24 septiembre 2025

El capitán Alatriste se las ve con Richelieu

Javier García Recio - elperiodico.com - 24/09/2025

El venturoso y arriesgado viaje literario que Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) emprendió en 1996 para narrar los años del apogeo y del incipiente declinar del Imperio español, en pleno Siglo de Oro, de la mano del soldado de los Tercios Diego Alatriste, tiene una nueva posta, después de 14 años de silencio, con 'Misión en París', que lleva al protagonista a una notable y arriesgada misión en la Francia del poderoso cardenal Richelieu.

El libro no debe defraudar a nadie. Es un prodigioso relato donde Pérez-Reverte demuestra con maestría su pasión por la novela de aventuras con todos los ingredientes propios –duelos, desafíos, lances de capa y espada–, donde hallamos juntos y enfrentados a Alatriste con los míticos tres mosqueteros y D’Artagnan, al cardenal Richelieu, al rey francés Luis XIII y a nuestro universal Francisco de Quevedo.

Estamos en 1627. Alatriste y sus compañeros habituales, Íñigo Balboa y Sebastián Copons, al que se une el veterano soldado cordobés Juan Tronera, llegan a París para una misión preparada en esferas superiores que, a modo de partida de ajedrez, combina varios movimientos. La misión es delicada y compleja, pues está en juego el futuro de Francia, y España no puede quedar al margen. La empresa, por tanto, es notable y arriesgada, de esas que a veces mueven cetros y coronas. Tras ella están los dos hombres más notables de Europa: Richelieu, en Francia, y el conde duque de Olivares, en España; los dos, tal como Quevedo nos aclara, leen a Tácito, lo que los hace temibles. El francés es frío, lacónico, felino; el español, extravagante, hablador, torrencial. Pero ambos dominan a unos reyes mediocres, inseguros y caprichosos. La diferencia es que el francés lo tiene todo por ganar y el español sostiene sobre sus hombros un imperio dilatado y universal, que comienza a hacer agua y resquebrajarse.

Tras las guerras de religión que asolaron Francia, los protestantes o hugonotes se han hecho fuertes en la región de La Rochela ayudados por los ingleses. Para acabar con ello, Luis XIII junto a Richelieu han cercado militarmente la zona. Frente a dos enemigos poderosos, Francia e Inglaterra, España decide favorecer a Francia y aliarse con ella en el interés común de acabar con los ingleses. Pero todo es de boquilla, pura diplomacia pues en realidad ni España quiere que los franceses salgan airosos de su batalla contra los hugonotes e Inglaterra, ni estos desean que España gane en Flandes. Así que los diplomáticos españoles hacen encajes de bolillos prometiendo, pero sin dar. Con la zurda alentan a los rebeldes de La Rochela, y con la diestra, a Richelieu.

La misión encomendada a Alatriste y sus compañeros viene de la mano de Álvaro de la Marca, conde de Guadalmedina, y cuenta con Quevedo como organizador. Consiste en un audaz y arriesgadísimo golpe de mano con Richelieu de por medio. Se trata con ello de intervenir para apoyar la gran ofensiva que el rey de Francia y Richelieu llevarán a cabo contra los hugonotes de La Rochela. No puede ser encomendada a otros sino a Alatriste y sus hombres, los curtidos soldados españoles que jamás se rinden y que prefieren fiarlo todo al honor de una muerte digna antes que entregar el pendón y cantar derrota.

Richelieu ha cercado La Rochela circunvalando la ciudad con ocho millas de trincheras reforzadas por 36 fuertes y reductos y un ejército de 30.000 hombres. El hambre y las enfermedades asedian a los sitiados. Apenas llegan suministros por mar desde Inglaterra y es solo cuestión de tiempo que la ciudad se rinda. El golpe de mano de Alatriste y los suyos es una misión ultrasecreta que serviría para desestabilizar tanto a Francia como a Inglaterra.

El lector que conozca las anteriores aventuras de Alatriste sabrá que, de esas misiones encomendadas, unas salieron bien y otras no tanto, como la última, donde los hombres del capitán debían asesinar al dogo de Venecia por interés de la corona española. La obra tiene otros méritos, pero uno de los más relevantes es que, siendo una novela, es también una aventura histórica, muy pegada a los acontecimientos tal como sucedieron.

Hubo realmente el gran asedio a La Rochela por parte de Richelieu y Luis XIII; hubo una intervención encubierta de España, ideada por el conde duque de Olivares, para apoyar a Francia frente a Inglaterra y otros sucesos históricos. Los hombres de Alatriste inician su aventura en París y aquí, gracias a la rigurosa documentación de Pérez-Reverte, nos muestra una ciudad tal como era en el siglo XVII y muy distinta a la de ahora. También destaca el magnífico trabajo que hace el escritor con el lenguaje, repleto de arcaísmos respetando el espíritu del español de entonces junto a los giros franceses propios de la época.

'Misión en París' no solo mantiene sino que sobrepasa la esencia de títulos anteriores con la superación de aventuras y duelos, como el que mantiene el joven Íñigo Balboa con un bisoño D’Artagnan y el propio Alatriste con el mosquetero Athos. Hay también una dolida crítica a esta España de los Austrias que comenzaba a irse a pique, y que de manera ingrata pagó a sus soldados con el desprecio. El más afectado es Alatriste, que aparece más amargo, desconfiado y oscuro, fruto de los golpes y la experiencia de la vida.

https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/libros/20250924/perez-reverte-critica-nuevo-libro-mision-paris-121582924

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