Amaia Salamanca: «Arturo Pérez-Reverte impone bastante: sabes que no se cortará en decir qué piensa...»
Virginia Drake - XL Semanal - 14/10/2022
Madrid, 1986. Soy actriz y el 21 de este mes se estrena en cines 'La piel del tambor', basada en la novela de Arturo Pérez-Reverte. Es mi primera película rodada íntegramente en inglés.
—¿Se había leído la novela antes de aceptar este trabajo?
—No, pero en el rodaje fui leyendo las partes en que aparecía mi personaje, Macarena Bruner. Al ser una adaptación, debes dejarte guiar por el director, más si el autor es Pérez-Reverte: sabes que no se morderá la lengua en decir qué le parece.
—¿Impone?
—Sí, impone bastante y es uno de los autores más reconocidos de España. Cuando me propusieron el papel, me pareció un reto hacerlo tal y como él tenía pensado el personaje cuando lo escribió. Nunca he hablado con él, pero ha dicho en un tuit que le ha gustado mucho y que le parece la mejor adaptación de una de sus novelas.
—¿Cómo logra que siempre le toque bailar con el más guapo? Esta vez, con el inglés Richard Armitage, el protagonista.
—¡Jajaja! Ha sido una suerte: es encantador, amoroso y muy tranquilo. ¡Ni un pero! Además, él tenía muchas ganas de conocer España y sus tradiciones y quería que le enseñáramos bien Sevilla.
—Encima, le hizo de anfitriona...
—No, no. Mira que soy disfrutona en cada proyecto, de cervecita para desconectar… Pero esta vez, al terminar de rodar, me iba a casa a estudiar porque, al ser todo en inglés, para mí era doble esfuerzo. Cogí una "coach", Isabel García Lorca, sobrina de Federico, que me ayudó muchísimo.
—Lo de la tensión sexual con un sacerdote durante toda la película tiene su morbo.
—¡Jajaja! Sí, y es lo bonito, que no se queda solo en el suspense de las muertes y las cosas extrañas que pasan en esa iglesia. Hay acción, pero también romanticismo, tensión sexual...
—Y menudo papelón el del pobre Rodolfo Sancho (su marido en el filme).
—¡Pobre yo, no él! [Ríe]. La verdad es que le ha tocado ser ese marido que nadie quiere: malo malísimo, egoísta… Lo que más me gusta de Macarena es que nunca se viene abajo y le hace frente: «Tú conmigo no vas a poder». Lo que echaba de menos es no poder discutir con él en español [ríe]; porque, en esos momentos, en Sevilla y con Rodolfo, me salía mi vena más racial y no es lo mismo pelearte en inglés.
—¡Qué bien le sienta hacer de duquesa! Vale que venía de hacer de marquesa en el teatro, princesa de Asturias en el cine… Y premiada como el rostro más bello de la televisión, la actriz más elegante del cine, la mejor vestida del Festival de Málaga…
—[Ríe]. No me quejo, pero preferiría premios que tuvieran que ver más con mi trabajo que con el aspecto físico.
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