el Norte en busca de convoyes ingleses, aunque sus “objetivos naturales” son los portaaeronaves 'Hermes' e 'Invincible', cuyo torpedeamiento sería un notable triunfo militar para la Armada argentina. Aunque en el teatro de operaciones malvinense las unidades navales británicas tienen establecida una densa protección antisubmarina con los sistemas de detección de los buques y los helicópteros Sea King, las unidades que desde Ascensión navegan para unirse a ellos con abastecimientos se encuentran más desprotegidas ante la amenaza de los sumergibles, al no gozar de escolta naval con los medios suficientes. La principal amenaza para los submarinos argentinos vendría de los aviones de reconocimiento Nimrod -que, según los últimos informes, pueden estar ya siendo operativos- de la Royal Air Force, que despegarían de la isla de Ascensión para ser reabastecidos en vuelo. Los Nimrod, una de las últimas adquisiciones de la RAF, poseen radares capaces de localizar un periscopio enemigo, y tienen a bordo eficaces armas antisubmarinas, que incluyen detectores acústicos en boyas que, lanzadas al mar, pueden señalar a las unidades propias la presencia de sumergibles enemigos durante las siguientes ocho horas.
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