Andrés González Barba - abc.es - 12/10/2022
La mirada que Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) arroja sobre la revolución mexicana es la mirada que se vislumbra a través de un testigo de excepción de esa época irrepetible en la historia del país azteca: Martín Garrett. Aventuras, amor e intriga son algunos de los ingredientes que se encuentran en su nueva novela, 'Revolución' (Alfaguara), obra con la que este escritor se vuelve a centrar en México tras 'La Reina del Sur'.
Dice Pérez-Reverte que el protagonista de esta obra, Martín, «es un joven que aprende y que mira. Tiene una cabeza fría y es un hombre que se ha pasado diez años mirando la revolución. No es un revolucionario, es un hombre extraordinario que mira». A partir de ahí recuerda que «yo estuve muchos años en la guerra viendo cómo la gente actuaba con violencia y lujuria. A mí me gustan los seres humanos». Esa experiencia que el autor de 'El club Dumas' acumuló durante los muchos años que se llevó como testigo de los conflictos bélicos es lo que le lleva a decir que «es un error creer que nosotros tenemos la razón y los adversarios no. Se aprende más de los adversarios y de los malvados que de los buenos». Asimismo, el escritor añade que «esa ecuanimidad de observar la realidad de México en aquellos años se la he prestado yo a Martín Garrett».
Tampoco es casual que este personaje sea un ingeniero de minas de Linares. «Uno de mis bisabuelos paternos, ingeniero de minas que dirigía unas explotaciones primero en Linares y luego en La Unión y en Cartagena, tenía un amigo, compañero en la Escuela de Minas, que fue a trabajar a México en esa época. Desde allí le escribía cartas a mi bisabuelo contándole que habían llegado Pancho Villa y Zapata, y todo lo que allí veía». Esas viejas historias familiares sobre México son las que Pérez-Reverte fue oyendo desde que era pequeño y, a partir de ahí, urdió en su imaginación una historia sobre la revolución en el país azteca que ha tardado años en cristalizar en una novela.
Otro elemento de gran interés que aporta esta obra es que su protagonista es un héroe de ida y no de vuelta, como ocurre con la mayoría de los personajes que habitan en el universo de este escritor. «Buena parte de mis héroes están cansados y tienen una mirada fatigada. Pero Martín no tiene aún una cara fatigada y aprende a mirar».
Por otra parte, y preguntado por las diferencias que existen entre las guerras y las revoluciones, el autor de las aventuras del Capitán Alatriste asegura que «son muchas, pero a mí no me interesa contar la revolución, sino cómo el ser humano se comporta en situaciones extremas. Eso lo ves tanto en las guerras como en las revoluciones. Por eso en una novela como esta deseaba retratar el conflicto humano. Quería llevar al lector al ser humano, que sudara, sangrara y se implicara en la novela». Llegados a este punto, Pérez-Reverte destaca que «la revolución de México fue en cierta manera una revolución inocente. Aún no habían surgido ni el fascismo ni el comunismo, por eso era una revolución virginal e inocente. No puedes evitar tener simpatía hacia la revolución mexicana porque ves cómo el campesino coge el fusil y se echa a la calle. Fue una revolución simpática sin el lado oscuro del nazismo y del comunismo», apunta.
En cuanto a posibles influencias de autores como Joseph Conrad en esta novela, el escritor dice que «escritores como Conrad, Dostoievski o Stevenson me han influido como muchos otros más. Voy a la guerra con los libros. Tengo que homenajear a mis maestros y todos los autores que he leído están en cierto modo aquí. El cierto paralelismo que veo Con Joseph Conrad fue que este fue marino durante veinte años y que luego se dedicó a escribir. Su libro 'La flecha de oro' era un libro de juventud y esta novela mía es un homenaje a mis años jóvenes».
En 'Revolución' aparece también como personaje Pancho Villa. «Zapata era un hombre instruido y culto, pero poco extrovertido. De ahí que me interesara más Pancho Villa porque era un mujeriego y más charlatán. Lo he tratado de reflejar lo mejor posible basándome en libros rigurosos, en estudios, etc.». 'Revolución' partió de una fotografía que inspiró mucho a Arturo Pérez-Reverte. En ella aparecían unos guerrilleros campesinos desayunando en Sanborns, «que era un sitio pijo. La novela iba a llamarse 'Desayuno en Sanborns', pero aquí en España Sanborns no dice nada, pero el término revolución sí».
