Entrevista de María Zabay - okdiario.com - 16/10/2022
Literato de altura, académico de rigor y hombre de mar y de verdad. Sus ideas son lúcidas y aplastantes, con la elocuencia que da leer, analizar y pensar. Arturo Pérez-Reverte es claro y directo, honesto, y soberano de sus miedos. No entiende de vasallajes, salvo de los de 'Sidi' y de 'Una Historia de España'. Quizá también del de su disciplina para escribir. Con Reverte hablamos de su última novela, 'Revolución'.
Casi casi una película en blanco y negro que nos sumerge en la revolución mexicana de Zapata y Pancho Villa, en esa tierra en la que, como nos contó en su novela 'La Reina del Sur', morir con violencia era morir de muerte natural. El final, socavones, huellas, sentimientos sobre los que hay que ahondar. El lugar: un magnífico hotel Palace. Y allí, también, nos citó a mi cámara y a mí. Divierte eso de hurgar en la historia en el mismo lugar en el que terminó.
Mira a los ojos y responde frontal. Ahí, delante, habla sin pausas ni sedas ni levedades. Como sentenció su amigo Javier Marías en aquel 'Corazón tan blanco': “Callar y hablar son formas de intervenir en el futuro”. Callar es cosa de pleitesías, cobardes o ignorantes (eso ya depende de la mente del que guarda silencio). Él es valiente, y habla. Alto, conciso, con esa sapiencia que sólo la inteligencia cultivada, observadora y reflexiva puede alcanzar.
Está entre esos escritores que importan (sus más de veinte millones de lectores me darán la razón); entre esos que cuentan historias que ahondan en las pasiones y en los actos realizados (por ellas o pese a ellas); en esos héroes de mañana que devienen en villanos por la noche. Como dice él, «la ideología puede engañar, pero cuando ves al ser humano enfrente, no hay mentira posible. Le ves actuar”.
Creo que no hace falta que a estas alturas de su carrera yo le cuente a usted que Arturo Pérez-Reverte está traducido a más de cuarenta idiomas y que tiene tantos libros publicados y adaptaciones al cine que uno se pierde contándolo todo. Lo que quizá no sepa usted es que atesora una biblioteca en casa con 32.000 libros. Su museo. Ese templo inspirador, lleno de vida, de vidas, de datos, de sensaciones… Lugar de trabajo, aislado, abriga. “Su Wikipedia”. Escucharle es un placer tan grande como leerle.
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