También en esta historia tienen mucho peso tres «mujeres potentes que hacen que la novela avance. Está la soldadera analfabeta que casi no habla —Maclovia Ángeles—. También hay una niña pija de clase alta y muy guapa —Yunuen Laredo— y la periodista norteamericana Diana Palmer, personaje que se basa en Nellie Bly, que fue de las primeras mujeres corresponsales de guerra. Pienso que la humanidad ha avanzado gracias a las mujeres. Estas hacen progresar a Martín».
https://sevilla.abc.es/cultura/libros/perezreverte-aprende-malvados-buenos-20221012221717-nts.html
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"He aprendido más de los malvados que de los buenos"
Gonzalo Gragera - diariodesevilla.es - 12/12/2022
Vuelve Arturo Pérez-Reverte, en su última novela, a un país por el que siente una predilección especial: México. Se trata de una cultura –lenguaje, ciudades, historia– que el escritor conoce bien, como ya descubrimos con 'La Reina del Sur'. Pero si en aquella obra el tema se centraba en el narcotráfico, con 'Revolución' nos trasladamos al México de principios del siglo XX, a esos años en los que se gestó uno de los grandes acontecimientos de nuestra historia reciente: las revueltas sociales contra el dictador Porfirio Díaz, las cuales fueron origen de la revolución mexicana. La primera revolución del siglo, tan contada desde entonces en la literatura o en el cine. Con implicados que forman parte, incluso, de una cultura popular, como Emiliano Zapata o Pancho Villa.
La revolución en México se desarrolló, señala el escritor, de manera "limpia" e "inocente", en comparación con otros sucesos históricos similares, como es el caso de la revolución en Rusia, la cual valora Pérez-Reverte como "mucho más oscura". En la presentación de la obra en Sevilla, el novelista también quiso matizar acerca del alcance histórico de sus novelas. Para Reverte, estas son "falsamente históricas", pues el enfoque que prevalece se orienta al retrato de "la condición humana". Digamos que el argumento sí se construye sobre el episodio histórico, pero los protagonistas de este argumento son personajes de ficción. Porque lo que nos interesa aquí es contar cómo se desenvuelve un hombre llamado Martín Garret Ortiz –el protagonista de 'Revolución'– en aquel México revolucionario, pistolero, convulso. El escritor –al igual que en el resto de sus anteriores novelas– no se detiene en el detalle ideológico o en la crónica de unos sucesos, sino que trata de imaginar cómo fue la vida de aquellos nombres anónimos que participaron en un acontecimiento histórico. "A mí me interesaba cómo el ser humano se enfrenta a la violencia, a la venganza, a la lealtad, a la muerte…", manifestó el escritor.
La historia de Martín Garret es la de un joven que "aprende" en un contexto de cambios, de agitación social –lo que supone cierta supresión de los límites del bien y del mal–. "Uno aprende más incluso de los malos que de los buenos, uno aprende más del adversario que del amigo", afirmó Pérez-Reverte, quien concluyó que él ha aprendido "más de los malvados que de los buenos".
'Revolución' es definida como una novela "documentada", con "personajes inolvidables" y con un extraordinario "manejo del lenguaje". Es esta última característica otro aspecto relevante del texto: cómo el escritor consigue dominar las peculiaridades del habla mexicana; es decir, cómo el escritor logra que los diálogos de los personajes suenen a las calles del México de la pólvora y la revuelta social. "El otro día en la radio Carles Francino, en 'La ventana', puso a un mexicano a leer una conversación y sonaba a verdad, no sonaba a impostado", declaró Pérez-Reverte, a propósito de este minucioso trabajo en el cuidado de las expresiones que usan los personajes de la novela. Un trabajo con el que Reverte se siente "muy orgulloso". Y respecto del habla mexicana, el novelista apuntó que "el ingenio [en el lenguaje] del mexicano es como el del andaluz: se parecen mucho en esa rapidez en la respuesta ingeniosa, en esa brillantez, en esa recrear figuras retóricas maravillosas… es muy andaluz y muy mexicano".
Arturo Pérez-Reverte, para documentarse en el idioma, ha acudido a las novelas de grandes maestros de la literatura mexicana, como Mariano Azuela, quien escribió el clásico 'Los de abajo' –donde también se trata la Revolución Mexicana, aunque desde otra óptica–. Por otra parte, las influencias literarias del autor –en esta nueva novela y en todas sus novelas– las encontramos en Conrad, en Dostoyevski, en Stevenson, en Dumas. "Todos ellos están soportando ese mundo narrativo, que es el mío", reflexionó el novelista.
La mirada en torno al concepto del héroe es un punto clave de 'Revolución'. Porque esta historia, que es un relato histórico relevante, está hecha a base de personas que no tienen el menor interés por ser heroicas. A lo sumo, pretenden sobrevivir en un mundo difícil. Nada más. Estos personajes no se mueven por el ámbito de las grandes ideas, sino por otros intereses –personales–. Las grandes historias se construyen sobre la suma de historias pequeñas. De una intrahistoria, que es insignificante en su mayoría, llena de grises, en cierto modo anodina. Arturo Pérez-Reverte insiste en esos personajes que huyen de lo maniqueo, pues "el héroe, como nos lo presenta el cine, la literatura o los monumentos de las plazas, es mentira", aclaró el escritor. "Esa visión del héroe humano, real, no una visión mitificada, es la interesante", aseguró Arturo Pérez-Reverte, ya que, "el héroe rotundo no existe".
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